Un taller de su natal Vilafranca del Penedès propuso a un jovencísimo Pere Antón Mill como piloto a Bultaco. Incluso estuvo en fábrica viendo el prototipo que iba a llevar al año siguiente como oficial. Pero por desgracia nunca pudo subirse a ella al cerrar Bultaco. De aquello han pasado casi 40 años y «Ton» sigue compitiendo y ganando títulos en el máximo nivel de la Copa de España de Trial de Clásicas.
“Pude ser piloto de Bultaco, pero al año siguiente cerró”
Antes de llegar disputarse la última cita de la Copa de España de Trial de Clásicas en Robregordo, pudimos entrevistar a Ton Mill. La madrileña Robregordo podría el punto y final una campaña más de la Copa de Clásicas, y por segunda vez consecutiva, Pere Anton Mill aspiraba a estar en el podio final de la misma. En 2018 acabó segundo tras su hijo y matemáticamente este año podría repetirse dicha situación, aunque el ex ganador del trofeo nacional de clásicas en 2010 consideraba que “siendo realista un tercero sería un buen resultado”, y este fue precisamente el resultado obtenido en Robregordo.
Hasta Vilafranca del Penedès nos acercamos para charlar escasos días antes de la cita madrileña con uno de los hombres que vio dar a GasGas y Hebo sus primeros pasos como marcas de motos y equipamiento; además de acompañar a Amós Bilbao en sus inicios con la firma gerundense. Los que equipéis productos ‘Manston Racing’ también deberíais leer esta magnífica entrevista.
– Este 2019 llegas a la última carrera con opciones de lograr tu segundo título nacional, aunque quizás no llegas tan bien como la temporada pasada. ¿Como afrontas el doble reto de Robregordo?
– Pues no llegaré en mi mejor momento. Me tienen que operar el hombro derecho. En su día ya pasé por el quirófano para solucionarlo, pero no quedó bien, y tengo que operarme nuevamente. Mi intención es hacerlo antes de que acabe este 2019. Además, también arrastro problemas en mi rodilla izquierda. Pero la verdad es que es una lesión crónica que me acompaña desde que tenía 25 años y ahora tengo 60. Pero a parte de esto, con mucho entusiasmo y a ver qué pasa, puesto que es una carrera que me gusta mucho.
– Tu hijo Òscar y Jaime Mora, primer y segundo clasificado en la provisional, son tus dos principales rivales. ¿Qué destacarías de cada uno de ellos?
– De mi hijo, que tiene un nivel muy alto y que está en plenitud; además de muy adaptado a la Sherpa y su conducción es muy clásica. De Mora, también está fuerte y su conducción también es buena, pero más tipo moderno.
– Por cierto, ¿ya se ha iniciado en casa la guerra psicológica por el título?
– Nunca ha habido, la verdad. Tengo asumido que mi hijo es mejor que yo. Es más joven y encima tiene más capacidad que yo para improvisar en la zona.
– El año pasado ambos copasteis las dos primeras posiciones. ¿Ves posible repetirlo este 2019?
– Matemáticamente es más complicado que el año pasado. Si soy realista, tercero sería un buen resultado. Aun así, también es verdad que puedo acabar cuarto.
– En 2018, Òscar te arrebató en Robregordo una corona que acariciaste durante casi toda la temporada y lo hizo con la Bultaco Sherpa blanca con la que te alzaste con el título en 2010. ¿Cómo te convenció para que se la dejaras?
– Él me hacía de mochilero y tenía muchas ganas de competir, y ya que íbamos los dos… Él fue quien me dijo que llevaría la Sherpa, dejándome a mi la Fantic. Y a mi ya me iba bien, la verdad. De hecho, sigo compitiendo en clásicas por él, ya que si fuese por mí quizás ya lo habría dejado hace tiempo.
– ¿Se la preparas tú o es tu hijo quien se hace ya los reglajes?
– La preparamos entre los dos. Pero los reglajes, él los tiene muy claros. Se hace lo que él dice y quiere. En definitiva, está puesta a su gusto. Ahora bien, cada día que se sube a la moto ve posibles mejoras en ella.
– En cambio, desde ese momento tu llevas una Fantic. ¿Es la misma moto con la que irrumpió tu hijo por primera vez en el Nacional de clásicas en 2013?
