Han pasado varios días y aún resulta difícil transcribir las sensaciones que pueden vivirse en Arinsal. Es mucho más que un trial, es mucho más que una travesía. Poder disfrutar de la moto en esos parajes únicos, llenarse la vista de bellos paisajes, hacer zonas a 2.572 m. como la cinco en el Alt de la Capa o recorrer la cuerda hasta el Cap de la Ovella (2.541 m.) le convierten en algo incomparable e inolvidable.
El sábado, las tormentas, la lluvia y el granizo tintaron aún más de épica la finalización del recorrido, muy duro en algunos tramos, como la larga subida hasta la zona 15 y la «bajadita» de barro y raíces a la 16.
Y de las zonas del río qué decir, todo un espectáculo.
En cuanto a la organización, perfecta, intentando complacer al piloto en todo lo posible, sin límites de tiempo. Como nota curiosa decir que parecía que cada zona tuviera personalidad y reglamento propios.
El número de participantes y la presencia de todas las marcas confirman su importancia y consolidación.
¡ Arinsal el paraiso del trial !
