El pasado viernes nos dejó un compañero de los triales y el enduro, una gran lástima sentida por el trial canario. Borja Sosa Santana un joven aficionado a las motos que creció con el trial, para pasar después también al enduro, falleció junto a su primo José Demetrio en un accidente de tráfico.
Texto: Feli Santana, Todotrial
La tragedia ha sacudido a los aficionados al motociclismo de Canarias en la tarde del pasado viernes 21 de abril. Un doble accidente de moto con un coche implicado ocurría en el kilómetro 3 de la carretera de Los Hoyos GC-801 de Las Palmas de Gran Canaria, en sentido Marzagán.
La moto que conducía José Demetrio, de 32 años, colisionó con la parte trasera de un turismo y salió despedido. Su primo, Borja Sosa, de 25 años, trató de evitar la colisión pero salió despedido varios metros cayendo por el «barranquillo de Dios» y falleciendo en el acto. El primero fue trasladado en una ambulancia medicalizada del SUC al Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, donde no pudo superar una intervención de urgencia.
No hay consuelo Ignacio, no lo hay, Borja se ha ido haciendo «el cabra» con las motos por ahí, no ha pensado en los que deja atrás, en sus padres, en sus amigos, en su familia. No hay consuelo Ignacio no lo hay. Es un palo de los que duele y no tiene remedio, ni solución, el cruel destino le ha burlado la salida, le ha hecho un fiasco a su juventud, esa que pensamos nunca podemos perder y sin embargo la perdemos. Qué triste sentir tu piel hoy. Él ya no sufre, pero sus padres sí, sus amigos también le echan de menos. En las carreras, en los entrenos, en la calle, en el campo. Haciendo lo que le gustaba, rodar en moto por cualquier sitio, sacar la esencia de piloto y desafiar la suerte. La vida y sus desenlaces.
Me hubiera gustado escribir una vez más la crónica de su evolución como piloto, de sus gestas, de sus buenos momentos, de sus transiciones, de su regreso. Pero me ha dejado igual que a todos los que tuvimos la suerte de acompañarlo en su corta vida. Con el pensamiento atascado en su infortunio, fue un estrella fugaz, visto y no visto, brilló fuerte y destelló grande, pero su fugaz paso por la tierra nos dejó la secuela de un cometa pasajero, intenso y lleno de fuerza y juventud
Hoy en estas pinceladas a su memoria, me duele el alma de su padre, Ignacio, que siempre le acompañaba a las carreras, a los entrenos y que en su honesto silencio quería lo mejor para su hijo. Toda nuestra fuerza estimado amigo, para amortiguar este tremendo mazazo del destino, nada nos podrá devolver lo que te han arrancado, solo su evocación y su añoranza dormirá para siempre en los corazones de los que le amaban.
La eterna sonrisa juvenil, junto a su infinito recuerdo, nos regalan su último adiós.
Adiós Borja, Adiós. Dios te guarde para siempre.
Feli Santana.
DEP. Animo a la familia.