jueves, marzo 28, 2024

Entrevista a Joan Pons, ganador del SSDT 2003

 

El último de los ocho triunfos no británicos en tierras escocesas lo conquistó uno de los pilotos patrios más eléctricos de la década de los 90: Joan Pons.

 “Mi victoria fue, si no la que más, una de las más sufridas de toda mi carrera deportiva”

Joan Pons, ganador de los Seis Días de Trial de Escocia en 2003

Campeón de Europa en 1992, así como varias veces vencedor del CET en categorías inferiores, Joan Pons llevaba hasta ese momento un lustro retirado de los paddocks. Y no sólo eso sino que nunca antes había tomado parte en los Seis Días de Trial de Escocia (SSDT). Pues bien, lo suyo fue llegar, ver y ganar.

Hasta la barcelonesa Canyamars nos hemos desplazado para repasar con él su histórica victoria, además de revivir algunos de los hitos más destacados de su carrera deportiva y su última etapa junto a Albert Cabestany como su mochilero.

– Lo tuyo fue llegar y besar el santo, puesto que los ganaste en tu primera participación en la prueba.

– Sí. Y por lo que me dijeron allí, creo que ha sido la primera y única vez en la que un debutante se ha llevado la victoria en esta carrera ya centenaria. Fue una sorpresa, la verdad, puesto que llevaba ya unos cuantos años retirado de la competición. Pero aquel año Sherco me propuso regresar; querían que corriera el Campeonato de Italia y allí empezó mi camino hacia los Scottish. Quince días antes de que arrancaran Josep Rovira Paxau –NdR: Responsable del Departamento Técnico de Trial de Sherco–, que estaba inscrito causó baja y la marca pensó en mi para ocupar su lugar.

– Si no recuerdo mal en ella regresaste a la competición oficial de forma esporádica tras dejar el Campeonato del Mundo en 1999.

– Así es. Y prácticamente no había competido nada. Pero en 2003 salí de una marca –NdR: Beta– y me fui para otra. Con el cambio dejé un equipo de pilotos jóvenes que llevaba, entre los que se encontraban Toni Bou y Laia Sanz; una pena porque me gustaba mucho ese proyecto, pero hallé en este regreso una nueva motivación. Además, pasé a tener bastante más tiempo libre. (Risas). Lo cierto es que entrené durante varios meses para volver a la competición de la mejor forma posible. Vamos, como si fuese un profesional otra vez, pero sin cobrar. (Más risas).

– ¿Notaste los cinco años de inactividad?

– Siempre se nota, pero un descanso también viene bien. Y además, cinco años completamente parado tampoco estuve. Siempre hago algo: moto, bici… deporte en general, vamos. Y no te digo que no me costara un poquito al principio, sobretodo por el tema físico. Es más, incluso tuve problemas de tendinitis al haber estado tanto tiempo si dar tanta caña, para entendernos. Pero la verdad es que fue un año espectacular; quizás la temporada durante la que gané más cosas en toda mi carrera deportiva.

– ¿Cómo te encontraste sobre la moto y en aquellas zonas tan particulares?

– Muy bien. Soy un piloto que se adapta muy bien al tipo de zonas de allí. Sin ir más lejos, siempre he dicho que el trial que más me gusta es el de Santigosa, prueba cuyas zonas son muy parecidas a las que hay en los Scottish. Lo más complicado, lógicamente, el non stop. Si te paras no vacilan ni un instante y te ponen un 5. Eso es lo más complicado. Pero bueno, yo me encontraba muy agosto con la moto, en las zonas, y física y mentalmente estaba muy fuerte. Incluso cuando el último día me colocaron la plaza con la que se distingue al piloto que va líder, cosa que supone una presión extra. Pero lo llevé bien. Y eso que los preparé en apenas dos semanas de entrenamiento non stop. Iba a ganar, de hecho entrené para ello, aunque todos me decían que estaba soñando. Pero bueno, lo logré.

– ¿Con quién sufriste más: con los rivales, con los jueces o con el clima?

– Uffff!! Con el clima ya vas mentalizado a sufrir en este sentido, y creo que aquel año, además de frío tuvimos lluvia e incluso nieve, pero te diría que con quien más padecí fue con los jueces. Eso de que si te detienes un instante te fulminan con un cinco… Los españoles estamos muy habituados al hecho de parar para encarar un obstáculo o engranar una nueva marcha y allí eso no se puede hacer, por lo que estar pendientes de que los jueces no te crujan es lo que peor se lleva.

