jueves, abril 25, 2024

Entrevista a Francesc Recio, Campeón de España TR3 2015

 

El piloto en activo más laureado del Campeonato de España no es ninguno de nuestros ‘cuatro magníficos’, aunque por edad, y seguramente por nivel, a nadie le extrañaría verlo peleando por las primeras posiciones con ellos si algún día logra completar la cuadratura del círculo y decide subir a TR1. Su nombre: Francesc Recio.


 «Me lo paso tan bien compitiendo como entrenando con los más jóvenes»

entrevista a Francesc Recio Verdegue ‘What if…’ (qué pasaría si…) es la expresión anglosajona que sirve de premisa a autores y cineastas para imaginar una historia alternativa partiendo de una posibilidad. Pues bien, tras conversar largo y tendido con Francesc Recio, el amo y señor de TR3 en los últimos tres años, sobre su pasado más remoto, presente reciente y futuro más cercano no hago más que preguntarme qué hubiera pasado si en su día el catalán hubiese tenido la oportunidad de convertirse en piloto profesional. Trabajador, luchador, pero sobretodo altamente competitivo, superexigente consigo mismo y no dar el brazo a torcer nunca, son algunos de los adjetivos y definiciones que me vienen a la cabeza. Todos ellos conceptos que asociamos a los grandes, a los campeones. Y Recio es, si duda, uno de ellos.

– Undécimo título nacional; tercero en TR3 tras los logrados en 2012 y 2014. Seguro que tus rivales te lo han preguntado: ¿Cuál es tu fórmula para seguir ganando?

– (Risas). No hay fórmula. De hecho, con el trabajo, obligaciones y recursos económicos lo extraño es que me siga saliendo tan bien. (Sonríe). Si he conseguido todos estos títulos es gracias a mis padres ante todo. A amigos, a Beta Trueba en el inicio, así como a Ossa, a través de Race Top Service y Stihl, que confiaron en mi. Son muchos años y he recibido ayudas económicas de amigos y varias empresas e instituciones, como la Diputació de Lleida. Y siempre les estaré agradecido. Lo que sí creo que podría destacar de mi es algo que intento transmitir a los chicos que entreno: luchar antes de conformarse. Por ejemplo, cuando estamos en una zona intentando evitar poner un pie o salir de ella con un cinco. Ellos se ríen cuando les intento motivar con 80.000 euros. Les digo que imaginen que les van a dar de premio esa cantidad por terminar aquella zona a cero, subir aquella piedra tan difícil o tirarse por aquella pendiente que tanto respeto nos da. A mí nunca me han premiado con 80.000 euros, pero regresar a casa sabiendo que has dado todo lo que está en tu mano y más; que has luchado por cada metro de cada zona, yo creo que vale mucho más. Lo recompensa todo.

– Eres el piloto en activo con más títulos nacionales conquistados. Sumas más entorchados que nombres como Adam Raga, Toni Bou o Jordi Tarrés.

– ¿Sí? No imaginaba que fuera así. ¡¡Qué nivel!! (Risas). La verdad es que uno mismo no se da cuenta de los títulos que va consiguiendo si no mira hacia atrás. Supongo que vas mirando de hacerlo lo mejor posible. Vamos, lo que se te va presentando por delante.

– ¿No crees que TR3, antigua Sénior C, se te ha quedado pequeño hace tiempo?

– Te seré sincero. Cuando empecé a correr en Sénior C ya se me planteó y me planteé este tema, porque decían que ganaba con demasiada diferencia de puntos. No terminaba las carreras a cero ni mucho menos, creo recordar, pero sí que es verdad que a veces mis compañeros puntuaban bastante más que yo. Ahora, quizás por mi edad, ya no puedo preguntarme cuál es la categoría en la que encajamos los que son como yo.

Mira, mi sueldo es humilde y no siempre puedo pedir fiesta en el trabajo. Así que me he pasado muchos años, por ejemplo, arrancando a las 10 de la noche un viernes, con mis amigos Viñals y otros, dirección Galicia para poder mirar las zonas el sábado. ¿Entrenar? ¡¡Ni de coña habiendo dormido sólo 1 hora!! Y el domingo correr sólo con la mochila. Terminar el trial y conducir otras 12 horas para abrir el taller a las 9 de la mañana del lunes. Vamos, lo que se conoce como un sube y baja en toda regla. Durante la semana me es muy complicado poder salir media hora a entrenar. Además, conseguir una buena forma física necesaria para un nivel superior a TR3 también está complicado, porque si ya no tengo tiempo para coger la moto imagínate para ir al gimnasio. Creo que es por todos estos motivos por los que sigo en este nivel. Y si a todo esto le sumas que desde hace tiempo estoy entrenando jóvenes…

 

– Así que es por eso que no te vemos en TR2 o incluso TR1, porque… por nivel no será…

– ¿TR2 o incluso TR1? No puedo dedicarles el tiempo que se merecen por respeto a mi mismo y a la categoría. Por nivel no lo sé. Pero por ganas te aseguro que no. Antes te he explicado lo que implica para mi ir a una de las pruebas del Campeonato de España en TR3. Pues bien, si quieres competir en TR2 o superior necesitas: estar preparado físicamente, tener mochilero para entrenar y que te acompañe a las carreras y, además, tener en cuenta que la moto se castiga mucho más en los entrenamientos y en las carreras. Todas estas cosas ya quedaban fuera de mi alcance antes. Pues imagínate ahora, supongo que mucho más.

