Tras cuatro temporadas brillando con luz propia en Femenino B, Alba Lara da el salto en 2016 a la máxima categoría para féminas en el Campeonato de España, y quién sabe si también disputará su primer Mundial absoluto al completo. A su lado estará el ex piloto Francesc Ciurana.
«Mi brújula, que busca sonrisas perdidas, es Berta (Abellán)»
Deporte y motor son sinónimos de Alba Lara, la joven barcelonesa de 17 años que en las dos últimas temporadas ha dominado con mano de hierro la categoría de plata del trial femenino español. Trial, MX, Enduro, Raids… pero también los World Rally Cars y muy especialmente los karts. ¿Fajardo? ¿Cabestany? ¿Raga? ¿Laia? No tiene piloto favorito. ¿O sí? Ni ella misma lo sabe o quiere confesar porque los conoce, quiere y admira a todos. Eso sí, ninguno de ellos es su ‘brujula de las sonrisas perdidas’. Dicho honor es único y exclusivo de su amiga y futura rival Berta Abellán, la elegida como tercer y último miembro del RFME SPEA Equipo Nacional en el reciente Trial de las Naciones.
– Lo primero. Enhorabuena por tu segundo título nacional consecutivo en Femenino B. ¿Qué es más difícil ganar por primera vez o revalidar corona?
– Muchas gracias!! (Sonríe). Me ha sido más difícil revalidarla, ya que en 2015 estrené moto, cilindrada, y además pasábamos por las flechas de rojos en vez de azules. Ha sido un año de cambios en que me ha costado mucho adaptarme. Además, mi principal rival me ha apretado mucho. Pero por suerte a final de temporada he conseguido encontrarme a gusto y he podido pilotar como me hubiese gustado hacerlo a lo largo de todo el año.
– Tu llegada a la categoría intermedia del Nacional de Féminas se produjo en 2012. Y cuajaste una muy buena temporada de debut: quinta en un nivel con hasta nueve participantes.
– Para mi fue un gran año, ya que tenía muchas ganas de correr el Campeonato de España después de haber tomado parte en una carrera el año antes en la que había terminado cuarta. Fue un año raro y los nervios me jugaron muy malas pasadas. Hice una carrera muy buena, pero las otras dos… fueron bastante desastrosas. (Se muerde el labio).
– En una cita incluso rozaste el podio.
– Así es. (Sonríe). Fue la de Cataluña, en Vilanova del Camí. Y aquel resultado me sorprendió mucho, la verdad. Corría cerca de casa, por lo que conocía bastante el terreno. Estaba bastante centrada y supe pilotar bastante bien. Recuerdo que me emocioné mucho, ya que fue increíble para mi conseguir lograr ese resultado en mi primer año con las mejores.
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– Pero tú ya hacia varias temporadas que competías regularmente, primero en la Copa Catalana de Trial de Nens y posteriormente en el Campeonato de Cataluña.
– (Sonríe). Me inicié en la Copa Catalana de Trial de Nens, y recuerdo esos años como los mejores. Los domingos de carrera eran un día en familia. Además, por aquellos entonces los resultados daban igual. (Ríe). Ibamos sin ninguna presión y disfrutábamos todos muchísimo. Creo que es la mejor escuela. No conseguí resultados importantes, pero me lo pasaba genial!! (Risas).
– Sin embargo, fue en 2013 cuando llegaron tus primeras victorias. Dos para ser exactos. Pero el título se te escapó en la última carrera a pesar de acabar igualada al frente de la tabla con Neus Murcia. ¿Crees que aquella no victoria te ha servido para ganar de manera consecutiva estas dos últimas temporadas el título?
– Para mí fue muy duro perder el campeonato en la última carrera. Era la que mayores opciones tenía de ganarlo y se me escapó por sólo ¡¡3 pies!! Pero sí. Para mí fue una lección. Me hizo mucho más fuerte mentalmente y creo que me hizo madurar. Es por eso que creo que estas dos últimas temporadas he sabido afrontarlas mucho mejor. Nunca debes dar nada por perdido, pero tampoco por ganado.
– Te has medido con pilotos que ahora están en el Mundial, como la propia Neus, Berta Abellán o Maria Giró. ¿Te veremos compitiendo pronto contra ellas?
– Podría haberlo hecho en la última cita del Campeonato de España, pero preferí despedirme bien de Femenino B. Ganando. (Sonríe). Pero este 2016 sí que competiré con ellas en Femenino A. En el CET y en el Campeonato de Cataluña.
– ¿Y en el Campeonato del Mundo de Féminas?
– Este 2015 disputé las dos últimas pruebas: en Teo y Vandellòs-Hospitalet de l’Infant. ¿En 2016? Quién sabe qué pasará este año.
