Nadie como el Presidente del Moto Club Bultaco Sport Clàssic, Ramón Codina, para acercarnos a lo que supuso, y todavía hoy supone, para muchos españoles la marca de motocicletas española fundada en Barcelona por Paco Bultó en 1958 y desaparecida en 1983.
“Bultaco es más que una marca, es un concepto”
Durante la celebración en la pasada primavera de la segunda edición del Bultaco Day en Bassella, Lleida, coincidimos con una de las personas que más ha hecho en nuestro país para que la firma del pulgar alzado siguiera viva tras su cierre en 1983. Nos referimos, como no, a Ramón Codina Sender, presidente del Moto Club Bultaco Sport Clàssic.
Pues bien, por fin pudimos emplazarnos con él para una amigable conversación sobre el pasado, presente y futuro de la marca, así como del club que encabeza, que en 2026 alcanzará los 30 años de vida.
– Lo primero es obligatorio: ¿en qué anda metido hoy en día el presidente del Moto Club Bultaco Sport Clàssic?
– En muchas cosas, la verdad. Este 2023 Bultaco hubiera cumplido 65 años de vida y su fundador, Don Paco, hubiera alcanzado los 111 años de vida, y estamos trabajando en algo muy bonito para conmemorar ambas efemérides. Estamos preparando sorpresas, así que estad atentos porque os iremos informando en los próximos días y semanas.
– Durante la primera mitad de 2023 habéis estado muy activos, pero lo que muchos aficionados nos preguntamos es… ¿cuándo regresa la Copa Bultaco de Trial?
– Esta pregunta tal vez deberíamos realizarla también a los compañeros de Medi Natural de la Generalitat de Catalunya y a los ecologistas. Más que nada para que no pusieran tantas ‘pegas’ para gozar de este deporte y celebrar así triales, respetuosos con la naturaleza evidentemente. Sería increíble que se pudiera volver a realizar el Trial Bultaco, la Copa Trial Bultaco, etc.
– La verdad es que sí.
– Como bien sabeis, fuimos los pioneros en organizar los primeros triales de clásicas federados en toda España: en el Pla de Sant Tirs, en la Seu d’Urgell… y más tarde se añadieron Cabrianes, Sant Boi de Lluçanès y muchos más. Todos el mundo quería formar parte de nuestra Copa Catalana Trial de Clàssiques y la Copa Bultaco. Y aunque no eran unas copas oficiales, porque no estaban reconocidas por la Federación, lo cierto es que tuvimos una participación asombrosa con más de 100 inscritos.
– Por cierto, este año se cumplen 30 años del primer trial de clásicas oficial que organizasteis en el Pla de Sant Tirs.
– Así es, y siendo aún Club Bultaco. Y puedo presumir de ser uno de los artífices de este evento. Los inicios son importantes porque empezar nuevas iniciativas siempre es difícil y arriesgado, y a veces la memoria de algunas personas es escasa.
– De hacerlo, ¿cómo os gustaría en el B.S.C. que volviera el Trial Bultaco?
– Para mí, la mejor manera de volver es hacerlo tal y como empezó. Es decir, con sólo tres categorías: una categoría amarilla muy muy fácil, un nivel azul fácil y un nivel rojo de dificultad media-alta. ¿Por qué estas categorías? Porque lo que queremos es que todo el mundo pueda participar y disfrutar. Fíjate en estos triales de dos días, como por ejemplo, Sant Feliu o Santigosa, por citar algunos. Tienes que cerrar la lista de inscritos porque tienen muchísima popularidad. Y eso se debe a que son triales técnicamente asumibles. Se va para pasarlo bien, a disfrutar de un fin de semana de amigos. En ellos no se gana nada, no hay campeonato ni presión. Además, en estos triales vemos mucha moto nacional: Bultaco, Montesa, Ossa. Por el contrario, en otros triales más exigentes, la gente va con Fantic, Honda… y así mantenemos nuestra esencia.
– Pues ahora que lo mencionas sí que es verdad esto de las marcas nacionales.