Mis inicios fueron duros. En mi casa habían dedicado toda su vida a que yo pudiera llegar dónde he llegado. Y la verdad: no había posibilidad de hacer más. Después de ganar un Mundial en Trialsín, el siguiente paso; el lógico, era probar en moto. Sin embargo, yo tuve que continuar con la bicicleta unos cuantos años más. Ojalá hubiera existido algo como el proyecto Race Top Service Stihl. Es decir, un equipo que se hiciera cargo de los gastos que mis padres no pudieron afrontar para que yo pudiera llegar a lo más alto. De todos modos, aun no habiendo tenido esta oportunidad me considero muy afortunado de haber tenido y seguir teniendo el apoyo de quiénes me lo han dado.

– La falta de recursos económicos es la causa de que Francesc Recio no haya sido piloto mundialista?

– Sí lo fui. Pero con la bicicleta. (Risas). En efecto.

– Como en 2014, este año también has compaginado tus participaciones en el Campeonato de España con tu faceta de formador/mochilero de jóvenes pilotos. De hecho, tu eres ‘el culpable’ del salto de calidad dado esta temporada por Neus Murcia, piloto mundialista del equipo RFME.

– Este año, una vez más, ha pasado muy rápido. La evolución de Neus creo que está siendo brutal. Un tercer puesto en una prueba del Campeonato de España (–NdR: la décima y última cita de 2015 disputada en Cal Rosal, Barcelona–) empieza a ser justo para todo lo que entrena y se esfuerza. Si la vieras entrenar te quedarías boquiabierto de las cosas que es capaz de hacer. Hace poco estábamos con unos amigos recibiendo en el aeropuerto a Laia Sanz y les comentaba entre risas cuán enamorada estoy de la manera en la que Neus pilota. Lo jovencita que es y todo el fantástico futuro que le espera. A mi modo de ver, el mochilero/formador tiene que ver e intentar guiar al piloto que tiene a su cargo para que éste saque lo mejor de sí. Pero la calidad está en ellos. Neus aún tiene mucho por ofrecer. Tiempo al tiempo.

 

– ¿Qué es más fácil: ser piloto o ser ‘profesor’?

– ¡¡Mucho más ser piloto!! (Risas) Nunca me había planteado enseñar hasta que empezamos a entrenar en su día con Arnau Farré. Al principio fue un poco complicado. ¿Por qué? No me había dado cuenta, pero… casi todo lo hago, lo hago por instinto; sin pensar. Y cuando empecé a trabajar con Arnau tuve que pararme a pensar como lo haría yo si fuese él. Y la verdad es que muchas cosas que parecían evidentes, no lo son. Siempre he intentado dar explicaciones de por qué se hace de una manera o de otra, y al principio me resultaba complicado encontrar esa explicación para que se entendiera. Otro problema fue ganar agilidad a la hora de colocarme en un sitio u otro dentro de la zona para asegurar que no se caiga el piloto cuando queda corto al subir una piedra o lo que sea. Además, Arnau era muy pequeño y estábamos entrenando cosas de mucho nivel, con lo que ya te puedes imaginar lo que sufría. Creo que lo más difícil es entender cómo funciona la cabeza de tu piloto. Tenemos que tener en cuenta que se trabaja con chicos que no tienen aún la personalidad formada y que están de lleno en un proceso de cambios constantes. Así que un tema complicado es ser disciplinado con ellos. Pero no ahogarles y que sean conscientes en todo momento de dónde se meten. Yo quiero que disfruten, pero también que se esfuercen y den todo lo que puedan.

– Otro que también te debe parte de sus actuales éxitos es Marc Riba, flamante nuevo Campeón de España en TR2 y piloto mundialista este año en el equipo RFME en World Cup.

– (Sonríe). Gran persona Marc Riba. Siempre atento a los compañeros. Marc ha evolucionado muchísimo y tiene aún mucho más que ofrecer.

– ¿Qué hay de Francesc Recio en el actual Marc Riba? ¿Y en Neus Murcia?

– Trabajé mucho con Marc para potenciar su autoestima y su competitividad. Yo soy así: competitivo ante todo. (Sonríe). Si une esto a su técnica, cada día mejor, y a su gran capacidad atlética estoy convencido de que será un piloto importante. Mi sello en Neus… está en cada pequeña lucha antes de sacar el pie del estribo y darse por vencida. Entrenamos mucho este aspecto, que para mí es muy importante, y me siento particularmente orgulloso cuando en la zona escucho a alguien diciendo: ‘¡¡¡cómo aguanta esa chica!!!’.

– ¿Y en Arnau Farré?

