Laia Sanz, la mujer más laureada de los deportes de motor, regresó a las dos ruedas en 2021 para alcanzar la mágica cifra de 20 títulos mundiales: 14 de trial femenino y 6 de enduro femenino.
“La idea que tenía era volver en 2020, pero por salud no pude”
Nada más acabar el Mundial de Trial Femenino, y poco después el Mundial de Enduro, nos pusimos en contacto con Laia Sanz, a la postre campeona de ambas competiciones, para que nos contará su ajetreada y exitosa temporada 2021.
Pero lo cierto es que no nos ha resultado fácil encontrar un hueco en su agenda para encontrarnos y charlar largo y tendido con la piloto de GasGas. ¿Por qué? Con las carreras de rallyes, los Mundiales de trial y enduro, y la preparación del último Dakar la piloto catalana “no ha tenido vida a parte de las carreras”, como ella misma nos reconoce entre risas. Por suerte, una vez acabado el raid más largo, duro y difícil del planeta, en donde tras 11 participaciones en la categoría de motos, se ha estrenado en coches con un 23º puesto en la clasificación final –primera mujer y la mejor debutante de esta edición 2022, contando coches y buggies ligeros–, por fin hemos podido sentarnos con ella.
– ¿Cuánto ha cambiado el Campeonato del Mundo de Trial desde que lo dejaste en 2013?
– El Mundial de Trial ha cambiado mucho, la verdad. Hacía 8 años que no lo visitaba y he notado cambios: las zonas, la generación de pilotos (no queda nadie o casi nadie de las chicas contra las que competía)… también reglamento. Es normal. Me han llamado la atención los horarios. Antes todo era mucho más libre. Ahora está todo más planificado, estructurado y ordenado. Si bien es cierto, hay detalles que están igual o peor que cuando me fui. Pero estoy contenta de ver cuánto han mejorado las chicas.
– ¿Esperabas un regreso con tan buen resultado?
– Sabía que tenía opciones de hacerlo bien. Pero tenía dudas debido a los dos últimos años que he pasado a nivel de salud. No he estado muy fina. Tampoco he podido entrenar mucho, la verdad. La moto de trial… yo creo que a lo sumo la habré cogido unas 60 horas, que no es demasiado. El llegar sin las horas de entreno que yo estimaba necesarias para estar delante me generó dudas. Creo que si hubiera entrenado bien y más horas, habría ganado más carreras y más cómodamente. Y el físico, lo mismo. Ha habido carreras en las que la primera vuelta he estado muy bien. Pero en la segunda han sido un poco desastre por el físico, porque no acababa de estar muy fina.
– ¿El hecho de que sea una competición nonstop te beneficiaba? ¿Hace que te sea más fácil estar nuevamente delante?
– No lo sé. No te diré que me haya ayudado. Cuando competía hace 8 años el reglamento era stop. Por contra, mis rivales llevan años haciéndolo ya bajo el nonstop, están más habituadas. Pero sí que es verdad que en la segunda mitad de temporada le había ido pillando el truco. En Italia, por ejemplo, me costó mucho cogerle el hilo, ya que estaba muy acostumbrada a parar. Es cierto que había competido en los Scottish o Santigosa, pero de manera muy ocasional. Sí que creo que el nonstop se adapta a mi estilo, más de trazar. Por eso creo que al final me ha acabado yendo bien. Pero creo que ese reglamento beneficiaba más a mis rivales que a mi, porque yo aún no había competido en el Campeonato del Mundo bajo el mismo. Además, al no estar al 100% físicamente preparada, en las primeras zonas he de reconocer que se me acumulaba un poco el trabajo. (Sonríe).
– ¿Cómo has visto el nivel de tus rivales en Women TrialGP? ¿Te ha sorprendido alguna de ellas?
– No me han sorprendido. Está claro que el nivel ha subido, y es normal y me alegro mucho por ello. Me lo esperaba, y ha sido una sorpresa buena. Berta (Abellán) ha hecho una muy buena progresión como se ha visto en las últimas carreras. Y en cuanto a Emma (Bristow) ya sabía que sería fuerte. De hecho, creo que me la esperaba incluso más fuerte de lo que al final he visto. Posiblemente, por lo que me comentaba la gente; que me iba a resultar muy difícil vencerla. Pero no nos engañemos, ha sido un campeonato luchado y nada fácil de conseguir. De hecho, llegué a Portugal por detrás, segunda, y allí nos lo jugamos todo. Pero sí pensaba que en las citas en las que dominara Emma yo iba a estar más lejos. Entre nosotros, me ha sorprendido mucho más Berta. Lo bien que lo ha hecho en las últimas carreras. Lo que sí es verdad es que entre estas dos pilotos y el resto hay un salto muy grande.
– ¿Desde cuándo te rondaba la idea de volver al Mundial de Trial?
