domingo, diciembre 22, 2024

Entrevista a Pep Ribera, campeón mundial de Trialsín y expiloto de trial

 

Pep Ribera fue el único hombre capaz en arrebatar a Ot Pi un Mundial de Trialsín cuando el 20 veces Campeón del Mundo de la modalidad estaba en su máximo apogeo. Repasamos con él su etapa de trial en bici y su posterior paso a la moto.


Efectivamente, Pep Ribera fue el único que puso contra las cuerdas a Ot Pi, ahora repasa para Todotrial sus inicios como piloto de trial en bici, así como su llegada y estancia en Monty. Sin embargo, es su etapa posterior como piloto de trial en moto para Fantic, Montesa y posteriormente GasGas por la que los amantes del equilibrio dinámico lo conocemos.

Muchos lo disfrutamos con asiduidad en el Campeonato de España de Trial de Sénior A y B o en los 3 Días de Trial de Santigosa, prueba que conquistaría en 1995. Antes de su retirada ganó el Campeonato de Cataluña de Trial Open en 2002 y 2003.

Actualmente, Pep Ribera regenta un establecimiento comercial llamado ‘Motos y Bicicletas Pep Ribera’, en su Gironella natal, en Barcelona. Hasta allí nos hemos dirigido para saber de él y para que nos mostrara dónde está y cómo es el nuevo punto de encuentro de los aficionados al trial en bici en la zona: el Bike Park Gironella. ¿Para la moto? La comarca del Berguedà es donde las primeras montañas del Pirineo asoman por el horizonte. 

Si te parece, empezaremos por lo último: ¿qué tal la reciente ‘I Trobada d’escoles de Trial en Gironella’?

Pues lo cierto es que ha sido todo un éxito. La hicimos con mucha ilusión y ganas. Tenemos una pequeño bike park aquí, en Gironella, que poco a poco ha ido creciendo; y creímos que había llegado el momento de organizar un encuentro con las principales escuelas de trial en bici de aquí, de Catalunya, y de Aragón. Solo por participar, los niños tenían ya una bolsa con obsequios varios. Por supuesto, antes de arrancar la jornada, todos pudieron disfrutar de un buen desayuno para coger fuerzas y luego les preparamos un pequeño entrenamiento. Tras el mismo, entre todos los participantes sorteamos además distintos regalos cedidos por nuestros colaboradores.

¿Cuántas escuelas participaron en la misma?

Creo que cerca de 15 escuelas de todo Catalunya y Aragón. Por ejemplo, no faltaron Level Trial, Trialsport, Trial Evolution, Pro Trials, Bikenbici, Trial Òrrius, Costa Daurada Biketrial, Abantwin Trial, Clean Trials, Peu abaix, la César Cañas Trial Academy o mi escuela, la Escola Pep Ribera. Perdón por si me he dejado alguna. (Sonríe).

¿Tendrá continuidad en el tiempo?

La verdad es que nos ha dejado un muy buen recuerdo esta primera experiencia y nos gustaría repetir el año que viene. No he hablado con el resto de organizadores, pero pilotos, acompañantes, espectadores, colaboradores… todos quedamos muy contentos. El deporte del trialsín o biketrial en su día fue todo un referente en la comarca del Berguedà y ojalá vuelva a serlo otra vez. ¡¡Para ello estamos trabajando!! (Sonríe).

– ¿Qué hay que hacer para estar en la II Trobada d’escoles de Trial Gironella’?

Cuando nos pongamos manos a la obra volveremos a publicitar el encuentro a través de nuestras redes sociales. Queremos que vengan el máximo de escuelas posibles. Y toda ayuda para que la gente conozca la Trobada y participe en la misma será bien recibida.

Su impusora es ‘Foc al Pedals’ (Fuego en los Pedales), entidad de tu Gironella natal de la que formas parte. ¿Cómo surgió ésta y cuáles son sus objetivos?

Pues la verdad es que fueron dos compañeros y amigos los que la arrancaron. Sus hijos empiezan a ser dos figuras de este deporte. Pero para seguir creciendo y evolucionando necesitaban de un espacio aquí, en Gironella, su pueblo. Así que unos cuantos decidimos echarles una mano y ayudarles a crear un espacio para que pudieran entrenar. Así surgió el Bike Park de Gironella. Poco a poco hemos ido añadiendo obstáculos y elementos para confeccionarla: rocas, maderas, tubos de hormigón… La idea es que ahora cualquier niño o niña del pueblo que quiera iniciarse en el trial en bici pueda hacerlo en una área con distintas zonas y de distintos niveles. Quién sabe, quizás con el tiempo podamos albergar una cita de la Copa Catalana (o más allá) de la modalidad.

Los que peinamos alguna cana te conocemos por tu etapa como piloto de trial en moto. Sin embargo, tus inicios para con nuestro deporte fueron en el trialsín. ¿Cómo y cuándo te enamoraste del trial en bici?

Creo que tendría entre 11 o 12 años. Debajo de mi casa, varios chicos con motos de trial rondaban por allí. Pep Mujal, actual presidente del MC Baix Berguedà, Pep y Fermí Serra, Lluís Cardona y Josep Ribas, alias ‘Paireta’… Yo era un crío, pero me gustaba imitar sus movimientos con mi bici. Cogí mi BH y le quité los guardabarros. ¡¡Imagínate como la llegué a preparar!! Era divertido y, bueno, me lo pasaba bien haciendo mis cuatro giros por allí y echando la tarde entera. Un tiempo después, uno de mis amigos, que era vecino, se compró una Montesita y yo siempre que podía se la pedía. Y así fue como poco a poco me fui aficionando a este maravilloso deporte.

¿Recuerdas cuándo y quien te regaló tu primera bici para practicar trial?

Fueron mis padres. Me compraron una Montesita, la T-15, roja y con el manillar negro. Era tipo cabra. No me bajaba de ella ni para ir a dormir. ¡¡Me pasaba horas y horas encima!! (Risas). Se la compraron al malogrado Marius Pujol. Marius ayudó a muchos. Primero desde su concesionario oficial de Montesa en Gironella, donde tantos y tantos jóvenes empezamos a admirar y a comprar sus Montesas; y después ya desde su nuevo taller situado en Berga, en donde aparte de las motos empezó a vender también bicicletas. Especialmente las Monty de trialsín.

– ¿Es verdad que en aquellos primeros años tuyos compaginabas los entrenamientos con tu Montesita con tu trabajo en una fábrica textil limpiando piezas?

Con aquella primera Montesita iba haciendo mis pinitos por casa y entrenando por aquí y por allá por mi pueblo. Pero cuando terminé el EGB decidí aprender un oficio. Antes, en los pueblos, se estilaba eso en vez de seguir estudiando como sucede ahora. Así que empecé a trabajar en una fábrica textil limpiando piezas. Y bueno estuve allí un tiempo; hasta que Marius me dijo si quería trabajar en su taller.

En tus redes sociales tienes publicada una foto de tu primera carrera en trialsín. ¿Esperabas llegar y besar el santo a las primeras de cambio?

La verdad es que fue toda una sorpresa. Marius me apuntó a una carrera en Castellbell i el Vilar, en la categoría no iniciados, y me dijo: ‘prueba a ver cómo te va’. ¡¡Y va y gano!! Aquella primera copa fue como si hubiera ganado el Campeonato del Mundo. (Risas).

¿Recuerdas algún rival de aquella primera carrera en Castellbell i el Vilar, en Barcelona?

De mi categoría no. No recuerdo a nadie. Pero de las categorías superiores, de federados, por ejemplo, recuerdo que competían en lo que hoy es Élite los hermanos Antonio y Carlos Talavera, Ot Pi, Pepe Marcos, y no sé si también estaban Andreu Codina, Joan Solé Rovira… Óscar Bujaldón…

Màrius Pujol fue quien te ‘fichó’ y te abrió en cierto modo las puertas del trialsín como profesional. ¿Cómo te convenció?

De no ser por él no hubiera logrado lo que llegué a conseguir. Si no me hubiera acogido en su taller y me hubiera enrolado en su equipo… Él me mantuvo ligado a la bici. Además, los fines de semana entrenábamos varios chicos. Hoy en este río, mañana en esta cantera… La verdad es que no le costó demasiado convencerme, porque ya me gustaba la idea. Tenía muchas ganas de hacerlo, y había muy buen rollo, muy buen ambiente entre todos los chavales. Entrenábamos, reíamos… nos lo pasábamos muy bien y el tiempo nos pasaba volando. Además, no había rivalidad. Estabas contento por ti y también por cómo evolucionaba tu compañero.

Los resultados tardaron poco en llegar y rápidamente llamaste la atención de Monty, que te empezó a apoyar. ¿Te llamó el propio Pere Pi?

Él no me conocía. Pero un día llamó a Marius, que no era un hombre especialmente ducho a la hora de hablar, pero veía que yo, poco a poco, lo iba haciendo cada vez mejor, preguntándole por un chico de Berga que lo hacía bien. Y él le dijo: ‘es de Gironella’, y le habló de mi. Y a partir de ese momento me empezaron a dar más facilidades. Me dejaron principalmente bicicletas. Primero de segunda mano y, poco después, ya de nuevo cuño; nuevas… y así fue como dejé de pagar por las bicicletas. (Sonríe).

Te lo preguntamos porque poco después, junto con su hijo Ot, formaste parte del primer equipo de la marca española y empezaste a competir por todo el mundo. Menudo equipazo, ¿verdad?

Sí. Fue a partir de 1985. Empezamos a recorrer Europa juntos. La primera carrera fue aquí, en La Font Negra de Berga. Allí, como diría aquel, ¡¡empezó todo!! Allí empezaron mis primeras carreras fuera de Cataluña y España.

¿Qué tal tu relación con Ot Pi? ¿Y con su padre?

La relación siempre fue buena con ambos. Normal. Lógicamente, éramos rivales, pero entre nosotros no nos llevábamos mal. Y sí que es verdad que en algún momento barrieron un poco más hacia él que hacia mi por el hecho de ser el hijo del jefe. Pero a mi nunca me importó demasiado. A mi me iba bien todo. Me conformaba con lo que tenía; y bien agradecido que estaba por ello.

¿Es verdad que fuiste uno de los primeros pilotos de trialsín en llevar rueda gorda detrás? ¿En qué os favorecía?

Sí. Monty hizo dos prototipos. Y lo recuerdo bien porque no las pintaron. Además de lucir con el color propio del hierro, montaban rueda gorda detrás y frenos hidráulicos; los primeros frenos de ese tipo que salieron al mercado. Eran de la legendaria marca de frenos Magura. Aquello era lo máximo de lo máximo. ¿En qué nos favorecía la rueda gorda detrás? Podías saltar desde lugares más elevados sin doblar la llanta y, además, te ayudaba a la hora de impulsar la bici hacia arriba. Amortiguaba más.

¿Quién montó antes en su bici frenos hidráulicos: Pep Ribera u Ot Pi?

Los montamos al mismo tiempo, ya que las Monty ya salían así de fábrica. Creo que además de la de Ot y la mía, otro chico belga también los estrenó al mismo tiempo que nosotros. Pero no te sabría decir quién era. Lo siento (Sonríe).

Entre 1986 y 1987 ganaste hasta 5 títulos entre competiciones domésticas e internacionales. Sin embargo, fue al año siguiente cuando hiciste historia al ganar el Campeonato del Mundo de Trialsín en categoría Élite. ¿Qué recuerdas de aquella temporada?

La recordaré toda la vida. Fue una temporada increíble. De esas que guardas en la memoria para siempre. Luché y me esforcé como el que más para lograrlo y no sin sudor y lágrimas. Como siempre entrenaba a tope y competía igual o más era normal que acabara dolorido. Las lesiones me acompañaron siempre. Por eso, conquistar el título, el Mundial, fue algo increíble. De hecho, ese año competí con uno de los tobillos tocado. Recuerdo que Marius, que era gato viejo me dijo: ‘Pep, no digas que estás lesionado. Guárdatelo para ti y disimula siempre que estés ante un rival’. Él no quería que mis rivales al saber que estaba tocado se crecieran. Por eso fui casi todo aquel año con el tobillo vendado.

