En una cita del Nacional en Madrid, Jordi Tarrés hizo 3 puntos y Manuel Panizo… ¡¡103!! Curiosamente, la zona en la que hizo el ‘varios’ el que llegaría a ser 7 veces Campeón del Mundo, Manuel García Panizo la sacó a cero, más de 30 años después ese piloto es el nuevo campeón de España en Veterano B.
“La revolución llegó con Tarrés. En su momento, me pareció que practicaba otro deporte…”
Hasta tierras berzianas nos deplazamos para descubrir dónde reside y entrena el nuevo Campeón de España de Trial 2022 en la categoría Veterano B. Hablamos, como no, de Manuel Panizo. El piloto del GasGas Mediser LEA Team por fin ha podido ser campeón este año en el segundo nivel reservado a los pilotos de más edad y experiencia del Nacional.
Gracias a su mirada, descubrimos cómo y cúanto a cambiado el Campeonato de España de Trial «CET» desde que el piloto berciano de adopción se estrenara en el mismo allá por los tiempos en los que eran campeones nombres como Toni Gorgot, Lluís Gallach o Jordi Tarrés.
– Si te parece, empezaremos por lo próximo: ¿qué esperabas de la última cita en Cal Rosal 2022?
– Aunque matemáticamente ya había conseguido el campeonato, volví a prepararme para acudir a esa carrera y luchar por estar en cabeza.
– Y así lo hiciste, cinco carreras, cinco victorias. ¿Esperabas un 2022 tan exitoso?
– Siguiendo la máxima de “las carreras se ganan en el invierno”, este año me preparé todo lo posible; intentando no abandonar trabajo y familia.
– ¿Cuál ha sido el momento más complicado?
– El momento más delicado fue la lesión que me hice unas pocas semanas antes de la carrera del CET en Camprodón, que puso en duda la posibilidad de continuar la temporada.
– ¿Qué lesión te hiciste? ¡No sabíamos nada!
– Fue una caída tonta y tuve la mala suerte de clavarme dos ramas afiladas en el brazo izquierdo que me provocaron grandes desgarros y una hemorragia abundante. Me acompañaba Víctor Pérez, que realizó con su camiseta un torniquete y me trasladó urgentemete al hospital. Afortunadamente, no se dañaron tendones ni arterias y todo se saldó con unos cuantos puntos de sutura.
– Por cierto, ¿qué rival te lo ha puesto más difícil?
– En cada carrera he tenido uno distinto como aquel que dice: Jaime Conde, Roberto Osuna, Salva Planella, Mikel Lertxundi… Tanta variedad indica la calidad y cantidad de los pilotos participantes existentes en Veterano B. Es, sin duda, la categoría con más inscritos y, por tanto, con más adversarios potenciales. (Sonríe).
– ¿Quién te ha sorprendido más?
– Aunque ya conocía su calidad, ya que coincidimos en la extinta Sénior C hace años, Roberto Osuna.
– Este 2022 sí que te has sacado la espina que te dejó 2021, temporada en la que acabaste SubCampeón en este mismo nivel tras subir al podio en tres de las cuatro rondas celebradas. ¿No es así?
– Efectivamente. Me preparé bien la temporada anterior. Pero por desgracia no pude remontar el mal resultado que obtuve en la prueba celebrada en La Foz de Morcín, en Asturias.
– ¿Qué te faltó el año pasado para alzarte con el título?
– Sin lugar a dudas, la grave lesión que me hice en Pobladura de las Regueras, en León. Me rompí el tendón de Aquiles. La recuperación larga y dolorosa me condicionó muy mucho, la verdad. Asimismo, Juan Carlos Maurer mantuvo un nivel muy alto a lo largo de toda la temporada e incluso sin dicho ‘handicap’ me hubiera sido muy difícil vencerle.
– En 2020 también fuiste uno de los protagonistas de Veterano. Arrancaste bien, pero al final acabaste cuarto. ¿Qué sucedió?
– Que no estaba suficientemente preparado… y había ¡rivales muy buenos! (Sonríe). Solo hay que ver el podio final de ese año: Eduardo Álvarez, Carlos Casas y Santi ‘Chic’ Serra, ¡a cuál más bueno! Otro de los rivales a destacar hace ahora dos años fue Víctor Pérez, con quien habitualmente comparto entrenamientos.
– En 2023 repetirás categoría a subirás a Veterano A?