– Eres el último no británico en coronarse en ellos y sólo lo han logrado ocho pilotos en toda su historia.

– No lo sabía. La verdad es que ganar allí no es fácil, por lo que me cuentas. Y no sólo por el clima, las zonas o los jueces, sino por la organización… La suerte que yo tuve es que el primer día iba el dieciocho, con un total de dos puntos, me pusieron uno más de los que merecía, pero bueno, y después, poco a poco; día a día, fui escalando posiciones hasta ponerme primero el quinto y después primero el penúltimo día. Fue en la penúltima zona, creo. Allí me puse en cabeza, con el problema añadido, además, de que el que hasta ese momento marchaba líder era un escocés de Fort William, con todo lo que eso suponía.

Diría que allí nunca ha ganado un piloto local, por lo que ya te puedes imaginar la expectación que se había levantado al respecto ante su posible triunfo. Yo creo que no les di tiempo a tomar mediadas al respecto, aunque lo intentaron, ¡¡¡eh!!! (Risas). De hecho, en una zona llamada Trainway, donde hay una vía de tren, con dos secciones seguidas; la primera muy fácil, para que te confíes, y la segunda muy complicada, salí con un tres. Bueno eso me dijo el juez, que curiosamente era el tío de mi perseguidor, Gary McDonald, pero a la hora de la verdad me había clavado un cinco. Pero bueno, ese día no sumé casi puntos, ese cinco y algún que otro uno, pero no les dí margen. Además, recuerdo que encima partía de los 25 primeros, por lo que las zonas aún fueron más complicadas si cabe, al estar casi por estrenar.

– ¿La clave está pues en ponerse líder casi al final de los Scottish?

– (Risas). Posiblemente. (Más risas). O como dicen algunos pilotos poniéndote en cabeza muy pronto y con una enorme ventaja, para que te hagan lo que te hagan no peligre tu victoria. (Nuevamente risas). En serio, creo que es una prueba muy complicada de ganar y te podría decir que ha sido, si no la que más, una de las más sufridas de toda mi carrera deportiva.

– Has ganado varios Nacionales, un Europeo y cuatro Triales de las Naciones, pero muchos aficionados te recuerdan por aquella edición de los Scottish.

– Sí. Lo que es ganar campeonatos y pruebas tipo Europeo o incluso el Mundial mismo, sí que te permiten preparar las distintas carreras. Aquí no. Son seis días non stop, valga la redundancia. Creo que gané con veintipico puntos. Y eso, en seis días, significan muchos ceros. No puedes tener un mal día. Si lo tienes; se acabó, no hay nada que hacer. Y ello supone, sin duda, una presión muy fuerte para cualquiera que vaya allí a ganar.

Las zonas son muy fáciles, pero que muy, muy fáciles, en su gran mayoría, y aunque sí que hay algunas que se complican, por el agua, porque no ves el fondo ni el obstáculo, y más que una ventaja acaba convirtiéndose en un inconveniente. Recuerdo que cuando salí el último día mi ventaja era de un punto. Pues bien, en la zona dos ya la perdí, ya que me pusieron uno. También recuerdo llegar a una de las zonas más complicadas donde nadie había logrado pasar a cero y jugármela. La pasé a cero, el único de aquella edición, cuando todo el mundo sacrificaba un pie. Tenía un paso propio del Mundial; bien complicado y donde el 5 caía fácilmente si te equivocabas. Me arriesgué y me salió bien; era la única forma de ganar. Además, recuerdo que cuando terminas, en Ben Nevis, hay un buen trozo de interzona. Y yo iba muy mal de tiempo. Me dijeron que tenía 20 ó 25 minutos y a mi sólo me quedaban 15.

Pues bien, realicé todo aquel camino como si de una manga de mx se tratase y encima diluviando. Por el camino, además, había un punto de control de tiempo, pero nadie había avisado a los pilotos. Pues bien, las jueces estaban resguardándose de la lluvia dentro del coche y me lo pasé de largo. No fiché tiempo allí. Esto significaba descalificación automática. Y me dije ya en el hotel ‘no puede ser que tras seis días sufriendo ahora se vaya todo por la borda por culpa de esto’. Por suerte, la tormenta duró más de dos horas y otros 150 pilotos también se lo saltaron, por lo que nos perdonaron a todos. Otra cosa, allí no te dan los resultados hasta la entrega de premios, que es por la noche. Y yo acabé a las dos de la tarde. Te puedes imaginar como pasé el resto del día; todo el mundo especulando con si había ganado yo, McDonald… en fin. La espera fue agónica.

