Entrevista a Sergio Ribau, piloto del Team Beta Trueba

El mejor piloto del Team Beta Trueba Factory Trial en 2017 busca dar el salto esta temporada al Campeonato del Mundo de Trial2 tras dejar su impronta en Trial125.

 «Para poder llegar a la élite, necesitas un buen apoyo de una fábrica»

Uno de los jóvenes que más evolución ha mostrado durante el último año ha sido el ilerdense Sergio Ribau. El mejor piloto del equipo de formación de Beta Trueba la campaña pasada a nivel nacional e internacional se ha marcado para este 2018 nuevos retos; nuevos desafíos, y hasta Ripoll, la localidad en la que comparte entrenamientos y clases con otros talentos nacionales, nos desplazamos para conocer qué impresión le han causado los nuevos cambios experimentados en el CET, así como para hacer balance a su buen 2017.

– Si te parece, empecemos por lo más reciente: ¿qué balance haces del CET 2018 en La Nucía?

– En La Nucía no hice una buena carrera, la verdad. El resultado no fue bueno y durante la misma cometí bastantes fallos. No sé. Estaba bastante nervioso. Supongo que por ser la primera carrera de la temporada. Y a parte de esto, en la zona 3 de la segunda vuelta, en una bajada, me hice daño en la muñeca y en la espalda, y ya desde allí fui con molestias el resto del trial.

– ¿Qué te parece el nuevo Nacional?

– Bueno. Siendo la primera carrera no he notado mucho los cambios: Sólo los obvios, como lo del tiempo en las zonas, que eran prácticamente igual que el año pasado pero con 10 segundos menos. Por otra parte, lo de los 20 minutos parados entre vuelta y vuelta te da tiempo para relajarte y descansar un poco, pero pierdes todo el ritmo y tensión de carrera. Cuesta un poco reactivarse. Pero habrá que acostumbrarse.

– Has mencionado la reducción de tiempo en zona de 1:30 a 1:20 minutos. ¿Cómo ves la medida?

– A mi modo de ver, con un minuto y medio creo que ya estaba bien, porque exigía un buen nivel de físico en cada zona y en el total de la carrera. En el trial, una parte muy importante es la resistencia física. Antes de La Nucía, pensaba que las zonas serían más cortas y el nivel de físico, por lo tanto, sería inferior. Pero ha resultado que al haber menos tiempo y las zonas igual de largas, tienes que estar todavía mejor preparado física y mentalmente para hacerlo bien y acabar a tope la carrera.

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– En La Nucia, TR1 disputó una zona de calificación el sábado; algo que tú ya experimentaste la temporada pasada en el Mundial de Trial125. ¿Te gustaría que se implantara definitivamente en el CET y para todas las categorías?

– Pues mira, sí que me gustaría que se implantara en el CET, ya que es una buena manera de decidir el orden de salida y, además, es un buen reclamo para atraer al público. ¿Por qué? Se puede ver a todos los pilotos en la misma zona, y eso creo que es una buena manera de promocionar nuestro deporte. En cuanto a orden de salida, es una manera de dar un poco más de emoción al comienzo de carrera.

– En noviembre, en Peñarroya-Pueblonuevo, tu categoría, TR2, junto con otras cinco, tendrá puntuación doble. ¿Te gusta la idea?

– A nivel personal no me gusta la idea, ya que te lo juegas todo a una sola prueba, y si tienes un mal día o un buen día te puede alejar o acercar al podio de la general. Digamos que no se recompensa el trabajo de toda la temporada, sino de un momento concreto de la misma. Pero entiendo que en la última carrera, al estar decididas algunas categorías, la participación es más baja y para los organizadores es una pena.

– Este 2018, para muchos, eres uno de los principales favoritos a pisar el podio en cada cita. ¿Tú también lo crees así?

– (Risas). ¿Sí? ¡¡Ojalá!! a partir de ahora así sea. (Sonríe). Yo, por mi parte, voy a poner todo mi empeño en ello; aunque en esta categoría los rivales tienen todos un muy buen nivel. (Vuelve a sonreír).

– Por cierto, en el Mundial, el promotor te ha preseleccionada para Trial125, la categoría en la que te vimos en 2017. ¿Contento?

– Estoy contento, pero he decidido dar el salto y participar en Trial2. A ver si finalmente me aceptan en ella. Creo que lo puedo hacer bien. Y será un muy buen reto para mi; para seguir mejorando.

– ¿Por qué quieres dar el salto a Trial2 este año?

– La categoría de Trial125 ya la probé el año pasado y este año quería seguir evolucionando y experimentar nuevos retos; a pesar de que me expongo a acabar en una posición baja y que si continúo en el octavo de litro podría optar al triunfos y podios.

– En 2017 fuiste el mejor piloto de Beta Trueba en el Mundial. Y eso que sólo competiste en tres pruebas. ¿Satisfecho con tu estreno mundialista?

