Cto. España. Cabanillas. Bou campeón. Reportaje

Detalles del trial en breves

Los TR1 de nuevo en Madrid: Con mucha ilusión y buen trabajo se preparó este trial, que suponia la vuelta de los grandes mundialistas a la zona centro, esfuerzo que se vio recompensado por la gran asistencia de público, que disfrutó de lo lindo viendo a los TR1 en unas zonas espectaculares y muy accesibles, sin duda lo mejor del trial y un éxito total.

Organización: El trabajo que hubo detrás de la prueba fue brutal, como lo es siempre en un trial de estas características. Todas las dificultades se fueron sorteando con ilusión y trabajo, mucho, el que hay siempre detrás de una prueba de este tipo, con el valor añadido de que se haga por pura afición, sin beneficio económico alguno, cosa que no siempre sabemos entender y valorar. Los artífices: el MC Emedoce, el MC Mobbers, la FMM y los muchos colaboradores anónimos.

Un pueblo acogedor: La gran respuesta del público mereció la pena, y más aún el agradecimiento por parte de las autoridades locales, la autorización de la Agencia de Medio Ambiente, el permiso de los propietarios de las 7 fincas privadas en las que discurrió el trial y el beneplácito de los vecinos de Cabanillas de la Sierra, que no vieron mal la «invasión» de la calle principal por esta orda de trialeros. Contentos también los comerciantes de la zona, que vieron llenos sus locales especialmente el domingo. Un pueblo que apoya el deporte del trial.

Seguidores: Los aficionados al trial también disfrutaron del evento, pudiendo seguir el trial con sus motos al comprar una acreditación por sólo 15 euros, acreditaciones que por cierto se agotaron y que incluían seguro de accidentes e IRC. Los pilotos inscritos en el Campeonato de Madrid también tenían incluído el poder seguir toda la prueba una vez concluído su trial, como es lógico.

El polvo: fue invitado no esperado en este trial. Nadie se podía imaginar que a estas alturas del año contaríamos con esta meteorología tan seca y primaveral. Esto influyó en forma del molesto polvo de la interzona y especialmente en las zonas 5 y 12. Seguro que con un tiempo más húmedo el trial hubiese sido más bonito pero son cosas que no se pueden preveer.

Asistencia sanitaria: Desafortunadamente hubo que echar mano de las asistencias, pues un joven seguidor de 12 años, Felipe Sáez sufrió una caída en la que se rompió 3 dientes, teniendo que ser trasladado al hospital. La organización se encargó de recoger su moto y de que la asistencia fuese exquisita. También el piloto del madrileño Adrián Saavedra tuvo una caída sufriendo una luxación de hombro y teniendo que ser trasladado. Una vez colocado el hombro pudo volver a las zonas para ver a los TR1 en acción. A los dos les deseamos una rápida recuperación.

Los niños: fueron protagonistas especiales en la jornada del sábado, con la organización de un curso entreno Trial Kids, en el que se dieron cita 12 participantes. Por la tarde se organizó un encuentro con los pilotos top en el que pudieron conocer a sus ídolos en persona, hacerse fotos o coleccionar autógrafos, una gran iniciativa que seguro los niños nunca olvidarán.

Un dron: sobrevoló numerosas zonas del trial, ya que estaba pilotado por un par de seguidores en moto, pudiendo acceder a todos los rincones, tanto de manera terrestre como aérea. Seguro que captaron imágenes espectaculares de las que esperamos tener noticias para poder difundirlas pronto.

El Campeonato de Madrid: compartió cita con el Campeonato de España, aprovechando toda su infraestructura, recorrido, podio. Sin embargo al final del trial había quejas por parte de bastantes de sus pilotos. Aunque en general los participantes agradecían el esfuerzo organizativo, no estaban conformes con el marcaje de las zonas, ya que para los pilotos del madrileño la mayoría era «una tomadura de pelo» marcadas en la doble cinta, con un marcaje feo, retorcido, «guarrero» y otros calificativos nada amables que se escuchaban al terminar. Pero de ello trataremos más en el reportaje específico sobre el Campeonato de Madrid.

Colas: un problema fueron las colas en unas pocas zonas, algunas de ellas con dos entradas diferentes, lo que ponía en un aprieto a los sufridos jueces de zona que a veces no sabían a quien dar paso «¿Que tal vais vosotros de tiempo?» preguntaba alguna juez preocupada por satisfacer a todos y hacer lo mejor posible su labor. Y es que pese a que los pilotos del madrileño salieron a las 8:30 de la mañana se juntaron en su segunda vuelta con la primera de los pilotos del nacional.