– Sí, pero con unas cuantas modificaciones. Es una versión mejorada.
– ¿Por qué una Fantic y no otra Bultaco, por ejemplo?
– Las dos tienen cosas buenas, con sus virtudes y sus defectos, pero la Fantic me perdona más la vida. La Sherpa para giros me iría mejor, pero la Fantic me trasmite más seguridad. No se si es por el peso, pero el conjunto, sí. Sobre todo para competir en azules.
– En 2010 ganaste tu primera corona nacional en el nivel Expertos después de imponerte en cuatro de las seis carreras. ¿Qué prueba te resultó más complicada?
– Todas en general fueron complicadas. Quizás la que más sufrí fue en Mallorca. Había una zona en la que todos se quedaban y yo tuve la suerte de hacerla bien, y allí fue donde decanté el triunfo a mi favor.
– ¿Fue Ramón Membrives tu rival más acérrimo aquel año?
– Pues sí. Fue el único que hasta la última carrera estuvo pugnando por el título. Es amigo mío desde hace millones de años. Es un piloto muy fino y valiente. Muy buen piloto y mejor persona.
– Desde entonces y hasta 2017 no volviste a hacer la Copa de España al completo. ¿Por qué?
– Pues porque mi lesión del hombro no mejoró y lo cierto es que no tenía tiempo ni presupuesto para repetir temporadas. Antes, el calendario contemplaba muchas carreras de un día. Pero en 2016 ó 2017 se redujo el calendario y pasaron a ser de dos días. Mi regreso se debe a que mi gran amigo Joaquim Lara y mi hijo me animaron a volver.
– Has ganado varias de las citas de clásicas más importantes de nuestro país. Si tuvieras que elegir una, ¿cuál sería tu carrera favorita?
– Me gusta mucho Pobladura de las Regueras, en León. También está el Trial de Clásicas de Ripoll, en Girona.
– ¿Y a nivel internacional?
– No he ido a demasiadas. Pero guardo un grato recuerdo del Ventoux Trial Classic. También me parece una gran cita los 2 Días de Trial Clásico Costa Brava, así como los 2 Días de Trial de Clásicas de Sant Julià de Lòria, en Andorra.
– Alguno de tus compañeros de paddock en el nacional han competido y ganado títulos continentales en clásicas. Si tu hijo te dice de ir ambos al Europeo o Mundial de la especialidad, ¿lo harías?
– Seguramente que sí. Más por él que por mi. Yo podría ir tranquilamente de mochilero en lugar de correr. (Risas).
– ¿Cuándo un equipo Mill tomará parte en los Pre’65 Scottish?
– Cuando tenga una moto para poder tomar parte en los mismos.
– Los Scottish ‘normales’, a los que creo que has ido, solo conocen a ocho ganadores no británicos, cuatro de ellos pilotos de aquí. ¿Crees que tu hijo o tú podríais ser el primer piloto foráneo en ganar los Pre’65 Scottish?
– Es muy difícil, pero no lo descarto. No por mí, sino por mi hijo.
– ¿Ha cambiado mucho el trial de clásicas desde que empezaste a correr en ellas hasta la actualidad?
– Te diría que sí. En el 2008, cuando yo empecé a ir en clásicas, la gente de mi edad tenía la conducción de antes. Pero poco a poco se ha ido apuntando gente que ha incorporado el pilotaje que se estila ahora: moviendo la moto, haciendo cambios… hasta el punto de que en la Copa Catalana aplican el reglamento de modernas; cosa que no entiendo. Por eso me gusta más competir en la Copa de España, porque es más ‘pura’ en este sentido.
– ¿Te gusta el sistema actual de niveles o te gustaría otro distinto?
– Considero que en las zonas de color amarillo, por ejemplo en Cataluña, del primero al último hay demasiada diferencia de puntos. Los que ganan cuando es fácil se quejan y el resto se lo pasan bien, y cuando es difícil los de delante se lo pasan bien y el resto no. Quizás deberían introducir un cuarto nivel para escalonar mejor a los pilotos dentro de las zonas. Hacer tres niveles en una zona es una P… para la organización, ¡¡imagínate cuatro!! Además, algunos niveles también deberían tener en cuenta la edad del piloto y por tanto aparecer en clasificaciones separadas.