– Y a diferencia del Mundial o el Campeonato de España los pilotos no lleváis tarjeta.

– Así es. Ahí está el problema; el juez te puede poner lo que le dé la gana. Te puede decir: ‘Sí, sí, cero’. Pero luego te endosa un cinco. Nunca sabes hasta que sale la clasificación los puntos que llevas contabilizados.

– ¿En cuantas ocasiones más los has disputado?

– Dos más. Al año siguiente repetí y creo que acabé séptimo; muy disgustado por el resultado, a pesar de que acabar el siete no está nada mal. Y en 2005, cuando estrené la Sherco 4T. Y la verdad, la puesta de largo de la moto fue un auténtico calvario. Pero nos sirvió muchísimo para conocerla y mejorarla, que de hecho ese era nuestro objetivo al llevarla a Escocia.

– No conservas la moto con la que ganaste, ¿cierto?

– No, por desgracia no.

– ¿Volverás en un futuro?

– Creo que sí. De hecho me gustaría volver en 2020 con un grupo de amigos. Y me gustaría estar allí sin presión, sin ningún objetivo en concreto; aunque me conozco y sé que esto último va a ser complicado. Me gustaría poder disfrutar de los Seis Días y de los amigos. Por desgracia creo que para ir allí con esta mentalidad tendré que tener 60 años y ahora tengo 46. (Risas). ¡No hay manera de bajar la guardia! (Más risas).

– ¿Crees que uno de los pocos retos que aún les queda a los actuales pilotos top como, Toni Bou, piloto a quien formaste en sus inicios junto a Laia Sanz, entre otros, es disputarlos y ganarlos?

– Yo creo que sí. Ninguno de los pilotos top quiere asistir; le tienen auténtico pánico a los Scottish. Saben que es muy duro ganarla, que es un tipo de trial muy distinto al que están acostumbrados. De hecho, Albert Cabestany sí que los ha disputado, pero no ha logrado ni ganar ni estar con los primeros. Eso sí, todos coinciden en que quieren ir cuando ya hayan tenido un pequeño bajón en sus exigencias para ir allí a disfrutar. Pero, francamente, eso lo veo muy difícil. Y más cuando has sido un piloto ganador como ellos.

– ¿Crees que también volveremos a ver allí a Albert Cabestany?

– Yo creo que algún día volverá, aunque él asegura que no. Seguro que con el tiempo regresará para disfrutar de los Scottish como se merece. Su adiós todavía es muy reciente, por eso creo que aún no está preparado para volver. Pero más adelante, cuando esté más relajado, seguro que lo hará.

– ¿Qué valoración haces de su última etapa en Beta contigo a tu lado?

– Fue un año muy divertido e interesante. Era muy probable que fuera, como así ha sido, su última campaña. Y la verdad es que acompañar a un piloto de la talla de Albert en sus últimos pasos como profesional era un reto muy goloso. Disfrutamos y padecimos por igual. (Sonríe). Con él reviví momentos de cuando yo mismo competía. En especial, por las mañanas; durante el pre competición. Mi labor era más bien la de acompañarle y relajarle para que afrontara la carrera de la mejor manera posible.

– ¿Crees que aún le quedaba guerra por dar?

– Indiscutiblemente. Por nivel, mucha. Pero yo creo que el hecho de decir adiós fue la mejor decisión que podía tomar para ser feliz. Lo bonito de la competición es el pre carrera. Los entrenamientos y todo lo que rodea la preparación de la carrera. Pero el fin de semana de competición te genera un estrés y presión que un aficionado no puede llegar a imaginarse. Y creo que en estos últimos tiempos Albert sufría demasiado. Creo que ahora seguro que es mucho más feliz.

– ¿Te ha gustado ejercer como mochilero y hombre de confianza suyo?

– Mucho. Me ha gusta mucho porque creo que le he podido aportar una visión distinta de cosas que a lo mejor él no la había tenido antes. Ni mejor ni peor. Diferente. Hemos tenido mucho feeling. Este año juntos nos ha unido aún más y solo por eso ya ha valido la pena estar con él. Además, acabar quinto del mundo… ¡¡no es moco de pavo!! Cuando comenzamos yo recuerdo que le expliqué que todo lo que hiciese ese año era propina, porque ya lo había logrado todo. Creo que acabamos donde teníamos que estar. Lo podíamos haber hecho algo mejor, pero no peor. Acabar sexto no tocaba. El objetivo era estar entre los cinco primeros, peleándonos con los primeros. Y eso hicimos.

