Gaudí Vall es el recién proclamado Campeón de la Copa de España de Trial 2018 en Juvenil A. El actual Campeón de España sigue con una progresión ascendente y no para de crecer encima de la moto. Tiene una gran proyección internacional, pero como sabemos la competición es la que decide, quién sigue y quién no.
“De pequeño me gustaba más la bici porque por mi físico podía hacer muchas más cosas que con la moto”
Gaudi Vall es uno de los jóvenes y muy prometedores talentos del país de los Pirineos que desde la Federación de Andorra se están mimando para que en un futuro no muy lejano compitan a nivel internacional.
Laia Pi, Robert Capdevila, Joan Miquel Garcia, Pere Aché y Gaudi Vall forman parte del equipo de Tecnificación en Trial que dirige la ex mundialista Alba Villegas. Los cinco compiten en Andorra y Cataluña, y en el caso de Vall, también en el Nacional, así como en el certamen ilerdense. Pues bien, con él hemos charlado un buen rato aprovechando una de sus visitas a nuestro país para que nos cuente un poco más sobre tan magnífica iniciativa, así como sobre sus sensaciones como colíder de la categoría Juvenil B del CET a escasos días de proclamarse campeón en la doble y decisiva cita de Pobladura de las Regueras.
– ¿Esperabas compartir liderato en el CET de Juvenil A tras las dos primeras pruebas?
– La verdad es que no. Y más después de ver que algunos de los pilotos que el año pasado estaban en los primeros lugares de la tabla también han saltado a esta categoría. Además, en el caso de Pau Dinarés, con quien comparto liderato, ya tiene la experiencia de la temporada pasada. Con él estamos teniendo una disputa muy bonita, ya que también somos amigos y entrenamos algunas veces juntos. Es un gran piloto.
– ¿Has notado mucha diferencia entre las zonas que hacías el año pasado en Juvenil B y las que haces ahora?
– Sinceramente, sí. En las zonas de Juvenil A me encuentro más cómodo, quizás porque el nivel es algo superior y si cometo algún error existe la posibilidad de remediarlo, como me ocurrió en la primera vuelta de Sarrià de Ter donde cometí más errores de los deseados y en la segunda vuelta lo pude arreglar. Aunque no lo suficiente para llevarme la victoria… (Risas).
– Acabaste séptimo en dicho nivel en 2017, con un podio como mejor resultado. Pero no quisiste esperar a esta temporada para tomar parte en tu actual categoría. ¿Por qué tanta prisa por subir?
– Bueno, como te he comentado antes, creo que me noto más cómodo en zonas donde el nivel es un poco superior; se adaptan mejor a mi estilo de pilotaje. También he de reconocer que me encanta superarme y coger nivel de pilotaje. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que participar en una categoría superior? (Sonríe)
– ¿Te ves ganador del título como hiciera el año pasado tu buen amigo Roger Casas?
– (Sonríe) Pues realmente me gustaría mucho. Pero hay que tener los pies en el suelo, y cualquiera de mis compañeros de categoría tienen un gran nivel y en cada trial lo están demostrando. Será difícil, pero lo que sí te puedo asegurar es que lo intentaremos ¡¡al máximo!! (Vuelve a sonreír).
– ¿Te ha dado algún consejo al respecto de la nueva categoría?
– Siiií: ¡¡mucho gassssssss!! (Risas)
– Me ha dicho un pajarito que te gusta entrenar y competir con Roger porque en su pueblo puedes desayunar o merendar una coca con chocolate para chuparse los dedos: los ‘cocs’. ¿Es ese tu motivo oculto?
– (Risas). Con Roger pasamos grandes momentos, en competición y fuera de ella. Nos gusta a los dos hacer ceros. Además, disfrutamos muchísimo haciendo las zonas uno después del otro y comentando entre nosotros cómo hacerla. Aprovecho la oportunidad para dar las gracias también a Lluís, su padre. Y es que cuando el mío no ha podido venir a una carrera él me ha hecho también de mochilero. Asimismo, siempre que podemos compartimos entrenamientos y cuando estoy en su casa, Leo, su madre, nos cuida fantásticamente. Y bueno siempre que me ve bajo de fuerzas acude a su ‘receta mágica’, a los ‘cocs’ de chocolate. ¡¡Son irresistibles!! y encima me dan ¡¡un plus extra de energía!! (Risas).
– Ambos compartís de vez en cuando entrenamientos con Marcel Justribó. ¿Qué os enseña?