– Lo digo porque como bien sabes y ya has podido comprobar el reglamento reinante, el non-stop, es el mismo que una de tus carreras favoritas: los 3 Días de Santigosa. ¿Qué es lo que te enamora de esta mítica prueba?
– No lo sé. (Piensa). Santigosa tiene algo especial que hace que te enganches a ella. Quizás es porque el simple hecho de acabarla ya es algo mágico. (Sonríe). Me gusta correr sin presión y ver como cada año mejoro mucho. Además, el tipo de zonas me encanta y el buen rollo que hay entre todo el mundo hace que la dureza de los 3 días se te haga más llevadera. (Vuelve a sonreír). Cada año conoces a muchas personas con las que compartes muchas aventuras y eso es algo muy especial!!
– ¿Quién es el ‘culpable’ de que a Alba Lara le gusten las motos? ¿Y el trial?
– Mira. Gran parte de culpa la tiene mi familia y, en especial, mi padre. Desde muy pequeña he visto motos en casa y ellos han estado a mi lado desde el día en que pedí una moto. ¿El culpable de que yo haga trial? Ya no lo tengo tan claro. Quizás me guste porque fue lo que desde pequeña vi más. Cuando era más pequeña fui a ver varias carreras del Campeonato de España. Y también porque era la disciplina que mi padre más seguía y practicaba.
– ¿Quién es mejor piloto de trial: tú, tu padre o tu hermano?
– (Risas). Es divertidísimo ver como hace unos años mi padre me ganaba y le gustaba correr contra mi. Sin embargo, de un tiempo a esta parte ya no le gusta tanto competir contra mi y ver cómo lo gano. (Más risas). Pero yo creo que de eso se trata. Él me ha enseñado todo lo que ha aprendido a lo largo de muchos años. Yo, por mi parte, he tenido la gran suerte de poder seguir mejorando gracias a cursillos y otros pilotos más experimentados como Francesc Moret, Pol Tarrés o mi nuevo mochilero: Francesc Ciurana. Oportunidades que él jamás ha tenido. Aún así, debo admitir que con las clásicas aún me gana. (Vuelve a reír).
– ¿Jeroni Fajardo o Albert Cabestany? ¿O no puedes elegir porque te gustan por igual y son con quienes más y mejor te identificas como piloto?
– Difícil elección… (Piensa y duda antes de dar la respuesta). Quizás… Cabestany… porque es muy técnico y me encanta su manera de pilotar. Pero no tengo un piloto favorito, eh!! (Sonríe). Creo que cada uno tiene sus pros y sus contras, y todos hacen cosas increíbles.
– ¿Cómo que no tienes piloto favorito? Si hace un par de años tu nómina de pilotos favoritos también incluía a Toni Bou, Laia Sanz… y ¡¡Adam Raga!!
– (Risas). Bueno va. Se mantiene más o menos igual. (Más risas). Me gusta mucho también seguir a los chicos con los que he crecido y compartido carreras que toman parte en World Cup ya que ves cómo logran lo que siempre habían soñado y van subiendo de nivel muy rápidamente.
– ¿El 27 o el 42, qué número te gusta más?
– Aunque el 42 es para mí un número muy importante… el 27 siempre ha sido y será mi número. Me ha acompañado siempre y es claramente mi número favorito. Pero ahora que lo pienso… ¡¡No puedo hacerle un feo a Rins!! (Risas). Así que el 42 es mi segundo número favorito (Más risas).
– ¿Te ves algún día en otra modalidad que no sea trial, como por ejemplo ya han hecho la propia Laia o Sandra Gómez?
– Desde pequeña me ha llamado muchísimo la atención el Motocross. He tenido la oportunidad de ver muchas carreras y creo que es una modalidad increíble. De hecho, hace ya unos años que insisto en que quiero probarlo, pero en casa no les hace mucha gracia. (Hace morritos). También me gustaría probar el Enduro, ya que dicen que el trial es la mejor base para esta disciplina. Ahora bien, como sueño desde pequeña… tengo el Dakar; rally que seguimos en casa desde siempre etapa a etapa.
– A pesar de tu corta carrera deportiva ya te has roto el codo derecho dos veces. De ahí en parte tu negativa a probar en otras especialidades?
– Pues mira. No. Por suerte esas lesiones nunca me han supuesto un gran calvario. Ambas fueron hace bastantes años y, aunque no he quedado 100 % bien, nunca me ha dado problemas a la hora de ir en moto. Por otra parte, una de las razones por las que no practico otro deporte, como el motocross, es por las lesiones. Solo faltaría que no me haga daño haciendo trial y vaya y me lesione con otro deporte. También hay que tener en cuenta que tengo muchos problemas con el hombro derecho y si hiciera motocross me lo cargaría mucho. Hay que saberse cuidar bien para llegar a las carreras al 100 %. (Sonríe).