– Es complicado compaginar trabajo y família con buenos resultados. Por desgracia, a día de hoy, veo difícil realizar de nuevo un campeonato al completo.
– ¿Te parece acertado el nivel de dificultad del Trofeo Nacional de Veterano B?
– En Arteixo, en Galicia, las zonas fueron adecuadas; tratándose de la primera prueba. No va mal tantear el nivel de la categoría y realizar modificaciones para las siguientes. La siguiente, Camprodón, fue una gran carrera y en el doble envite de Pobladura, en León, ‘Titos’ Presa y su equipo realizaron un trabajo fantástico, lo mismo que en la última en Cal Rosal, que fue la más fácil de todas.
– Antoni Ramonet, BiCampeón de España en Veteranos, aboga por hacer 12 en lugar de 10 zonas en Veretano A. ¿Verías con buenos ojos aumentar el número de las mismas también en vuestro nivel?
– Me parece una buena propuesta, la verdad.
– Con ésta ya son dos las campañas en las que el CET cuenta con dos categorías para Veteranos, a imagen y semejanza de Juvenil. ¿Crees que la decisión tomada por la RFME en su día fue acertada?
– Estoy muy de acuerdo, y buena prueba de ello, de que la RFME tomó el camino correcto, es la alta participación en Veterano B.
– Desde el año pasado formas parte del GasGas Mediser Team. ¿Cómo te sedujeron para que te unieras a su proyecto con GasGas?
– Conozco al ‘jefe’ desde hace años. Después de su etapa como piloto canalizó su gran pasión por el trial en la creación de un equipo privado de gran envergadura; algo realmente digno de admiración. ‘Isi’ y su compañero de fatigas, el encargado de toda la logística del Mediser Team, casi siempre cocinero y, en ocasiones, magnífico mochilero. ¿Cómo me sedujeron? Todo comenzó con una conversación acerca de posibles patrocinadores y pilotos para la temporada 2021. Nunca había formado parte de un equipo y me atraía la posibilidad de vivir esa experiencia. Supongo que creyó que yo podía aportar algo y decidimos probar. El resultado ha sido magnífico y por eso tengo mucho que agradecerle. (Sonríe).
– En 2021 la formación contó con seis pilotos incluyéndote a ti. ¿Hiciste especialmente buenas migas con alguno de tus compañeros?
– La relación con todos y cada uno de ellos fue perfecta durante toda la temporada. No te podría destacar a solo uno.
– Al ser el piloto de más edad y mayor experiencia, ¿te pedían consejo en carrera?
– Se trataba de un equipo de altísimo nivel, tanto de pilotos como mochileros (con Marc Freixa, Sergi Bellavista…). Más bien, quien intentaba aprender… ¡era yo! (Risas).
– Este año has compartido carpa con Gil Vila, piloto que luchaba por el título de TR2, y con Javier Terrín, exCampeón de Juvenil B y que se estrenaba en el nivel A. ¿Qué tal la convivencia?
– ¡Inmejorable! Son dos chicos con una gran calidad humana.
– ¿Qué destacarías de cada uno de ellos?
– Gil tiene un gran talento y es una gran persona. De Javier, me sorprende su tranquilidad a pesar de su juventud. Por otro lado, quiero destacar la labor de su respectivos mochileros: Gerard y Toni. Creo que ambos son, sin duda, una parte muy importante de sus éxitos.
– Los que peinamos alguna cana te conocemos por tu etapa como piloto de trial en moto. Sin embargo, tus inicios con nuestro deporte fueron en el trialsín. ¿Cómo y cuándo te enamoraste del trial en bici?
– En realidad, mi primera afición fuerte fue el trial en moto, ya que en El Bierzo se celebraban carreras desde los años 70. El trialsín como tal no existía en aquel momento, o al menos yo no era consciente de ello. Resulta que como no podía disponer de una moto, intentaba imitar a los pilotos de trial con mi bici, pero sin motor… (Risas).
– ¿Recuerdas cuándo y quien te regaló tu primera bici para practicar trial?
– Procedo de una aldea de Galicia y mi familia era muy humilde. Me enviaron a vivir con mis tios a Ponferrada y ellos me compraron una G.A.C. que ‘transformé’ a trial, después de asistir como espectador a las carreras de trial en moto cercanas siempre intentaba hacer después las mismas zonas pero con mi bici.
– Antes de despuntar practicando trial en bici lo hiciste compitiendo con la bicicleta de carretera. ¿Por qué Manuel Panizo no acabó siendo ‘Perico’ Delgado?
