A pesar de su corta edad, Martín Riobó ya atesora un palmarés envidiable sólo al alcance de muy pocos elegidos. ¡¡Tres veces Campeón de España!!, ¡¡Campeón de Europa Juvenil!! y ¡¡SubCampeón del Mundo en Trial125!! Tremendo. El de Cangas, afincado en Aldán (Pontevedra), no deja de cumplir sueños desde aquel momento en el que sus tíos lo subieron a una moto, siendo muy pequeño.
Martín Riobó: «No soy de los que se queda en una categoría solo para ganar un título»
Apodado cariñosamente ‘Volador’, a sus 17 años, el de Cangas es, sin duda, una de las grandes promesas de nuestro deporte. Pues bien, hasta su localidad natal nos hemos acercado para conversar con él tranquila y distendidamente sobre cómo ha sido su primera temporada completa como miembro de la Talent School Montesa. Un fichaje por el equipo de formación de Montesa-Honda que tanto el joven como su entorno consideran un paso de gigante y una oportunidad a la que aferrarse con fuerza.
– Empecemos por lo más reciente. Primera temporada en el Campeonato del Mundo 2019 en Trial2 como piloto del RFME Equipo Nacional. ¿Qué valoración haces de tu campaña en la división de plata con la federación?
– Este año me ha costado adaptarme a Trial2. Es muy profesional y muchos de los pilotos que toman parte en ella son muy buenos. Por desgracia, no he sido todavía capaz de demostrar mi potencial como futuro rival. He pasado una temporada en la que no he podido estar al cien por cien: cambio de moto y equipo, y cambio de nivel. Se me ha quedado un poco grande. Pero tengo la lección bien aprendida. Y ya pienso en el 2020. ¡¡Estoy motivado al 500%!!
– Como bien decías, además de cambiar la GasGas 2T TXT300 por la Montesa Cota 4T RR300, te has enrolado en la Montesa Talent School. ¿Cómo es estar en el equipo de promoción de la marca hispano-japonesa?
– Pues como todos imaginareis, entrar en el mejor equipo del mundo es increíble. En Montesa-Honda todo funciona a la perfección, y es gente muy seria. Llevaba toda la vida pilotando motos de 2T y eso ha hecho que me costara un poco adaptarme a la 4T. Es una moto muy diferente y no se maneja de igual modo. Pero me gusta. He encontrado mi moto. Es más, ¡¡cuanto más la llevo, más me gusta!! Como ya te he dicho antes, Montesa-Honda es un gigante y yo soy un afortunado. No me tengo que preocupar de nada. Miquel Cirera y Òscar Giró lo tienen todo controlado. Mi única preocupación es entrenar. Tanto el Jefe de Mecánicos de Montesa, Joaquim Torres, como mi mecánico, Dídac Cercós, mochilero de Toni Bou a su llegada a Montesa-Honda, hacen que mi moto funcione como un reloj suizo. De todos modos, la Cora RR300 necesita de muy poco mantenimiento, y siempre funciona a la perfección.
– Éste, sin embargo, no ha sido tu primer año en el Mundial, ya que en 2018 acabaste segundo en Trial125. ¿Esperabas un año tan bueno como acabó siendo?
– Pues mira, no lo esperaba. Este 2019, por desgracia, ha sido bastante más complicado. Soy una persona muy ambiciosa y por ello en 2020 espero mejorar mucho y poder estar con los mejores de mi categoría en todas las competiciones en las que participe.
– Por cierto, ¿por qué Billy Green y no tú se llevó a la postre el título mundial?
– No cabe duda de que Green es un gran piloto. Simplemente, fue el más regular de todos; más que yo. Pero estoy seguro de que si no hubiera tenido problemas el segundo día en Japón, habría peleado con él por el título hasta la última zona del último día.
– De todos modos, a dicho subcampeonato añadiste meses antes tu primer cetro continental: el Campeonato de Europa de Trial2018 en Juvenil (Youth). ¿Confiabais en traerlo para casa cuando os apuntasteis?
– Me gustó mucho la experiencia de competir en el Campeonato de Europa. Nos la recorrimos en furgoneta la familia Hermelo casi al completo: Mauro, ‘Mundo’, Iker y yo. Dormíamos los cuatro juntos dentro de ella. Dos semanas cada desplazamiento. Fue increíble poder vivir y compartir eso con ellos. Cuando decidimos tomar parte en el Europeo, sabíamos que lo podía hacer bien, pero ganarlo… ha sido cumplir un sueño; por el que luchas cada día, en cada entrenamiento, pero no es fácil de lograrlo.