– Por cierto, una de tus pasiones inconfesables creo que es… ¡el kárting!
– (Risas) ¡¡Me encanta!! Me pasaría la vida dando vueltas a un circuito. (Más risas). Lo probé una vez por diversión, pero ahora estoy muy enganchada. Incluso he corrido alguna resistencia de ‘pachangeo’ en la que incluso he ganado a bastantes chicos. (Muchas más risas). Me gusta mucho también porque trabajas bastante los antebrazos, de manera que aunque no te des cuenta estás haciendo deporte y disfrutado a la vez.
– Seguro que Fernando Alonso o Lewis Hamilton están más tranquilos desde que saben que lo que más te gusta el trial. ¿No te hubiera gustado ser la Danica Patrick española?
– (Risas). No soy muy fan del asfalto. Me gusta muchísimo ver carreras de MotoGP y los rallys de coches me apasionan, pero no hay nada como el polvo del off road. ¡¡Y mejor dos que cuatro ruedas!! (Sonríe). Así que dejaré que Alonso y Hamilton sigan tranquilos… de momento (Risas). Porque si me dan a elegir… probaría mil veces antes el Polo de Sébastien Ogier que el McLaren de Alonso (Más risas).
– ¿Cómo compaginas estudios y moto?
– Cuando era más pequeña me resultaba mucho más fácil: hacía los deberes entre semana para tener el fin de semana libre y así poder ir a entrenar. Sin embargo, ahora que estoy cursando bachillerato me resulta más difícil y algunos días tengo que renunciar a entrenar para quedarme estudiando. No es fácil, ya que preferiría mil veces más ir a entrenar, pero tengo claro que es mi futuro y tengo que esforzarme al máximo ahora. Además, tengo la gran suerte de recibir mucho apoyo por parte de mi instituto. Me cambian exámenes cuando tengo carreras y de vez en cuando me permiten faltar. (sonríe y coloca su dedo índice delante de su boca mientras dice «schuuu»).
– ¿Y cómo te lo harás cuando el año que viene vayas a la universidad?
– Quien sabe. Intentaré seguir organizándome igual de bien que hasta ahora y, si puede ser, escogeré una carrera relacionada con el mundo del deporte, ya que así recibiré más ayudas como deportista. (Sonríe). Por suerte las universidades no están lejos de casa. Una hora de bus y llegas a la UAB!! –NdR: Universidad Autónoma de Barcelona, en Bellaterra–. Aprovecharé para estudiar en esos ratos y poder ir a entrenar cuando llegue a casa. Lo que tengo claro es que, aunque los estudios sean lo primero, no quiero abandonar el trial.
– ¿Ya sabes ‘qué quieres ser de mayor’?
– Aún no lo tengo muy claro, la verdad. Pero tengo varias ideas en mente. Tengo muy claro que, de una manera u otra, quiero que tenga relación con el deporte. De pequeña quería ser periodista deportiva, pero quien sabe. (Me mira y sonríe). Ahora me llama mucho la atención la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pues recibes muchas ayudas como deportista y es la carrera más relacionada con el deporte. Pero sabiendo como soy… seguro que cambiaré de idea mil veces más antes de tomar una decisión (Risas).
– Por último, ¿ya has encontrado una brújula que busque sonrisas perdidas?
– (Muchas risas) ¿Cómo sabes eso? (más risas). Cuando me acabé de leer ese libro me quedé pasmada. No había entendido nada. Sabía que ese iba a ser un libro especial para mí, pero sinceramente: no lo entendía. Aunque parezca mentira, su verdadero significado lo aprendí este año en el Mundial. Cuando me pasa algo malo, me niego a aceptarlo y me preocupo mucho, hago una montaña de un granito de arena. Cuando rompí la moto en Tarragona me pasé una hora llorando en el camión. Me negaba a aceptar que mi carrera se acabara allí, y me parecía que el mundo se iba a acabar. La gente del equipo y la gente que me conocía trató de consolarme, pero era incapaz de asumirlo. Entonces apareció la de siempre: Berta (Abellán). Ella fue la única persona capaz de secarme las lágrimas y hacerme ver que no debía estar así, que estaba viviendo mi sueño y que, aunque hubiera tenido problemas, estaba allí viviendo la experiencia de mi vida. No sé cómo lo hizo, pero acabamos riendo las dos a carcajadas. Y aquel día aprendí que ese tipo de gente es la brújula que busca sonrisas perdidas. La gente capaz de hacerte sonreír siempre; sin excepción, incluso cuando te parece estar viviendo el peor día de tu vida. Y también aprendí que mi brújula es Berta.
