viernes, marzo 29, 2024

Entrevista a Dani Gibert

 

Daniel Gibert, ganador de la Copa de Europa para Jóvenes de 125cc en 2001 y de la Copa del Mundo para Jóvenes 125cc en 2004, Campeón del Mundo Júnior en 2006 y Campeón de Europa absoluto en 2007.


Dani Gibert: “Sería un buen reto volver a competir a nivel internacional a manos de una moto de trial eléctrica”

Muy pocos pilotos pueden presumir de ser Campeones del Mundo y de Europa en dos ocasiones y además de ‘campeonar’ también en una segunda disciplina del off road. Este es el caso de Dani Gibert, quien en la década de los 2000 ganó el Mundial y el Europeo en Júnior y en categoría absoluta.

La falta de ayudas, sin embargo, le llevaron a probar suerte en la disciplina hermana del equilibrio dinámico, el enduro, antes de poder demostrar su valía también en TrialGP. Ahora que ha dejado el SuperEnduro, modalidad en la que se convirtió en el primer campeón nacional hace un lustro, y que ha vuelto a subirse a una moto de trial, no descarta regresar a la competición y luchar por coronarse como el mejor en Trial-E. ¿Alguna marca interesada?

Hasta la localidad barcelonesa de Santa Margarida i els Monjos nos desplazamos una tarde de verano para reencontrarnos con Dani Gibert y repasar su exitosa etapa deportiva como piloto de trial contemplando sus fotos, diplomas, trofeos y medallas esparcidas por muchas de las habitaciones y estancias de la casa de sus padres.

– Muchos aficionados en la actualidad solo te conocen por tu carrera deportiva en el mundo del enduro y enduro extremo. Pero lo cierto es que en los 2000 fuiste uno de los pilotos más prometedores de nuestro país al manillar de una moto de trial. ¿Sigues firmando autógrafos como piloto trialero o ya todos son como campeón de superenduro?

– Bueno todos sabemos que el trial, por desgracia, no es un deporte que tenga una repercusión mediática muy grande. En cambio, el enduro abarca mucho más que el trial y son más los aficionados que se desplazan a las carreras para ver a sus ídolos. Así que se puede decir que firmé más autógrafos como piloto de enduro. (Sonríe).

– En los últimos tiempos nos has sorprendido gratamente verte competir de nuevo en el deporte del equilibrio dinámico. Sin ir más lejos, en el Campeonato Provincial Ara Lleida, así como en los 3 Días de Santigosa o en los Dos de Trial de Arinsal. ¿Te veremos más a menudo en este u otros campeonatos?

– ¡Sí, seguro que sí! Las carreras de larga duración como pueden Santigosa o la cita de Arinsal, que disputé el año pasado –este año no porque estamos como estamos–, son carreras donde uno realmente disfruta del trial como deporte.

Sobre todo, por el ambiente que hay en este tipo de pruebas y también por los lugares donde se realizan. Son sitios espectaculares, de una gran belleza. También he competido en algunas carreras del Campeonato de Cataluña o regional de Lérida, porque, de esta manera, me obligo un poco a tener más continuidad encima de la moto; a no oxidarme.

– Te lo preguntamos porque pilotos como Albert Cabestany o Marc Colomer en su día han regresado tras decir adiós gracias a las motos de trial eléctricas. ¿Te gustaría competir en la Copa del Mundo FIM de Trial-E?

– La verdad es que antes de hacerme esta pregunta no me lo había planteado nunca, pero es evidente que sería un buen reto volver a competir a nivel internacional a manos de una moto de trial eléctrica y hacerlo contra pilotos de la talla de Albert Cabestany, Marc Colomer, entre otros, aún lo haría más atractivo. De modo que si se presentase la oportunidad… no la descartaría. (Sonríe).

– ¿Alguna marca del sector se ha interesado por hacerte con tus servicios para dicha competición?

– No, ninguna. Todavía no. ¡Estoy disponible! (Risas).

– Te han dejado probar alguna? ¿Qué te pareció la experiencia?

