sábado, mayo 4, 2024

Entrevista a Gabriel Reyes

 

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– ¿Non stop o stop?

– Para mí: stop. Pero creo que en carreras como los 3 Días de Santigosa o los Seis Días de Escocia, los Scottish, es más fácil llevar a cabo el reglamento de non stop. En el Mundial, en cambio, en la categoría TrialGP, el trial tendría que ser stop y con tiempo máximo en las zonas. Para mí es más bonito.

– Fue tu primer gran título, pero antes ya habías logrado alzarte con varios campeonatos de España en categorías inferiores: en Júnior (1993) y en Sénior B (1994).

– Así es, pero tampoco hacía demasiado que iba en moto.

– Cierto. Tu llegada a la moto, sin embargo, se produjo más bien tarde: con 14 años y tras haberte formado en el trialsín, como en su día habían hecho Andreu Codina o Jordi Tarrés.

– Mira, empecé a practicar trial en bicicleta a los 5 años. Pero no con una bici normal, sino con un modelo fabricado por mi padre para mi y tomando parte en carreras locales organizadas por el Moto Club Olot.

– ¿Cuándo y por qué empezaste a practicar trial en bicicleta y no directamente sobre una moto?

– Mi padre era, y es, un gran aficionado al trial y fue él quien nos enseñó a mi hermano y a mí a hacer trial, pero con la bici. Además, en Olot, en Girona, había una gran escuela y tradición de pilotos trialeros: Joan Pons, Marc Colomer, Jordi Picola…

– Con la bici lo corriste todo: carreras sociales, campeonatos de Cataluña, de España… e incluso varios Mundiales.

– ¡¡Ya te digo!! Fue una época muy bonita y de la que guardo un gran recuerdo. (Sonríe).

 

 

– Pero un día alguien te convence de que debes aparcar la bici y subirte a una moto de trial…

– Me pasé a la moto a los 14 años, con una Gas Gas que me compró mi padre. Y el paso de la bici a la moto no fue fácil, la verdad, porque el embrague, el freno y todo en general era muy distinto. Pero gracias a gente como Salvador Planella, Carlos Casas y Joan Grabulosa, entre otros, aprendí rápido y bien. (Sonríe).

– ¿Qué tal fueron aquellas primeras carreras?

– Entre nosotros: me costó un poco adaptarme a la moto.

– Vista tu experiencia: ¿bici o moto para iniciarte?

– Sin lugar a dudas: bicicleta. Creo que para iniciarse la bici te ayuda bastante para después dar el salto a la moto con una muy buena base y experiencia.

– Tu llegada al Campeonato del Mundo de Trial se produjo apenas un par de temporadas después de pasarte a la moto. Una progresión meteórica, sin duda.

– Cierto. Debuté en el mundial en 1993 con una Cota 311 de la mano de Montesa y el equipo nacional con Xavi Vilalta de mochilero. La siguiente temporada, después de ganar el campeonato de España Sénior B, Montesa y el Equipo Nacional me dieron la oportunidad de correr en Estados Unidos dónde sumé mis primeros puntos. ¡¡Qué buenos recuerdos!!

– ¿Y los que no figuran en la clasificación?

– (Risas). Supongo que te refieres a la carrera de Helsinki, Finlandia, en 1993 donde por accidente me corté un dedo.

 

 

– Tras ganar el Europeo en 1996 vas y al año siguiente haces lo propio, pero en su versión indoor. ¿Sabes que eres el único piloto que tiene ambos títulos en su palmarés?

– Me imagino que sí, porque solo se llegó a convocar aquel año el Europeo bajo techo. (Risas).

– 1997 tuvo cosas buenas, pero también cosas que no lo fueron tanto, como la desaparición de una persona que resultó clave en tus comienzos en Montesa: Oton San.

– La verdad es que Oton me ayudó mucho. Él consiguió que a mitad de temporada del 96 me dejaran correr con una 315R que entonces era un prototipo y evolucionarlo para la moto de serie del año siguiente.

– Y en 1998 fichas por Scorpa. ¿Por qué?

– La verdad. A finales del 97 los resultados no fueron muy favorables y Montesa decidió llevar a un único piloto al Mundial. Y el elegido no fui yo, así que Scorpa me ofreció incorporarme a su equipo; me dio una oportunidad, y la aproveché.

– Fue tu último año como profesional. ¿Por qué no continuaste?

– A mitad de temporada sufrí una oclusión intestinal derivada de una peritonitis que me obligó a estar tres meses sin poder ir en moto. Cuando volví, me costó estar al mismo nivel de antes y la temporada estaba ya por terminar. Con Scorpa el contrato era para un año. La siguiente temporada tuve una oferta de un equipo privado para correr con Gas Gas, pero finalmente no se llevó a cabo, y decidí dejar de competir.

– Años más tarde regresarías al Mundial, pero no como piloto. Como mochilero de ¡¡Pepe Sáez!!, y las tres temporadas siguientes fuiste miembro del staff del Equipo Nacional. ¿Se portaban bien tus niños: Israel Escalera y Diego Garrido?

– (Sonríe). Sí, eran buenos alumnos.

 

 

– Cuando te retiraste estuviste años sin competir; sin ir en moto. Pero en 2008 recibiste la llamada de los Seis Días de Trial de Escocia. Y desde entonces, y siempre que puedes vuelves a las tierras altas. ¿Qué tienen los SSDT que los hace tan especiales?

– Creo que todo piloto tiene que ir una vez en su vida a correr los Seis Días de Escocia. Después del primer día, cuando estás lleno de barro hasta las orejas, piensas: ‘¿Qué se me ha perdido a mí aquí?’. Pero cuando llegas al quinto día, no quieres que se acabe nunca. ¡¡Engancha!! los paisajes, el ambiente, la gente…

– En los últimos años te hemos visto ejerciendo nuevamente de mochilero. Primero de Dani Oliveras, en su etapa en Sherco, con la 4T antes de que éste se pasara definitivamente a los raids, y posteriormente acompañando a Francesc Moret en sus primeros pasos con la Combat de Vértigo.

– Con Dani estuve un par de temporadas haciendo de mochilero en las carreras. Con él tengo una gran amistad y además compartimos la pasión por los coches de carreras y la mecánica. Creo que Moret y yo fuimos de los primeros en trabajar en el proyecto de Vértigo. Hicimos un año compitiendo con motos Gas Gas y la colaboración de Non Stop donde ganamos una carrera del Mundial Júnior y los 3 Días de Santigosa. También empezamos los tests de la que más tarde sería la nueva Vertigo Combat. Creo que es un gran piloto y un buen profesional.

– ¿Hay algo de Gabriel Reyes en la actual Combat?

– Creo que sí. No todo lo que quisiera, pero intenté poner toda mi experiencia al servicio de Vértigo.

– Una de tus pasiones son los rallyes de coches y las carreras de autocross., además tienes alguna joya como el R5 Turbo ¿Todavía participas en carreras de ambas modalidades?

– ¡¡Sí!! Es una de mis pasiones y de mis hobbies favoritos. Me encantan los coches clásicos de los años 80. Participo en algunos ‘rallys legends’ y, si hay tiempo, corro también en algún rally de tierra.

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