El nuevo Reglamento de Vehículos Históricos queda paralizado por la convocatoria de elecciones, pero lejos de ser una mala noticia, podría ser todo lo contrario, ya que la intención de la DGT podría esconder un maquiavélico plan…
El nuevo Reglamento de Vehículos Históricos, paralizado por la convocatoria de elecciones
Hace apenas unas semanas os traíamos la buena noticia de que Matricular tu moto clásica como VH será rápido, sencillo y económico, sin embargo ahora todo ha quedado paralizado, lo cual podría ser una pésima noticia o quizás todo lo contrario…
El caso es que la convocatoria de elecciones generales por el actual gobierno supone que el nuevo Reglamento de Vehículos Históricos no llegará a aprobarse.
Se esperaba su entrada en vigor en Enero de 2023, después fue pospuesto a Septiembre, pero ahora queda en suspenso ya que la convocatoria de elecciones supone la disolución de las Cortes Generales y la detención de toda actividad parlamentaria, por lo tanto todo procceso de aprobación y puesta en vigor de nuevas normativas.
Esto significa que el proyecto del nuevo Reglamento de Vehículos Históricos quedará a la espera y dependerá de lo que decida el futuro gobierno. Lo más probable es que el gobierno que salga de las próximas elecciones, si es de distinto signo político que el actual, revise de nuevo todo lo concerniente al proyecto y reanude reuniones con los implicados pudiendo realizar modificaciones al mismo. Si es del mismo signo político lo más probable es que continúe su tramitación tal como estaba planteada. Tanto en un caso como en el otro, significa una demora importante, con lo cual lo que sí es seguro es que no se aprobará ni entrará en vigor este año 2023.
No es oro todo lo que reluce, asociaciones de clásicos avisan de un posible engaño
Pero cuidado porque no es oro todo lo que reluce, ya que este nuevo proyecto de Reglamento Vehículo Histórico, lejos de tener como finalidad equiparar nuestras leyes a las de otros países europeos y proteger nuestra historia automovilística, podría esconder otras intenciones que tendrían como finalidad grabar con nuevos impuestos a los vehículos clásicos en el futuro.
Según algunas filtraciones, el maquiavélico plan de la actual dirección de la DGT, sería «para variar» el aumentar la recaudación del gobierno, en este caso a través del Ministerio de Hacienda, a base de sangrar a los sufridos ciudadanos. Algo que dada la trayectoria recaudatoria de Pere Navarro cada vez que ha estado al frente de la DGT no nos sorprende en absoluto.
El citado plan sería abrir en una primera fase la posibilidad de matriculación como Vehículo Histórico con costes reducidos y trámites simplificados, como es actualmente en muchos países de Europa, pero pasados varios años, y aquí está el truco, grabar la tenencia de esos vehículos al considerarse Patrimonio personal, y por lo tanto tener que pagar un impuesto de patrimonio similar al IBI para los inmuebles.
Se trataría por tanto de todo un ejercicio de «trilerismo político» en contra del ciudadano y que tendría gravísimas consecuencias en cuanto a la conservación del patrimonio automovilístico y motociclistico, ademas de atentar al derecho de propiedad privada, incurrir en doble imposición, etc.
Un claro atropello de nuestras libertades, un asalto más a nuestras ya de por sí debilitada economía, ya que además conllevaría un empobrecimiento de todo el sector en torno al vehículo clásico, como son talleres, recambistas, ferias, clubes, etc.
En caso de ser cierto este plan, esperamos que la FEVA, RFME, asociaciones y clubes de Vehículos Clásicos no permitan este despropósito y en sus conversaciones con el gobierno que surja de las próximas elecciones, blinden la imposibilidad de imponer futuros gravámenes a la propiedad de vehículos clásicos e históricos.
Por lo tanto, esta paralización a causa de las elecciones puede ser finalmente una buena noticia, sobretodo si un hipotético nuevo gobierno se interesase en retomar las conversaciones para aprobar un neuvo Reglamento VH, cambiar la cúpula directiva de la DGT y establecer de verdad una norma en favor del ciudadano y del patrimonio histórico sin dobles intenciones ni planes para atacar nuestros bolsillos, a los cuales por cierto, estamos ya tristemente acostumbrados.