– Mira. Un claro ejemplo es Inglaterra. Allí tienen la categoría Pre65, que es, para que nos entendamos, cuando acabó el trial inglés. Como mucho te dejan participar con una Bultaco ‘Sammy Miller’ de la primera serie. ¿Por qué? Pues porque para ellos es una moto creada por un piloto inglés y por eso se la hacen suya. Pero la verdad es que allí son mucho más puristas que aquí. Sinceramente, creo que debemos recuperar nuestra Copa Bultaco, por ejemplo, con nuestras premisas, y que sea para disfrutar entre amigos, como antes. No en vano, venían a nuestros triales Chispas, Tirón, Sammy Millers…. Para competir, ya están el Campeonato de España o el Campeonato de Catalunya de Trial de Clásicas.
– Eventos familiares y de amistad, ¿no?
– Ciertamente. Cuando en 2001 con Joan Rovira arrancamos el Trial Bultaco eso era lo que nos gustaba, que fuera un evento familiar y de amistad, para disfrutar de nuestras motos en triales fáciles. Tanto a la Colla Can Rovira como al MC BSC nos encantaba esta forma de disfrutar del trial. Y no nos engañemos, también nos hacemos mayores. (Risas). Y no queremos muchas complicaciones.
– ¿Y también el Trial Bultaco Memorial Francisco Xavier Bultó?
– Recuperar el Trial Bultaco Memorial FX Bultó es un reto que perseguimos. El Moto Club BSC, junto a los demás creadores, como la Colla Can Rovira, con Joan Rovira al frente, queremos recuperarlo. Pero ahora mismo estamos estudiando una buena ubicación, un lugar que sea auténtico. Era maravilloso cuando los hacíamos. Ver más de 100 modelos Bultaco de trial inscritos era indescriptible. Simplemente, impresionante. Hay que recuperarlo. Y la idea es no tardar en hacerlo.
– ¿Podrían tomar parte en el mismo las Bultaco-Sherco?
– Por descontado que sí. Pero sólo única y exclusivamente hasta 1999, que fueron las Bultaco-Sherco originales. A partir del 2000 desapareció ya el nombre de Bultaco del modelo, por lo que para nosotros ya no serían una Bultaco auténtica. Lo sería una Sherco del 98 o del 99; la roja y la azul, respectivamente. Y aprovecho para recordarte que en nuestros triales Bultaco ya existía la categoría reservada a las motos ‘modernas’, en donde participaban las Bultaco-Sherco. De hecho, ilustres como José Luis Rodríguez ‘El Puma’ o Xavi Mayoral, ya participaban con una Sherco-Bultaco.
– Y hablando de pilotos, el MC BSC ha contado a lo largo de su historia con un enorme plantel de grandes pilotos…
– Así es. Grandes pilotos y aún mejores personas, como se suele decir. Como por ejemplo, Ignasi Codina, mi hijo, en Supermotard, o Pepe Sáez, Santi Navarro, Oriol Vila, Jordi Gómez Jr., Cristina Gómez, David Cobos e incluso a un tal Toni Bou en Trial… También a Ricard Alcaraz, en Enduro… Creo que estos últimos no necesitan presentación. Y otros muchos más. Sin ir más eljos, un inmenso plantel de pilotos de clásicas, la mayoría de la Colla Can Rovira. Clásicos como los mencionados Mayoral y ‘el Puma’, Quico Carbonell, Joan Masjuan… De verdad que la lista es interminable y no acabaríamos nunca. No por no estar nombrados tienen menos mérito y orgullo de que pasaran por nuestro club. Aprovecho para darles las gracias a todos los que confiaron en el MC BSC durante su época deportiva. Todo un orgullo para el Bultaco Sport Classic.
– A todo esto, ¿mantenéis contacto con la familia Bultó?
– Sí, con toda la familia en general. Con varios de los hermanos, Ignacio, Cani, Inés, Patricio… Por desgracia, nos falta Álvaro. Tengo una relación personal genial con cada uno de ellos.
– ¿Y con los actuales propietarios de la marca?
– Pues también. Para nosotros, el nombre Bultaco siempre estará relacionado con el apellido Bultó. Hay varios temas empresariales que aún están en marcha. Por eso no podemos comentar mucho más. Pero sí decir que estamos con ellos colaborando en todo lo que podemos.
