La Copa de España de Trial de Clásicas llegaba a su tercera prueba doble de esta temporada 2023 en tierras vascas, concretamente en Amurrio, en sustitución de la prevista inicialmente en Castellolí que tuvo que ser suspendida. Un bonito trial que agradó a todos los participantes y se confirma como cita ineludible.
Texto: Gonzalo de Abiega. Fotos: Luisma Martínez, Migui García, Toño Villanueva, Marino Galilea…
Si a un paisaje espectacular como es el Valle de Aiala, se le suma un moto club con mucha experiencia organizando carreras de montaña al más alto nivel y que sabe hacer las cosas muy bien como es el Motoclub Aiala, el resultado es un magnífico Trial de Clásicas como el que este fin de semana ha tenido lugar en Amurrio.
Empecemos por el principio. Los que pudieron, el viernes a la tarde se acercaron hasta la plaza del Ayuntamiento de Amurrio para hacer las verificaciones y dejar las motos expuestas durante unas horas, para que los lugareños pudieran disfrutar de ellas. Transcurrido el trámite, las motos se llevaron hasta los alrededores de la ermita de San Roque, donde durmieron junto a un buen número de pilotos que acamparon allí las noches de viernes y sábado.
La lista de inscritos fue numerosa, habiendo 82 participantes de todos los rincones, desde Tenerife hasta Asturias, pasando entre otros lugares por Madrid, Catalunya y Andalucía, aunque en este caso no pudo acompañarnos el gran piloto andaluz Manuel Rull, convaleciente de un gravísimo accidente trialero que le ha llevado a pasar una larga temporada en el hospital. Le mandamos desde aquí un gran abrazo y esperamos verle pronto de nuevo dando guerra con su Beta.
Como estaba previsto, el sábado a las 10.00 tomó la salida el primer piloto, mientras que el domingo se adelantaba en una hora el horario de salida, como viene siendo habitual durante toda la temporada.
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Por delante los pilotos tenían 12 zonas a las que había que dar 2 vueltas, y nada menos que 6 horas para hacerlo, ampliado respecto a lo habitual para que fuese más llevadero debido al calor, lo que hizo que los participantes fueran tranquilos y pudieran disfrutar de las vistas que la interzona ofrecía. Por cierto, un 10 al marcaje de la interzona, en la que no se escatimó en cintas y flechas, e incluso los pilotos pudieron sacarse una foto en la parte más elevada de la misma, gentileza del motoclub, y que se pudo recoger antes de acabar la prueba.
Todo un detalle que las zonas estuvieran en sombra, porque el sábado se sobrepasaron con creces los 30 grados, a los que se suma el esfuerzo físico , más las botas, el casco … vamos, que el verano estaba instalado en Amurrio y nos pilló haciendo Trial.
Las zonas, bastantes de ellas de río, estaban muy bien marcadas y aunque algunas se hicieron en entornos conocidos, hubo varias nuevas. No eran ni muy difíciles, ni mucho menos peligrosas, pero sí exigentes y técnicas, por lo que un pie se podía escapar en cualquier parte. Sin duda hacía falta verlas bien y pilotar con calma, para no dejar un punto.
Lucha intensa en todas las categorías
La lucha en todas las categorías, no hay más que ver las clasificaciones, estuvo muy reñida y si no, que se lo pregunten a Javi Aldecoa, que en pre 80, llegó con solo 1 punto tras haber hecho 23 zonas (grande, Javi) y que en la última se dejó 5 por culpa de una flecha. De no haber sido así, hubiera empatado en la primera posición con el vencedor del día que no fue otro que Roberto Mendibil … ,¡cómo no!.
La ¿sorpresa?, vino de la mano del madrileño Toño Villanueva que, con un impecable pilotaje, llevó su Sherpa Kit Campeón de serie a la tercera posición. Una muestra más de la prevalencia del piloto sobre la moto, cuando éste sabe lo que se hace.
Todos los pilotos, al término de cada día, pudieron disfrutar de un buen ágape con tortilla, fruta y bebida abundante a cargo de la organización.
Para las motos, la marca de lubricantes SIL, puso a su disposición una carpa para que se pudiera engrasar la cadena y lo que hiciera falta; todo un detalle que se agradece.
De todos es sabido el gran ambiente, la confraternización y la hermandad que hay entre los pilotos de Trial Clásico. Una muestra de todo ello se pudo vivir en la carpa del Motoclub Cota, que organizó una parrillada y dos paellas, convenientemente regadas para no deshidratarse por culpa del calor reinante, que congregó a un buen número de pilotos de todos los lugares, que pasaron unas horas de convivencia muy entrañables y divertidas.
Domingo, zonas más difíciles y técnicas
El domingo hubo 2 zonas menos por vuelta y se contaba con 5 horas para hacer el recorrido, lo que hizo que muchos pilotos se lo tomaran con mucha calma, pues había tiempo de sobra.
Con gran acierto, las zonas se revisaron profusamente dándoles un poco más de “rock and roll” y se añadieron algunas nuevas, lo que hizo que fuera un Trial nuevo. Al igual que pasó el sábado, se dieron puntuaciones muy reñidas en todas las categorías, lo que hizo que hasta la última zona los pilotos punteros tuvieran que hilar muy fino para subirse al cajón.
Al final, Alberto Selma con solo un punto en Pre 75, Rodrigo García en Postclásicas amarillo, Enrique Romero (2 orejas y rabo) en Clásicos, Salvador Vilella en Trialeros, Javier Aldecoa en Pre 80 (ganador por ceros) y Miquel Ramón en Postclásicas verde, ocuparon los peldaños más altos del podio.
Lástima la falta de participación en el nivel más difícil, azul, y que en esta ocasión no logró reunir a ningún participante ni en la categoría Expertos ni en la de Postclásicas, quedando ambas desiertas.
Por el contrario el nivel verde sube su dificultad y llega casi a equipararse con lo que era el azul de hace algo más de una década. Veremos lo que sucede en las próximas pruebas.
A destacar la presencia durante el trial y haciendo los honores en la entrega de premios del varias veces campeón de España de motocross en los años 60 y 70 como oficial de Bultaco, además de gran piloto de Trial y Todo Terreno, José Ángel Mendívil.
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Si hoy en día todos los Triales de Clásicas son un lujazo y un privilegio poderlos correr, es gracias a que se organizan con mucho esfuerzo, de manera desinterisada y pasión por parte de los Motoclubs organizadores. Sin estos tres ingredientes, y la ilusión de los pilotos que se desplazan cientos de kilómetros por nuestra geografía, este deporte que tanto nos apasiona, no podría seguir adelante. Sin duda, el Trial de Amurrio cumple sobradamente con estos ingredientes y ha entrado por méritos propios, entre los Triales imprescindibles de la Copa de España de Trial de Clásicas. Estamos ya entrenando para la edición el 2024.