– La verdad es que sí. Hace poco, casualmente, salí a entrenar con la moto de trial y me encontré a Joan Solé Rovira mientras probaba su SoREV. Los dos vivimos en pueblos muy cercanos, y tuve la oportunidad de subirme a ella. Lo cierto es que la sensación fue al principio muy rara. Básicamente, porque no sentía el motor y las vibraciones que este transmite. Pero lo poco que la probé no me disgusto cómo funcionaba. Estoy seguro que aligerando peso y con un estado de prototipo algo más definitivo seguro que irá muy bien. Otro tema que me gustó es la idea de que con un móvil pudieras cambiar por completo el funcionamiento de la moto. Eso sí, hacerlo… ¡no me pareció nada fácil! (Más risas).

– Si te parece, empecemos por el principio. ¿Quién es el ‘culpable’ de que te gusten las motos? ¿Y el trial?

– Los principales culpables fueron mis padres. Mi padre, cuando yo tenía 6 años, practicaba trial a nivel amateur con un grupo de aficionados de la zona. Y bueno, de ir a verlo, empezó a picarme el gusanillo de las motos.

– ¿Recuerdas tu primera moto? ¿Y competición?

– Un amigo de mis padres tenía una Montesa Cota 25 y me la dejó unos días para que la probara. Junto con mi hermano, empezamos a montar en moto poco a poco y cada vez me fue gustando más y más. Un día me llevaron a ver una carrera de trial de niños que hacían cerca de casa. Allí vi que lo que hacían esos niños con la moto de trial  no estaba lejos de mis posibilidades. Cuando terminó la carrera me preguntaron si quería intentar hacer alguna carrera y yo sin pensármelo demasiado respondí que sí. Después de eso me compraron una Beta Mini de trial automática y la primera carrera que disputé fue una la Challenge de Niños del Motor Club 80 del malogrado Ricard Pinet y su esposa Vera Siebken a la edad de 7 años. Si la memoria no me falla, creo recordar que finalicé sexto de muchos, porque por aquella época era un campeonato en el que participaban muchos niños y niñas. A partir de ese momento ya no paré y continué yendo en moto de trial y participando en otros campeonatos como el Campionat de Catalunya, el Campeonato de España y finalmente el Europeo y el Mundial.

– Los que ya peinamos alguna cana, te recordamos junto a ‘el otro Dani’, Dani Oliveras. De hecho, muchos os confundían. Vuestras carreras deportivas han sido muy similares y paralelas. Al menos en sus inicios. ¿Tú también lo crees?

– ¡Sí lo recuerdo! Nuestra evolución, como bien dices, fue muy similar a lo largo de toda nuestra trayectoria como piloto. Fue uno de los rivales más fuertes que he tenido nunca en todos los campeonatos que disputé y gracias a ello creo que ambos pudimos alcanzar un gran nivel. En mi trayectoria como trialero era habitual escuchar lo de ‘Los Danis’. Teníamos la misma edad, los dos catalanes, desde pequeños competíamos con la misma marca dentro del Equipo Nacional de la Federación Española y, en muchas ocasiones, nos disputábamos la victoria, por lo que las confusiones entre uno y otro se podían entender.

– ¿Quién de los dos llevaba peor el hecho de que continuamente os compararan?

– Creo que ninguno de los dos nos lo tomábamos mal o al menos a mí me dio esa impresión. (Risas). Dentro de las carreras,  manteníamos las distancias un poco, pero una vez finalizaban teníamos una buena relación, como con el resto de compañeros de equipo o paddock.

– Y ahora que no nos oye nadie: ¿quién de los dos era mejor?

– (Risas). Los dos teníamos un nivel muy similar y cuando eso pasa siempre terminas las carreras con las puntuaciones parecidas y te disputas el campeonato hasta el último momento. Creo que yo el factor de la presión lo sabía administrar bien y quizás un poco mejor, y creo que ello me ayudó a la hora de marcar las diferencias.

– En vuestros comienzos ambos fuiste los ‘golden boys’ de GasGas. ¿Responsabilidad u orgullo?

– ¡Orgulloso! Siempre estaré muy agradecido a GasGas por el apoyo que me dio desde prácticamente mis inicios en el trial y hasta que me cambié a Montesa, marca con la que competí en mis dos últimos años mundialistas.

– ¿GasGas os trataba a ambos por igual?