Lograste algo que con el tiempo supongo que le has dado más valor: arrebatarle a Ot Pi un Mundial de Trialsín cuando el 20 veces Campeón del Mundo de la modalidad estaba en su máximo apogeo. ¿Es así?

Noté que la gente estaba conmigo y que se alegraba un montón de que yo hubiera conquistado el Campeonato del Mundo. En aquellos momentos, el trialsín estaba en su cénit y todos los participantes dábamos lo mejor de nosotros en cada carrera. Es cierto que había rivalidad, pero también que éramos todos amigos. Porque éramos un grupo, una piña. Acabábamos un trial y nada más bajarnos del podio ya estábamos echándonos unas risas. Aquel año me tocó ganar a mi. Creo que me lo merecía, porque era el que estaba más fuerte. Si me apuras, te diré que el anterior también me lo merecía, pero por una cosa u otra al final no pudo ser.

Te lo decimos porque para muchos, Ot Pi es al trialsín lo que Jordi Tarrés al trial en moto. ¿Estás de acuerdo con dicha aformación?

Ambos estuvieron muchos años en lo más alto. Y eso tiene mucho mérito. También Dougie Lampkin o ahora Toni Bou, por ejemplo. Y sí, tanto Ot como Jordi revolucionaron el trial como deporte.

Pero a diferencia de él, tú sí cambiaste la bici por la moto, como en su día hicieron también el propio Tarrés o Andreu Codina. ¿Por qué te pasaste al trial en moto?

Antiguamente pasar de la bici a la moto era un paso lógico. Más que nada porque antes no le veíamos las mismas posibilidades de futuro a la primera. Yo probé y la verdad es que no se me dio mal el cambio. Pero muy a mi pesar no llegué a las cotas que en su momento logró el propio Tarrés o Codina, por citar a dos.

¿Por qué crees que Ot Pi no te siguió?

Pues yo creo que no se pasó porque estaba muy ligado a Monty. Era su máximo representante y probador. Además, estaba su padre, que le apretaba para que continuara con la bici. A Ot le gustaba la moto, pero seguramente vio que todavía podía hacer muy mucho con la bici.

¿Quién te convenció para que hicieras el cambio?

Nadie. Al contrario. Todo el mundo me decía que continuara con la bici. En especial, mi padre. Me decía que con la moto tendría muchos más gastos y que quizás me la iba a jugar. Más que nada porque con la bici había tocado el cielo y con la moto… era ¡¡un melón por abrir!! (Risas). Lo decidí yo. Decidí echar por la calle del medio; directamente. (Sonríe). Siempre se pueden aprender cosas nuevas, aunque te parezca que ya no, si tienes la ilusión de aquel niño que un su día empezó a andar.

¿Recuerdas cómo fue la primera ocasión en la que te subiste a una moto de trial?

Fue con mi buen amigo Pep Claret, en Manresa (Barcelona). Nos dejaron una Merlin Fius 350 para que probáramos a ver qué tal se nos daba. Estuvimos toda una mañana arriba y abajo. Durante un tiempo estuvo sobre la mesa ser piloto oficial de Merlin. Pero al final no llegamos a ningún acuerdo y no se concretó el fichaje.

En el Nacional, te disfrutamos entre 1990 y 1995 en Sénior A y B, siendo tu mejor clasificación en la primera dos décimos puestos, en 1994 y 1995, y un tercer lugar final en 1991 en la segunda. ¿Contento con tu bagaje en el Campeonato de España de Trial?

– Siempre di lo mejor de mí. No me guardaba nada. Entrenaba todo lo que podía y siempre intentaba tener la moto lo mejor posible. Pero fue complicado pelear contra los pilotos oficiales y semioficiales de las marcas. Ellos estaban muy bien arropados. A mi, quizás, me falto un poco eso. En el sentido de contar en general con un poco más de ayuda: para con la moto, el equipo, entrenamientos… Yo me lo tenía que hacer todo: moto, logística, alojamiento… Suerte que en aquellos años conté con Pere Teixidó, que fue un puntal muy importante para mi además de mi mochilero en carrera. En alguna cita me acompañaron en su lugar Josep María Serra, que ya no está con nosotros, o Xavi Buscallà. El primero me enseñó en mis inicios a hacer trial por aquí, por el Berguedà.

