Antoni Ramonet, ganador del Trofeo Nacional de Veteranos A en 1995 y de Veteranos en 2018, aboga por que el primer nivel de Veteranos cuente con las mismas zonas por vuelta que las categorías élite del Nacional y además propone una solución al reglamento Stop / Non Stop.
“El reglamento necesita cambiar, propongo quitar el límite de tiempo en zona y sumar el tiempo empleado en el total de zonas”
Ramonet es uno de esos apellidos con historia y legado en nuestro deporte. Sin ir más lejos, hasta en dos ocasiones aparece en el palmarés de campeones del Campeonato de España de Trial. Para ser exactos, en las categorías Veteranos A y Veterano, los años 1995 y 2018, y escoltando al nombre de pila Antoni.
Pues bien, hasta la población barcelonesa de El Masnou en donde se encuentra su pequeño taller de automoción nos hemos desplazado este verano para conocer un poco más a uno de los hombre fuertes de la actual categoría Veteranos A del Campeonato de España de Trial 2022.
Una vez ya en su casa de Teià, localidad cercana, descubrimos a un Ramonet que es un verdadero enamorado de nuestro deporte. Le gusta practicarlo con cualquier moto. Eso sí, en competición, se siente más a gusto con una clásica, mientras que para entrenar prefiere hacerlo con una moderna.
Cuestionado sobre sus preferencias entorno al reglamento stop y nonstop, el catalán nos sorprende presentándonos su propia alternativa a dicha dicotomía.
– Si te parece, empecemos por lo más reciente. Te estrenaste esta temporada en Camprodón, en el Noassar Park, con un segundo lugar. ¿Por qué no te vimos en Arteixo?
– Por motivos de trabajo. Somos una empresa pequeña y a veces es imposible compaginar el trabajo en ella con las carreras.
– ¿Qué te pareció el debut de Noassar como sede del Campeonato de España?
– Uno de los mejores triales que he corrido. Tendrían que haber más triales como ese en el calendario. El lugar es ideal.
– ¿Conocías el lugar?
– Sí, de otros triales, como los Dos Días de Trial Kmprodon. ¡¡Es fantástico!!
– Dado que pisaste el podio en la cita gerundense, ¿te gustaría que repitiera como escenario del campeonato nacional en próximas campañas?
– ¡¡Por supuesto!!
– ¿Lucharás este 2022 por el título nacional en Veterano A?
– Mira. Por desgracia, al no haber podido asistir a la doble cita de Arteixo, creo que no podré. No es viable luchar por el título.
– A finales de 2020, la RFME decidió desdoblar la categoría en la que compites, contando ahora con Veteranos A y B. En esta su segunda temporada, ¿que valoración haces de dicha decisión?
– Me parece una decisión muy acertada. Pero lo que encuentro a faltar es un número más elevado de zonas en cada prueba, ya que 10 zonas por vuelta en un Campeonato de España es algo insuficiente. Nos podrían poner las mismas que TR3, por ejemplo.
– ¿El nivel actual de Veterano A es el adecuado o habría que subirlo?
– Depende del lugar, del tipo de zonas… A mí me parece que no se trata de subir o bajar el nivel. Más bien se trata de marcar zonas con dificultad, pero no peligrosas.
– Eres BiCampeón de España en la clase Veteranos. ¿Qué recuerdas de tu primer título en Veteranos de aquel 1995?
– Recuerdo sobre todo que me enfrenté a dos muy buenos rivales, como son, por ejemplo, Santi ‘Chic’ Serra y Enric Messeguer, entre otros.
– Lo cierto es que era una categoría muy reñida, con pilotos de entre 28 y 35 años de mucho nivel, como tú, Joan Solé Rovira o Narcís Sánchez, entre otros. ¿No es así?
– Como muy bien dices, todos tenían muy buen nivel. Tenías que ir muy fino para vencerles. (Sonríe).
– Y ¡¡13 años después!! repites corona en Veterano A. ¿Es cierto eso de que es más fácil llegar que mantenerse?
