Las excesivas limitaciones para bicicletas y, por consiguiente, para todos los usuarios del medio natural por el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama han llevado a la asociación IMBA a denunciar el Plan rector de uso y gestión (PRUG) de esta zona de Madrid.
La Asociación Internacional de Ciclismo de Montaña (IMBA) ha interpuesto una denuncia al PRUG que regula el uso que se puede hacer de todas las zonas correspondientes a la Sierra de Guadarrama en la Comunidad de Madrid.
Esta denuncia se ha interpuesto después de que se sucedieran numerosas zancadillas burocráticas a dicha denuncia y, como es evidente, se debe al cambio radical que ha sufrido la circulación de bicicletas por este paraje. La medida también afecta poderosamente a los amantes de la moto de campo, puesto que se hace más exigente la normativa para todos, impidiendo ya no sólo la practica de estos deportes, que ya estaba prohibida de por sí, sino también las excepciones como las pruebas deportivas federadas y controladas.
La IMBA simplemente quiere coordinarse con los estamentos gubernamentales como la Consejería de Medio Ambiente para que las medidas siempre fueran consensuadas para que una parte de los amantes del campo (principalmente los que disfrutan del monte subidos a una bicicleta) puedan disfrutar de su afición con tranquilidad.
No obstante, este último PRUG agrede, según la asociación el artículo 6 de la Ley de Parques Nacionales y de ahí viene esta denuncia. Por otro lado la diarrea normativa a la que nos tienen acostumbrados la actual clase política, por cierto la peor valorada de la historia por su escasa preparación y por su constante alejamiento de los intereses de los ciudadanos, tiene uno de sus máximos exponentes en este plan PRUG, ya que en él pretende prácticamente exterminar todo tipo de actividad en los montes de la Sierra de Guadarrama, pretendiendo convertirlos en un parque temático, un coto cerrado, en realidad un lucrativo negocio para las arcas públicas que además supone una preocupante privación de los derechos y libertades de los ciudadanos, aprovechando que últimamente estos arecen tragar con todo.
En resumen, IMBA solicita una mesa de trabajo conjunta en la que se tengan en cuenta las diferentes opiniones que tienen las personas que circulan por los parques nacionales. Los mismos que cuidan y conservan puesto que también disfrutan de ellos.