– En 2014 nació Bultaco Motors y su primera moto fue la eléctrica de carretera Rapitán. ¿La consideramos una Bultaco o no?
– En 2014 nacieron las Brinco y debía hacerlo también la Rapitán, tanto la de carretera como la de Supermotard. Y sí, en su momento las consideré modelos Bultaco. Había un buen proyecto, muy buenas iniciativas y se podía ver el espíritu Bultaco. Incluso hubo una presentación en Londres impresionante. Había mucha gente involucrada, incluida, por supuesto, la familia Bultó. Yo creía que el proyecto iría hacia adelante. Pero algunas cosas se deberían haber hecho de forma distinta y por desgracia el proyecto no prosperó. Y digo por desgracia, sobre todo, porque cosas así dañan la imagen de la marca. Pienso que Bultaco y la figura de Don Paco no se merecían esto. Pero mi respuesta personal es sí, que eran Bultaco. Una lástima.
– Posteriormente lanzó la e-bike Bultaco Brinco. ¿crees que estaban preparando el camino para una moto de trial eléctrica?
– La Brinco solo era la chispa para arrancar muchos proyectos de Bultaco Motors. Como por ejemplo una Bultaco de trial eléctrica. Pero por desgracia se quedó todo en el tintero. Yo estuve varias veces en la fábrica en Montmeló, y entrabas ahí y te permitías soñar con todos esos proyectos. Pero por distintas razones empresariales no se pudieron llevar a cabo. Para mí fue muy triste. Pero nunca dejemos de soñar. Quién sabe.
– Por cierto, por esa época, se anunció también el Bultaco Linx, el primer coche Bultaco de la historia. ¿Lo conoces?
– Tuve la suerte de vivir un poco el proyecto desde cerca. Estuve en la sesión de fotos, y colaboré con pequeños detalles que me pidió Joan Bultó, uno de los artífices del proyecto. Intenté ayudar en todo lo que pude, y lo disfruté mucho. Me hacía mucha ilusión. Te diré lo mismo que antes, para mí era Bultaco, era su espíritu. El motor que llevaba era Seat, otra marca nacional… No sé. El proyecto era muy bueno, pero tampoco siguió adelante.
– Bicis eléctricas, superdeportivos biplaza eléctricos… ¿Sacrilegios o sueños visionarios como los que en su día tuvo Don Paco?
– Para mí, lo segundo. Sueños visionarios, que, si hubieran prosperado, todos hubiéramos reconocido en ellos la continuidad de Don Paco, y que Bultaco no había dejado de soñar. Hay muchas opiniones al respecto, también negativas. Seguramente, si los proyectos hubieran funcionado la gente hubiera opinado diferente. Yo soy ‘bultaquista’. Mi padre ya lo era, y yo nací encima de una Bultaco. Por eso, para mí, cualquier proyecto donde yo pueda reconocer el espíritu de avance de Bultaco es legítimo. Lo reconozco, soy marquista. Tal vez un poco fanático, pero siempre respetuoso con las otras marcas. Para mí, Bultaco es más que una marca, es un concepto. Y por eso cualquier bien intencionado proyecto siempre será bien recibido de mi parte.
– ¿Crees que Bultaco Motors y Bultaco Cars no han acabado de cuajar como proyectos empresariales porque no han sido fieles al principio fundacional de Bultaco: “el mercado sigue la bandera de cuadros”?
– Pues creo que en parte sí. Pienso que deberían haberse ceñido al tema de competición. Disfrutar de lo que disfrutaba Don Paco, de las carreras donde se probaban cosas, se evolucionaba y se recogían vivencias. Sin ir más lejos, un día, hablando con Dani Oliver Bultó, le comenté el tema de montar una Copa Brinco. De descensos, de regularidad o de lo que fuera, para dar un empujón al mercado. La idea fue bien acogida, pero no se pudo realizar. Tampoco puedo asegurar que esto hubiera sido la panacea. Pero no lo sabemos.
– Sin dejar el tema eléctrico. Recientemente se disputó la cita inicial de la FIM e-Explorer World Cup, competición en la que se compite en parejas mixtas y sobre motos eléctricas de off-road, en el Polea Camp, la escuela de motocross para niños entre 5 y 17 años que tiene entre sus instalaciones la Masía San Antonio, la casa de la familia Bultó. ¿Para cuándo un trial Bultaco en la casa de Bultaco?
