¡Qué piraos estamos!

Los trialeros somos unas personas que vamos en unas motos enanas que no sirven casi para nada, que tenemos el culo cuadrado, porque estas motos no tienen asiento, que madrugamos mucho los fines de semana que se supone que son para descansar y lo que hacemos es volver destrozados…. Es verdad, por lo visto hacemos cosas muy raras. Algunos salen incluso aunque el día este más negro que una bujía perlada, ¡hasta se alegran si llueve y hace frío!. A otros no les vale con eso y se recorren toda la región, todo el país o aún más.

Los hay que cambian de moto más que de camisa, los hay que la cuidan más que a su churri, ¡y hasta los hay que dicen que su churri es la moto!. Otros lo primero que hacen al llegar a la oficina es encender el ordenador y meterse en un vicio que se llama Todotrial.com El que se engancha al trial lo hace para siempre, y si lo deja una temporada, acaba volviendo aunque sea 20 años después, y no sólo eso sino que compran motos a los hijos para que se vuelvan tan piraos como ellos.

El TRIAL es así, una especie de droga sana. Nos da diversión, deporte, vida sana, afán de superación, amigos, buenos ratos, risas, nos desconecta del estrés y los problemas diarios, nos lleva a lugares de extremada belleza, haciéndonos convivir, comprender y respetar la naturaleza a la que amamos más que la mayoría…

Lo que acabo de poneros son fragmentos de la «columna» que tuve el honor de escribir, gracias a mi buen amigo Ramon Sallés para el número 1 de la revista Trial Magazine en su ya desaparecida versión en español (diciembre 2004)… El texto era mucho más largo y hoy lo he encontrado entre mi colección de revistas, aquí va!!!