Me caí a una zarza…

Este domingo las previsiones meteorológicas eran de viento y frio. Por la mañana unas nubes muy negras amenazaban en el horizonte. Aún así no dudé en ir a la jornada de trial social que estaba programada… Al llegar allí aluciné con la cantidad de gente que encontré, muchos de ellos aficionados al trial que nunca antes había visto. La cosa prometía.

Tras pasar un rato haciendo fotos a todo el que pude, dejé la cámara, arranqué mi moto y empecé a entrar en algunas zonas. Esperaba mi turno cuando el que estaba delante de mi entró en zona y tras un montículo vi como se caía y quedaba atrapado bajo la moto. Me acerqué rápidamente con la moto, la tumbé en el suelo y le ayudé a salir, estaba bien, me dio las gracias y seguimos adelante.

Poco después en esa misma zona pero a la salida, donde casi nadie podía verte, de la manera más tonta me caí yo, la cara directa contra un zarzal, la pierna atrapada bajo la moto y yo enganchado entre ls zarzas apenas podía levantarme. En ese momento llegó una chica trialera de unos 15 años, dejó su TRS y vino a ayudarme a levantar la moto que me atrapaba la pierna para que yo pudiese levantarme… Casualmente era la hija del hombre al que yo había ayudado unos minutos antes en esa misma zona… le di las gracias y le dije que estaba bien, ella siguió disfrutando del trial.

Algunas espinas se habían clavado en mi barbilla y cerca del labio, fui al coche y con un pañuelo de papel presioné durante un rato para dejar de sangrar. En 5 minutos volví a las zonas para seguir disfrutando del trial toda la mañana. Hasta el día siguiente no me di cuenta que aún tenía dos grandes espinas metidas en las heridas.

Así es el trial, no hay dolor, no importan las espinas, ni las caídas, no importa que haya gente que piense que es un peligro o que te puedas hacer daño, lo que importa es el enorme disfrute en la naturaleza, superando obstáculos y dificultades, rodeado de buena gente, ayudar y que te ayuden, hacer grande los valores del deporte…

No me importa para nada los raspones en la cara, ni me han dolido, puedes hacerte daño de mil maneras (al día siguiente mi padre se cayó en la calle y se rompió la rótula). Lo que sí resulta doloroso es que otras personas, ajenas e ignorantes, pretendan prohibirte disfrutar de algo tan grande como es el trial… Seguiremos luchando por un cambio legal, viva el trial!!!