– Estoy parcialmente satisfecho. Mi debut en el Mundial, debido a mi inexperiencia, fue muy irregular. Creo que lo podría haber hecho mucho mejor, pero el no poder participar en todas las pruebas no me dio la oportunidad de comprobarlo. Ojalá este 2018 pueda hacerlo en el máximo de carreras posibles.

– ¿Te resultó fácil o difícil pasar del stop al non stop y viceversa?

– Parecerá raro, pero me resultó relativamente fácil la temporada pasada. La verdad es que tuve muy poco tiempo de adaptación entre unas pruebas y otras, y no me quedó más remedio que adaptarme ¡¡rápido!! (Risas).

– ¿Y de la Evo 300 a la Evo 125 y viceversa?

– Es lo mismo. Iba cambiando de moto sobre la marcha y lo cierto es que no me costó mucho esfuerzo acostumbrarme al cambio. Pero tengo que decir que lo ideal sería competir en todas las pruebas con una moto de la misma cilindrada. Por eso tengo tanto interés en pasar a Trial2. Para evitarme tanto mareo. (Sonríe).

– En el pasado Nacional fuiste claramente de menos a más, incluso pisaste por primera vez el podio. ¿Esperabas acabar tan bien en tu primer año en TR2?

– Fue un año de muchos cambios e inestabilidad a nivel personal y deportivo. Creo que podría haberlo hecho bastante mejor. De hecho, a finales de año, cuando todo empezó a encajar en su sitio, los resultados mejoraron muy mucho.

– Por qué decidiste subir a TR2 tras ser tercero en Júnior en 2016? ¿No hubiera sido mejor seguir un año más y luchar por el título?

– Tienes razón, acabé tercero; en el podio. Pero para mí, lo más importante, en estos momentos, no es hacer podio o ganar un título en una categoría inferior, sino ir evolucionando deportivamente día a día. Y entre tú y yo: me motivaba más subir a TR2. (Risas).

– ¿Notaste mucho el cambio de categoría?

– ¡¡¡Sí que noté cambio!!! Pero la verdad es que me esperaba todo más difícil. (Sonríe pícaramente).

– La nueva categoría coincidió con tu entrada en la Talents Trial Ripoll de la Federación Catalana. ¿Qué supuso para ti entrar en el proyecto formativo de la FCM?

– Me hizo ilusión que la FCM contara conmigo. Poder compaginar estudios de bachillerato con un entrenamiento diario es todo un lujo, y estoy muy agradecido por la confianza. Es verdad que supuso muchos cambios en todos los aspectos; tanto en los estudios, con cambio de institutito incluido, como personales, los amigos, familia lejos…, y, por supuesto, de entrenamientos. Pero está siendo toda un experiencia.

– En ella has compartido y compartes entrenamientos con otros pilotos de Beta Trueba y del CET. ¿Quién te ha sorprendido más por su evolución?

– Clarísimamente: Gabriel Marcelli. Me ha sorprendido muchísimo su evolución, así como fantástico debut en TR1 la temporada pasada. A nivel personal, tenemos una muy buena relación, tanto de amistad como deportiva. Me alegro mucho por sus éxitos.

– ¿Te resulta fácil o difícil compaginar estudios con entrenamientos?

– Me resulta bastante complicado. (Sonríe). El bachillerato es muy difícil y requiere de mucho tiempo para el estudio, y precisamente tiempo no me queda demasiado después de entrenar a tope. Pero me esforzaré para dar el máximo también ¡¡en las aulas!!

– A uno de tus compañeros en Beta Trueba lo vimos en el Europeo el año pasado. ¿Contemplas participar en él este 2018?

– Junto con mis padres lo estamos valorando, pero aún no hay nada decidido.

– A todo esto, ¿de quién es ‘la culpa’ de que practiques trial?

– El vivir en un pueblo de los Pirineos, que es un paraíso para la moto de campo, facilitó mucho las cosas. Mi padre, que es un amante del motociclismo, tenía la ilusión de poder ir con su hijo en moto por las montañas. Sin embargo, la culpa definitiva creo que fue de… ¡¡Papa Noel!! (Risas). Él fue quien me trajo mi primera moto. (Sonríe).

– ¿Recuerdas cuándo te subiste por primera vez a una moto? ¿Y tu primera carrera?

– La primera vez que me subí a una moto de gasolina fue el día de Navidad de 2006, con 6 años recién cumplidos. Durante unos meses, gasté un montón de depósitos de gasolina dando vueltas por un prado llano en Pont de Suert, Lleida. ¿Mi primera carrera? A ver… si la memoria no me falla… fue en 2007; en el Trial de Nens de Tarragona.

– Has pasado por las manos de Marcel Justribó. ¿Qué has aprendido de él?

– Marcel ha sido para mí algo más que un entrenador y mi mochilero. Técnicamente, el tipo de pilotaje de Marcel es especial y he aprendido mucho de él. Es quien me ha hecho subir de nivel. Dejando a un lado nuestra estrecha relación personal, ya que es un muy buen amigo, una de las cosas que más me gusta de su forma de entender el trial es que disfrutas mucho practicándolo; lo pasas muy bien durante sus entrenamientos. Hace que la disciplina sea divertida.

– Sin embargo, quien te enseñó los primeros secretos de nuestro deporte fue el malogrado Ciriac Grados en su Escola Catalana de Trial. ¿Cómo surgió la posibilidad de entrenar con él?

– En una de mis primeras carreras de niños en Castellolí, Barcelona, vimos que muchos de los niños estaban con él. Hablamos y nos dijo que tenía una escuela y que si queríamos ir podíamos hacerlo sin ningún compromiso; que fuésemos cuando quisiéramos y pudiésemos. Íbamos tan a gusto y aprendía tanto con ‘Ciri’ que no nos perdíamos ni una clase. Sé que allá donde está sigue velando por todos los niños y niñas que compartimos entrenamientos y momentos con él.

– Eres de Pont de Suert, en Lérida, y la escuela de trial está en Santa Margarida de Montbui, Barcelona. ¡Vaya madrugones! los sábados, ¿no?

– (Risas) Teníamos dos horas y media de viaje, pero no recuerdo que dejásemos de ir por pereza. Cuando llegábamos a Montbui sobre las nueve y media o así de la mañana, nos pegábamos un buen almuerzo con las otras familias para coger fuerzas y se te olvidaba el madrugón y la pesadez del viaje. (Sonríe). La vuelta, eso sí, casi siempre la hacía durmiendo. (Más risas).

– Por la ECT también pasó en su día Arnau Farré, amigo tuyo y el piloto ilerdense de referencia en estos momentos. ¿Qué te parece su fichaje por Vértigo?

– No sólo Arnau Farré, sino muchos de los pilotos que hoy están en la élite. Con alguno de ellos también coincidí en la escuela de Ciriac. ¿El fichaje de Arnau por Vértigo? ¡¡Me parece fantástico!! Además de ser una moto española, tiene todo el apoyo de fábrica y eso es muy importante para que un piloto tenga estabilidad y pueda trabajar bien y dar lo mejor de sí. Arnau se lo merece y seguro que cuando vuelva de su lesión se notará a las primeras de cambio en sus resultados.

– Este 2018, Farré ha competido en el X-Trial y en el Indoor de Barcelona. ¿Te ves en dicha competición y en dicha prueba dentro de unos años?

– ¡¡Me encantaría!! (Se le ilumina la mirada). Desde muy pequeño he seguido el Mundial de Trial Indoor y, por supuesto, también el Indoor de Barcelona, y siempre he soñado con poder estar allí algún día. Cuando vi a Arnau allí, disfrutando, me dio mucha envidia (Risas).

– A todo esto, al ser ilerdense… ¿es él tu piloto favorito?

– Arnau es ilerdense, y junto con Marc Cots, somos algo más que pilotos de Lleida, somos amigos. Sí que es uno de mis pilotos favoritos porque he seguido muy de cerca su evolución. Pero sobre todo porque es un chico muy cercano, prudente y muy buena persona.

– ¿Qué es lo que más te gusta de él como piloto?

– Lo que más me gusta de él como piloto es su pilotaje y su finura en cuanto a técnica se refiere. Su disciplina y entusiasmo en los entrenamientos y cómo sabe desconectar y hacer broma fuera de ellos.

– De vez en cuando entrenas con él. ¿Qué te parecen sus entrenamientos?

– Cuando entreno con él, que voy a decir, aprendo mucho. Me ayuda y me corrige. Me gusta la seriedad y profesionalidad con que entrena. Es perseverante y cuando algo no termina de salirle bien, no para hasta conseguirlo. Sin embargo, eso no quita que con él todo sean bromas y desenfado. (Sonríe).

– La temporada pasada fue Marc Cabré quien te acompañaba en las zonas. ¿Qué te aporta Marc?

– El año pasado tuve una temporada algo convulsa hasta que encontré a Marc. Y la verdad, ha sido una gran suerte para mí. Desde el primer momento se hizo cargo de mi situación y detectó mis puntos fuertes y mis debilidades. Él me aporta serenidad y confianza en mí mismo. Es muy exigente. ¡¡No me pasa ni una!! Pero por otra parte, es muy comprensivo y me transmite muy buen rollo. Me encuentro muy a gusto con él.

– Y en algunas pruebas del Mundial te aconsejó Marc Cots, uno de los mejores en el CET 2017 en Júnior y a quien este año tienes ya como rival en TR2. ¿Quién de los dos es más estricto?

– Marc Cots es Marc Cots. (Sonríe). Es mi amigo. Sin duda, la experiencia del Mundial con Marc no la voy a olvidar nunca. Fue muy divertido. Somos muy parecidos de carácter. A los dos nos gusta un poco el cachondeo, pero a la vez, a la hora de ser estrictos, lo somos.

– ¿Qué le pides a este 2018?

– Conseguir buenos resultados y, sobre todo, seguir evolucionando como piloto y persona para llegar cuanto antes a la élite. (Sonríe).

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