– Además de la pasada Copa de España, atesoras en tu palmarés entorchados en la Copa Catalana de Trial de Clásicas en la clase ‘Experts’. ¿Los niveles entre ambas competiciones son muy distintos?
– Más o menos son iguales, aunque siempre depende del lugar en el que se corra.
– A todo esto, ¿recuerdas tus inicios sobre una moto de trial?
– Tenía casi 16 años. Era una Montesa Fura, como una Cota 49 pero más antigua; de tercera mano o más, con el cambio de marchas en el puño como una Vespa. Me la compré a plazos y me costó por aquellos entonces unas 3.000 pesetas.
– ¿Y tu primer trial?
– Fue en ‘La Moixeta’, cerca de casa. Era un social. Pero aquella la corrí con una Cota 74. Tenía ya 16 años y si la memoria no me falla me alcé con la victoria. Todo el mundo ya llevaba su remolque o furgoneta y yo me presenté con la moto y una mochila en la que llevaba la gasolina.
– Cuenta la leyenda que el año en el que Bultaco dijo adiós, ibas a ser piloto oficial suyo. ¿Es así? ¿Cómo se interesaron por ti?
– De los 18 hasta los 20 años gané el provincial de Barcelona y el certamen catalán en dos ocasiones. También me impuse en uno que le llamaban regional y en el participaban pilotos de Cataluña y Aragón. Pero no pude participar en la final del mismo, en el que se enfrentaban los mejores de cada región, porque ese año me incorporé al servicio militar ¡¡Tres años!! A mediados de 1981, ya de vuelta, volví a competir con el Campeonato de Cataluña ya iniciado, y gané algunas de sus citas. Un taller de Vilafranca, de Vicenç Bosch, me propuso como piloto a Bultaco. Estuve en fábrica viendo un prototipo, que al final nunca salió a la luz, y me dijeron que la llevaría al año siguiente como piloto suyo. Pero por desgracia nunca pude subirme a ella, porque Bultaco cerró.
– ¿No pudiste fichar por ninguna otra marca de la época?
– Por esa época también se interesó en mi Merlin, cuando estaba en Vilanova i la Geltrú. Pero al final no nos entendimos y no cuajó.
– Muchos te asociamos también a GasGas y a Hebo. ¿Cuál era tu cometido exacto y cómo te convertiste en uno de los hombres fuertes de la segunda?
– Hebo se dividía por aquellos entonces en Hebo1, ‘hierros’, plásticos y aluminios, y Hebo2, ropa, cascos y botas. Pues yo era el máximo encargado de que funcionara Hebo1. En cuanto a GasGas, como en la práctica también era Hebo, les echaba una mano en lo que podía como consultor.
– Muchos pilotos aseguran que tienes un don preparando motos de trial, clásicas o modernas. ¿Puedes revelarnos el nombre de alguno de ellos?
– Mira. Uno de ellos es Amós Bilbao. Fue cuando estuve con él ejerciendo de mochilero entre 1995 y 1997. En cuanto a pilotos de clásicas, varios de los pilotos punteros. Solo os tenéis que fijar en quien lleva cierto adhesivo –NdR: de Manston Racing– en su moto.
– ¿Cuál ha sido el encargo más inesperado que te han pedido?
– Pues desde trabajar en una máquina de coser a mirarme la moto de varios pilotos muy top.
– A mediados de verano GasGas entró en ERE Temporal y a nivel de competición solo Jeroni Fajardo contó con recursos y solo para el Mundial de TrialGP. Como ex empleado y aficionado, ¿qué opinión te mereció su delicada situación financiera?
– En mi opinión, desde el 2000 GasGas estaba sentenciada. Fue cuando entró gente que no sentía la misma pasión por las motos que sus fundadores y trabajadores. Pero es lo que pasa con las empresas que quieren crecer y cuando solo buscan obtener réditos económicos de forma rápida.
– ¿Y su ‘joint venture’ con KTM?
– Como es muy reciente, la estrategia de KTM la desconozco. Pero no sé si para GasGas acabará siendo buena esta alianza. Quizás acabe siendo su fin como marca con identidad propia, ya que a la larga KTM quizás la acabe absorbiendo como ya ha hecho con Husqvarna.
