domingo, abril 28, 2024

Recreando el pasado, tres Cotas postclásicas diferentes…

 

Montesa lanzó a finales de 1987 su nuevo modelo Cota 309 para la temporada 88, que a su vez fue sustituido por las dos versiones de la Cota 310 en 1989 y 1990, fueron motos superventas y para muchos su sucesora, la Cota 311 no tuvo el mismo éxito. Imaginemos un hipotético pasado en el que la marca hubiese mantenido su producción con diferentes decoraciones…


Antonio Domínguez y Javier Gómez son dos aficionados cacereños al Trial y amantes de Montesa. Los dos tienen una bonita colección de motos clásicas, todas en perfecto estado de conservación y originalidad.

Pero desde hacía tiempo les había surgido la idea de imaginar y recrear cómo hubieran sido algunos modelos postclásicos, no sólo como motos de colección sino incluso para llevarlas a la competición.

Según la RAE el significado de Recrear es “Crear o producir una cosa a partir de otra ya existente”. Dicho y hecho se pusieron manos a la obra.

La hipotética «Cota 303»

Con la intención de participar en la nueva categoría de Postclásicas de la Copa de España de Trial de Clásicas 2022 y siempre siguiendo el criterio de utilizar componentes originales de la marca, se partió de la base de una Cota 310 primera serie, fabricada en el año 1990. La primera decisión fue eliminar la horquilla invertida Marzocchi, tan de moda en la primera mitad de los años ´90 pero que tan malos resultados dio en la especialidad del Trial. Se decidió montar una horquilla convencional de la marca Betor y las tijas provenientes de una Cota 335 del año 1986. En la parte trasera se instaló un amortiguador trasero también de la marca Betor de Cota 335.

Se le quiso dotar de una estética más clásica, olvidando los colores ácidos de la época y recuperando el color rojo Montesa, los anagramas tradicionales de la marca y el chasis en color gris metalizado.

Ya sólo quedaba bautizarla, no podía ser un nombre existente y el escogido fue el de Cota 303.

El comienzo no pudo ser mejor, obteniendo en la primera prueba celebrada en Sigüenza el segundo puesto el sábado y la victoria el domingo, consiguiendo la medalla de bronce al final del campeonato.

Otra recreación hipotética, la «Cota 308»

Igualmente partiendo de una Cota 309 fabricada en el año 1989 y con la misma filosofía de mantener los componentes originales pero con una estética mucho más clásica, se elaboró la segunda moto. Esta vez conservando el color blanco del chasis y el depósito en un solo color, también blanco con los anagramas y tipografía de las letras representativos de la marca en los años ´70 y ´80.

Se conserva la efectiva horquilla Marzocchi del modelo original y el amortiguador Betor trasero.

El nombre escogido fue el de Cota 308.

Tercer proyecto, la «Cota 312»

Javier Gómez, sobre la base de una Cota 310 primera serie de 1990, puso en marcha otro proyecto con el objetivo de mejorar los componentes y la eficacia de la moto original pero manteniendo las líneas y colores con ligeras variaciones como los guardabarros, base del asiento y parte baja del depósito de gasolina en color blanco.

Las tijas y la horquilla Betor convencional que incorpora proceden de una de Cota 307 con puente pulido a espejo de Cota 309. Conserva el amortiguador trasero original Marzocchi con botella de gas separada.

Las llantas fueron pulidas y radiadas por completo, siendo la trasera apta para montar neumáticos sin cámara permitidos en la categoría de Postclásicas.

Los frenos han sido han sido actualizados con pinzas de un solo pistón, destacando como curiosidad el precioso portapinza trasero dorado de la Cota 307. Algunos accesorios son obligados para estar a la altura de estos tiempos, como el manillar Renthal, mando de acelerador Domino y estriberas, permaneciendo el resto de los componentes originales de la moto. El nombre con el que fue bautizada es el de Cota 312.

Estas tres Cotas que nunca existieron, realmente podían haber sido diferentes opciones de diseño de los modelos originales 309 y 310, o incluso podrían haber sido la continuidad de estas en el caso de que no hubiese llegado la revolucionaria Cota 311 de refrigeración líquida y chasis de aluminio perimetral, la que para muchos es considerada la última Montesa auténtica.

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