– Entrené con él durante más de 2 años. Arnau tenía un estilo de pilotaje muy particular: muy fino, elegante y contenido. Sin embargo, yo le insistía en exagerar cada gesto técnico, en que debía sobrarle empuje para asegurarse de superar cada obstáculo. Ahora lo veo pilotar y creo que tomó buena nota de mis consejos. (Risas).

– ¿Te gustaría hacer lo que haces, pero con un piloto top o que aspire a serlo en un futuro no muy lejano?

– Sí me gustaría. Claro. Pero es complicado. Proyectar toda tu experiencia en un piloto joven y verlo crecer y mejorar es algo impagable. Pero ello requiere muchas horas y una dedicación prácticamente exclusiva y esto ahora mismo no puedo permitírmelo. Tengo algunas obligaciones y necesito cierta estabilidad. Sobretodo económica. Y el trial mueve dinero, pero no el suficiente. Además, los contratos suelen ser a corto plazo, así que no me he decidido a dejarlo todo para embarcarme en una aventura así. Me conformo entrenando con jóvenes promesas. Durante la semana ellos estudian y yo trabajo, y los fines de semana les ayudo todo lo que puedo. Y si me permites sincerarme, a mí lo que de verdad me hubiese gustado es llegar a ser un piloto top. Pero esto es todavía más difícil. Hay que estar en el sitio y momento adecuado, y contar con mucha ayuda. A día de hoy, los recursos económicos marcan la diferencia en el trial. Esa es una espinita que tengo clavada.

– Nadie discute tu calidad como piloto ni tampoco como formador. Pero lo que mucha gente no sabe es que de ti depende que muchos consumidores puedan llenar sus neveras de productos del Área de Guissona.

– (Risas). Es cierto. Depende de mí y de los otros casi 4.000 trabajadores de Corporació Alimentaria Guissona. (Más risas). Yo sólo intento que los vehículos de la empresa y de los clientes que se acercan a nuestro taller estén a punto lo antes posible. Estoy muy cómodo trabajando allí. Por eso llevo tantos años con ellos. Sorprende ver como a pesar de ser un grupo empresarial con miles de trabajadores el trato es casi familiar. Siempre se han interesado por mi trayectoria deportiva y me han dado todo tipo de facilidades. Les estoy muy agradecido por ello.

– ¿Y qué tal se te da arreglar bicis? Lo digo porque desde los 5 hasta los 15 hacías trial, pero en bicicleta.

– ¡¡Ufffff!! En aquella época yo me dejaba mimar y mis padres se ocupaban de todo. (Risas). Sólo me montaba en la bici y me divertía en las zonas. Y aprendí muchísimo haciendo trial en bici: a competir, a respetar a los otros corredores, a convivir con ellos…

– ¿La bici es la mejor base o mejor empezar directamente sobre una moto?

– Para mí sí. Es ideal para trabajar el equilibrio, así como la técnica con el cuerpo, que son claves en el trial.

– Por cierto, Albert Cabestany nos explicó que empezó con una bici porque era más barato y cómodo. ¿Tú también?

– Cierto. Está claro que la bici requiere mucha menos infraestructura, y a nivel económico no tiene nada que ver. Nuestra idea era competir en bici para tener una buena base y después pasarme al trial en moto. Empecé a los 5, y cuando a los 12 fui Campeón del Mundo (–NdR: en 1992 y 1994, en Alevín e Infantil, respectivamente–) pensamos que era el momento de dar el salto a la moto. Pero como decimos en mi casa: ‘no teniem calers’ (no teníamos dinero). Hace falta una inversión económica muy superior para competir en moto y tardamos 3 años en reunir el dinero y los patrocinadores necesarios para ello.

– ¿Quién te regalo tu primera bici de trial? ¿Y moto?

– Creo que los he mencionado ya diez veces durante la entrevista, pero mis padres se merecen eso y más. (Sonríe). Ellos me compraron la primera bici y he llegado donde he llegado porque ellos volcaron en mi todo su tiempo e ilusión. Mi padre me compró la primera bici un jueves y dos días después, el sábado, me llevó a competir. Quedé undécimo y cuando me bajé de la bici le dije a mi madre: ‘Mama, esto sí que me gusta’. La moto llegó más tarde, y al principio ni entendía como se cambiaban las marchas. Tuve que aprender a conducir una moto para después intentar manejarla como la bici de trial. Afortunadamente, creo que mis conocimientos de mecánica han mejorado muchísimo desde entonces. (Risas).

– ¿En 2016 buscarás el duodécimo entorchado nacional? ¿También en TR3?

– Mi intención es continuar compitiendo. Así que ya estoy enfrascado con el equipo y mis patrocinadores para afrontar esta temporada. Y sí, de nuevo en TR3. Subir de categoría requeriría un desembolso de recursos que no puedo permitirme.

– ¿Seguirás ejerciendo de formador/mochilero?

– Sí, claro que sí. Voy a tener que buscar el tiempo para ello, pero lo haré. A día de hoy me doy cuenta que me lo paso tan bien compitiendo como entrenando con los más jóvenes y ayudándoles a mejorar.

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