Tiempo justo: las colas no hubiesen supuesto problema, pues tampoco eran exageradas, si se hubiese dado más tiempo para completar el recorrido, pero las 4 horas y media para hacer 24 zonas resultaron demasiado apretadas para muchos, especialmente los TR2, que fueron los últimos en salir. Una situación incómoda e injusta que hace que los pilotos que han pagado su inscripción, y que tampoco dejan de ser aficionados, no disfruten como deberían. Al final la mayoría de TR2 y algunos de otras categorías sumaron puntos por tiempo. Algo que la RFME debería revisar en casos así. A los TR1 su particular formato de competición y horario de salida no les supuso ningún contratiempo.

Carpa de toma de tiempo: La carpa de toma de tiempo y recogida de tarjetas se situó al lado de la zona 12, algo habitual en el Campeonato de España y que es totalmente acertado para que así los pilotos puedan volver tranquilamente hasta el paddock.

6 niveles de zonas: realmente complejo resulta la tarea de marcar zonas con pasos de 6 niveles diferentes, desde un piloto juvenil con una 80 que corre en el madrileño hasta el supercampeón Toni Bou. Lo positivo, compartir trial, zonas, paddock, podio con los mejores del mundo. Lo negativo, que al menos la mitad de las zonas del madrileño no estuvieron muy cuidadas y apenas gustaron, la organización tomará nota para hacerlo mejor la próxima vez.

El recorrido: de 14,5 kilómetros fue lo suficientemente largo como merece un trial del nacional que se precie, y con los cruces de carretera bien controlados por la Guardia Civil y Protección Civil, la única pega fue un pequeño tramo de doble dirección por problemas en el cruce de fincas de ganado bravo. Había sido bien señalizado, pero algunos desaprensivos inconscientes se encargaron de quitar las señalizaciones, como sucedió en otras zonas los días anteriores. Esta gente incívica que no respeta a los demás y que probablemente serían a lo sumo un par de amargados, fue lo peor de la semana y no merece mayor mención.

Los jueces de zona: en general realizaron un excelente trabajo, con profesionalidad y amabilidad, lejos quedaron los tiempos en que los jueces de Madrid tenían mala fama por su dureza y actitud «borde». Sin embargo hubo algunas quejas por aplicación de penalizaciones injustas. El problema surge cuando un juez aplica una penalización que al parecer no es tal ¿como es posible que se aplique con total seguridad una penalización por algo que realmente no ha sucedido? En ese caso el juez como mínimo debería tener una duda, y el reglamento dice que «en caso de duda se tomará la decisión que beneficie al piloto» algo que a veces parece no querer aplicarse, aunque por suerte esto sucede en contadísimas ocasiones. Donde más quejas hubo fue en la zona 12.

Pilotos pícaros: los jueces son humanos y pueden cometer errores, pero en muchos casos es la picaresca de los pilotos la que provoca que los jueces sean excesivamente duros. Un caso, joven piloto TR1 dobla completamente una flecha, recibe un fiasco y se queja insistentemente de que no es 5 y no ha tocado la flecha. ¿Para que esas situaciones que sólo perjudican su imagen? Todo el mundo ha visto que la flecha se dobló y el reglamento lo dice bien claro, tocar no es fiasco a no ser que se haya variado la posición de la flecha y requiera la actuación del juez para volver a colocarla en su posición original, como fue este caso. Corregir estas actitudes beneficiará la imagen del trial y la convivencia de todos.

Trial y economía: parecen palabras incompatibles, en una prueba de trial las entradas son gratis, las ayudas económicas son escasísimas, conseguir patrocinadores casi imposible. Organizar una prueba no es rentable, crear un área de entreno tampoco porque probablemente nadie quiera pagar por utilizarla. Esta situación no ayuda a que este deporte crezca. Todo el que se esfuerza con gran trabajo merece una compensación económica o como mínimo recuperar la inversión, sea un club, una federación, una tienda, un área de trial, un medio de comunicación o un particular que se deja la piel por este deporte. Mientras no comprendamos esto, difícilmente podremos hacer piña para que el trial de pasos adelante que con el tiempo beneficiarían a todos. En países como Gran Bretaña o Francia esto ya se tiene claro, aquí aún no y nos corresponde a todos ser conscientes de ello.

Conclusión: Es momento de finalizar ya este extenso reportaje. Como conclusión podemos decir que la organización se merece una nota muy alta en cuanto a trabajo, dedicación e ilusión empleada para que todo saliese correctamente, con el gran esfuerzo que ello supone y que todos debemos agradecer y reconocer. Todo salió bastante bien, sin embargo hubo algunas pequeñas notas que impidieron que el trial fuese perfecto y que tendrán que tenerse en cuenta para el futuro, ya sea en triales del Campeonato de España o de ámbito regional, pues todos quieren volver a casa con la sensación de haber disfrutado a lo grande y haber sido cuidados. Seguro que en la próxima se pone aún más empeño. Pese a estos detalles la balanza se ha inclinado mucho más del lado de las cosas buenas.

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