– Sí, claro. Mantenerse exige más constancia, ganas y entrenamiento. Pero yo no me dedico profesionalmente, y tal vez esto hace que nunca pierda las ganas y siempre tenga el ‘gusanillo’. Por eso, supongo que aprovecho más los momentos que puedo dedicarle al trial; mi hobby.
– Recuperaste la corona ganando tres de las cuatro carreras y siendo segundo en la segunda. ¿En alguna de las citas temiste por el triunfo?
– ¡¡Siempre temes por el triunfo!! (Risas). Además, ya sabes lo que dicen: ‘No hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado’.
– Javier Palau, Manuel Panizo o Vicente Tur, entre otros, fueron tus principales adversarios. ¿Qué destacarías de cada uno de ellos como pilotos?
– Todos son buenos trialeros. Cada uno con su estilo y cuando tienen un día más acertado… ese día son tu adversario. Creo que lo importante es que me llevo muy bien con todos, y disfrutamos mucho de este deporte.
– Por cierto, dos títulos y con dos marcas distintas: GasGas y Sherco. ¿Con cuál pilotabas más a gusto?
– En su momento con la moto que llevé era con la que me encontraba más a gusto. Por eso a la pregunta te responderé que piloté muy bien con las dos.
– Sin embargo, tu debut oficial en el Campeonato del Mundo parece ser que lo hiciste en Peramola, en 1996, a los mandos de una Fantic. ¿Qué imagen tienes de aquellas 21 zonas a superar en 2 vueltas?
– A ciencia cierta, te diré que mi debut en el Campeonato del Mundo se produjo bastante antes. Fue en Olot, Girona, y poco después me desplacé hasta la localidad italiana de Sestriere. ¿El año? 19…¡86!
– ¡Aquello sería una interesante aventura! ¡Cuéntanos!
– Pues sí. Fui con muy pocos medios, junto a Narcís Sánchez y nuestras respectivas novias. Nos desplazamos en coche y con remolques prestados para dormir en tienda de campaña. Te explicaré una anécdota de aquella carrera. En la antepenúltima zona apareció el estadounidense Bernie Schreiber con el manillar completamente desplazado hacia adelante y las manetas torcidas. Yo llevaba en mi mochila herramientas y él me las pidió. Pero observé que no era muy diestro con ellas y decidí echarle una mano, hacerle yo la reparación. Le puse el manillar en su sitio y todo a punto. Muy cortesmente, me dio las gracias. Como todavía teníamos que hacer la zona me quiso ceder el paso, a lo que yo le dije que no, que le quería ver en acción. Quería ver cómo lo hacía. La zona era preciosa e hizo un cero muy guapo. Yo, en cambio, la pasé como pude. (Risas). Llegamos los dos prácticamente juntos al podio de llegada y allí el comisario de la carrera me comunicó que me ¡ban a descalificar por pasarme del tiempo máximo permitido en apenas treinta y pico segundos. Bernie, que estaba allí, intentó mediar en mi favor. Pero no hubo solución y acabé fuera de la carrera.
– Aquella carrera en Peramola la ganaría el belga Eddy Lejene con 31 puntos y tú terminarías el 48 de 58 con un acumulado de 146 puntos. ¿Coincidiste con él en alguna zona?
– No, pero sí con otros muchos pilotos a los que admiraba.
– ¿Y con el resto de super pilotos del momento: Philippe Berlatier, Thierry Michaud, Diego Bosis, Jordi Tarrés, Gilles Burgat, Andreu Codina, Steve Saunders, Donato Miglio, Joan Freixas, Lluís Gallach, Gabino Renales o Amós Bilbao?
– Sí, con bastantes de ellos, y sabia muy bien quienes eran. (Sonríe). Excelentes pilotos todos ellos.
– Estás de acuerdo en afirmar que puntuar antes en la clase máxima del Mundial era mucho más complicado que ahora?
– ¡¡Por supuesto que sí!! porque antes había un gran numero de participantes en la clase máxima, en élite. Por el contrario, actualmente, en TrialGP o TR1 apenas llegan a cubrir el cupo de los pilotos que puntúan.