– En verano se filtró la TXT 2020. ¿La has visto? ¿Te gusta?
– Sí. Pero no aprecio cambios muy remarcables. No se ven, a simple vista, cambios destacados.
– ¿Puedes explicarnos qué es ‘Manston Racing’?
– Cuando tenía 18 años y corría con Bultaco no me gustaba como trabajaban los amortiguadores Betor y decidí ponerlos a mi gusto. Digamos que mezclaba componentes de Betor y Telesco –NdR: empresa que fabricaba amortiguadores de puertas y al final también de moto– para lograr los reglajes que yo esperaba. Iban mucho más sueltos y hacían la moto más ligera. Pues bien, adopté el nombre de ‘Manston’ porque en catalán fusionaba los conceptos de Mans (manos) y Ton (mi nombre). Y desde ese día todo lo que acuño lo bautizo bajo el nombre de Manston Racing.
– Por cierto, a tu hijo… ¿lo prefieres de mochilero o de rival?
– Él no es mi rival. (Risas). De mochilero es muy bueno y como piloto me encanta verlo trazar con una moto clásica.
– Algunos de sus rivales consideran que es demasiado joven como para medirse con ellos al manillar de una clásica. ¿Estás de acuerdo?
– Por eso mencionaba anteriormente que creo que se tendrían que diferenciar los niveles también por edad. Pero también creo que es muy bonito que un piloto joven pilote con el estilo clásico, que muy pocos lo pueden decir y hacer. Y es reconocido por muchos pilotos con años en los distintos campeonatos de clásicas en los que participa mi hijo.
– Por cierto, cuando tu hijo era más pequeño te vimos ejerciendo de mochilero. ¿Quién sufría más en las zonas?
– Yo diría que posiblemente más yo. Él iba a pasárselo bien. Primero, porque era pequeño, y luego porque los obstáculos empezaban a ser más grandes que él.
– ¿Te gustaría repetir experiencia, pero con otro piloto? ¿O ya tuviste suficiente en el pasado acompañando a pilotos que hoy son leyenda de nuestro deporte?
– Quizás sí, pero por desgracia el físico ya no me acompaña para ello. Una experiencia muy buena, y bonita, fue hacer de mochilero, mecánico, chófer… de Amós Bilbao. Guardo muy buen recuerdo. Fue una etapa muy bonita de mi vida.
– Porque… ¿descartas volver al Campeonato de España para competir en Veteranos o en TR4?
– Si estuviera bien físicamente, me encantaría. ¿En qué nivel? Tendría mirarlo.
– Tanto en el CET como en TrialGP el sábado se disputa una Zona de Calificación, ¿te gustaría que la implantaran también en la Copa de España de Trial Clásicas 2020?
– No. Lo veo peligroso e innecesario. Hoy en día creo que lo hacen por puro marketing. Y mi impresión es que solo cuando alguien se haga daño la quitarán. El trial se gana en las zonas no haciendo una extrema de enduro.
– En los últimos tiempos, el trial femenino ha eclosionado con fuerza. Por desgracia, en clásicas, de momento no. ¿Por qué crees que no hay pilotos chicas en clásicas?
– Pues quizás porque en su día no había pilotos chicas como ahora, y hasta que las de ahora no se acerquen a mi edad… Aún así, alguna jovencita, como Neus Murcia o Alba Villegas, la he visto competir sobre una moto clásica, y nada mal.
– ¿Aconsejas a los pilotos jóvenes que se aventuren a participar en pruebas clásicas?
– Sí, para que prueben otro tipo de trial en el que trazar correctamente es más importante que estar cada dos por tres dando ‘saltitos’ con la moto para colocarte y encarar un obstáculo.
– Toni Bou ha logrado su título mundial número 26. ¿Cómo crees que lo haría sobre una clásica?
– Creo que lo haría muy bien, ya que posee unas cualidades innatas increíbles, fuera de lo común. Si hubiese Mundial de Clásicas, sin duda, lo ganaría.
(Nota de la Redacción: Ton Mill finalizó tercero en la primera jornada del Trial de Robregordo y cuarto en la segunda, con lo cual se adjudicaba el tercer puesto en el podio final de la Copa de España de Trial de Clásicas categoría Expertos 2019 tras su hijo Oscar y Jaime Mora.)