– Marcel es un mago del trial. Es uno de mis pilotos favoritos, y es todavía mejor persona. Tiene un don: sabe cómo enseñarte. Es un maestro del trial. Por eso, siempre que puedo intento acudir a uno de sus entrenamientos junto con Roger. También me gustan mucho sus semanas de entrenamientos en la Granja d’Escarp, su pueblo natal, donde junto a otros pilotos Marcel nos hace disfrutar, a la par que aprender, todo sobre la técnica del trial.
– Hace poco que tenéis nueva Presidenta en la Federació Mociclista d’Andorra y ella y su Junta están apostando desde el primer momento por la base. ¿Tú también tomas parte en los cursos formativos y de perfeccionamiento con monitores como Jordi Pascuet u Oriol Pi que realizan entre semana?
– Tenemos mucha suerte de contar con Natalia como Presidenta. Se está tomando muy en serio el crear una buena base de motociclismo en nuestro país. Jordi y Oriol imparten cursillos entre semana con motos eléctricas para los más pequeños. A parte, existe un equipo de tecnificación, del que Alba Villegas es la entrenadora y al que yo pertenezco junto a Pere Aché, Robert Capdevila, Joan Miquel García y Laia Pi, hermana de Oriol.
– ¿Cómo te enrolaste en el nuevo equipo de tecnificación de trial de la FMA?
– Pues mira. Josep Puntí, antiguo Presidente de la Federación, se puso en contacto con mi padre después de ver que cada fin de semana estábamos de trial, y junto a los otros padres del equipo nos expuso que la FMA tenía una idea de futuro: crear un equipo de tecnificación para así poder apoyar a los más jóvenes y que éstos llegaran a la élite. La idea es tener una buena base de pilotos y que éstos participen en diferentes campeonatos de trial, no sólo en Andorra, sino también en competiciones internacionales.
– En Cataluña existe la Ripoll Talent School, un programa de la FCM en el que algunos pilotos comparten estudios y alojamiento al tiempo que entrenan juntos. ¿Es verdad que te has interesado por formar parte del mismo en 2019? ¿Por qué?
–Sí, es verdad que he sentido curiosidad. Y creo que es un programa muy atractivo. Pero por el momento solo me he interesado por su funcionamiento y la cosa no ha ido más allá de la simple curiosidad. (Sonríe). Aunque en un futuro si se abre la posibilidad… ¡¡quién sabe!! (Risas).
– A los pilotos andorranos habitualmente se os ve competir en Francia, Cataluña, España y, por supuesto, en Andorra. ¿Te queda algún fin de semana libre?
– Pues alguno, pero pocos. (Risas). Eso sí, éstos pocos los aprovecho para hacer enduro por los alrededores del pueblo de mis abuelos, por la Pobla de Cérvoles y de El Vilosell, en Les Garrigues, en Lleida. Aunque la verdad es que siempre acabo haciendo trial… con la moto ¡¡de enduro!! (Risas). Asimismo, tengo claro que los estudios son muy importantes, por lo que también les he de dedicar el tiempo necesario. (Sonríe).
– Copa Catalana de Trial per Nens, Campionat de Catalunya Open de Trial, Campionat de Lleida de Trial, Campionat d’Andorra… sin contar el Campeonato de España de Trial. ¿Te resulta fácil o difícil cambiar de competición y categoría?
– Pues la verdad es que a día de hoy me resulta bastante fácil, puesto que el reglamento es prácticamente el mismo y sólo debo adaptarme a los diferentes niveles de dificultad. Si en un futuro participo en competiciones non stop… pues ya veremos cómo me las apaño. No lo sé, ya que para mi estilo de pilotaje puede que me sea más complicado, aunque ya estoy entrenando para ello. (Sonríe).
– Por cierto, en el certamen ilerdense incluso has debutado en el nivel rojo. ¿Qué tal la experiencia?
– Siiií, y también en el ¡¡Andorrano!! La idea es participar en Rojo para coger nivel. Ya el año pasado realizamos todo el certamen ilerdense en el nivel azul y nos lo llevamos a casa. (Sonríe). Por eso este año he decidido dar el salto a la categoría superior. Y lo cierto es que la experiencia está siendo más que positiva y creo que puliendo algunos detalles de pilotaje lograremos estar delante. Pero lo más importante es que al competir en un nivel más elevado gano en experiencia, y ello siempre es bueno.
– En el CET compites en Juvenil A, pero también te hemos visto en Cadete, un nivel superior. ¿Ya estás pensando en participar en ella en 2019?
– Pues sí, pero ya de cara el año que viene. Cadete será mi próxima categoría, aunque para ello tenemos que coger todavía más experiencia, y acumular muchas más horas de cintas y entrenamientos de calidad.
– Me imagino que tu mochilero habitual en las carreras, tu padre, es el culpable de que practiques trial. ¿Es así?