– ¿Se podría decir lo mismo del Campeonato de España «CET»?
– Exactamente igual.
– ¿Por qué no te disfrutamos más en el Campeonato del Mundo?
– Por motivos de trabajo, y también económicos. Es difícil compaginarlo todo.
– Por cierto, en el reciente Trial de Clásicas de Amurrio te vimos en Expertos sobre una Fantic, no mucho más antigua que la de tus aventuras mundialistas.
– Cierto, pero no, no tiene nada que ver aquella moto con la que corro ahora en clásicas. (Sonríe). No es la misma aunque sí que tuve una igual en su momento.
– A todo esto, ¿trial con moto clásica o moderna?
– A mi lo que me gusta es el trial, y con cualquier moto lo disfruto. Pero en competición me siento mucho más a gusto al manillar de una moto clásica. No sabría decirte si es por el ambiente o por lo dinámico que es. Sin embargo, para entrenar, prefiero hacerlo con una moto moderna.
– Entre stop o non stop, ¿con que reglamento te quedas?
– Tal y como está planteado ahora mismo… con ninguno de los dos. Me explicaré. Creo que el stop de hoy en día, con 1:20 segundos es estresante. Nunca me ha gustado que me pongan un cinco por exceso de tiempo en la zona, eso no es trial ya que penaliza la rapidez y no la habilidad. Y por el contrario, el non stop de ahora se me hace demasiado lento. Se permite parar algunos segundos, principalmente porque las zonas tal y como se marcan no son las adecuadas para ese reglamento.
– El reglamento del trial no ha sufrido cambios sustanciales desde su inicio. Creo que está estancado entre stop y non stop. Los reglamentos actuales han conducido a que se marquen cada vez pasos más bestias en lugar de pasos más técnicos o de los denominados ‘trialeros’. Por eso, los pilotos que quieren subir de categoría se encuentran en muchas ocasiones con un nivel tan alto de dificultad que da hasta miedo.
– ¿Y que propones como solución?
– En mi opinión, el reglamento debe potenciar que el piloto haga trial en la zona y no que la tenga que pasar volando. Lo primero que yo haría sería quitar la limitación de tiempo en la zona, tal y como está establecida ahora. El piloto tiene que ir a su aire, a gusto, y afrontar los obstáculos sin agobios por las prisas. Ello no quiere decir que pueda eternizarse el paso por las zonas, como pasaba hace unos años y que se solventó con la mencionada limitación de tiempo en las zonas. Propongo que se cuenten los pies que hace el piloto en las zonas, pero también que se contabilice el tiempo que invierte en franquear cada una de las zonas y después se sume el tiempo total invertido en todas las zonas. El tiempo empleado en el total del recorrido va a parte y se mantendría contabilizado como ya está contemplado actualmente, con la única diferencia que habría que sumarle el tiempo empleado en las zonas.
– ¿Puedes desarrollar tu idea un poco más?
– Sí, me refiero a que en las zonas lo que importa realmente es la habilidad, los pies, sin tener límite de tiempo, pero que al mismo tiempo se premiaría a los pilotos que son más dinámicos y ágiles, los más rápidos, sin que esta velocidad de ejecución sea excesivamente determinante.
Para ello Se podría establecer la siguiente puntuación. Por cada 30 segundos invertidos, se sumaría 1 punto. Eso significaría que, por ejemplo, si acabas un trial con 15 puntos por pies y lo completas empleando 20 minutos y 12 segundos en el total de las zonas marcadas… haríamos la siguiente suma: 15+40 = 55 puntos más los 12 segundos. Creo que nunca habría empates y se podría bajar sustancialmente el nivel de peligrosidad de las zonas. De este modo, se incentivaría al piloto a no perder tiempo dentro de la zona. Pero habría suficiente margen ya que se necesitarían como decía al principio 30 segundos de tiempo para acumular 1 punto. El trial sería así mucho más atractivo para el público, menos aburrido, y además más fiel a su origen y pureza.
– ¿No sería algo complicado para el control de zona?