– Más o menos. (Risas). Quizás, él (Oliveras) al ser de Girona y residir cerca de GasGas, algún pequeño favoritismo más que yo podía tener. Pero por el otro lado, yo contaba con la ayuda de ‘Ton’ Mill,  quien por aquel entonces estaba dentro de Hebo/GasGas, y por la cercanía y la amistad que teníamos me ayudó mucho con la preparación de las motos.

– Sin contar la Copa de Europa para Jóvenes de 125cc en 2001, tres años más tarde lograste tu primer gran título internacional: la Copa del Mundo para Jóvenes de 125cc. ¿Esperabas cuando arrancó aquella temporada convertirte en el primer ganador de la historia de la misma?

– No, para nada. Hasta que no fueron pasando las carreras no me di cuenta que tenía opciones de ganar el campeonato. Recuerdo que todo el campeonato estuve luchando con Dani Oliveras y también con Matteo Grattarola, que estaba también muy cerca de nosotros. Aquel campeonato se decidió en la última carrera, de dos días y que tuvo lugar en Moutier, en Suiza. Oliveras iba por muy poco líder del campeonato, así que si quería ganarlo tenía que quedar por delante suyo en ambas jornadas; algo que a la práctica venía a ser lo mismo que ganar la carrera los dos días. (Risas). Y así lo hice: gané los dos días y así conseguí el título.

– No te bajaste del segundo peldaño del podio en ninguna de las citas programadas. ¿Cómo preparaste ese 2004?

– Eso es. Siempre estuve en todas las citas en el podio y si no recuerdo mal entre los dos primeros peldaños. A nivel de preparación, ese año fue muy importante la puesta a punto de la moto. Porque como es de imaginar, en las motos de 125 cc la potencia es un punto importante a tener en cuenta, ya que puede marcar las diferencias en zonas donde la falta de ella marca la diferencia entre subir un obstáculo o no. También aquel año me hizo de mochilero mi amigo Joan Soler Prats, con quien formamos un buen tándem, y nos lo pasamos muy bien.

– Al año siguiente, pasaste al Mundial Júnior. Estuviste pugnando por el título casi hasta el final contra el británico James Dabill. Ahora que han pasado 15 años, ¿qué valoración haces de ese subcampeonato?

– Ese año fue bastante frustrante para mí. Venía de ganar el año anterior el Mundial de 125cc, por lo que tenía que dar el salto a la categoría superior que era el de Júnior sí o sí. En él, en principio, podía competir sin limitación de cilindrada. Es decir, ya al manillar de una 300 cc. Pero tuve la mala suerte de sufrir en mis propias carnes la polémica norma FIM que a partir de esa temporada obligaba a competir con una 125cc hasta los 18 años de edad. Disputé todo el campeonato con una GasGas 125cc, siendo además el único en hacerlo con esta cilindrada. Aun así, me llevé la primera carrera en Portugal, por delante Dabill, que fue el vencedor ese año mientras que yo acabé logrando un subcampeonato que no fue para nada fácil.

– Pero al año siguiente te sacaste la espina. ¡¡Y de qué manera!! Toda la temporada en el podio y remachando el título ganando las dos últimas carreras: en Andorra y Bélgica. ¿Tus dos mejores carreras internacionales en Júnior?

– Sí, al siguiente año ya no sufrí el lastre de correr con una moto de inferior cilindrada, puesto que ya tenía justo los 18 años. También fue el año en el que dejé atrás GasGas, la marca con la que llevaba muchas temporadas, para pasarme a Montesa y a su nueva Cota 4RT, la primera de 4T en décadas. Eso fue un plus de motivación para demostrar a Montesa-Honda que podía lograr el título con ella. Entrené fuerte con la ayuda de Marçal Font y David Sánchez para llegar lo más competitivo posible y adaptarme rápidamente a la nueva moto. Y creo que lo conseguí. (Sonríe).

– Oliveras, Michael Brown, Laia Sanz, Coddy Webb… fueron algunos de tus grandes rivales ese año. ¿Quién te sorprendió más?

– Los principales rivales de aquel año fueron Oliveras, como no (Risas), y Michael Brown. Estuvimos todo el campeonato un punto por encima de los demás y me atrevería a decir que no bajemos en ninguna ocasión del podio. Sobre el papel, los favoritos éramos los tres, quizás me sorprendió un poco Brown, quien durante todo el campeonato anduvo muy regular y en las carreras donde predominaban las zonas resbaladizas y ríos él era donde estaba realmente más fuerte.

