Los triales de clásicas parece que tienen más vida que los de motos modernas, sólo hay que mirar las inscripciones de unas y otras pruebas para darse cuenta de que las clásicas están de moda. Puede ser que el espectro que va a las pruebas de clásicas sea una persona mayor de 40 años, que no le importa desplazarse (dentro de un orden) a correr estas pruebas de dos días donde sabe que se va a encontrar un buen ambiente, y sin ningún tipo de presión porque la meta última de estas pruebas es divertirse, hablar con los amigos y poner a punto esas máquinas con las que muchos soñabamos cuando éramos chavales.
Motos de todas las marcas, desde las más abundantes Montesa y Bultaco, pasando por la nueva fiebre italiana de Fantic (más abundantes) o Aprillia, la novedosa Armstrong de Federico Pérez o las SWM, Garelli y las casi reinas del paddock Hondas TLR. Pero sin olvidarnos de las inglesas pre 65, como Triumph. Ver estas máquinas que otrora eran las reinas de los triales y que ahora sólo son consideradas unas reliquias que hay que «sacar a pasear» de vez en cuando, te hace que se te encoja el corazón. Son dos conceptos de trial distinto, el moderno y el clásico que simplemente tienen en común que ambos se llaman TRIAL y en ambos casos es un trial en mayúsculas, pero con conceptos diferentes.
Disfrutemos de ambas maneras de entender este maravilloso deporte y hagámoslo aún más grande de lo que es.