– ¿Recomiendas participar en el certamen europeo como preámbulo a competir en el Mundial?
– ¡¡Claro que sí!! Es muy divertido. De hecho, la participación es más alto que en el Mundial de TrialGP y es ideal para ir adquiriendo experiencia en carreras internacionales.
– ¿Son muy distintos en cuanto a nivel de dificultad de las zonas?
– El Europeo y el Mundial se parecen mucho, pero el primero es más familiar, y el ambiente es más sano.
– Por cierto, ¿se nota mucho el cambio de Trial125 a Trial2?
– Si te soy sincero, no creo que el cambio sea tan grande. Pero si lo dices por mis resultados, he sido yo quien no ha estado a la altura.
– La sensación que da desde fuera Trial2 es que los cuatro o cinco primeros compiten en otra liga. ¿Es así?
– Creo que la categoría reina del Campeonato del Mundo es, sin lugar a dudas, Trial2. Tiene mucha más emoción que TrialGP. Los diez primeros clasificados son pilotos con opciones de ganar carreras, y esto nos viene genial. Me gusta que me lo pongan difícil o casi imposible. Esto hace que me esfuerce más y mi nivel suba, y que vayamos más preparados para cuando decidamos dar el salto a TrialGP.
– ¿Y TR2 del Campeonato de España, donde compites desde 2018?
– Me gusta TR2. La segunda división del Campeonato de España es donde me encuentro más a gusto, por el formato y por el nivel de las zonas.
– ¿El cambio de marca y moto precipitó tu subida a Trial2 o ya era lo que queríais hacer para este año?
– Aunque no hubiera cambiado de marca y moto, hubiese subido igual a Trial2. Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Pero tengo que seguir mi propio camino. No soy de los que se queda en una categoría solo para ganar un título. Quiero mejorar siempre y tengo un objetivo que no es nada fácil.
– Desde 2014 hasta el año pasado salías prácticamente a título nacional por temporada. ¿Cómo te las ingeniabas para ganar año sí y al otro también?
– Me gusta mucho ir en moto y me gusta aún más competir. Y tengo la suerte de que Mauro está a mi lado siempre. Él hace que todo sea más fácil, y tira mucho de mi.
– Aparentemente, te adaptabas muy rápido a la exigencia de la nueva categoría. ¿Es así?
– Sí, porque siempre entreno por encima del nivel que compito.
– Por cierto, en 2018 alternaste la 125 en el Mundial con la 300 en el Nacional ¿Te resultaba fácil o difícil pasar de una a otra, y viceversa?
– Me adapto rápido muy rápido. Desde pequeño he ido en motos muy diferentes. Además, he competido en muchas y distintas competiciones como el certamen gallego ‘normal’ y de clásicas, el Campeonato de España de Motocross… Cada día hacía algo distinto y con una moto distinta.
– Y en el Campeonato de España «CET» de TR2 acabaste la temporada noveno, siendo tu mejor resultado dos quintos puestos. ¿Satisfecho?
– Pues no, porque en 2018 acabé SubCampeón del Mundo por delante de Pablo Suárez y Eric Miquel, que a la postre fueron Campeón y SubCampeón de España en TR2. ¿Por qué en España no fui capaz de ganarles?
– Este año has acabado quinto y has subido al podio en tres ocasiones. ¿Para cuándo tu primera victoria en TR2?
– Me habría gustado que hubiese sido en Valderrobres, en Teruel, este año. Pero tendré que esperar a 2020.
– Una duda: ¿Son equiparables en cuanto a nivel de dificultad TR2 y Trial2?
– Son muy parecidos, pero a mi modo de ver, en el CET deberían de incrementar un poco más la dificultad. Me gustaría que fuese mucho más difícil la categoría, puesto que mi intención es dar el salto a TR1 en 2021.
– ¿Cómo ves la reducción de tiempo en zona de 1:30 a 1:20 segundos que se ha aplicado desde 2019 en el CET?
– Lo veo perfecto. Te da tiempo a hacerlo de sobras si la zona está bien marcada.
– Qué prefieres: ¿Menos tiempo en zona y poder parar o más tiempo y correr bajo reglamento nonstop?
– Siempre, siempre y siempre stop. El trial es el trial. No se pueden recuperar y mal cosas que ya han quedado atrás.
– ¿Te resulta fácil o difícil pasar del stop al nonstop y viceversa?