Compartiste zonas en el Nacional con el propio Tarrés, Amós Bilbao, Marc Colomer, Joan Pons… ¿Recuerdas alguna anécdota con ellos?

Por el hecho de venir del trialsín, tenía más relación con Marc Colomer y Joan Pons. La verdad es que con ellos dos me eché muchas risas por los paddocks.

… y también con la generación que llegaba ya desde la moto, como los David Cobos, Gabriel Reyes… ¿se notaba en su pilotaje que estos últimos ya eran distintos a vosotros?

Pues lo cierto es que el pilotaje no era muy diferente con respecto a nosotros. A decir verdad, el pilotaje ya había cambiado muy mucho cuando yo llegué. Por eso, creo que era más bien parecido.

Durante dicho lustro también te vimos competir a nivel internacional. Principalmente, en el Mundial Júnior. Pero también hiciste tus pinitos en algunas citas mundialistas absolutas. ¿Por qué no te disfrutamos una temporada entera en el Mundial absoluto?

Participé en su día en el Campeonato de Europa y recibí algo de ayuda. Pero el Mundial ya era harina de otro costal. Solo podía permitirme el competir en las citas cercanas a mi casa; por nuestro país o las francesas cercanas. No tenía patrocinadores fuertes y los que tenía eran de la comarca y por desgracia no podían ayudarme para que disputara todo el campeonato. Aún así, lo que pude hacer fue gracias a ellos y les estoy muy agradecido.

¿De qué guardas mejor recuerdo: de tu debut en Vielha 1990 o de tu mejor resultado en Andorra 1993?

Andorra. Pero siempre ves que puedes hacerlo mejor. Fallé en cosas que creo que podía haber superado perfectamente. Además, me enfandé en alguna zona por liarla y arrastré ese lío en las tres zonas siguientes. Ya sabes. Cosas de estas que solo te das cuenta cuando acabas y tu cabeza y corazón reposan.

En 1993 acabaste el 21 en tierras andorranas. ¿Crees que antes costaba mucho más puntuar en el Campeonato del Mundo que en la actualidad?

Yo creo que siempre ha sido difícil puntuar en el Mundial. Por algo es la máxima competición y en ella participan los mejores pilotos del mundo y de la especialidad. Lo ha sido, lo es y siempre lo será. (Sonríe).

Y dos años después te conviertes en ganador de los 3 Días de Trial de Santigosa. ¿Cómo fue poner tu nombre en el palmarés de una carrera en la que figuran campeones como el propio Tarrés o Dougie Lampkin entre muchos otros?

Santigosa era una prueba que me gustaba mucho por su ambiente. Era una fiesta de nuestro deporte muy bonita. Te pasabas tres largos días en medio de riachelos y por las montañas perdido. Era muy divertido. Y aquel año, en 1995, fue la pera limonera poder alzarme con el triunfo absoluto. También es verdad que aquel año no participaron demasiados pilotos oficiales. Yo sufrí lo mío. Los tres días anduve super concentrado a tope para no fallar. Pero fue una experiencia muy bonita. Y no todo el mundo puede presumir de tener el nombre en el palmarés de una carrera tan mítica como los 3 Días de Santigosa. (Sonríe).

A partir de 1996 ya solo te vimos en el Campeonato de Cataluña de Trial Open y en los Triales del Moto Club Baix Berguedà. ¿Por qué decisiste no participar más en el CET?

Decidí centrame en esa competición porque aquel mismo año abrí mi actual negocio, una tienda-taller de bicis y motos en Gironella. Y tenía bastante trabajo, la verdad. Y como no podía permitirme hacerlo todo, opté por participar en el campeonato más cercano. Además, tampoco podía entrenar como se requiere para participar en el CET.

Fantic, Montesa y GasGas. ¿Qué destacarías de cada etapa?

Fantic es la marca de mis inicios, con Jaume Subirà. Me dejó una moto para que pudiera entrenar y gracias a eso pude participar en mis primeras carreras. Me harté de viajar de Gironella a Martorellles, hasta su tienda-taller en una C-15, y volver. Allí hacíamos la moto, entrenábamos… Fue una época muy chula.