– Sería un sueño poder realizar un trial Bultaco en la Masía San Antonio. Lo podríamos llamar ‘Trial de San Antonio Memorial FX Bultó’. Sería increíble. Pero ahora también ese espacio está destinado a celebraciones, convenciones, bodas…. Eso complica más el tema de fechas disponibles. Pero no lo vamos a descartar.
– Por cierto, en la web bultaco.com se anuncia su vuelta en noviembre de 2023. ¿Sabes algo al respecto?
– Es cierto, existe un proyecto de renacimiento de Bultaco. Pero como comprenderás no puedo adelantar nada más por ética. Ellos mismos están manteniendo el secretismo y lo vamos a respetar. Solo puedo confirmar que sí, que es cierto.
– ¿De dónde le viene a Ramón Codina la pasión por todo lo relacionado con Bultaco?
– La culpa es de mi padre, Quimet Codina. Él ya era un gran ‘bultaquista’. Era una de esas personas que llevaban los adhesivos en el coche, en el remolque… Tuve la suerte y el privilegio de que con 15 años ya me compraron mi Frontera. Mi padre era quien me tramitaba las licencias, y me llevaba a todas partes: carreras, concentraciones, encuentros… Estábamos siempre arriba y abajo. O sea que la respuesta es sencilla, mi padre fue el culpable. (Sonríe).
– ¿Qué modelos Bultaco tenías en casa cuando eras pequeño?
– Al principio eran de carretera: Saturno, Mercurio, Metralla… y más tarde ya entraron de campo: Lobito, Sherpa, Frontera… He intentado conservar parte gran parte de dicho garaje porque es el patrimonio de mi familia, de la familia Codina. Y es un orgullo que estén en casa y que mi hijo y mis hijas mantengan esa misma ilusión. Y también mis nietos, por supuesto.
– Llegaste a competir con 15 años en el Campeonato de España de Todo Terreno con una Bultaco Pursang. ¿Cómo surgió esa posibilidad?
– Con 15 años competí en el Campeonato de Cataluña y de España de Todoterreno en la categoría 74cc, que se estaba imponiendo poco a poco en esa época. Coincidí con gente como Pep Vila, Enric Clarà, Armengol… Muchísima gente que estaba en aquella época despuntando y empezando no solo con la Frontera 74, sino también con la Derbi TT8, con la Puch Cobra o la Rieju Marathón de la primera serie, las verdes. Era una época que la vivimos intensamente, la verdad. Personalmente, mantengo muchísima amistad con Pep Vila, por ejemplo. Sinceramente, fue una época muy bonita.
– ¿Y el motor te lo hacían en fábrica, ¿no?
– El motor, sí, de fábrica, y gracias a Aureli Boncompte, propietario del concesionario Bultaco en Terrassa, muy amigo de mi padre. Ello me dio la oportunidad de que mi motor fuera a fábrica a ser repasado, y que a veces llevará piezas que sacaban de las motos de motocross de Pere Arpa y Cani Bultó. Cuando mi moto regresaba a Terrassa, el mecánico de Motocumbre, Pelegrí, le daba los últimos retoques.
– Seguro que eras la envidia del paddock.
– (Risas) Como resultado, mi Bultaco Frontera iba como un tiro. Y bueno me permitió incluso ganar algunas subidas en cuesta, como la de Pou de Glaç, y quedar muy bien clasificado en otras subidas importantes de Catalunya. ¡¡Era un avión!! (más risas). Llevaba escape de Pursang 125, carburador Bing 26, motor supertocado, suspensiones Betor con botella separada… Me sentía un privilegiado con 15 ó 16 años que tenía entonces. Por cierto, aún la conservo, y funciona perfectamente. Tenerla es un orgullo, por lo que significa y lo que significó, así como por el valor que tiene personal y sentimental.
– ¿Cómo viviste el cierre de la marca en 1983?
