Entrevistamos a Maria López del Río, la mejor piloto de 2023 en la categoría Femenino TR2, para analizar su fulgurante y exitoso desembarco en el Campeonato de España de Trial.
“Lo que cuenta es practicar el deporte que más me gusta y compartirlo con mi gente, lo valoro muchísimo”
En esta ocasión nos vamos hasta Vilanova del Camí, en Barcelona, para hablar con una de las gratas sorpresas del reciente 2023. Nos referimos, como no, a Maria López del Río, vencedora de la Copa de España de Trial 2023 en la categoría Femenino TR2 y Campeona de Cataluña 2022 y 2023 en Open Femenino. En su temporada de debut en el Campeonato de España, la barcelonesa conquistó con solvencia su primer gran título nacional.
Enrolada en el equipo DSB Trial de David Sánchez, a sus 23 años, compagina sus estudios universitarios con el deporte del equilibrio dinámico, especialidad que le descubrió el hombre que la acompaña y aconseja en las zonas: Miquel, su padre. Descubre con nosotros a la nueva reina de la división de plata del trial femenino nacional.
– Lo tuyo ha sido llegar y besar el santo. Y es que en tu primera temporada en la categoría Femenino TR2 de la Copa de España de Trial te alzaste con el título. ¿Esperabas un desembarco tan exitoso?
– ¡Claro que no! Empezamos el año sin expectativas de ningún tipo, porque nunca había participado en una carrera del Campeonato de España. Y la verdad es que no sabía cuál era el nivel. Tampoco conocía a la mayoría de las otras chicas, pero me hacía muchísima ilusión tomar parte en el CET. Más que nada porque no hace tantos años que compito, y la idea era vivir la experiencia y disfrutar de la oportunidad.
– ¿Y qué te ha parecido el nivel de las zonas para la división de plata femenina del Campeonato de España?
– Muy bien. He disfrutado muchísimo con el tipo de zonas y, además, muy distintas en cada carrera. (Sonríe). Asimismo, he podido probar terrenos distintos en cada carrera y ver cómo me desenvolvía, y ganar experiencia en competición.
– Aparentemente te resultó fácil ganar. ¿Fue así? Te lo decimos porque ganaste cuatro de las seis carreras puntuables y en las que no, acabaste segunda.
– Si parece fácil, significa que el trabajo ha dado sus frutos. Yo creo que no ha sido fácil. Hay muchas horas detrás, mucho trabajo, entrenamientos… y mucha gente para que todo funcione. Además, siempre compaginándolo con los estudios.
– ¿Confiabas conseguir tanta regularidad?
– Iba sin expectativas, a disfrutar… Pero sí te puedo decir que he intentado esforzarme al máximo y hacerlo lo mejor posible en cada carrera.
– A todo esto, ¿qué rival o rivales te sorprendieron más la temporada pasada en tu estreno en el CET? ¿Por qué?
– A muchas no las conocía. Al principio, me fijé en Yaiza Blanco, Jimena Leboreiro y René Tello, porque ya tenían experiencia en el CET. Pero luego, también me fijé en Ada Martí y Queralt Fontdevila, que lo hizo genial y me alegré mucho por sus dos podios. Ha sido una buena experiencia verlas pilotar a todas. Siempre se aprenden cosas de todas. (Sonríe).
– ¿Con qué carrera te quedas? ¿En cuál crees que has estado mejor?
– Es difícil escoger una… Todas me han dejado recuerdos y anécdotas. La Nucia, por ejemplo, por ser mi primera participación en el CET. A Olván, Gironella, vinieron mis abuelos. Pobladura fueron dos días de carrera, con todo lo que ello supone: el viajar lejos, un pueblo muy bonito… En Entrimo, en cambio, sufrí un poco por los nervios, pero gracias al trabajo en equipo al final lo salvamos. Y Camprodón… ¡fue brutal! Cerca de casa, con la familia, algunos amigos que vinieron por sorpresa… y encima va y ¡me alzo con el título! No tiene precio. No sé en cual lo habré hecho mejor. Pero si me he de guiar por los puntos sumados… quizás Gironella o Pobladura.
– Por cierto, la temporada anterior, en 2022, lograste tu primera corona catalana en Open Femenino, yendo claramente de menos a más y logrando tres victorias. También fue llegar y ganar. ¿Este título fue lo que te animó a competir en el CET 2023?
