Un total de 200 personas participaron en la tercera Motoclásica Barcelona, cita organizada por el Museo de la Moto el pasado domingo 2 de junio.
No hay dos sin tres
Por tercer año consecutivo, el Museo de la Moto de Barcelona organizó su fiesta anual en la capital catalana: Motoclásica Barcelona. ¿Y qué este evento? Ni más ni menos que un rally urbano para motocicletas históricas anteriores a 1986 que ofrece la posibilidad de ver circular por la ciudad auténticas piezas de coleccionista.
En esta tercera edición, con salida y llegada desde el centro comercial l’illa Diagonal, compitieron un total de 150 motos y más de 200 personas, que conpletaron un recorrido de 40 kilómetros por carreteras míticas de las cercanías barcelonesas. No en vano, en muchas de ellas se disputaron pruebas de Subidas en Cuesta, como Vallvidrera, Rabassada y Santa Creu d’Olorda, por citar sólo algunas; además de algún que otro trial en las colinas por donde discurrían.
Gran variedad de marcas y modelos de todos los estilos y épocas deslumbraron por las calles de Barcelona ante las miradas curiosas de los viandantes. En esta ocasión, se pudieron apreciar más motos pre guerra que en ediciones anteriores y, aunque las más habituales siguen siendo las marcas nacionales como Bultaco, Montesa, OSSA o Sanglas, se incrementó la participación de marcas inglesas (Norton y BSA) y alemanas (BMW y Zundapp).
El ex piloto Oriol Puig Bultó tomó parte al manillar de una Bultaco y se alzó con el premio al más veterano. La moto más antigua, la impecable Le Mondiale Sport 500cc del año 1925 de Jesús Solá, miembro de l’Associació de Motos Històriques Gironines; curiosamente el club que más participantes ha aportado este año a la concentración. El premio especial ‘marca catalana’ se otorgó esta edición a la Alpha 350cc de Antonio Crivillé, modelo que a pesar de estar matriculado en los 50 fue fabricadó en Barcelona antes de la Guerra Civil española. La «mejor moto en estado original» fue la de un habitual de la prueba, Iván Guerrero, quien completó el recorrido con un ciclomotor Torrot 49cc de 1971. Finalmente, el jurado, formado por Estanislao Soler, Presidente de la Fundación Museu Moto Mario Soler, y Jesús Moreno, quien lleva más de 40 años dedicado al mundo de la restauración de clásicas, entregó otros tres premios especiales a tres monturas más. Las elegidas: una singular Vespa 125 primera serie de José Luis Barbed, una Norton 16H de 1927 de Jordi Rifa y una espectacular BMW R90S versión Daytona de Xavi Montoro.
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