– Me rondaba desde hacía varios años, pero al estar en KTM no tenía la opción de hacerlo. Tenía ganas. Cuando lo dejé estaba un poco saturada y de hecho tardé en tener otra vez moto de trial. Creo que fue en 2016 o así que volví a tener una. Participé en Santigosa aquel año y creo que cogí mi vieja moto en un par de ocasiones más. Pero no hacía trial. Estuve como tres años sin hacer nada. Entre el Enduro y el Dakar no tenía tiempo de nada. Necesitaba una desconexión, un descanso, y que pasara un poco de tiempo. Y una vez eso pasó pues volví a cogerle el gustillo a la moto de trial. La idea que tenía era volver en 2020; en Isola 2000. Pero cuando entrenaba para Francia, la cita inaugural, empecé a encontrarme muy muy mal; a tener fiebre. De hecho, no fui pensando que tenía el COVID-19. Llevaba una semana o así con fiebre. Pero no era eso. Al principio, no sabían los médicos qué tenía. Pero afortunadamente lo encontraron. (–NdR: contrajo la enfermedad de Lyme causada por la picadura de una garrapata–.) Por salud no pude regresar hace dos años en mi vuelta a GasGas.
– ¿Y en qué momento pensaste: ahora o nunca, sino lo hago ya no regresaré?
– Era consciente de que si volvía tenía que ser ahora. No voy a correr muchos más años. Está claro que cada día soy más mayor, tengo 35 años, no soy una niña y tampoco podía retrasarlo mucho más. Ya me ha costado mucho. Pero más que un tema de edad ha sido más bien por un tema de salud. Se complicó todo y mi vuelta ha sido más difícil al no haber podido prepararme todo lo bien como me hubiera gustado, pero tenía ganas. Algún día lo dejaré, pero tenía ganas de volver y competir una vez más con las mejores. Soy un poco picada y lo típico la gente me decía: ‘Emma está muy fuerte’. ‘Ahora sería muy difícil de ganar’ (–NdR: En 2014 y 2015 solo Rebekah Cook logró arrebatarle en dos ocasiones una victoria. Desde entonces y hasta este 2021, Laia permaneció imbatida–)… A mi me motivan los retos, y afortunadamente éste ha acabado saliendo bien. Lo he disfrutado mucho por saber de dónde venía y por cómo ha sido. Emma está cada día encima de la moto, yo llevaba pocas horas de entrenamiento y ¡8 años fuera! (Sonríe).
– ¿Recuerdas cómo fue ese primer entrenamiento una vez ya habías decidido que regresabas?
– Sí. No te diré el día exacto, pero al estar pensando en regresar en 2020 me motivé mucho. Al enfermar se enfrió todo y, como te he explicado antes, no pude por salud. Pero el pasado año, cuando aún no sabía si lo haría, empecé a tocar más la moto. No a entrenar a fondo, sino más en plan amigos; a pasear. Sobre todo, por dónde venía. Por suerte, en 2021 no se me solapaban carreras y por eso pude hacerlo.
– ¿Tuviste miedo de volver en algún momento?
– Miedo de volver, no. No tenía que demostrar nada. Si no hubiese ganado, habría sido lo más lógico. No porque mi nivel sea mejor o peor, sino porque soy una piloto de otra época. Al final las cosas pasan. Es como si me colocas a Dougie Lampkin, 12 veces Campeón del Mundo, y me lo metes en TrialGP a competir. Posiblemente, con todo lo que ha sido y es, acabaría de los últimos. Y eso sería lo normal. No porque no tenga nivel, sino porque todo ha cambiado; todo evoluciona y también porque lleva años parado. Mi caso sería lo mismo. Yo creo que la presión era más para Emma, que había estado desde 2014 compitiendo y ganando sin mí en las zonas. Pero sí, pesa. Mucha gente me había dicho que ya no ganaría, que la británica estaba muy fuerte. Pero a mí estas cosas me pican, me motivan. Y por qué no decirlo: ha sido bonito tapar alguna boca. El demostrar que si hubiera vuelto antes quizás ahora tendría algún que otro campeonato más. (Risas). En serio, echaba de menos el trial, la gente, las zonas… Me ha hecho mucha ilusión estar nuevamente en el paddock.
– Ni por el peso de tu legado en dicha disciplina, por la edad…
– Yo sabía que si entrenaba y estaba en condiciones físicas buenas tenía muchos números para ganar. Pero sabía también que tal y como llegaba, corta de preparación y con lo justo físicamente, iba a ser duro o más. Mucha gente no se ha dado cuenta, pero apenas he sumado 50 ó 60 horas al manillar de una moto de trial. Y venía de 8 años de no hacerlo. He vivido un poco de rentas, de lo que sabía hacer. Un poco de memoria, porque no ha sido por el entrenamiento o por el trabajo específico que haya podido hacer. He sufrido mucho. En Italia no estaba bien, en Francia también. En especial, los domingos. Y he fallado mucho en las segundas vueltas. Recuerdo en León, en ambas jornadas fueron muy malas mis segundas pasadas por las zonas. Más que una lucha contra el resto de pilotos, he mantenido una lucha contra mi misma.
– Y ahora que ya lo has hecho, que has vuelto y de qué manera, ¿estás contenta con dicha decisión, de volver al deporte que más de ha dado?