– No lo sé. Quizás sí. La idea de ir al CET fue surgiendo poco a poco. Al principio medio en broma. Pero después lo hablamos y dijimos que si encontrábamos ayudas lo intentaríamos. Y por suerte lo hicimos, y nos ha salido un año redondo. (Sonríe). Eso sí, no es fácil que te abran la puerta a ayudarte. Nosotros hemos tenido la suerte que alguna pequeña empresa familiar nos ha ayudado desde el corazón y la generosidad. Pero también ha habido veces en las que ni siquiera hemos obtenido respuesta.
– Como no podía ser de otra manera, en 2023 reeditaste corona todavía con mayor solvencia: cuatro de cuatro. ¿Se te ha quedado pequeña Open Femenino?
– Yo creo que no. Aún me queda mucho que aprender en las zonas con las flechas verdes. Además, creo que el nivel azul me queda lejos. El año que viene seguiré en la misma categoría y me gustaría seguir mejorando un poco.
– Por cierto, ¿qué campeonato te dejó mejor sabor de boca?
– Sin lugar a dudas, el CET, porque ha sido una experiencia nueva y porque me ha dejado muy buenos recuerdos.
– ¿Este 2024 subirás a Femenino TR1? Te lo preguntamos porque si sigues fiel a tu trayectoria… ¿Apostamos por ti como nueva Campeona de España absoluta?
– (Risas). Si puedo, sí. Me gustaría probarlo. Digo ‘puedo’ porque al final hemos podido competir en el CET gracias a unos pocos patrocinadores que nos han ayudado muy generosamente. Por eso aprovecho la ocasión para dar las gracias a DSB Trial, Félez CS Suministros S.L., Supermercats Supermas, Marctrans, Marcel·lí Subministraments, SAS-TEC, y el Ayuntamiento de mi pueblo. Son empresas locales, a las que estamos inmensamente agradecidos, porque, al final, mi familia es una familia trabajadora. Y sin su ayuda no nos hubiésemos podido costear los gastos que conlleva competir en el CET. Por eso, si este año cuento nuevamente con su ayuda, sí que me gustaría aprovechar la oportunidad y tener la experiencia de correr en Femenino TR1. Pero ya se verá.
– Laia Pi, Daniela Hernando, Eva Muñoz… ¿qué opinión te merecen?
– Pues no las conozco prácticamente, la verdad. Sólo hablé con Laia en Camprodon para darle la enhorabuena. Y con Daniela, he coincidido en algún cursillo. Lo hacen muy bien ambas con la moto y seguro que puedo aprender muchísimo de ellas.
– ¿Y Berta Abellán?
– ¡Berta es la mejor! Estoy segura de que va a ser Campeona del Mundo tarde o temprano. Me encanta verla pilotar y, además, es super simpática y cercana. Me trata siempre muy bien cuando coincido con ella.
– ¿Es ella tu piloto favorita o, por el contrario, lo es Emma Bristow? No te preguntamos por Laia Sanz porque aunque regresara al trial en 2021 tras ocho años de ausencia quizás te pilla un poco lejos…
– A Laia Sanz la sigo de toda la vida: en trial, enduro… la veía en los X-Games por la tele, en los resúmenes del Dakar… y ahora la sigo en coches. ¡Lo sabe hacer todo! Es brutal. Admiro mucho su fuerza física y mental. Emma Bristow, por su parte, hace un trial muy bonito, y también la admiro. Pero quizás, por cercanía, me quedaría con Laia y Berta. No podría escoger entre ellas dos.
– ¿Para cuándo tu debut internacional? ¿En el Campeonato de Europa antes que en el Mundial?
– No lo contemplamos a día de hoy. Al final, hago trial porque me gusta y no a un nivel tan ‘profesional’. Hacemos lo que podemos y valoro muchísimo las experiencias que he podido vivir hasta ahora. Que vaya viniendo lo que tenga que venir y podamos seguir disfrutando de este deporte.
– Imaginamos que solo debes entrenar stop. ¿O también practicas trial nonstop? ¿Cuál prefieres?
– Entreno stop porque el Campeonato de Cataluña y el CET son stop. Pero Santigosa, por ejemplo, es nonstop y allí, el año pasado, tuve que cambiar el chip. Creo que el nonstop es muy difícil, tanto para el piloto como para los jueces. Pero también es bonito de ver. No lo sé. Supongo que tienen sus cosas buenas y malas las dos modalidades.