– Es algo que no me preocupa porque no creo que nadie entrene ambas formas. Es más, te diría que nadie entrena hoy en día nonstop. Es antinatural.
– ¿Qué piensas de la zona de calificación del sábado? ¿Te gusta?
– Pues la verdad es que ¡¡me encantan!! Me lo paso genial en ellas. Es algo que llama mucho a los espectadores. Creo que deberían soltarnos a todos a la vez y a ver quién es el guapo que llega ¡¡el primero!! (Risas).
– ¿Le dedicas entrenamientos específicos para ir más rápido en la lucha contra el cronómetro?
– No, y es muy raro que lo haga. Solo cuando me da por jugar un poco.
– Por cierto, ¿cómo es ahora tu rutina de entrenamiento? ¿Sigues haciendo bici, moto y gimnasio casi cada tarde?
– Este verano, como no tenía clase, a las 8 de la mañana salía en bicicleta al menos un par de horas. Después, cogía la moto y entrenaba unas dos horas y media o tres. Y ya por la tarde, tras comer, me marchaba al Centro Gallego de Tecnificación Deportiva, en Pontevedra, donde estaba con mis preparadores. Eso sí, algunos días, aprovechaba y al terminar me encontraba con mis amigos, o cogía otra vez la bici o la moto. Ahora con el cole ya en marcha, la rutina es menos completa.
– Tu tío Mauro (Hermelo) es tu preparador y tu mochilero. ¿Cuándo le haces enfadar más: cuando se trata de que hagas tus ejercicios físicos correctamente o cuando no le haces caso y sigues tu instinto en una zona?
– Mi tío Mauro es muy meticuloso y exigente. Comparte conmigo cada entrenamiento y es mi mejor ejemplo. No en vano, hace lo mismo que hago yo. Bici de carretera, running, moto… Todo. Y como bien has dicho, también es preparador físico. Vamos, que me hace de todo: de mochilero, entrenador, preparador, psicólogo… pero sobretodo de amigo. Lo pasamos genial los dos juntos. No sé qué haría sin él.
– Tu tío asegura que lo que más trabajáis es el aspecto mental durante las carreras. ¿Cuán importante ha sido ese trabajo en todo lo que has conseguido hasta ahora?
– Mauro cree que la mente y las emociones son muy importantes y que hay que saber controlarlas en todo momento durante una carrera. Todo el mundo entre el cuerpo, pero no la mente. En mi caso, ya hace mucho que trabajo con una psicóloga deportiva, con María Leiva, y ahora, además, también tengo un ‘coach’, Diego.
– En un momento de tu etapa de crecimiento entraste en una cámara hiperbárica. ¿Por qué?
– Pues contraje un síndrome de Boutonnière. Debido al crecimiento y al pasar tanto tiempo agarrando un manillar, se me rompieron los tendones de los dedos. Acudimos al CIVI, Centro Médico Hiperbárico de la ciudad de Vigo, y una vez allí, su director, Antonio Sánchez, y al doctor Jesús Cordeiro, me dijeron que me recuperaría al 100% siguiendo uno de sus tratamientos.
– ¿Cómo eran las sesiones?
– Las sesiones duran una hora. Te ponen un casco o escafandra como el que llevan los astronautas y bajan la presión de la cámara en donde te encuentras hasta los 30 metros de profundidad. Por un tubo vas respirando oxígeno puro, que a su vez se va incrustando en los tejidos dañados y los recupera poco a poco. Para nada es una sensación de claustrofobia, ya que es una habitación bastante amplia y segura. ¡¡Entran hasta 14 personas a la vez!! Allí dentro coincidía con muchos jugadores del Real Club Celta de Vigo.
– El resto de tu familia como ya nos has contado, también está muy implicada en tu día a día, así como en las carreras. ¿La familia que viaja y entrena unida… permanece unida?
– Soy un privilegiado. Mi tío Mauro siempre está conmigo e Iker ya es inseparable. Lo vive como nadie y hace por mi lo que nadie haría. Es un apasionado del trial y, por qué no decirlo, también de mi. (Sonríe). Esta en todo momento muy pendiente de mi, y todo lo hace sin pedir ni esperar nada a cambio. Bueno sí, espera que le ponga ganas. Es una persona increíble, super amable y cualquiera de este planeta lo quisiera tener siempre a su lado. También cuento con el apoyo incondicional de mi madre, que no viene a las carreras pero está al tanto de todo, y mi padre, que va un poco pez en esto de las motos. No quisiera dejarme tampoco a mi tía María, la mujer de Mauro, que es también una pieza muy importante del equipo. Tiene mucha paciencia con nosotros y entiende y comprende todo el esfuerzo que todos hacemos.