– A todo esto, ¿no te ha tentado ninguna marca para que regreses al Mundial pero como participante de Trial-E, la categoría eléctrica?

– Mecatecno. Me tantearon. Pero en aquellos momentos estaba muy ligado a Beta y era inviable. Aunque no trabajo para Beta, ahora mismo no cambiaría de marca sin consultárselo primero a ellos. Mantengo una relación personal tanto con Beta Italia como con Beta España que no se paga con dinero.

– ¿Te gustaría luchar por el título mundial eléctrico?

– La verdad es que ahora mismo tengo pocas ganas de competición. Mi prioridad es disfrutar de la moto de trial y enduro, así como de la bici de montaña. Estoy en plena temporada de desconexión de la competición. Me he pasado 11 ó 12 años apretando mucho en el tema de la competición de bici. Por eso quiero desconectar un poco. Y a diferencia de Albert, ahora mismo no me atrae demasiado la idea de llevar una eléctrica. Eso de dar gas y no escuchar un motor… no me apasiona demasiado.

– Te proclamaste Campeón de Europa absoluto en 1992. ¿recomiendas a los pilotos pasar por dicho campeonato?

– Creo que sí. Es un campeonato a tener mucho en cuenta, así como competir en el Campeonato de España o el Mundial. Para mi, competir es equiparable a cinco días de buen entreno. Por eso, todo lo que puedas correr en competición es todo eso que ganas. No es lo mismo ir en moto que entrenar. Son dos conceptos muy distintos. Pues lo mismo se puede aplicar a entrenar y competir.

– Has sido Campeón de España Júnior y también has ganado el título en Sénior B. ¿Qué crees que te faltó para conquistar también el cetro absoluto?

– Me encontré con Jordi Tarrés en mi camino. Además, yo trabajaba, entrenaba y me preparaba muy mucho. Pero yo creo que me faltó una mano derecha. Y no es que no la tuviera. Pero creo que me faltó alguien que me marcara de cerca cuando era joven; alguien que me dijera por aquí. Con el nivel que tenía… si hubiera tenido un poco más de orden creo que posiblemente me hubiese llevado algún título mundial.

– SubCampeón de España en 1994 colándote entre Jordi Tarrés y Marc Colomer. ¿Tu mejor temporada? Lo decimos porque ese año acabaste tercero del mundo y ganaste con España el TdN por tercera vez y SubCampeón de España.

– Indiscutiblemente. Siempre me han gustado los motores con mucha potencia. Y ese año tuve la suerte de que Paxau confió en mi para que llevase el prototipo de la GasGas Contact 327cc. ¡¡Era un pepino de moto!!

– En tu regreso de 2003, además de ganar los SSDT, ganaste dos citas del Campeonato de Italia. De un tiempo a esta parte, algunos pilotos españoles han seguido tus pasos y también compiten fuera del CET, aunque son más bien pocos. ¿Por qué crees que a los pilotos patrios les cuesta tanto salir fuera a competir?

– Porque el Campeonato de España es el mejor Nacional de todos. Y cuando te vas fuera es porque tienes que hacerlo por necesidad. Todos quieren competir en el CET. Por eso recomiendo a todos los pilotos que vengan al CET a competir porque aquí están los mejores del mundo.

– Por cierto, ¿sigues siendo un ‘biker pro’?

– Ahora estoy en mi año tranquilo. Tengo un ligero problema físico, pero en agosto o septiembre volveré a tope. Pero no como antes. Algo más relajado. Porque ello te quita muchas horas y como me lo estoy pasando muy bien alternando enduro y trial pues no quiero renunciar a ello. Además, la bici te exige mucho físicamente. Te deja ‘lento’. La bici es muy guapa, pero muy sacrificada y desagradecida. La dejas unos días y pareces un petardo cuando la vuelves a coger.

– ¿Estás trabajando en la actualidad con algún talento extranjero que pronto podríamos ver en el CET o en el Mundial de TrialGP?

– Ahora estoy echando una mano a Dylan Ball, neozelandés. Y también ayudo a otro piloto júnior que compite en el CET Júnior. Pero estoy básicamente centrado en mis clientes y hacemos rutas de enduro y trial; excursiones. Precisamente, ahora quiero ponerme algo más en serio con esto último. Pero sin descuidar nunca el trial. Me gusta mucho y todavía hoy me apasiona.

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