– Estoy muy orgullosa de mi decisión. Y está claro que será un campeonato que recordaré siempre. Quizás será el título que recuerde con más cariño y sea más especial para mi por todo. Sobre todo, por lo mal que lo he pasado con la enfermedad de Lyme. Tras tanto sufrir, ganar lo hace más especial si cabe. A parte, lo he logrado con una 2T cuando mis últimos campeonatos los había hecho y ganado con una 4T. Con un reglamento distinto…
Pero si te soy sincera, en muchos momentos me he arrepentido de haber vuelto. Porque sabía que no estaba a mi nivel y me daba rabia. Volver al Mundial estando al 100%, a mi nivel, y no ganar porque son mejores que yo, pues mala suerte. Pero no hacerlo porque yo soy mi misma rival, porque no estaba bien y porque no lo estaba haciendo como yo sé que lo puedo hacer, me daba mucha rabia. De ahí que pensara en algunos momentos que me había equivocado. Quizás había pecado de optimista pensando en que estaría mejor o que podía entrenar más. Se me ha hecho un año muy duro psicológicamente. Este mismo sufrimiento, creo que me ha hecho ser muy fuerte de mentalidad y cabeza en las carreras. Sobre todo, en León y Portugal; carreras de muchos nervios, tensión y presión. En ellas, creo que fui muy superior a mi rival en este sentido. Portugal era una carrera fácil, de no fallar… ¡y no falle! (Sonríe). Estoy muy orgullosa.
– En la primera jornada del GP de Italia te convertiste en la piloto de más edad en ganar una carrera de Women TrialGP con 35 años, 6 meses y 2 días. Y en la jornada siguiente Takahisa Fujinami hizo lo propio en TrialGP al vencer con 41 años y 5 meses. ¿Eso es bueno o malo para el campeonato? ¿Y para el resto de vuestros rivales?
– Ganar en Italia a las primeras de cambio fue super bonito. Y lo de ‘Fuji’ fue increíble. Han sido los últimos cañonazos que hemos dado los dos. (Risas). Yo creo que es bueno que ganemos los veteranos. Pero también es verdad que han de ganar los jóvenes de 20 años. Las nuevas generaciones están fuertes. Pero no creo que sea malo que ganemos nosotros. El trial es un deporte tan difícil y es tan complicado llegar ahí, en la cima, que por eso pueden pasar estas cosas.
– Aquel domingo se te escapó la victoria en la segunda vuelta por físico, según explicaste. ¿Cómo puede ser si las etapas del Dakar duran mucho más que un trial?
– En Italia, en León… Mira, en Pobladura, el segundo día, hice un 5 en una zona chupada porque iba ya garrote. En 2021, cuando hice el Dakar, sufrí lo indecible en cada etapa. Y cuando estaba bien, estaba bien. Había pasado una mononucleosis, la Fiebre Q y en 2020 el Lyme, y estaba en plena forma física y mental. Si me pones a hacer trial en 2018, a pesar de no entrenar, yo creo que rápidamente le hubiese cogido el rollo. El problema que he tenido, y tengo, es que mi cuerpo aún no está recuperado al 100 %. Además, si ahora tuviese que hacer una etapa del Dakar en moto estoy seguro que sufriría 10 veces más de lo que lo hacía en mi mejor momento. Por eso me costó tanto terminar el penúltimo Dakar, mucho más ‘light’ que los que habíamos hecho en el pasado en Sudamérica. Es un tema de salud y forma física. Si el cuerpo no está bien, es imposible que lo esté la forma física.
– Porque todos los problemas derivados de la enfermedad de Lyme ya están completamente superados, ¿verdad?
– Sí. Es muy complicada y ni los médicos lo saben todo sobre ella. Por eso es una enfermedad también tan dura. Se me tardó mucho en diagnosticar. Cada médico al que visitaba me decía una cosa distinta. Ahora, te diría que estoy bien, aunque no está superada del todo. Estoy mucho mejor, pero no en la forma física en la que había estado ni mucho menos. Ahora, al menos, empiezo a ser una persona sana. Pero todavía no consigo coger la forma física, ni parecida, a la que tenía. En Enduro, por ejemplo, me cuesta terminar las carreras cuando antes podía hacer dos seguidos. Los días de carrera se me hacen duros y eso antes no me pasaba. Tampoco es, creo yo, culpa de la edad. No pegas un bajón tan fuerte y de golpe en menos de dos años. Es por el Lyme. No solo es la infección en sí. Cuando la pasas te deja como una fase crónica, por definirlo de alguna manera, en la que tienes fatiga crónica, dolores musculares… Sigo teniendo problemas, aunque ahora por suerte tengo más energía, me siento bien y tengo fuerzas. Pero han habido momentos de todo y es muy irregular. Actúa un poco como una enfermedad auto inmune. Mira, arranqué el año bien, pude entrenar, pero con las primeras carreras… comencé a sufrir un bajón muy grande. Me encontraba muy mal. La musculatura se me quedaba super mal, algo exagerado. No me había pasado ni tras acabar las etapas más duras del Dakar, pero sí me pasaba haciendo un trial. Ha sido cuestión de resignación, de mucha paciencia y de no perder la calma. Hay días malos, días buenos. La enfermedad me ha enseñado a ser un poco más paciente. A entender que es algo que yo no puedo controlar, que hago todo lo que puedo para estar lo mejor posible, pero que hay cosas que escapan a mi.