– ‘Oli’ acabó a la postre subcampeón. ¿Cómo se lo tomó? ¿Se resintió de algún modo vuestra amistad?

– Naturalmente, cuando estás peleando hasta el final en un campeonato y se te escapa por muy poco cuesta de digerir al principio. Pero después de ello todo siguió igual. Entre nosotros había una buena relación y separábamos bien lo que son las carreras, la competición propiamente dicha, de lo que es la convivencia diaria.

– Si obviamos a Laia Sanz, eres el primer piloto de la historia en haber ganado un título al manillar de la Montesa Cota 4RT. ¿Te felicitaron en Montesa-Honda?

– Pues no me di cuenta de eso hasta esta pregunta (Risas). Ciertamente, Laia había ganado ya el Mundial en Trial Femenino en 2005 y volvió a repetir en 2006. Recuerdo que al finalizar la carrera, todo el equipo Montesa-Honda nos felicitó.

– ¿Contaste con supervisión o ayuda directa de fábrica? Te lo preguntamos porque era el segundo año de vida del modelo.

– Sí. No era piloto oficial, pero tenía el apoyo de Montesa-Honda. Durante los dos años que competí con mi Montesa dentro del Equipo Nacional de la Federación Española conté con su apoyo y ayuda. Durante esos años se portaron muy bien conmigo, y conforme iban saliendo los resultados ponían a mi disposición más mejoras para la moto, y ello era un plus todavía más grande para mi motivación. Además, si tenía algún problema o quería hacer algún cambio técnico en la moto siempre tenía su apoyo. En concreto, de la parte técnica se ocupaba Jordi Granell, por aquellos entonces, máximo responsable técnico del equipo de carreras de Montesa. Con él, nos entendimos muy bien y me ayudó mucho en la puesta a punto de mi moto, por lo que le estoy muy agradecido.

– ¿Te resultó fácil o difícil pasar de las GasGas 2T a la Montesa 4T?

El cambio me resultó relativamente fácil. El primer día que fui a probar la moto para ver si daba el salto a ella y me sorprendió lo bien que iba. Alguna vez había probado alguna, pero eran motos prácticamente de serie, así que no lo tenía del todo claro antes de ese día. Sin embargo, la moto que probé ese día era una de las motos que usaba Laia Sanz. La manera en que podía pilotar esa moto no tenía nada que ver con la de serie de aquel entonces, ya que ésta disponía de bastantes mejoras.

– ¿Es el modelo que mejor se ha adaptado a tus características como piloto?

– Mejor no lo sé, ya que a lo largo de mi trayectoria como trialero solo pasé por GasGas y Montesa. Pero sí que puedo decir que con ella iba realmente bien. Me permitía pilotar muy cómodo, sin cambiar mi forma de pilotaje, y me transmitía mucha confianza y seguridad, por lo que me ayudaba a no cometer muchos errores.

– Tu debut internacional absoluto se produjo al año siguiente: en Mancha Real, Jaén, en 2007. ¿Qué recuerdas de ese día?

– Prácticamente no tengo recuerdos de esta carrera. A lo mejor es porque no fue todo lo bien que me esperaba. (Risas).

– Aquella temporada, la primera y última en la que te disfrutamos en el Mundial absoluto también te vimos competir en el Europeo, competición que también acabarías adjudicándote ese mismo año. ¿Te costaba cambiar el chip y pasar de una a otra de un día para otro?

– No, para nada. A diferencia de los años 2004 y 2005 que es donde tenía que participar el Nacional con una 280cc y en el Mundial con una 125cc, aquella temporada lo hice al completo con la misma moto. Sí que es verdad que el nivel de las zonas era diferente. En el Mundial, las zonas eran de mayor dificultad, mientras que en el Europeo eran de menor nivel. Pero en este último los fallos ¡te costaban muy caros! Mira, a Fabio Lenzi, que fue mi rival más directo, costaba mucho verlo cometer algún error en el Europeo.

– Ni más ni menos que 72 (44+28) carreras internacionales y sumando puntos en Mundial y Europeo. ¿Satisfecho?