– El cierre de la marca lo viví muy mal. Muy, muy mal. No lo acepté. No podía aceptar que cerrara, que desapareciera. Y te diré más: Bultaco cerró en el 83 y en 1984 con varios amigos intentamos crear el Moto Club Bultaco. No nos dejaron por el tema de derechos de marca y por cosas burocráticas. Aún así, conservo adhesivos y material de ese proyecto. Queríamos mantener el espíritu de Bultaco vivo y no permitir que Bultaco como marca y como sentimiento desapareciera. Supongo que nuestra insistencia y el valor de Bultaco hacen que 40 años más tarde siga más viva que nunca.
– ¿Crees que se hizo todo lo posible para salvarla?
– Te voy a ser muy sincero. Yo creo que no, que no se hizo todo lo que se tenía que hacer para salvar una marca como Bultaco. Lo siento mucho. Ni como Bultaco, ni como Ossa, ni como Montesa, ni como ninguna de las que desaparecieron. No se trabajó ni valoró el patrimonio histórico y cultural de todas esas marcas de motos que nos dieron mucha vida e historia a Catalunya, España, así como a mucha gente. Por lo tanto, no, no se hizo todo lo que hacía falta.
– A Montesa la salvó Honda. ¿Te imaginas Yamaha salvando a Bultaco con el mismo acuerdo?
– Pues a lo mejor, en su momento, se hubiera aceptado. Eso sí, siempre y cuando se hubiera respetado el nombre, el sentimiento y el espíritu de Bultaco tal y como es. De no ser así, mejor no hacerlo. Yamaha se decidió por Sanglas. Suzuki por Puch y Kawasaki por Derbi. ¿Bultaco? Se quedó ahí. Y sinceramente no entiendo por qué. Yo creo que era la que más reputación y prestigio a nivel internacional tenía de todas. En Inglaterra, en los Estados Unidos… en cualquier parte del mundo, vamos. Por eso, te repito, no sé ni entiendo por qué no se hizo mucho más por salvarla.
– ¿Cómo y por qué en su día decidiste fundar el Moto Club Bultaco Sport Clàssic?
– Fue a raíz de mi dimisión como Presidente del Club Bultaco en diciembre de 1995. Al presentarla, un grupo de amigos me dijo: ‘si te vas tú, nos vamos todos’. Yo les dije que no lo hicieran, pero resultó que sí. Y una vez ya fuera me convencieron para que encabezar pocos meses después, el 15 de febrero de 1996, el nuevo Moto Club Bultaco Sport Clàssic. Con esa quincena o veintena de amigos que me acompañaron empezó todo. Me dijeron que había que mantener todo lo que ya habíamos iniciado: los triales de clásicas, las pruebas de resistencia y de motocross… Todo ese trabajo ya hecho no podía quedar en agua de borrajas y consideraban que yo era la persona indicada para liderar ese nuevo proyecto con su ayuda. Y bueno, ya llevamos 27 años tirando del carro. Por desgracia, hay algunos de esos amigos que ya no están con nosotros. Entre ellos, uno de los cofundadores del MC BSC, mi estimado padre. Pero todos los que aún quedamos, seguimos al pie del cañón para que el nombre de Bultaco siga estando muy presente en la memoria de la gente.
– ¿El Club Bultaco y el MC BSC son lo mismo?
– Yo creo que sin querer ya la hemos contestado. Y no, no son lo mismo. No tienen nada que ver el uno con el otro. Ambos, como sus nombres indican, son clubes vinculados a Bultaco, con amantes de la marca, pero con una mentalidad y proyectos totalmente distintos. Eso sí, compatibles, como lo demuestra el tiempo que llevamos compartiendo existencia. Cada uno siguiendo su propio camino. Nosotros llevamos 27 años. Ellos, alguno más, con sus subidas y bajadas. Ahora está activo y con una persona al frente del mismo que lo está liderando bien. Y ello me alegra, la verdad.
– En la actualidad coexisten varios clubes y asociaciones con Bultaco como motor. ¿Qué os diferencia del resto?