– Sí. Él es mi mochilero y el ‘culpable’ de todo. (Risas) Aunque también mi madre es una apasionada del trial. Sobretodo, del trial en bicicleta. De hecho, en casa, los deportes de motor en general los acostumbramos a disfrutar mucho. Ya sean motos o coches. Desde los rallyes hasta MotoGP pasando por la F1 o las SBK. Las ruedas son habituales en nuestra televisión. (Sonríe).
– ¿Cuándo te regalaron tu primera moto?
– Recuerdo que me recogieron en el cole y la vi: una Xispa 25 encima del remolque junto a la de mi padre. Me puse muy contento, por lo que me han contado. Yo tenía cuatro años. Ese fin de semana fuimos al pueblo de mis abuelos, y nada más llegar insistí en descargarla rápidamente para darme una vuelta. Y a punto estuve de darme un buen ¡¡porrazo!! (Risas) La verdad es que estuve todo el fin de semana dando vueltas con ella por el campo de fútbol de la Pobla de Cérvoles y de El Vilosell.
– ¿Y recuerdas cuándo y dónde competiste por primera vez?
– (Piensa unos instante antes de responder) En moto… no me acuerdo, ya que tenía seis años, creo. Pero fue en la Copa Catalana de Trial de Nens. Y en bici… fue una temporada más tarde, en la localidad barcelonesa de L’Esquirol; en la Copa Osona Trial de Trialsport y la Unión Ciclista Vic, diría.
– Prácticamente al mismo tiempo que te estrenabas como piloto de moto te iniciabas también en la práctica del trial, pero en bici. ¿No está más barata la gasolina en Andorra que aquí?
– (Risas). Sí, la gasolina sí, pero es que los inviernos en Andorra son muy duros y de pequeño me era mucho más fácil coger la bici. Además, la bicicleta te permite avanzar más rápido si eres un niño. También recuerdo que en las frías noches de invierno teníamos un pabellón de una escuela con palets donde podíamos ir a entrenar. Más tarde, pasamos a una nave dedicada en exclusiva al trial de bici del piloto de biketrial y ahora también de trial en moto Xavi Casas.
– Durante unos años te centraste más en la bici que en la moto. ¿Por qué?
– De pequeño me gustaba más la bici porque por mi físico podía hacer muchas más cosas que con la moto. Con moto me resultaban imposibles cosas debido al peso de la misma. Además, la bici siempre la llevábamos cargada en el coche y la podía usar en cualquier parte y momento.
– Hasta que cumpliste los 12 años, hace nada, has competido mucho más en bici; en Catalunya, España e incluso en el Mundial; tanto en competiciones UCI como de Biketrial. ¿Te ha servido tu larga y variada etapa con la bici, a nivel de competiciones y reglamentos, para competir mejor en moto?
– La bici te da un plus de técnica que puede ser traspasada a la moto. Asimismo, te hace estar durante toda la competición muy atento y concentrado; te ‘obliga’ a no cometer errores, ya que las carreras son siempre muy ajustadas en cuanto a puntuación. Además, existen dos campeonatos muy diferenciados en cuanto a reglamentación, y ello hace que te desenvuelvas mejor en los diferentes formatos de carrera. Sin duda, toda esa experiencia yo creo que puede llegar a ser un plus a la hora de competir en moto.
– Por cierto, has sido SubCampeón del Mundo en bici. ¿Qué recuerdas de ese momento?
– Fue en la República Checa, en el Mundial de Biketrial; en un lugar muy parecido a las zonas de Encamp, donde yo vivo. Y mira, tuve sentimientos encontrados. Por un lado, sentí una gran alegría, lógicamente, pero, por el otro lado, sentí mucha rabia porque por culpa de un pie en la última zona; en un llano, acabé empatado a puntos con el que luego fue campeón. Yo perdí el título en el desempate por ceros.
– En 2017 tu intención fue compaginar moto y bici, pero al final dado que ambos calendarios se solapaban muy mucho te decantaste por la moto. ¿Contento por la decisión tomada?
– Más que contento (Risas). De hecho, a medida que me hago mayor me va gustando cada vez más la moto. De hecho, a día de hoy es lo que más me gusta. Quizás lo que peor llevo es que coincido muy poco con los amigos que dejé en las bicis; con los que desde muy pequeño coincidíamos cada fin de semana. Pero también es verdad que me he reencontrado con algunos de ellos en la moto, y también he hecho otros nuevos. (Sonríe).
– ¿Qué esperas de este 2018?
– Pues espero pasarlo muy bien. Aprender todo lo que pueda y disfrutar de lo que más me gusta junto a mis amigos. Y si encima me sale algún resultado bueno… ¿Qué más se puede pedir? (Risas).