Hoy 6 de septiembre de 2017, se cumplen exactamente 30 años desde que Jordi Tarrés obtuviese su primer título de Campeón del Mundo de Trial, un día muy especial para Jordi y para todo el deporte del trial en España, ya que fue la primera vez que uno de los nuestros lograba este galardón.
Fue el 6 de septiembre de 1987 en el Gran Premio de Suiza, en Grimmialp, penúltima prueba de las que aquel año formaban el Mundial de Trial. Jordi Tarrés a los mandos de su Beta TR34 se llevaba la victoria de manera contundente al penalizar sólo 84 puntos en un trial que se componía de 15 zonas a tres vueltas. Tras él quedaban en el podio los italianos Donato Miglio con 111 puntos y Diego Bosis con 118. Había logrado el título cuando aún quedaba una prueba por disputarse.
Por sólo un punto se quedaban fuera de los puestos de honor los franceses Philippe Berlatier y Thierry Michaud empatados a 119, este último era el principal rival de Tarrés, un hueso duro de roer que acumulaba entonces dos títulos y al que la presión psicológica parecía no afectarle nunca. El segundo español clasificado en aquel trial de Grimmialp era Andreu Codina con Gas Gas Halley, que terminaba en el puesto 15 con 166 puntos en su tarjeta, de un total de 61 participantes entre los cuales sólo había tres españoles. El tercero era Amós Bilbao, también con Beta, que finalizó en el puesto 32.
Aquella era la sexta victoria de Jordi en un Mundial en el que el nivel era altísimo y estar en el podio resultaba complicado dado el gran número de candidatos. El año anterior Jordi había finalizado 4º en la general del mundial y se había hecho con su primera victoria mundialista en Estados Unidos, y el año anterior había sido 11º.
En aquel ya lejano 1987 Jordi Tarrés ganó en Irlanda, Alemania, Austria, Italia, Checoslovaquia, Suiza y Suecia, fue segundo en Gran Bretaña y Francia, tercero en Bélgica, cuarto en Estados Unidos y no puntuó en España, en el polémico trial en el que casi todos los favoritos quedaron eliminados por tiempo y ganó Lluis Gallach sobre su Mecatecno Dragonfly azul. Puedes ver los resultados de todas las pruebas del Mundial de Trial 1987, aquí.
La noticia del título de Tarrés apareció en la televisión, con reportajes en los informativos y en los programas deportivos de TVE2, así como en televisión local y en los principales periódicos (como en El País, algunas de cuyas noticias se pueden ver hoy en su archivo). Las imágenes de un joven Jordi a hombros de sus amigos o abrazándose a sus padres con cara sonriente pero a la vez sin poder creerlo, fueron emitidas en numerosas ocasiones en los días siguientes y en años sucesivos.
El primer título de Jordi produjo un «Boom» en el deporte del trial en España que sigue recogiendo sus frutos a día de hoy. En aquella época de libertad supuso el apogeo de este deporte, que se podía practicar libremente en la montaña, los aficionados lo practicaban y los paseantes y gente del campo lo aplaudían admirados de lo que se podía llegar a hacer con una pequeña moto que casi parecía una bicicleta. Jordi revolucionó el pilotaje del trial, con un estilo traído del trialsín en el que los movimientos en el aire de las ruedas delantera, trasera o ambas a la vez maravillaban a todos. La afición por el trial creció entonces hasta límites nunca vistos y todo gracias al poder de la televisión, la prensa y la magia del gran Jordi Tarrés, que cambiaría la historia del trial para siempre y se convertiría en el primer gran campeón al acumular nada menos que siete títulos mundiales, sin dura era el Rey del Trial, y así es como lo vistieron para el número especial en la revista Solo Moto: