lunes, diciembre 9, 2024

Mecatecno MCR 200 «Réplica Marcelí Corchs», homenaje con base Fantic

 

El Trial de Clásicas además del disfrute de pilotar que proporciona, para muchos reside también en otras cosas, como el proceso de restauración, la preparación y mejora, la puesta a punto, o incluso para los más manitas, la creación de una moto. Este es el caso de la «Mecatecno Réplica Marcelí Corchs» realizada por José Alonso Urquijo, tomando como base una Fantic 200.

Texto y fotos: Gonzalo de Abiega.


Crear una moto, siempre es un reto. Hace falta conocimientos, infraestructura, medios y tiempo para ponerla a punto.

Nuestro protagonista de hoy, el carismático piloto bilbaíno José Alonso Urquijo, reúne todos los requisitos. Tiene conocimientos, ya que es ingeniero y además manitas. Como infraestructura tiene una lonjita, que es como su segundo hogar. Medios… ya se sabe que los de Bilbao no hablamos de dinero, pero de lo que anda sobrado es de pasión. Esa pasión, le ha llevado a crear una moto inspirada en una de las motos de Trial más exclusivas de todos los tiempos, la Mecatecno 200 Prototipo que el triste y prematuramente desaparecido Marcelino Corchs, pilotó antes de su paso a Derbi (sí, Derbi tuvo una brevísima incursión en el mundo del Trial), aunque terminó su corta y muy prometedora carrera como piloto de altísimo nivel, en Fantic, con el modelo 300.

Como decía al inicio, si hacer una moto requiere de muchas horas de trabajo, hacerlo a partir prácticamente de cero, documentándose en revistas de la época y poco más, es un reto que no está al alcance de cualquiera y hacerlo de manera artesanal… sin duda alguna es una auténtica … «bilbainada» y de eso José, sabe mucho.

¿Por qué hacer una moto tan singular? Sencillamente porque cuando hay ganas y determinación, todo se puede. Por cierto el prototipo auténtico de aquella Mecatecno Proto de Marcelí Corchs, fue probado precisamente en los inicios de Todotrial y aún podéis leer tanto los detalles sobre su historia, aquí, como la prueba de la misma, aquí.

José Alonso Urquijo, posa orgulloso con su nueva creación. No es para menos

Se mire por donde se mire, la moto es sencillamente, preciosa

La Mecatecno original de Marcelino Corchs era un prototipo que partía de una Fantic 200 puesta convenientemente al día. La mecánica de las Fantic para nuestro protagonista no le es en absoluto desconocida, pues ha tenido varios modelos y le hemos visto participando en la Copa de España con una 200 en más de una ocasión, aunque su pasión por Ossa, es bien conocida por todos. Lo que pocos saben, es que corrió los Seis Días de Escocia a finales de los 80 con una Fantic 301.

Volvamos a lo que nos ocupa, la Mecatecno 200 Proto. A modo de ficha técnica, la parte mecánica que lleva esta moto, es la misma que llevaba la Mecatecno original; un motor de Fantic 200, elevada la cilindrada de los 156cc iniciales, hasta los 180.

Como la original, esta también es pura artesanía

El chasis de la creación de José es el de la Fantic 200, con el basculante de la 240, para hacerla más larga y estable en subidas (el propio Jaime Subirá ya montó un basculante más largo en su Fantic 200 de 1980).

El escape es el original de la Fantic; muy recogido y por encima del cilindro, con un silencioso WES de aluminio. Mecatecno hizo un escape diferente para la moto de Corchs, con recorrido junto al cilindro por la parte izquierda, sin duda para mejorar la respuesta del motor.

No se ha cortado el chasis por debajo del motor, como sí llevaba la Mecatecno Proto, al pensar que la distancia al suelo resultante en esta réplica es más que suficiente, ya que supera los estándares de las motos modernas.

El filtro de aire de Fantic 200 se mantiene, al igual que los frenos, los excelentes Grimeca de trial.

La suspensión trasera está avanzada en sus anclajes al chasis, al estilo de la Fantic 300, para lo que hubo que modificarlo en su parte trasera. Los amortiguadores, dotados de rótulas, cogen así una inclinación hacia dentro, en lugar de ir verticales, facilitando así los movimientos extremos del piloto, en caso de necesidad.

La suspensión delantera es la horquilla Marzocchi, original en la Fantic 200.

Detalle de la sujeción del depósito. Sencillo, ingenioso y eficaz

El carburador es un Keihin de 24 que está aún en período de pruebas, no descartándose cambiarlo por un DellOrto en caso de que la respuesta en bajos sea mejor.

El depósito es de una Mecatecno Sky Walker , que cuenta con un sencillísimo e ingenioso sistema de anclaje. Los adhesivos del depósito son de diseño propio, por cierto muy bonitos, al igual que en las placas laterales, donde se hace ese pequeño homenaje a Marcelino Corchs (MCR = Marcelino Corchs Réplica).

Muy acertados han quedado los colores de la moto, con el chasis en verde metalizado y la «carrocería» en verde oscuro combinada con los guardabarros blancos, el trasero de Beta Techno y delantero el clásico Gonelli.

También el escueto asiento es de diseño y fabricación artesanal, proporcionando un excelente acabado a la moto.

En marcha

Una vez visto cómo es la moto, viene la pregunta del millón. ¿Qué tal va la Mecatecno? En los días de la pasada Semana Santa, tuvimos la oportunidad de probarla una serie de pilotos después de haberla visto por primera vez a finales del pasado año 2023 en las manos del campeonísimo Roberto Mendibil, quien ha colaborado en su puesta a punto. Desde entonces hasta hoy la moto ha seguido mejorando, por lo que podemos decir rotundamente que, además de ser una preciosidad, opinión en la que han coincidido todos los pilotos que la han visto y cuyas imágenes corroboran, va más que bien.

Roberto Mendibil ha colaborado en su puesta a punto

Se siente ligera y manejable desde el primer momento

Disfrutando de ella el día de la prueba

En frío y en caliente arranca facilísimamente a la primera. El motor suena finísimo y sube de vueltas limpiamente. El embrague es suave y las marchas entran muy bien. Al tener los estribos ligeramente retrasados, la postura de pilotaje es muy cómoda e invita desde el principio a trialear.

Antes de entrar en la zona nos paseamos un poco para hacernos con ella. La moto va suave e invita a darle guerra, por lo que enseguida nos metemos en harina y entramos en las zonas.

Lo primero que llama la atención es lo ligerísima que es y lo bien que entra en los giros. La dirección es muy precisa y gira «en la palma de la mano». En terrenos de piedra, la moto va muy firme por el trazado elegido, sin rebotes que provoquen cambios en la dirección de la rueda trasera. La suspensión es muy agradable y absorbe sin dificultad las piedras y escalones que se presenten.

Perfecta en giros

En lo que respecta al motor en bajos va sorprendentemente bien, sin que tenga tendencia a calarse, pero se echa en falta un poco más de respuesta para pasar a medios sin necesidad de tirar de embrague…

Si queremos afrontar una subida larga, la moto estira mucho y en ningún momento parece que se trate, salvo por el suave sonido que tiene, de una moto de pequeña cilindrada.

Cuando nos damos cuenta, nos hemos hecho a la moto con muchísima facilidad y estamos haciendo zonas con la confianza con la que las haríamos con nuestra Trialera Clásica habitual.

Sin duda alguna, con un poco más de rodaje y puesta a punto es una moto que haría un muy buen papel en un Trial de Clásicas en Amarillos, Verdes … y ¿por qué no?, incluso en Expertos en las manos adecuadas…

Jose, si en algún momento tienes tiempo, por favor, hazme una moto igual que esta, porque me lo he pasado en grande con ella y he disfrutado como un niño con zapatos nuevos.

Enhorabuena por tan excelente trabajo. Ojalá la veamos a menudo en los triales para disfrute de todos los aficionados.

Más Trial Clásico, aquí

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