– Sí, muy satisfecho. Tengo recuerdos muy buenos de mi paso por el trial. Fue una experiencia increíble y aprendí mucho de ello. Además, logré algunos títulos que hacen que me sienta todavía más orgulloso de ello.

– ¿Crees que puntuar antes en ambos campeonatos era más complicado que ahora?

– No es fácil de responder a esta pregunta. Creo que en todos los años hay pilotos con un gran nivel y motivados para dar lo mejor de sí. Quizás en aquella época, en cuanto a número de inscritos, era mayor que la que hay ahora. Lo que no ha cambiado mucho son los pilotos top que hay en el Mundial, que vienen siendo casi los mismos que hace 15 años atrás.

– ¿Tu mejor recuerdo en el Mundial se lo lleva Sant Julià de Lòria, en Andorra 2007, en donde lograste tu mejor resultado en categoría absoluta, o es para Senez, en Francia, ese mismo año y en donde sumaste tus primeros puntos?

– Andorra fue de los mejores recuerdos de aquel Mundial, por el hecho de ser la última carrera que disputé (aunque no sabía que lo sería) y es donde logré mi mejor resultado: un octavo lugar absoluto. Aquellos años no resultaba nada fácil entrar en el ‘top ten’.

– Antes de deslumbrar como campeón en el Campeonato de Europa y Mundial ya habías demostrado tu clase en el Campeonato de España. De las tres competiciones, ¿en cuál te gustaba más participar?

– Cada uno de ellos tenía sus cosas positivas, pero siempre un campeonato a nivel internacional te da más motivación.

– Tanto tú como Oliveras fuisteis los rostros visibles de la polémica norma FIM que esos años os obligaba a competir con una 125cc hasta los 18 años. De no haber existido, ¿habrías llegado antes y mejor a lo que ahora es TrialGP?

– Sí, seguro. La polémica norma FIM nos frenó nuestra evolución durante dos años. Fuimos sin ninguna duda los más afectados. Creo que poco después de esto se dieron cuenta de que dicha norma penalizaba la progresión de los pilotos y la retiraron. Recuerdo que esos dos años se hicieron muy duros. En algunas ocasiones se disputaban dos campeonatos diferentes en dos días consecutivos y tenía que ir con una moto un día y al siguiente cambiar a otra. La adaptación era complicada y costaba mucho lograr un buen ‘feeling’ con la moto.

En 2008, por desgracia para los aficionados, cambiaste la moto de trial por la de enduro. ¿Por qué?

– Fue un momento muy difícil y la decisión no fue nada fácil. Como sabemos, el trial es un deporte con poca repercusión mediática y cuesta mucho encontrar patrocinadores y el apoyo necesario para afrontar una temporada a un alto nivel. En mi caso, no encontré la ayuda necesaria para disputar la siguiente temporada con garantías y por ello me vi obligado a dejarlo. Por desgracia, no fui el primero ni el último al que le ha ocurrido esto. De hecho, hoy en día sigue pasando y es una verdadera lástima.

– ¿Desde cuándo te rondaba dicha idea por la cabeza?

– El cambio a la moto de enduro fue algo inesperado. Ya tenía una moto de enduro en el garaje durante mi último año en el trial. Me lo pasaba bien montando en ella. Pero fue cuando dejé el trial que empecé a tener más tiempo para practicar enduro. Y como aquel que no quiere la cosa un día me apunté a una carrera del Nacional de Cross Country que hacían en Caspe, y me fue bastante bien. Tras esto, empecé a participar en más carreras hasta que, sin esperarlo, me vi compitiendo en el Mundial. (Sonríe).

– Tadeusz Blazusiak, Graham Jarvis, Alfredo Gómez, los hermanos León… ¿Por qué crees que tantos pilotos de trial prometedores acabaron cambiando las zonas de trial por las cronos de enduro?

– ¡¡Tadeusz Blazusiak fue el culpable!! (Risas). Él fue el primero en dar el salto y lo hizo por todo lo alto: ganando la Erzberg Rodeo. Marcó el camino a seguir para que muchos pilotos de trial pasaremos al enduro. Pero la verdad es que como él hay pocos, y lo que parecía relativamente asequible, no lo es. Ganar nunca es fácil y aunque tengas la técnica del trial, que es clave, cuesta mucho llegar arriba; a lo más alto.