– ¿Es cierto que pasas 15 días en Aldán, en Galicia, y los otros 15 días del mes por Cataluña entrenando y mejorando?
– Intento hacerlo. Siempre que podemos pasamos parte del mes allí. Tengo grandes amigos y mantengo muy buena relación con todos, como con la familia Canales o la familia Avendaño. Siempre tienen las puertas abiertas para mi y hacen que su casa se convierta por unos días también en mi hogar. Aprovecho la oportunidad para darles las gracias desde aquí a todos ellos. Pero ahora estoy viviendo en casa de Adam Raga. Él es quien me cuida y me enseña los secretos de este deporte. Es un gran campeón y profesional, y es una persona muy inteligente.
– ¿Sigues estudiando o has aparcado los estudios momentáneamente?
– Estoy en un programa de atención y apoyo integral al deportista de Alto Nivel gracias al Consejo Superior de Deportes. De ahí que pueda combinar entrenamientos con estudios sin problemas.
– ¿Qué te gustaría ser de mayor?
– ¡¡Quiero ser Campeón del Mundo!! (Risas)
– Por cierto, ¿practicas (o practicabas) algún otro deporte?
– Intento practicar otros deportes de la moto. Soy un apasionado el motocross. También me gusta el ciclismo en ruta y practico enduro en bicicleta. Aunque una de las cosas que más me gustan es practicar con mi tío Mauro artes marciales.
– En la Montesada se presentó oficialmente la nueva Cota RR301. ¿Te gusta?
– Como ya sabréis, está disponible en dos colores. Creo que el gris oscuro es algo nunca visto antes en el mundo de la moto y creo que ese color va a arrasar entre los aficionados.
– ¿Te ves con ella la próxima temporada nuevamente en la Montesa Talent School o tienes ofertas para cambiar de marca?
– Me veo allí en 2020. De hecho, me gustaría seguir vinculado a Montesa-Honda de por vida. Es a lo máximo que puedes aspirar como piloto.
– Uno de tus compañeros en Montesa, Gabriel Marcelli, se mudó en su día a Ripoll, Girona, para entrenar y estudiar. ¿Te han planteado seguir sus pasos y hacer lo mismo?
– Sí, me lo planteo, y en cierto modo creo que ya lo he hecho. En Cataluña, en Barcelona, están los ‘pros’ y las principales marcas, y necesito estar allí. Pero Aldán tiene todo lo demás. Es el sitio más bonito del mundo.
– A todo esto, ¿quién ha sido, o es, tu rival más acérrimo?
– No tengo un rival al uso. Intento aprender de todos y al mismo tiempo tener una buena relación.
– ¿Y tu mejor amigo dentro del paddock?
– Tengo muchos y no quisiera nombrar a unos y dejarme a otros. Pero como me lo preguntas… Álex Canales, David Avendaño, Eric Miquel, Pablo Suárez, Pol Medinyà, Aniol Gelabert, Gabriel Marcellí, Jorge Casales, Jaime Busto…
– A todo esto, ¿cómo llevas el ser un ‘chico Dunlop’?
– (Risas). Pues muy bien. Dunlop es una gran marca y sus neumáticos son de lo mejor. Ser embajador de Dunlop es una oportunidad muy grande. Además, las chicas Dunlop son muy simpáticas y amables. (Más risas).
– Cuenta la leyenda que aprendiste a ir sobre dos ruedas antes que a caminar por el pasillo de tu casa. ¿Es así?
– (Risas). Eso dicen, yo no lo recuerdo. (Sonríe).
– ¿Cuál es tu primer recuerdo de ti compitiendo en trial?
– Fue en Portugal y al manillar de una Clipic. Y fue precisamente allí cuando me bautizaron como ‘Martín Volador’. (Sonríe).
– ¿Tenías algún piloto favorito? ¿Sigue siendo el mismo?
– Mis ídolos siempre han sido Albert Cabestany, Adam Raga y Toni Bou, y a día de hoy lo siguen siendo, pero de quien de verdad soy muy fan es de Jorge Casales.
– ¿Qué retos te marcas para lo que queda de temporada y la próxima?
– Ganar las carreras en las que participes, y ya pensando en 2020 me gustaría ser Campeón de España en TR2 y acabar lo más arribar posible en el Mundial de Trial2, así como en el Campeonato de Europa absoluto.