En cuanto a Montesa, Pep Rosell y Daniel Llobet del concesionario Motor Gas Motos de Manresa (Barcelona), me ficharon para trabajar en su taller y para que compitiera bajo sus colores. Durante mi estancia con ellos, fue cuando estuve más arropado. Fue cuando recibí más ayuda.

De Montesa, gracias a Miquel Cirera, recibí un chasis especial de la Cota 310, un motor más potente y con ciclindro preparado… También iba mejor vestido a nivel de traje, botas y casco… Incluso me desplazaba con la furgoneta de Motor Gas. Se volcaron muy mucho conmigo. Pero por desgracia los resultados eran los que eran. En esa etapa mi mochilero fue Joanet Fígols, quien también me enseñó a pilotar en mis comienzos para con el trial en moto. También super agradecido.

GasGas fue ya el final. Motriauto, también en Manresa, con Ramón Planes y José Luis Pérez, Pepe, que el Señor lo guarde, también me ayudaron en lo que pudieron. La moto me gustaba mucho y el ambiente en Motriauto, así como en fábrica era muy bueno. Me sentí bien con ellos. Lo malo es que quizás por mi edad en Salt no apostaron decididamente por mi; quizás ya tenían en mente pilotos más jóvenes. Eso sí, gracias a GasGas y Philippe Vaudey pude disputar el Europeo. En ese sentido, la marca se portó muy bien llevándome a Polonia y el resto de sitios.

Por cierto, BiCampeón de Cataluña absoluto. Mejor adiós a la competición, ¡imposible!

Estuve casi dos años sin tocar una moto de trial. Resulta que durante ese tiempo estuve con Marc Coma cuando éste era piloto de GasGas. Le hacía de mecánico y de mochilero en el Europeo y en el Campeonato del Mundo de Enduro. Cuando terminé con él me entraron unas ganas locas de volver a subirme a una moto de trial y con mi mochilero de siempre, Teixidó, nos planteamos disputar todo el certamen catalán absoluto. Y la verdad es que lo preparamos muy bien. ¡¡Le echamos muchas horas y muchos entrenamientos!! Y nos salió bien. ¡¡Y dos veces!! (Risas).

Desde tu retirada regentas un establecimiento comercial llamado ‘Motos y Bicicletas Pep Ribera’, en tu Gironella natal, en Barcelona. ¿Cuándo empezaste a pensar en dicho negocio como opción de futuro una vez dejaras la competición?

Cuando en 1992 me rompí los ligamentos de una de mis rodillas durante un entrenamiento. Cuando ya estuve recuperado, por desgracia, me había quedado sin trabajo. Busqué pero no encontré nada. Y con mi esposa decidimos abrir una tienda de motos y bicis en nuestro pueblo. Pequeñita, pero con la que pudimos luego participar en las carreras cercanas. Nos ayudaba a trampear un poco. (Sonríe).

Para terminar, pilotos como Amós Bilbao, Marc Colomer o Laia Sanz han regresado a la acción años después de su adiós. ¿Cuándo regresarás tú?

En plan amateur no lo descarto. Si algún día me despierto inspirado, ¡¡quizás me verías!! (Risas). No, en serio. De momento ando liado con todo el trabajo que tengo en Motos y Bicicletas Pep Ribera. Además, ahora voy mucho en bicicleta. Practico varias: de carretera, MTB, trial… La moto… algún que otro amigo me chincha para que vuelva a cogerla más en serio. Me he dado alguna vuelta con ella, pero aún no me he reenganchando. Lo haré, pero no sé cuándo será. (Sonríe).

¿Por qué ya no te vemos sobre una moto de trial en ningún tipo de competición o carrera?

La vida a veces te lleva por caminos con los que no contabas. El negocio, las bicicletas… Pero no descarto volver. En su momento, acabé un poco saturado de moto. Pero no te voy a decir eso de que de este agua no volveré a beber. Cuando tenga que ser, será. Además, en su día tuve problemas de cervicales y la moto de trial no me ayudaba, la verdad. Me recomendaron reposo. Pero para ir un ratito puedo. Por eso no te descarto el hacer algún día alguna carrera por capricho. (Sonríe).

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