– Todo lo contrario, ahora que todo se gestiona con el móvil y una app, creo que no debería ser muy complicado añadirlo a lo que se hace ahora con la tableta de los jueces. El control solo tendría que apretar inicio y fin, sin estar pendiente del cronómetro. De este modo, creo que se le quitaría responsabilidad a los controles. Que si ha parado, que si no lo ha hecho, que si se acaba el tiempo…
– Suena bastante interesante. ¿Se lo has propuesto a la RFME?
– Se lo estuve comentando hace unos años a Jesús Plaza, pero en aquel entonces la gestión de los jueces no se hacía con los móviles como ahora con TrialGO, por lo que lo veían difícil de aplicar. Después llegó el Covid… Quizás ahora sería un buen momento de que se lo planteasen de nuevo, creo que sería muy positivo para el trial y para su imagen, sobretodo porque hay una ruptura de la imagen del deporte. A los veteranos no nos gusta mucho cómo es el trial ahora ni a los jóvenes les suele gustar lo del Non Stop, así que esto es una especie de solución intermedia que podría agradar a todos.
– Hablando de veteranos, en 2012 participaste por primera vez en el Campeonato de Europa, en la categoría +40 años. ¿Qué tal la experiencia?
– Muy buena, con un ambiente excepcional, una organización impresionante, un nivel de zonas muy adecuado… Una experiencia muy agradable, la verdad.
– ¿Por qué decidiste correr en Varallo Sesia, Italia?
– Porque era la primera prueba del campeonato y la intención inicial era hacerlo todo entero. Pero mi hijo Jordi sufrió una caída en moto bastante seria haciendo motocross, con operación incluída, pocos días antes de la segunda carrera del campeonato. Y obviamente ya no la disputé, así que ya no había opciones de luchar por una buena posición en el Campeonato y ahí se quedó la cosa.
– ¿Se adaptó bien la Beta Evo 300 al recorrido?
– La moto fue perfecta. A quien le costaba adaptarse… ¡¡era a mi!! (Risas) Patinaba muchísimo el terreno. Pero me gusto mucho la experiencia.
– ¿Por qué esperaste seis años para volver al mismo y realizar el campeonato al completo?
– Por lo mismo de siempre: al no poder compaginar trabajo con mi hobby, porque el trial no deja de ser eso para mi, un hobby.
– En 2018, por cierto, terminaste sexto; siendo tu mejor resultado un quinto lugar en Parcmotor Castellolí y retirándote en Isola 2000. ¿Qué crees que te faltó para pisar el podio?
– Muchas horas de entrenamiento y algo menos de edad (Risas). ¡Era de los más mayores! ¡Tenía 58 años! (Más risas).
– ¿Confiamos en una tercera incursión en el Europeo?
– ¡¡Ojalá!! Ganas no me faltan.
– ¿Y acompañando a tu hijo Jordi?
– ¡¡Eso también sería fantástico!!
– En algunas ocasiones le hemos visto acompañarte en las zonas del CET como mochilero. Pero normalmente vas solo, ya que él compite en niveles más elevados, como TR3 o TR4. ¿Por qué no salís juntos los domingos de carreras?
– Siempre entrenamos juntos, pero en las carreras cada uno compite en su nivel; aunque nos ayudamos al máximo.
– ¿Hay ‘pique’ para ver quién acaba mejor en la tabla?
– ¡¡Siempre!! A los dos nos gusta ganar. (Risas).
– Por cierto, ¿practicas alguna otra especialidad más?
– Me gustan todo los deportes, y si son de moto aún más. De hecho, también practico motocros. Ocasionalmente, lo entreno junto con mi hijo Jordi. Y no se me da mal del todo. (Sonríe). En 2014, si ir más lejos, gané la Liga Catalana de Motocross en la categoría MX5. Aquel año no me coincidió con ningún trial, por lo que pude disputarla al completo. Y es que para mi, el trial siempre ha sido prioritario.
– A todo esto, ¿quién te descubrió el trial en moto como deporte?