– Comencé por casualidad con la bici de carretera. Como no había carreras de trial en bici (al menos en esta zona) y me gustaba competir, probé en una prueba de carretera… con la bici de ‘trial’ que yo mismo me había preparado. Y la verdad es que no me fue mal. Lo comenté en la tienda cercana a mi casa donde me habían comprado la bici, Ciclos Marqués, y un cliente me ofreció una bici de carreras, estábamos en los años (19)70, por 500 pesetas; unos 3 euros al cambio de hoy. Me la tuneé, me la actualicé con los pocos medios que tenía, y comencé a competir en carreras regionales. Conseguí alguna que otra victoria y gracias a ello me ofrecieron correr para un equipo. Pero paradójicamente, a partir de este momento, dejé de disfrutar porque nadie me explicó que me ficharon para trabajar para el líder del equipo. Con 14 años es algo difícil de entender. (Sonríe). Por ese motivo abandoné dicha especialidad poco después. Y cuando realmente comenzaron las carreras de trialsín, en Ciclos Marqués me cedieron una Derbi de BMX modificada a trial con la que participé en carreras locales.
– ¿Recuerdas algún rival de aquellas primeras carreras en bici que poco después despuntara en La Vuelta, El Giro o El Tour?
– En aquel momento, el corredor que más destacaba en esta zona era Hilario Gerbolés, padre del trialero Óscar Gerbolés. Apuntaba alto, pero en su momento decidió apostar por un trabajo seguro en lugar de por las carreras.
– A los 15 años te agenciaste tu primera moto de trial: una Ossa TR 80 350 «amarilla». ¿Por qué te decantaste por dicho modelo y no por una Bultaco Sherpa T azul o una Montesa Cota 349 de la época?
– Curiosamente, yo era ‘montesista’ en aquel momento. El Moto Club Bierzo estaba impulsado por Motos Prieto (Sebas), concesionario Montesa, y por ello las Cota eran mayoría. Mis ídolos, además, eran Malcolm Ratmell, Jaime Subirá, Miguel Cirera… Según iba creciendo, soñaba con una Cota 25, 49, 74, 123… Cuando complí 15 años convencí a mis tíos para que me compraran una moto. Me portaba bastante bien y no era mal estudiante. Por aquellos entonces, y siguiendo con la progresión de los modelos Cota, me hubiese ‘tocado’ la 349. Por desgracia, coincidieron en el tiempo dos factores. Por un lado, dicho modelo no me convencía mucho. Y por el otro… apareció la Ossa TR80. Aquella moto me impactó mucho, y como Ciclos Marqués era concesionario oficial… Por mi especial relación con ellos, me decanté por ella. Posteriormente, compré varias motos a Sebas Prieto, quien me echaría una mano, tanto a mí como a mis hijos en muchas carreras.
– ¿Recuerdas cómo fue la primera ocasión en la que te subiste a ella?
– ¡Siiií! Fue en un campo cercano a mi casa. Pronto descubrí que en este deporte la ilusión no compensa la técnica. Y es que la moto duró más bien poco nueva… (Risas).
– En el Nacional, te empezamos a disfrutar un poco más tarde. Después de que ganaras un campeonato gallego y varios del castellano-leonés. ¿Qué recuerdas de esos primeros campeonatos autonómicos?
– En un principio, era todo una aventura, ya que en mi casa no había coche y, por tanto, o bien iba en moto, sin carnet, a las carreras locales o bien trataba de convencer a algún amigo para el transporte. Debo agradecer a dos trialeros locales Alfredo Cabada y Francisco Fernández que se apiadaran de mi en su día y comenzaran a llevarme a entrenamientos y carreras. Comencé a participar en campeonatos regionales de un modo continuado cuando pude disponer de vehículo propio, un Renault 5 de cuarta mano. Un remolque era un lujo, por lo que la solución que ideé fue desmontar la Ossa y meterla en el maletero.
– ¿Y tu primera carrera oficial?
– Fue en Astorga, León, donde me llevaron estos amigos que mencionaba antes. El resultado no fue muy bueno. Mucha ilusión y poca técnica. (Sonríe).
– ¿Con quién te batías el cobre por la victoria?
