miércoles, diciembre 10, 2025

Laia Sanz ficha por Ebro para el Dakar 2026: del trial a la cima del raid

 

Laia Sanz se une a Ebro para competir en la máxima categoría de coches en el Dakar 2026: el trial como raíz de un camino hacia la élite en el mundo del motor.


Laia Sanz afronta un nuevo reto en su ya extensa carrera deportiva: en 2026 competirá como piloto oficial de Ebro, marca española resurgida ahora de la mano de la industria de la automoción eléctrica china, que regresa al Dakar con un ambicioso proyecto en la categoría T1+. Con este fichaje, la catalana contará por primera vez con una estructura plenamente oficial en coches, lo que le permitirá disponer de mayores recursos técnicos y logísticos para medirse a los mejores del raid más exigente del mundo.

El regreso de Ebro y la apuesta por Laia

La histórica firma Ebro, vinculada en el pasado al sector automovilístico español y resurgida ahora de la mano de la industria china, ha decidido regresar al Rally Dakar con un prototipo de última generación en la categoría reina de coches.

La elección de Laia Sanz como piloto oficial no es casualidad: su experiencia, regularidad y carisma la convierten en un referente dentro del raid. Para la piloto, supone además una oportunidad de contar con un vehículo competitivo que le permita luchar por objetivos más ambiciosos que en ediciones anteriores.

El trial, la base de todo

Aunque hoy su nombre está ligado al Dakar, el origen del éxito de Laia Sanz se encuentra en el trial, disciplina en la que construyó su carrera desde niña. Con 14 títulos mundiales y un dominio técnico sin precedentes, el trial le aportó el equilibrio, la precisión y la lectura del terreno que luego trasladó al enduro, al rally raid y finalmente a los coches.

Ese aprendizaje, forjado entre piedras imposibles y pasos de máxima exigencia, le enseñó a gestionar la dificultad, a mantener la concentración bajo presión y a sacar rendimiento en condiciones extremas. En el Dakar, donde el control del terreno y la capacidad de adaptación marcan la diferencia, esas habilidades se han convertido en su mayor ventaja competitiva.

Un 2025 lleno de obstáculos

El pasado Dakar fue uno de los más complicados en la trayectoria de Sanz. Problemas mecánicos desde la primera etapa y un vuelco en el desierto la dejaron fuera de carrera antes de lo previsto. Los comisarios de la FIA detectaron que una barra de la jaula de seguridad estaba desplazada en tan solo 2 milímetros, y eso bastó para impedirle seguir. Fue la primera vez en 15 participaciones que no consiguió completar la prueba.

Aunque dolorosa, aquella experiencia ha reforzado su determinación. La piloto catalana ha señalado que necesitaba un proyecto sólido y un coche con garantías para volver con opciones reales, y el acuerdo con Ebro representa ese salto de calidad.

Un reto mayúsculo en 2026

Competir en T1+ significa enfrentarse a equipos oficiales con gran inversión y tecnología de vanguardia. Para Laia, la clave estará en aprovechar los meses previos para acumular kilómetros de test, mejorar la fiabilidad del vehículo y pulir los detalles que en el Dakar marcan la diferencia.

La fortaleza mental, uno de sus rasgos más reconocibles desde sus inicios en el trial, volverá a ser determinante. Tras superar lesiones, cambios de disciplina y abandonos inesperados, Sanz llega al nuevo proyecto con la experiencia necesaria para convertir la adversidad en motivación.

El fichaje por Ebro no es simplemente un cambio de equipo, sino el inicio de una nueva etapa en la que Laia Sanz podrá aspirar a cotas más altas dentro del Dakar. Su camino, que comenzó sobre una moto de trial y que la llevó después a conquistar también el mundo del enduro y los raids, encuentra ahora un nuevo horizonte en la máxima categoría de coches. Una historia que confirma cómo la escuela del trial puede ser el mejor trampolín hacia la élite en el deporte del motor sobre dos y cuatro ruedas.

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