– Por tu experiencia personal, ¿recomiendas iniciarse con la moto de trial o directamente con la moto de la especialidad en la que quieres competir?

– El trial es la disciplina madre de las dos ruedas. Si empiezas por el trial podrás ganar mucha técnica y dominio, tanto a nivel mental como encima de la moto. Una vez adquiridos estos conocimientos, se puede cambiar y probar suerte en el enduro, motocross… Muchos pilotos han seguido este camino y les ha ido muy bien.

– Retornando a tu carrera como piloto de trial, las crónicas de la época hablan de ti como uno de los pilotos más cerebrales y al mismo tiempo valiente del momento. ¿Tú también te definirías así?

– Quizás un poco sí. Sí que es cierto que nunca me ha gustado hacer las cosas a lo loco; solucionándolo por ejemplo con el gas. Siempre he pensado muy bien las cosas antes de hacerlo y tenerlo todo bajo control. Llevaba bien el tema de la presión y es quizás por eso que en situaciones donde a los demás los nervios les jugaban malas pasadas y cometían más errores yo me mantenía más firme y me acababa llevando el gato al agua.

– Tu palmarés en el mundo del enduro y enduro extremo no le tiene nada que envidiar al logrado en el trial, con triunfos importantes en citas de Hard Enduro y SuperEnduro, principalmente. ¿Crees que gran parte de tu éxito como piloto de hard enduro radica en tu base como piloto de trial de élite?

– Sí, está claro. Solo hace falta mirar los pilotos punteros que hay en el SuperEnduro y Hard Enduro, donde se puede ver que la mayoría de ellos proceden del trial. La técnica del trial es la base para el Hard Enduro y también para el SuperEnduro. Una vez tienes la base, solo hay que entrenar la velocidad y el físico para poder ir rápido y aguantar dicha velocidad el máximo tiempo posible. En el Hard Enduro, sin ir más lejos, te pasas encima de la moto muchas horas y llega un momento en el que la técnica no siempre te vale. Tienes que tirar del físico y es aquí donde empiezas a sufrir como nunca te lo habías imaginado. En cambio, el SuperEnduro, es mucho más explosivo y durante 10 minutos tienes que ir a tope. Yo, a diferencia de otros pilotos llegados del motocross, no era el más rápido, pero sí que tenía mucha constancia en todas las vueltas que dábamos gracias al trial.

– Al principio muchos aficionados veían en la Zona de Calificación del Mundial de TrialGP o del Campeonato de España una mini crono de enduro. ¿Estás de acuerdo con ellos?

– Bueno, un aire tiene. En los dos tienes el hándicap del crono, por lo que estás obligado a ir rápido. Pero por otro lado, en el enduro, si hace falta poner pies para lo que sea ni te lo piensas. En el trial, en cambio, esto no lo puedes hacer. (Risas).

– ¿Te hubiera gustado disputarla en tu época como piloto de trial?

– Sí, ¿por qué no? Es otra manera de afrontar un zona; teniendo como recompensa una buena posición de salida para el día siguiente y al mismo tiempo sirviendo de espectáculo para el público. Es mejor que el sorteo aleatorio que se hacía antes; eligiendo un numero al azar. (Risas).

– Hace unas semanas, Ot y Pere Pi, lanzaron su FastTrial. ¿Te gusta la idea?

No lo he probado nunca, pero la impresión que da es que se pierde un poco la esencia del trial. Creo que es una forma diferente de practicar trial, pero no lo veo como una alternativa real al trial convencional. Por lo que he visto el FastTrial no importan los pies que se pongan, sino solo el tiempo que tardes en realizar cada una de las zonas, y esto es un poco contradictorio con lo que es el trial. Está bien que el tiempo sea otro handicap a tener en cuenta dentro de la zona, pero también se tienen que tener en cuenta los puntos que se hacen, ¿no te parece? 

– Y la pregunta del millón: ¿Es Trial o no?

– Lo veo diferente. Sería como realizar una especie de ‘trialera’. Pero en vez de realizarla con una moto de enduro la haces con una de trial, ¿no? (Risas). 

– En 2015 ganaste la Copa de España de SuperEnduro. ¿Qué recuerdas de esa gran temporada?