– Para los que no están familiarizados con ella ¿cómo te afectaba y cómo la combatías?
– La enfermedad de Lyme ataca a la gente de maneras muy diferentes. En mi caso, empecé con migrañas, a las que luego siguió mucho cansancio. Pero cansancio de ese que no te puedes levantar del sofá, ni puedes cocinar, ni puedes hacer las cosas de casa… También estuve un mes y medio con fiebre… Síntomas muy diversos que la hacen muy difícil de diagnosticar. En mi caso, también tuve síntomas neurológicos, problemas de espasmos, fasticulaciones musculares, falta de fuerza… Muchos problemas intestinales… Asimismo, me pasé medio año tomando antibióticos, en pastilla y pinchados. Te machacan mucho el cuerpo y se tarda en recuperarse… La flora intestinal… Incluso la vista. Con el Lyme pareces casi loco. Vas al médico y le cuentas todo lo que te pasa y se piensa que te falta un tornillo. Por suerte, me encontraron lo que era y ahora que ya lo sé intento tomármelo de la mejor manera posible cuando tengo un día malo.
– ¿Convivir con esos problemas ha sido tu momento como deportista más difícil?
– Obviamente ha sido lo más difícil que me ha pasado no solo como deportista, sino también como persona. Realmente, me ha llevado a los momentos más oscuros de mi vida. He tenido momentos de bajón total. Yo soy muy fuerte de cabeza, siempre lo he sido, pero en algún momento no solo me he planteado la opción de dejar de correr, sino el que quizás tampoco iba a poder llevar una vida normal. Esto último es lo que más asusta. Lo de correr está claro que me encanta. Pero lo que realmente me preocupaba era mi salud y el no poder hacer vida normal.
– ¿Llegaste a plantearte la opción de dejar de competir en algún momento?
– La verdad es que en los últimos años no he tenido mucha suerte: una mononucleosis, la Fiebre Q, el Lyme… Me han pasado cosas muy raras, la verdad. No he tenido demasiada suerte y se hace duro psicológicamente. Te curas de una cosa y cuando empiezas a estar más o menos bien, en forma, pillas otra aún peor que la anterior. La verdad que se me ha hecho muy duro. Pero también porque en muchos momentos no veía mejora. Estaba tomando antibióticos que me reventaban, no notaba mejora… a parte que esto no afecta a todo el mundo por igual. Hay gente que se recupera del todo, otros a los que se le cronifica y van tirando, y otros que quedan muy mal. Entonces, es un poco desesperante el no saber. Los deportistas estamos acostumbrados a las lesiones. Te rompes una pierna y sabes lo que tardará en sanar y lo que te costará estar otra vez al 100%. Sabes qué puedes hacer para recuperarte. Con el Lyme tienes que armarte de paciencia infinita y esperar. Y eso es muy estresante, y más cuando tienes un trabajo como el mío. Vivimos de correr en moto, no de estar en casa. Hay gente que coge la baja y ya. Los deportistas lo tenemos más complicado. Tenemos que estar en forma, y el hecho de no haberlo estado en los últimos 3 años es bastante frustrante.
– ¿De dónde sacabas las fuerzas para seguir, para no abandonar?
– Las fuerzas las sacaba no sé de dónde. Han habido momentos en los que la gente cercana ha sido súper importante porque me daban ganas de arrojar la toalla. De desánimo. Mi entrenador, por Skype, me hacía hacer unos ejercicios físicos mínimos, incluso cuando tenía fiebre, para mantener un poco, para mantener una rutina. Para levantarme del sofá, aunque me encontrase muy mal. Había días que no podía hacer absolutamente nada. Pero aunque me encontrase muy mal iba al gimnasio aunque fuera para hacer solo estiramientos. Luego, mi preparador, me ha apoyado muchísimo; ha tenido mucha paciencia. Lógicamente, también mi familia… Sin todos ellos no hubiera podido soportarlo.
– Y por si fuera poco, una semana después de Tolmezzo, estabas nuevamente compitiendo en el Mundial, pero en el de Enduro y otra vez ganando el sábado y pisando el podio al día siguiente. ¿Cambiar de especialidad te era más o menos fácil que cuando lo hacías hace ahora ocho años?
– Yo creo que me ha costado más ahora. Sobre todo, porque antes tenía más frescas las dos cosas. Las compaginé en mis últimas temporadas de trial y cuando recién acababa de dejarlo, costaba menos. Pero si el trial hacia 8 años que no lo practicaba, el enduro hacía 4. Algún día había competido en alguna carrera a modo de preparación para el Dakar, y obviamente no es tan distinto como lo es el trial de los raids. Pero me ha costado más por la inactividad en ambas. Y lo que te comentaba antes. He vivido un poco de rentas todo este 2021. Del nivel que llegué a tener. Aún recuerdo cosas, trucos… y el ‘coco’ que tengo también me ha ayudado a soportar los momentos complicados. De ahí que las carreras me hayan ido bastante bien.