– Lo descubrí en mi pueblo, Teia, en el Maresme (Barcelona). El ambiente que se respiraba era muy motero: motocross, trial, enduro… y en ese momento me interesó más el trial.
– Muchos pilotos de aquellas épocas empezaron en esto del trial con la bicicleta. ¿Tu también?
– En mi generación no existían las bicicletas de trial propiamente como tales. Teníamos las míticas e icónicas BH, y con ellas intentabas hacer algo que se pareciera al trial. Pero no eran muy adecuadas para ello, y eso que muchos las tuneábamos. (Risas).
– Asimismo, muchos se aventuran a correr los Seis Días de Trial de Escocia. ¿Tú no?
– Yo he participado en dos ocasiones. La primera, en 1988. Fui al SSDT con Ángel Diez y Joan Solé Rovira, con un Ford Sierra. Fue un viaje lleno de aventuras. Y la siguiente, dos años más tarde, en 1990. Fui con un grupo mayor de españoles y con mi familia. Ya tenia por aquellos entonces a mi hijo Ricard (tenía ya 2 años). También vivimos muchas aventuras por los ‘highlands’ escoceses. (Sonríe).
– Se dice que si practicas trial al menos una vez en la vida deberías disputar los Seis Días de Escocia. ¿Estás de acuerdo?
– Creo que es una prueba única y mítica, por lo que tomar parte en la misma es una experiencia indescriptible. Pero tampoco creo que sea imprescindible participar en ella para ser un buen trialero. (Sonríe).
– ¿Recuerdas cuál fue tu primera moto? ¿Y carrera oficial?
– Mi primera moto fue una Puch Minicross, y mi primera moto de trial fue una Montesa Cota 348. ¿Mi primera carrera oficial? En Alpens, Barcelona, y valedera para el Campeonato de Cataluña. ¿Cuándo? Hace ya demasiado tiempo. (Risas). A esas carreras nos desplazábamos con una furgoneta Citroen 2CV prestada por un amigo porque no disponía de vehículo propio para desplazarme. A cambio de que me la dejara, yo le mantenía el coche a punto. (Sonríe).
– Hemos visto en tus redes sociales una foto de tu boda en la que paseas a tu señora sobre una Montesa Cota. ¿Dónde quedó aquello de una carroza con caballos para recoger a la novia?
– Aquello fue una sorpresa que nos hicieron la familia y amigos trialeros. Llevaron la moto con que competía en ese momento al banquete de la boda y a partir de ahí… se formó parte de la fiesta. (Sonríe).
– Si tu hijo decide en algún momento pasar por el altar… ¿crees que emulará a sus padres?
– … ¡¡Seguramente!! ¡¡y más!! (Risas).
– Para terminar… Por tu experiencia y bagaje, ¿quién crees que ha sido el mejor piloto de la historia de este deporte?
– El mejor piloto es el que actualmente sigue haciendo historia: Toni Bou. Aunque quien era mi ídolo cuando empecé a hacer trial era Bernie Schreiber.
– ¿Quieres añadir alguna cosa más?
– Quisiera agradecer las ayudas recibidas por parte de lo que creo que son buenos amigos: la Escudería Sastre de Granollers (Barcelona) en mis inicios; la Escudería Isern, con Josep y Montse siempre superimplicados en el mundo de las motos; la extinta KM2, con Albert Casanovas y José Luis Rodriguez al frente, les estaré eternamente agradecido; Motos JAB de Mataró, con la familia Benítez; la tienda Six Lyon, con los hermanos Xavi y Sergio León, siempre muy activos, y Subirà Motos, con Jaume Subirà, en las competiciones de clásicas. También a otros muchos en periodos más cortos, pero no menos importantes. Y a día de hoy me gustaría dar las gracias a TRO Motos, con Marc Ribas al mando de ese gran equipo. También a todas las grandes marcas de motos que he tenido el placer de poder pilotar y que pienso seguir llevando. Muchas gracias a todos. Y por supuesto a mi mujer, Rosa, a mis dos hijos, Ricard y Jordi, y a mi familia por apoyarme siempre.