–Fue una temporada un poco agridulce. Como dices, me proclamé Campeón de la Copa de España de SuperEnduro. Fue un campeonato bastante reñido ya que junto con Cristóbal Guerrero y Lorenzo Santolino peleamos hasta al final por el título. Fue una buena experiencia el poder ganar el campeonato en su primer año y con un calendario completo de citas a diferencia de los años anteriores, que habían sido pruebas puntuales para probar su viabilidad. Por otro lado, la parte más amarga, vino cuando me encontraba a menos de un mes de empezar el Mundial de SuperEnduro, que fue cuando me lesioné. Fue una auténtica pena, porque afrontaba el Mundial con un plus de confianza por haber ganado el Nacional. Pero todo se vino abajo. Me perdí la primera carrera del campeonato y con ella todas las esperanzas de hacer una buena temporada.

– Hasta hace poco era Blazusiak el rey indiscutible de la especialidad, pero ahora parece que es el turno de los americanos. ¿Qué ha cambiado?

– (Risas). El sigue pilotando a un nivel increíble y es uno de los más fuertes que hay en el campeonato, sin ninguna duda. Lo que quizás ha cambiado es que hay pilotos jóvenes como Billy Bolt que viene con mucha fuerza y muy bien preparado para ganar. En cuanto al tema de los americanos, como Colton Haaker o Cody Webb, lo que les pasa es que ¡están muy locos y dan un gas descomunal! (Risas).

– Te encontrabas más cómodo en el SuperEnduro y Hard Enduro que en el enduro convencional. ¿Por qué?

– Sí. Todo aquel que proviene del trial se encuentra mucho más cómodo en estas dos modalidades y no en el enduro convencional. El por qué es lo que he contado anteriormente: la técnica del trial ayuda mucho a la hora de afrontar los obstáculos. En cambio, para algunos de los pilotos que dan el salto desde el motocross, les sucede lo contrario. En el enduro convencional son muy rápidos porque tienen la velocidad para ello, pero les falta trabajar la técnica del trial.

– Y entre SuperEnduro y Hard Enduro… ¿la primera?

– Mi especialidad favorita siempre a sido el SuperEnduro y es en ella donde me sentía más cómodo. La gente puede pensar que el SuperEnduro y el Hard Enduro son más o menos parecidos, o que si lo haces bien en una en la otra, también. Pero en verdad son muy diferentes. Necesitas entrenamientos muy diferentes para preparar una u otra, ya que la duración e intensidad de las carreras no tiene nada que ver. Por ejemplo, ‘Taddy’, muchos años, solo ha centrado sus esfuerzos en el SuperEnduro y en el EnduroCross, que viene a ser este último el equivalente al primero pero en los Estados Unidos, y para mi es una de las razones de su éxito.

– ¿Cambiarías tu título de 2015 por haber participado una sola vez en la cita decana del trial en pista cubierta, el Trial indoor SoloMoto de Barcelona?

– Pienso que no. Es obvio que es la prueba más importante que hay en el calendario del Mundial de X-Trial, pero el título del Nacional de SuperEnduro para mí fue muy importante y una experiencia gratificante. De todas formas, en el Sant Jordi de Barcelona, ya he participado en varias ocasiones aprovechando la visita del Mundial de SuperEnduro. (Sonríe). Aunque por desgracia no han sido en dicho escenario donde logré mis mejores resultados. No sé si fue por la presión de correr en casa o por el trazado de la pista que nunca llegó a ser del todo de mi agrado.

– Una última pregunta: ¿Toni Bou o Graham Jarvis/Tadeusz Blazusiak?

– Es imposible elegir solo a uno. Cada uno de ellos están marcando un antes y un después en sus respectivas modalidades. Toni no hace falta decir mucha cosa, porque es obvio que es el mejor piloto de trial de todos los tiempos y cada año se supera a sí mismo. ‘Taddy’ marcó el camino a seguir para muchos al pasarse al enduro; triunfando y logrando un montón de títulos. Y Graham, para mí, es increíble lo que hace. Tiene una técnica y una finura sobre la moto bestial y ello hace que, a pesar de tener 20 años más que muchos de sus rivales, todavía hoy sigue estando en lo más alto.

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