– ¿Tu preparación para una u otra competición variaba mucho?
– Pues no varió mucho, en el sentido de que tampoco me pude preparar mucho para el enduro. Y aunque son distintas, en el gimnasio trabajé más o menos las mismas cosas. Para el Dakar 2021 sí que cambié mucho la preparación. Pero para el trial y enduro tampoco pude entrenar muy distinto porque no puedo multiplicarme y hacer más cosas. Tenía una base de ‘gym’ con las mismas rutinas y luego ya sobre la moto hacía un entrenamiento específico para cada una. Cuando tenía una carrera de trial entrenaba trial y cuando se acercaba una de enduro, pues enduro. No hubo ni hay mucho secreto. (Sonríe).
– Dani Oliveras, exCampeón del Mundo y de Europa en categorías inferiores en su día, ha sido tu mochilero. ¿Negociaste en el vivac de tu último Dakar en moto vuestra alianza?
– Más o menos. Ha sido un gran placer competir junto a él. Nos conocemos desde pequeños; es un gran amigo. Ahora él también está metido en el mundo de los rallyes de coches. Y bueno, fuimos a correr el Rally de Andalucía 2021 y allí se me ocurrió la idea de que me acompañara. Buscaba mochilero y a él le tengo mucha confianza. Tampoco puedo disponer de uno cada día. Pero no entrenaba cada día que iba con él, sino algún día suelto más las carreras. Y así lo hicimos. Y nos ha funcionado. La verdad es que nos hemos entendido muy bien.
– ¿Qué te aportaba Oliveras como mochilero?
– ¡Qué decir de Dani! Tiene mucha experiencia. Es Campeón del Mundo. Me ha ayudado mucho a nivel de consejos en las zonas. Dani, además, es muy tranquilo. Ha comprendido muy bien mi situación y creo que la experiencia de los dos sumadas y el saber gestionar muy bien las situaciones nos llevó a realizar una muy buena temporada. Nos ha ido muy bien juntos. (Sonríe).
– ¿Y Albert Cabestany como Team Manager de GasGas?
– Tenerlo como Team Manager ha sido curioso, ya que habíamos sido compañeros de equipo en Beta, por ejemplo. Era un ídolo mío. Recuerdo cuando ganó el Mundial Indoor (en 2002). Tenía un estilo muy elegante y fino. Siempre he tenido muy buena relación con él, aunque en los últimos años habíamos estado un poco desconectados. Pero ha sido un placer tenerlo ahí, de Team Manager. Me ha ayudado mucho. También ha entendido muy bien mi situación, que no era fácil. Al final, un Team Manager cuando le explicas que no vas a ir a donde te dice porque no puedes entrenar donde dice… Creo que ha sabido entender que si no entrenaba más o no podía hacer más era porque realmente no podía; no por falta de ganas. En GasGas, en general han entendido mi situación; me han apoyado mucho y creo que hicimo una buena piña: también con Miquel Gelabert, con Jorge Casales… Nos hemos llevado bien en el camión. Aunque ahora me siento un poco como una abuela. (Risas). Recuerdo a Miquel, que era muy pequeño cuando empezó. Pero ha habido muy buen rollo, mucho apoyo. Y en Portugal, en la última carrera, hicimos mucha piña; un gran trabajo en equipo, y supimos llevar entre todos muy bien los momentos de presión. Por eso les quiero agradecer a todos, al equipo, que me hayan entendido y acogido tan bien, porque en 2020 se habían preparado para acogerme en las carreras y no pude. Por suerte, en 2021 sí pudo ser y además con un buen resultado.
– El de Vilablareix (Girona) también te ha acompañado como copiloto en tu debut como piloto de coches en la Copa del Mundo FIA de Cross-Country con un Mini del X-Raid. ¿Qué tal tu primera experiencia al volante de un T1?
– La experiencia con Dani en Andalucía fue brutal. Nos lo pasamos muy bien. Dani es un gran piloto de rallyes también y me dio muy buenos consejos de conducción. También es un gran copiloto y encima sabé de mecánica. Es el tipo perfecto para llevar al lado. Y como ya he dicho antes, nos entendemos bien y es un tío muy tranquilo; tiene muy buen carácter. Y para hacer de ‘copi’ creo que todo ello es ideal porque es un trabajo muy especial y difícil. La verdad es que trabajamos bien. Creo que él también disfrutó; no pasó mucho miedo. (Risas).
– Siempre habías manifestado que te gustaría correr el Dakar en coches. Aunque este 2022 Dani no ha sido tu copiloto. ¿Lo será cuando surja el proyecto y momento apropiado?
– Yo siempre he dicho que si iba al Dakar en coche me gustaría llevármelo conmigo. Él tiene compromisos con Prodrive, pero obviamente sería para mi una persona ideal. Le estoy muy agradecida por la temporada de trial, por el Rally de Andalucía… Han sido unas experiencias brutales juntos y con él he aprendido mucho.