– El CET 2024 contará con siete citas para las chicas. ¿Suficientes?
– Sí, como este año. Para mí, más que suficientes. Más que nada porque entre el CET, el Campeonato de Cataluña y los triales sociales tenemos casi todos los fines de semana ocupados. (Risas).
– ¿Te gustaría defender los colores de la RFME en una futura edición del Trial de las Naciones?
– Hombre… soñar es gratis… pero creo que eso a día de hoy queda bastante lejos de mis posibilidades. Además, hay chicas por delante mío que tienen mucho nivel y que están más encaradas a dedicarse al trial de manera profesional, que no es mi caso a día de hoy. Pero todas las oportunidades que vengan, voy a disfrutarlas al máximo. (Sonríe).
– En 2022 y 2023 Alba Villegas, mochilera de Berta Abellán, y Sandra Gómez acompañaron a Berta Abellán en el TdN. ¿Qué te parece esa formación?
– Son las mejores y, además, tienen mucha experiencia en competiciones.
– ¿Crees que a día de hoy es la mejor formación que podemos presentar o quizás otras pilotos podrían secundar a Berta como Laia Pi, si se quiere juventud, o María Giró, si se busca experiencia?
– Sí, supongo. Pero también pienso que Laia Pi, por ejemplo, que corre el Mundial, podría estar allí perfectamente. Y lo haría genial. Creo que es bueno también que se les de la oportunidad a otras pilotos, a lo mejor así crecería la motivación para practicar este deporte entre las chicas.
– Si miramos Femenino TR2, vemos que sois bastantes. ¿ves relevo en las nuevas generaciones a las actuales integrantes del equipo nacional en el TdN?
– ¡Espero que sí! Estoy contenta de que haya tantas chicas, y que se reivindique que no hay deportes para chicos ni deportes para chicas, que cada uno haga el deporte que más feliz le haga.
– En Femenino TR1, por desgracia, en 2023 solo hubo cuatro participantes que hicieran todo el campeonato. ¿Hay tanta diferencia de nivel entre TR1 y TR2?
– No lo sé. A ver que me encuentro este año si al final acabo participando. ¡Crucemos los dedos! Pero creo que sí, que debe haber un salto de nivel importante. Lo probaremos, a ver cómo sale. Y si no, nos llevaremos la experiencia. Al final, lo que cuenta es practicar el deporte que más me gusta y compartirlo con mi gente, y lo valoro muchísimo.
– Cambiemos de tercio. ¿De dónde te viene la afición por el trial?
– Mi padre ha hecho trial toda la vida. Salía los domingos con los amigos en Copons, Barcelona, a hacer trial de excursión y, como no, ¡a desayunar! (Risas) Siempre han habido motos en casa.
– Los primeros giros los aprendiste mirándole?
– Tengo muchos recuerdos de las motos que tenía mi padre cuando yo era pequeña: una Sherco plateada y azul, luego una Beta Rev3… También recuerdo que mi padre me sentaba en el depósito, yo me agarraba al manillar y nos íbamos los dos a dar un paseo. Es más, en ocasiones, incluso me dejaba ¡dar gas! (Risas).
– ¿Recuerdas cuándo te regalaron tu primera moto?
– Sí, más o menos. (Sonríe). Era una Beta TR35 50cc que años después he vuelto a recuperar y ahora la guardo como un tesoro y con mucho cariño. Recuerdo también que heredé un casco, unas botas y unos pantalones de trial de algún conocido. Eran viejos, pero yo estaba super contenta. Nos íbamos algunos sábados por la mañana con mi padre a hacer caminos, desayunábamos unos bocadillos en el campo y nos volvíamos para casa.
– Pero aquella primera Beta 50… ¿¡te la vendieron!? ¿Por qué?
– Sí, supongo que como mi padre tenía que trabajar mucho, no encontrábamos tiempo para ir en moto y debió pensar que tampoco me gustaba tanto ir en moto. Y al final la vendieron y me quedé sin moto.
– Así que cambiaste la moto de trial por el baloncesto. ¿Todavía sigues jugando o ya solo te dedicas al trial?
– No he vuelto a jugar al baloncesto desde que lo dejé. Estoy muy bien con la moto. (Sonríe).
– Y a tu vida llegó, por insistencia tuya, una nueva moto de trial: una Sherco 125. ¿Qué tal?
