El corto recorrido a las ocho zonas, a las que había que dar tres vueltas, provocó un incremento de las colas en las zonas, pero el principal problema y motivo de queja de los participantes fue la reducción de tiempo, pasando de las habituales 4 horas y media a 4 horas, lo que conllevó las prisas, nervios, y cuantiosas penalizaciones de tiempo, dejando a todos una sensación de desencanto al no comprender el motivo de esta reducción de tiempo y con ello la notable pérdida de calidad organizativa de este trial.
En cuanto a las zonas, fueron bastante técnicas y exigentes, haciendo que se marcasen las diferencias en todas las categorías, pero sin excesos, aunque algunos pilotos también comentaron su desencanto con el «tipico marcaje valdemanqueño» en el que «en vez de subir piedras hay que esquivarlas por huecos y surcos» con los típicos pasos de zona roza – estriberas, cárteres, horquillas… La verdad es que esta es la fama que parece le conceden los aficionados al Moto Club Valdemanco desde hace tiempo, aunque hay que decir que no todos los triales son siempre así.