– … ¿o quizás lo hagas con otro trialero amante de los coches de rallyes como él: con Francesc Recio?
– (Risas). Con Recio, también he compartido muchos momentos. Me ha hecho de mochilero y ha sido copiloto mío en rallyes de coches normales. Pero creo que para ir a un rallye raid se necesita a alguien a tu lado con mucha experiencia y él, por desgracia, no la tiene en esa especialidad en concreto. Somos grandes amigos, aunque en 2021 hemos sido también rivales. (–NdR: Recio ha sido el mochilero de Berta Abellán en el Mundial–.) Fue un poco raro. (Más risas).
– A Recio le seguimos disfrutando en el Campeonato de España de Trial en TR3. ¿Podríamos hacer lo mismo contigo en alguna cita este 2022?
– En 2021 me fue imposible. Al combinar trial y enduro, llegué muy justita de fuerzas a final de temporada. Y la verdad es que tenía ganas de bajarme de la moto unos días; de desconectar un poco de todo y descansar para poder preparar el Dakar 2022. Era un objetivo muy importante y lo que restaba de 2021 lo encaré para llegar al mes de enero y a los Emiratos Árabes en la mejor forma posible. Este 2022… ¡¡apenas acabo de llegar del Dakar!! (Risas).
– A todo esto, ¿qué valoración haces de tu primer Dakar en coches?
– Estoy muy feliz por haber acabado el Dakar. El objetivo era terminar, aprender mucho y hemos conseguido las dos cosas. Además, el resultado es incluso mejor de lo que esperábamos, así que no podemos estar más que contentos. Estoy agradecida a Maurizio (Gerini), que lo ha hecho muy bien. Creo que hemos formado un buen equipo. Sufrimos un poco la primera semana al tener que salir muy retrasados cada día, pero sin eso, creo que podríamos estar más adelante. Sabemos que lo podemos hacer mucho mejor, aunque con el cambio de normativa, hay mucha diferencia de prestaciones con los T1+.
– Ha sido 23ª en la clasificación final, además de la primera mujer y la mejor debutante de esta edición 2022, contando coches y buggies ligeros. Además, te has convertido en la mejor piloto española clasificada en coches en los 44 años de historia de la carrera y la única entre los nuestros que ha terminado 11 Dakar seguidos en moto y uno en coches.
– Es brutal haber terminado 12 Dakar seguidos porque siempre es difícil llegar a la meta, y en coche las posibilidades de que pasen cosas son mayores porque la mecánica es más compleja y todo se complica más, aunque es verdad que en moto es fácil caer. Estamos muy satisfechos porque hemos sabido gestionar la carrera y hemos tenido un coche, el MINI, que es muy robusto y ha ido muy bien. Creo que he corrido como lo hacía con la moto, siendo consciente del propio nivel y sin pasarme de los límites… aunque a veces puede ir mal igualmente, porque en tantos kilómetros es fácil que sucedan cosas. Para mí, la clave es conocerse a uno mismo, saber dónde se puede correr y dónde no. Al final, es una carrera larga y se debe ser consciente de ello.
– Volviendo a TrialGP, en la cita inicial de 2021, bajaron de la moto en plena competición a tu compañero en GasGas Jorge Casales. ¿Cómo viviste dicha situación?
– Lo de Jorge fue una faena. Al principio, asustados por saber qué pasaría, porque al final estamos en el mismo equipo. Obviamente, intentas llevar las medidas de protección que tocan y afortunadamente el resto del equipo GasGas dimos negativo. Por eso pudimos seguir y disputar la carrera. Pero me asusté un poco cuando surgió el tema. Y me supo muy mal por él. Al final, se te va el año al traste por una cosa así, es una faena. Me ponía en su sitio y no quería ni imaginarlo. Lo bueno es que si pasó realmente el COVID-19, que yo creo que fue un falso positivo, fue asintomático. Creo que tampoco se gestionó demasiado bien. La carrera debería haber hecho un nuevo test para descartar un falso positivo o algo. Fue una pena, porque a Jorge se le fue la temporada al garete. Pero de todo se aprende y te hace crecer, y estoy segura que Jorge el año que viene llegará tan o más preparado y con más ganas que este 2021 al inicio del Mundial de Trial.
– Tras ver cómo le castigaban en su hotel sin poder salir, a él y a su mochilero. Has extremado muy mucho las precauciones con respecto al COVID-19, ¿verdad?
– Obviamente con el COVID-19, antes del Dakar, tenía mucho miedo. Sin ir más lejos, no hice Navidad ni celebré las fiestas con la familia. Los vi desde lejos para darnos los regalos y ya. Fue un poco duro. A vosotros también os he visto más tarde de lo deseado por precaución. Es una situación rara. Pero hay que adaptarse. Desde que estalló la pandemia siempre he intentado vigilar: no ir a comidas o cenas con los amigos, incluso cuando ya nos dejaban. He intentado evitar este tipo de actos sociales; el estar con gente. Pero al final llega un punto en el que es un poco incontrolable. Todos tenemos familia, pareja y a veces es muy fácil que aunque hagas todo bien y sigas todos los protocolos y tomes todas las precauciones lo cojas. Puede pasar igualmente.