– En Castilla y León, cuando comencé, la referencia eran los hermanos Antolín de Palencia. De hecho, Paco aún compite. Posteriormente, Víctor Valle, Raúl Martín, mi amigo Arsenio Gómez… y poco después una generación de mucha calidad: Eduardo Álvarez, Diego Garrido, Rubén Fernández, Marcos Méndez… En Galicia, el nivel era muy alto. Ángel Leirós, el padre de Jorge Casales, Jaime Conde, Jorge Arjones, Quique Mato, Alberto Piñeiro… Más tarde, José Rega, Ricardo Escudero…
– Para ser exactos, no llegaste al Nacional hasta que empezaste a trabajar y fruto de ello dispusiste de presupuesto. ¿Cómo compaginabas ese primer trabajo con las carreras? ¿Y con los entrenamientos?
– Solo podía entrenar los fines de semana, ya que en mis primeros trabajos empleaba muchas horas y, por tanto, no iba muy preparado a las carreras…
– Por cierto, en aquellos años en el CET no existían categorías ni mochileros. ¿Cómo eran aquellas carreras?
– Las recuerdo como carreras de supervivencia. A parte del resultado, lo importante era… ¡no destruir la moto! (Risas). Lo bueno es que eras plenamente consciente de tu nivel. Ganaban Toni Gorgot, Lluís Gallach o Jordi Tarrés, para que te hagas una idea. Entrar dentro del Top20 era realmente difícil…
– Compartiste zonas en el Nacional con Toni Gorgot, Manuel Soler, Lluís Gallach… ¿También con los Jordi Tarrés, Amós Bilbao, Marc Colomer, Joan Pons…?
– Debo decir que nunca tuve el honor de coincidir en carrera con Manuel Soler. He participado en carreras de categoria única ganadas por Gorgot, Gallach, a quien tengo mucho que agradecer en mi paso por Alfer, o Tarrés. Posteriormente, cuando competía yo en Sénior C, quiénes ganaban en la clase máxima, en Sénior A, eran Tarrés, Amós Bilbao, Marc Colomer o Joan Pons.
– ¿Recuerdas alguna anécdota con ellos?
– Recuerdo una carrera en Canencia, en Madrid, en la que Tarrés hizo 3 puntos y yo… ¡¡103!! Curiosamente, la zona en la que hizo los 3 puntos… ¡yo la saqué a cero! (Risas). También alguna bronca en las colas cuando no había tiempo en las zonas y algunos pilotos se pasaban 10 minutos mirando un escalón. Creo que fue la peor época que he conocido y, de hecho, estuve a punto de pasarme al enduro…
– … y también con la generación que llegaba ya desde la moto, como los David Cobos, Gabriel Reyes… ¿se notaba en su pilotaje que estos últimos ya eran distintos a vosotros?
– Desde mi punto de vista, la revolución llegó con Tarrés. En su momento, me pareció que practicaba otro deporte…
– Con la división en categorías del CET lograste podios en Sénior C, TR3 +35 y ya en los últimos tiempos en Veteranos y Veteranos B. ¿Satisfecho con tu bagaje?
– Sí. Estoy satisfecho. Sobre todo, este 2022, después de conseguir por fin un Campeonato de España después de 41 años ininterrumpidos de licencia RFME…
– Por cierto, ¿quién ha sido tu mayor rival en cada una de las categorías en las que han competido en el CET?
– Han sido muchos. Pero quisiera destacar a algunos pilotos de larga trayectoria con los que he coincidido en diversas categorias y de los que he aprendido mucho: Carlos Casas, Toni Ramonet, Narcís Sanchez, Pere Camp, Joan Solè…
– ¿Llegaste a debutar en el Campeonato del Mundo? Te lo preguntamos porque no hemos encontrado registro alguno de una participación tuya en el mismo.
– Pues la verdad es que sí. Me estrené en La Seu d’Urgell, en Lleida, en 1989. Si no recuerdo mal, ganó Tarrés. Segundo terminó Thierry Michaud y tercero acabó Diego Bosis. Yo me clasifiqué el 65, y no fui el último… Años después, Michaud me comentó que aquella fue una de las carreras más duras en las que había participado jamás. No fue la mejor ocasión para debutar… (Sonríe).
– ¿Y en el Campeonato de Europa?
– Aún no. Lo tengo pendiente…
– ¿Estás de acuerdo en afirmar que puntuar antes en la clase máxima del Mundial era mucho más complicado que ahora?
– Si hablamos de puntuar, efectivamente así es, ya que la participación en el Mundial era muy superior hace años. Teniendo un mal día se podía quedar fuera de los puntos fácilmente.
