Hace varios años le detectaron un cancer bastante agresivo, teniendo que someterse a intensas sesiones de quimioterapia que le prejudicaron más, afectando al sistema nervioso y empeorando su estado físico, lo que le obligó al uso de muletas para caminar. Aunque recientemente su recuperación había ido a mejor, no necesitando ya las muletas y habiendo comenzado a montar en bici, hace unos meses le detectaron un rebrote del cáncer en los pulmomes que finalmente ha resultado ser muy agresivo.
Una triste pérdida que hoy lamentan todos sus amigos, allegados y también los aficionados a este deporte, pues aunque no llegó a ser campeón mundial sí fue un auténtico número uno como persona, con una calidad humana que nunca olvidaremos. Deja mujer (laura) y un hijo (Pep). Desde Todotrial lamentamos profundamente su pérdida y mostramos nuestro pesar a todos sus familiares y amigos. Que sigas disfrutando del trial desde ahí arriba Vili, te echaremos de menos…
Próximamente ampliaremos esta noticia con detalles sobre su época trialera a modo de homenaje, cualquier dato sobre su vida o foto que nos podáis enviar será utilizada para homenajearle.
Carta de Vértigo 20/07/2017
Ayer fue un día muy duro para la família Vértigo, Xevi Vilalta, director comercial de nuestra compañía nos dejaba tras no poder superar un cáncer contra el que luchó hasta el final. Una pérdida irreemplazable para el mundo del trial, que con él pierde una persona que ha dedicado toda su vida a su pasión, dejando a sus espaldas infinitos éxitos que le han llevado a ser una persona admirada y respetada por todo el mundo.
Primero como piloto, luego como mánager en distintas marcas, Xevi ha sido siempre un ejemplo en todos los sentidos. Gracias a su compromiso y determinación, sus distintas etapas no han hecho más que engrandecerle como al gran profesional y persona que era. Desde Vértigo, queremos dar nuestro más sentido pésame a su mujer e hijo, así como a todos sus más allegados.
Siempre serás una parte fundamental de nuestro proyecto, vayas dónde vayas, nuestros corazones nunca te olvidarán.
Hasta siempre amigo,
Vértigo
DE ÍDOLO A AMIGO
Yo era un friki del trial. Aún me gusta mucho y lo sigo de vez en cuando, pero con los años los intereses y las necesidades cambian. Aunque por aquel entonces era de los que habría hecho cualquier cosa para ver un trial o montarme en una de esas motos que olían a perfume y con las que podías hacer maravillas. Por no decir que hubiera dado cualquier cosa por ser como mis ídolos Tarrés, Bilbao, Colomer… y Vilalta.
Tarrés era el mejor, pero Vilalta era paisano mío. Lo veía en directo como estrella de honor en exhibiciones que montaba el Motor Club Ripoll en la plaza del pueblo, y me caía la baba viéndolo evolucionar por encima de palés, coches y otras estructuras dispuestas para el disfrute de los que amamos esta especialidad. Cuando acababa la función, lo veía hablar con gente del motor club que yo conocía y me moría de ganas de acercarme y poder hablar con él, pero nunca me atreví a hacerlo. Era un ídolo, y a pesar de su sonrisa cristalina lo veía en una esfera superior. Nada más lejos de la realidad.
Empezaba el curso 93-94 de FP en Ripoll, y yo circulaba tan tranquilo con mis amigos por el pasillo de la escuela, cuando por el cristal de la puerta de un aula veo a Vili con un profesor charlando. ¡El corazón me dio un brinco de la emoción!! Después de indagar por ahí descubrí que Vili empezaría el curso como uno más puesto que el desafortunado accidente de tráfico que había sufrido meses atrás le había obligado a dejar temporalmente el trial. Pero lejos de lamentarse y hundirse, se puso el «mono de trabajo» y no tuvo ningún reparo en bajar a la tierra de los simples mortales y retomar los estudios como cualquier otro chaval de la época. Así era él, optimista, fuerte y luchador por naturaleza, pero a medida que lo fui conociendo descubrí mucho más que esto. Descubrí a una persona amable, alegre, simpática, divertida, atenta, generosa, empática… Todos los adjetivos buenos del diccionario definían a su persona.
Con el tiempo fuimos forjando una buena amistad. Una vez fuimos a montar en moto de cross y otra hasta me consiguió una moto de trial para que le acompañara en su trabajo de mochilero en un Santigosa de aquellos años. Recuerdo que no lo pude seguir… Era tan bueno yendo en moto que para mí era imposible aguantar su ritmo por el interzona. Pero en ningún momento me dejó tirado. Me esperaba, me esperaba, y yo le estaba lastrando en su trabajo de mochilero. Al final tuve que ser yo quién le dijera que ya me espabilaba por mi cuenta. Este es uno de los muchos recuerdos que guardo de él, pero uno de los que representan mejor su enorme generosidad.
Después de aquella época, que para cualquier otro en su lugar podría haber significado el hundimiento definitivo, Vili refloreció en lo suyo. No en competición, pero si como un elemento de cuidado dentro del mundo del trial. Siempre metido en todos los proyectos y trabajando con marcas del sector… Nosotros perdimos el contacto, aunque nos fuimos reencontrando de vez en cuando en algún trial indoor que yo iba a ver con mis amigos y nos poníamos al día de nuestras vidas. Pero cada vez menos. La última, hace un par de años en el parque cerrado del trial de Santigosa. Yo estaba allí con mi hijo mayor, nos hicimos una foto con Tarrés y de pronto allí lo vi. Nos fundimos en un fuerte abrazo y nos presentamos mutuamente a nuestros hijos, que aún no conocíamos. Era como siempre. Un amigo de aquellos que, aunque pasen los años sientes que no ha pasado ni un minuto des de la última vez que lo viste.
Hoy es un día triste. Una vez más vemos como la vida no tiene escrúpulos en llevarse a alguien que no merece morir a esta edad. Vili tenía muchos años por delante. Se merecía ver crecer a su hijo. Se merecía continuar disfrutando de su familia y amigos, de sus aficiones. Se merecía continuar luchando en sus trabajos, en sus batallas cotidianas…
En fin, ya sabemos que este mundo no es perfecto, y aunque Vili seguramente tampoco, sí que era una de las personas que he conocido que más se acercan a ello.
Vili, allá donde estés recibe un abrazo de un viejo amigo…