– Toni Bou nos dijo que él se ‘autoaislaba’ de todo y todos para evitar desagradables sorpresas en forma de positivo y que hipotecaran sus opciones de título. ¿Tú también?
– He vigilado, pero he intentado no obsesionarme con el tema. De hacerlo, no haría nada; no saldría de casa. Tengo contacto con mucha gente, pero siempre procuro llevar la mascarilla, mantener las distancias, higiene de manos… Pero es imposible controlarlo del todo. Si tuviera que auto aislarme cada vez que tengo una carrera, teniendo en cuenta que encadeno dos meses con carreras de todo tipo… Intento hacer una vida lo más normal posible, pero siempre vigilando y tomando precauciones.
– En el GP de Italia 2021, se estrenó como piloto del Equipo Nacional de la RFME la ilerdense Laia Pi. ¿Sabías que su hermano Oriol es un gran fan tuyo y que de pequeña le enseñaba videos tuyos para animarla y motivarla?
– No lo sabía. Sí que he coincidido con él entrenando en el Pascuet Off Road Center y nos lo hemos pasado muy bien. Me alegro de que salgan chicas jóvenes como Laia. Tiene un buen estilo y técnica. Espero que le siga poniendo ganas y que apriete, porque creo que lo puede hacer muy bien, y es muy joven. Es un honor que le enseñaran videos míos cuando era pequeña. (Sonríe y se sonroja un poco).
– El año pasado regresó el Trial de las Naciones, competición que no se disputó en 2020 y en la que has participado con esta última en 14 ocasiones. ¿Cómo fue esa llamada por parte de la RFME para reclutarte?
– Me hizo mucha ilusión correr con Berta y Sandra, con quienes me llevo muy bien. Fue muy chulo. Lo disfruté completamente. Fue correr un trial sin ninguna presión. Queríamos ganar, lógicamente, pero en mi caso tenía la sensación que ya tenía el trabajo hecho y que el domingo del TdN era un regalo. Quería disfrutarlo a tope. Y salió bien. Las tres hicimos un gran trabajo. Hacía muchos años que no estaba en el TdN, desde 2012, creo. Me llamó Jordi Prat. Me dijo si quería formar parte del equipo y me hizo mucha ilusión. Volver a estar en el TdN, formar equipo con ellas y encima ganar fue muy chulo.
– Dolors Sánchez, Carla Calderer, Alba Villegas, Maddalen Aizpurúa, Mireia Conde, Sandra Gómez… De todas ellas, solo sigue Sandra, quien a menor escala tiene una carrera deportiva casi tan polideportiva como la tuya. El resto, ya no compiten. ¿Por qué crees que sus carreras deportivas han sido en algunos casos tan cortas a pesar de lo mucho que prometían?
– Es una pregunta difícil de responder. Seguramente, en algunos casos ha sido por falta de apoyos. También, en otros, ha sido por falta de ganas. Al final, no tener ayudas o apoyos es, por desgracia, habitual. También me sucedió a mí al comienzo. Yo no aparecí de repente siendo piloto oficial de ningún equipo. También iba a las carreras con lo que tenía y podía, y entrenaba del mismo modo y cuando podía. Mi padre era quien me ayudaba y lo hacía en lo que podía. Y seguro que tuve menos ayudas de las que afortunadamente hoy reciben. Pero te repito, seguramente, en algunos casos ha sido por falta de apoyos. Y en otros, ha sido por falta de ganas. Yo también noté esa falta de ayudas, pero mis ganas seguían intactas, de trabajar y de seguir. Y esto es, lo que a mi forma de parecer, marca la diferencia.
– ¿Cómo podríamos cambiarlo?
– Es difícil porque está claro que necesitaríamos más apoyo. No quiero que se mal interprete mi respuesta. Yo creo que algunas han tenido la imagen errónea de que yo tenía de todo sin más. Pero yo tenía de todo porque me lo trabajé muchísimo y seguramente quien piense eso es porque no vio mis inicios. Para tener sitio en un equipo hay que ganárselo, hay que ganar carreras, y hay que hacerlo bien. Sinceramente, creo que alguna que tenía el talento no tenía, por contra, las suficientes ganas de llegar. Y que conste que también es verdad que faltan apoyos, porque si algunas los hubieran recibido a día de hoy quizás seguirían compitiendo. Pero también digo que alguna con mucha calidad le ha faltado creérselo y luchar por ello. Las ayudas no solo faltan en el trial femenino, también en el masculino. Y ejemplos tenemos los que quieras: Dani Oliveras, Dani Gibert, Alfredo Gómez… ¿Por qué en su día dejaron el trial? Todos querían seguir corriendo y eran muy buenos, pero no se apostó por ellos. Al final, yo creo que es un problema un poco de todos; no solo del trial femenino. Pero obviamente, en el trial femenino aún es peor.
– Te lo decimos porque Elisabet Solera, Carla Caballé, Neus Murcia o María Giró estaban llamadas a seguir tus pasos pero por desgracia tampoco compiten ya.
– No quiero que tampoco se malinterprete mis palabras. Está claro que necesitamos ayudas. Pero yo tampoco las tuve y seguramente las que recibí en su día fueron bastantes menos que las que muchas de ellas tenían al inicio de sus carreras. Ya no hablo de mi etapa actual o hace unos años. Al principio ellas seguramente recibieron más ayuda que yo, pero yo luché mucho por ello y aquí estoy, a base de trabajo. No quiero que se me mal interprete o se confundan mis palabras. Está claro que muchas si tuvieran ayudas estarían aún compitiendo, pero también ha faltado el tomárselo en serio en algunos casos. A veces hay que pelear por las cosas, a eso me refiero. Yo puedo hablar por mí, también sufrí la falta de apoyos y ayudas, pero mis ganas fueron mayores y pude superarlo y seguir hacia delante.
– ¿Qué hace falta para que se apueste más en serio por el deporte femenino en nuestro país?
– Si comparas la situación actual del trial femenino con la de hace unos años, la verdad es que ahora está bastante mejor. Ahora tienen el respaldo de la RFME y de la Comisión Femenina. En mis inicios, por ejemplo, yo no tuve la suerte de competir enrolada en el Equipo Nacional de la Federación, simplemente, todavía no se ayudaba a las chicas. Pero me alegro de que las chicas que llegan ahora lo tengan un poco mejor de lo que que lo tuve yo. Al menos, con eso, para empezar. Está claro que necesitamos más ayudas, el deporte femenino en general. Pero ahora ha habido una gran mejora, hay que ver las partes positivas. Está Emma (Bristow), que es oficial Sherco; está Berta (Abellán), que es oficial Scorpa y hasta hace poco lo era de Vertigo; yo en GasGas… Antes era muy difícil estar en un equipo de fábrica. La FIM también creo que mima un poco más el trial femenino… Seguramente no se avanza todo lo rápido que nos gustaría, pero al menos se están dando pasitos. Nos queda por hacer muchísimo, porque es lo justo. Pero no tenemos que ser tan pesimistas; hay que ver la parte positiva.
– ¿Y por nuestras deportistas de motor?
– Tenemos grandes deportistas de motor y de la moto. Y está claro que necesitamos más ayudas. Pero como he dicho, se están dando pasitos. La sociedad está evolucionando; cada vez se nos va reconociendo un poco más, y eso es bueno. Nos gustaría que todo avanzara más rápido en todos los ámbitos, pero hay que valorar los progresos. Hace 20 años atrás era muy distinto, ahora es mucho mejor y ojalá dentro de 20 más sea todavía mejor.
También a veces… a ver cómo lo explico sin que no se me mal interprete… hay chicas que por el hecho de ser chicas aprovechan la situación para vender humo, diría yo. Y eso creo que nos hace daño a la gran mayoría que nos lo tomamos en serio. Al final, no puedes tener cosas por el simple hecho de ser una chica. Nos es contraproducente. No se si se me entiende.
– Anna Caula, entrenadora del Uni Girona de baloncesto del año 2008 al 2014, es la nueva Secretaria General de l’Esport i l’Activitat Física de la Generalitat de Catalunya. En su momento fueron varios fueron los nombres que se barajaron para ocupar dicho puesto. ¿Te llegaron a llamar?
– No, no. No me llegaron a llamar. Y la verdad es que nunca me he parado a plantear ocupar un cargo de este tipo. Además, aún estoy en activo y confío en estarlo mucho más.
– ¿Te gustaría ocupar un puesto similar en el futuro?
– La política ahora mismo tampoco me acaba de interesar mucho. Si que me gusta mucho el deporte en general, pero preferiría una posición más de ayudar en algún equipo. Creo que es importante que haya gente que se dedique a estas cosas, pero no, no me atrae. Prefiero seguir vinculada al deporte de forma más directa.
– Con el Mundial de TrialGP Femenino número 14 en el zurrón, ¿qué podemos esperar de Laia Sanz para 2022?
– Tras rematar el trabajo hecho en el trial conquistando también el título en enduro y haber llegado a los 20 títulos mundiales… poco puedo pedir. Hice un par de carreras del Extreme-E, con Carlos Sainz, y luego ya me centré en preparar el Dakar. La verdad que desde que acabé el Mundial de Enduro he desconectado un poco de la moto para centrarme en el Dakar 2022, que era lo importante. Sigo en GasGas y ahora que ya estoy de vuelta del rally hablaré con ellos para ver qué planes tienen en mente. Sin embargo, todavía no sé qué campeonatos o pruebas haremos juntos. Todo dependerá de los próximos calendarios y de mi prioridad en las competiciones en coche. Pero sí sé que volveré a correr en el Extreme E este 2022.
Pone los pelos de punta leer como vivió esa maldita enfermedad y con que naturalidad asume las posibles secuelas. Té ullera, me parece que se dice en catalán (perdón si me equivoco).Está hecha de una pieza, decimos en mi pueblo. ¡Sos una ídola! le dedicaron en Sudamérica. ¡Grande Laia! de cualquier manera.