– ¿Se podría decir lo mismo del CET?
– Era como si hasta TR3 fuera una misma categoria. Un piloto como Gil Vila podría dar una sorpresa y hacer un Top5 de TR1, con más errores de la cuenta, podría hundirse en la clasificación. De todos modos, lo normal era que los ‘Pro’ quedaran siempre delante…
– ¿Por qué no te disfrutamos más en el Campeonato del Mundo?
– No tenía nivel ni medios para ello.
– ¿Trial con moto clásica o moderna?
– Tengo una Fantic 240 con la que he participado en alguna carrera de la Copa de España de Clásicas. Y allí es donde comprendí que es difícil obtener buenos resultados con una moto totalmente de serie como es la mía. En modernas, por el contrario, todos podemos salir con las mismas armas.
– Entre stop o non stop, ¿con que reglamento te quedas?
– Prefiero las zonas que se puedan hacer bajo el nonstop. Pero incluirlo en el reglamento hace que el trabajo de los jueces y controles, no siempre suficientemente valorado, sea muy complicado.
– Por cierto, ¿practicas alguna otra especialidad más?
– Mountain Bike y, a veces, le ‘robo’ la moto de enduro a mi hijo mayor Diego.
– A todo esto, ¿quién te descubrió el trial en moto como deporte?
– Mi afición no viene de família. Curiosamente, mi interés por las motos lo despertó un album de cromos que regalaban con pastelitos de la casa Bimbo. Estaba patrocinado por Bultaco y en las fotos aparecía la descripción de todas las disciplinas motociclistas. Me centré en trial porque en El Bierzo había carreras de esta especialidad.
– Se dice que si practicas trial al menos una vez en la vida deberías disputar los Seis Días de Escocia. ¿Estás de acuerdo?
– Yo participé en 2006 junto a Ángel Magriñá, Pere Camp y Domenech Lladó; y fue una experiencia inolvidable. Es muy recomendable, la verdad. Pero conviene ir preparado, ya que no es un paseo. Las millas de carretera se hacen muy largas… (Risas).
– Comenzaste trabajando como informático, pero ahora debido a tu afición a la moto y bicicleta te dedicas a la comercialización de artículos destinados a estos sectores. ¿Cómo es convertir tu afición, tu deporte favorito, en tu trabajo?
– Así es. Después de pasar por varias empresas, me di cuenta de que necesitaba una actividad más dinámica… En 1991 me fui al Salón de Barcelona a pedir trabajo stand por stand. Gracias a la mediación de Jorge Arjones tuve la oportunidad de poder hablar con ‘Tato Prat’, el que ahora es nuevo Presidente de la Federación Catalana, que desarrollaba en aquel momento la marca Hebo, y Narcís Casas, cofundador de GasGas y Hebo, y éste me ofreció la posibilidad de ser comercial de su empresa, Remoto en aquel momento. Además de trabajo, me encontré con la posibilidad, inesperada, de tener moto y recambios en buenas condiciones… En aquella época, además, comencé también a comercializar Sil Moto de la mano de Blai Jové. En estos momentos, represento a las firmas Acerbis, Ariete, Galfer, Motorex y Polini.
– Para terminar… por tu experiencia y bagaje, ¿quién crees que ha sido el mejor piloto de la historia de este deporte?
– Si atendemos solo a los números: Toni Bou. Pero, sin lugar a dudas, Jordi Tarrés provocó un cambio de época; algo que solo está al alcance de los más grandes. Los largos periodos de dominio por parte de un solo piloto, el británico Dougie Lampkin estaría incluido en esta élite, han propiciado que magníficos pilotos como por ejemplo el malogrado Diego Bosis no hayan alcanzado un título mundial.
– ¿Quieres añadir alguna cosa más?
– Gran parte de lo que soy se lo debo al trial, ya que ha forjado mi caràcter y me ha dado la posibilidad de conocer a magnificas personas y vivir grandes experiencias. Me ha permitido pasar muchas horas de entrenamientos, viajes y carreras con mis hijos, Diego y Jorge, con los que hemos intercambiado, en ocasiones, los puestos de piloto y mochilero… También quiero dar gracias a todos los que me han apoyado: amigos y patrocinadores. A mi familia, que se ha sacrificado para que yo pudiera practicar deporte, y, sobre todo, destacar y poner en valor la paciencia inmensa de mi mujer Primi, que me ha acompañado desde los 18 años.