– No sabría qué decirte. Nosotros siempre hemos estado enfocados a celebrar eventos y actividades. Ya sea de motocross, de enduro, de trial, de carretera… Por cierto, aprovecho para recordar que este año hemos festejado el 25 aniversario de la Trobada de Motos Clàssiques de Terrassa. Ni más ni menos que 25 años celebrándola cada primer domingo del mes de julio. Disfrutamos mucho haciendo lo que hacemos y de la gente que nos acompaña, que aman Bultaco tanto o más que nosotros. Nosotros, además, estamos centrados en lo nuestro, en el Bultaco Sport Clàssic. Lo que hagan los demás clubes… si podemos colaborar lo hacemos. Si no, que cada uno siga su camino. Nosotros continuaremos el nuestro lo mejor que podamos y siempre dentro de nuestras posibilidades. Y siempre intentándolo hacer lo mejor posible.
– Exposiciones, concentraciones… triales, motocrosses y enduros… ¿qué os falta por organizar?
– Te diría que muy pocas cosas, la verdad. Yo creo que hemos hecho de todo. Pero si hay alguien que quiere hacer algo y confía en el MC BSC para llevarlo a buen puerto, nosotros estamos abiertos a ello. Llevamos 27 años siguiendo nuestro propio camino y no hay reto que hasta la fecha se nos haya resistido. O al menos, intentamos que así sea. Y encima disfrutamos haciéndolo. Te diría que ahí está la diferencia con respecto a otros clubes o asociaciones.
– A todo esto, ¿cuántas motos Bultaco tienes en tu garaje? ¿Y cuántas has tenido?
– A día de hoy, entre las que eran de mi padre, las mías y las de mi hijo Ignasi… unas 22 motos Bultaco, si no me equivoco. En su día, creo que tuvimos hasta 47 modelos de la marca. Lo que pasa es que algunas eran repetidas y otras, que quizás en su momento las compramos pero que luego con el tiempo ves que tampoco te gustan tanto, las acabamos vendiendo. Y en muchas ocasiones por una simple cuestión de espacio. Pero las que quedan, las que guardamos, están con nosotros porque tienen un valor sentimental e histórico. Son motos de casa, y nunca mejor dicho. E intentaremos que lo sigan siendo durante mucho tiempo. Ojalá no salgan nunca de nuestra familia.
– ¿Hay algún modelo de trial que te gustaría tener y que, hoy en día, todavía persigues?
– Pues sí. Me gustaría tener una Bultaco ‘Sammy Miller’. Pero ya no es solo encontrarla, sino pagarla y que el contexto permita mantenerla en nuestro garaje familiar. Una modelo 10 en casa sería un sueño para mi y mi hijo. Yo creo que sería también un estupendo tributo también hacia mi padre, a quien le encantaba ese modelo, con su culata radial y su precioso depósito.
– Una duda que muchos nos preguntamos: ¿Por qué Bultaco Day y no Bultacada?
– Te lo explicaré corto y rápido. Porque cuando se hizo el primer Bultaco Day la familia Bultó quería que apareciera el nombre Bultaco. Ya fuese Día Bultaco, Encuentro Bultaco, Reunión Bultaco, Concentración Bultaco… Lo que fuese, pero con Bultaco. No querían derivados. Ni Bultacada ni ‘Bultaquista’, por citar algunos. La idea es que la gente dijera sí o sí la palabra Bultaco al mencionar el evento.
– En 2026 el Moto Club Bultaco Sport Clàssic alcanzará los 30 años de vida. Aún queda lejos, pero… ¿Ya habéis empezado a planificar tan importante fiesta de aniversario? Si es así, ¿nos puedes avanzar alguna cosa?
– Si Dios quiere y nos lo permite, nos gustaría hacer varias actividades. Nos gustaría ‘repescar’ al mayor número posible de personas vinculadas en su momento a Bultaco en algún tipo de: evento, cena, comida… lo que sea. En definitiva, traer de vuelta la historia de la marca y del propio MC BSC. Y aprovechar para homenajear a uno de nuestros fundadores, a mi padre. Creo que se lo merece y no solo por ser mi padre, sino porque es en gran parte gracias a él que hoy en día estamos donde estamos. Creo que se le debe un reconocimiento público. Para mí sería un orgullo, así como también para muchas personas que lo conocieron y compartieron y vivieron su pasión por Bultaco. Habrán sorpresas. Queda tiempo, pero no nos podemos dormir. (Risas).