–Sí. Una anécdota. Cuando fui más mayor insistía a mi padre que quería ir en moto y me dijo en broma que si sacaba todo dieces en una asignatura me compraba una moto. Y así lo hice. Y el último día de clase mi profesor, que también hacía trial, me dibujó una moto en el dossier para que mi padre cumpliese su palabra. Ese mismo día, por la noche, me regalaron la Sherco. Recuerdo que me puse a llorar de la ilusión. Y con ella empecé a salir nuevamente con mi padre los domingos, y a entrenar con David Sánchez.
– ¿Cómo fue tu primera carrera? Te lo decimos porque nos han dicho que a tu padre no le gustaba demasiado la competición, que era más de salir de excursión con los amigos…
– Exacto. Le tuve que insistir mucho para apuntarme y participar a mi primer trial social. Fue en el área del MC Centpeus, e hice Amarillos. Recuerdo entrar en la primera zona y estar entre nerviosa y contenta. ¡Menuda combinación más rara!, ¿verdad? (Risas).
– Por cierto, ¿con qué tipo de terreno y obstáculos te sientes más cómoda?
– Me gusta todo. Pero en donde resido es más difícil entrenar con barro, y extrañamente me cuesta un poco más. (Sonríe). En invierno, pasamos muchas horas haciendo indoor. También me gusta porque lo encuentro difícil y me ayuda a superar mis pequeños miedos.
– ¿Cómo es tu día a día?
– Pues hasta hace poco era una locura. He hecho un doble grado y pasaba muchas horas en la universidad. Algunos días podía salir de casa a las 6 de la mañana y llegar a las 9 de la noche. Y entrenaba cuando podía si me quedaba alguna tarde libre. Ahora ya estoy más tranquila. Me suelo levantar a las 6 y media de la mañana. Voy a la universidad hasta el mediodía, y por la tarde entreno los días que puedo. Suelen ser unos dos o tres y el fin de semana, siempre y cuando no tenga carrera.
– ¿Tienes un lugar específico, un área concreta, para entrenar? En invierno y en verano es la misma?
– Casi siempre entreno en el DSB Trial. En invierno nos va muy bien porque, aunque se haga de noche muy temprano, allí hay luces y podemos entrenar hasta tarde. En verano, cuando hay más luz, podemos movernos más por los alrededores.
– En 2019 y 2020 participaste en algunas carreras sociales para ir soltándote. Por desgracia, en 2021 llegó la pandemia de la COVID-19. ¿Cómo afectó a tu evolución como piloto?
– No me sentó muy bien el confinamiento, la verdad. Fue difícil con la universidad online y todo. Y eso que intenté hacer deporte en casa, pero me costó.
– A todo esto, ¿cómo llegaste a formar parte del equipo DSB Trial?
– Como he entrenado siempre con David, cuando salió la idea de ir al CET me dijo que quería que formase parte de su equipo. Y ello me hizo mucha ilusión. Creo que hemos formado un buen equipo entre todos y con muy buena gente. (Sonríe).
– ¿También compartes entrenamientos con tus compañeros del DSB Trial?
– Sí. Y aunque algunas veces no coincidimos el mismo día de entrenamiento, me gusta ir a verlos entrenar, y así nos vemos varios días a la semana.
– ¿Qué tal los 3 Días Trial Santigosa? ¿Orgullosa de completarlos?
– Sí, muy orgullosa. Hemos ido a verlo muchos años y también a hacerlo como seguidores. En 2022 lo corrimos mi padre y yo, y en 2023, en cambio, me hizo de mochilero. Recuerdo que cuando empecé con David decíamos: ‘algún día iremos a Santigosa’. Y mira… ¡ya lo hemos terminado dos años! (Risas). Para mí, es un trial bastante duro, pero acabarlo es, sin lugar a dudas, una gran satisfacción. Además, normalmente lo compartimos con amigos, y pasamos unos días estupendos.
– De un tiempo a esta parte funciona en Cataluña la Ripoll Talent School, un programa de la Federación Catalana en el que algunos pilotos comparten estudios y alojamiento al tiempo que entrenan juntos. ¿Te han ofrecido la posibilidad de formar parte del mismo?
– No. También es cierto que empecé tarde a practicar trial, así que cuando empecé a competir ya estaba terminando el colegio.
– ¿Te gustaría vivir la experiencia?
– Ya me queda lejos.
– En nuestro país es complicado poder practicar trial si no es en competición o en una área de motor. ¿Es por eso que siempre que puedes participas en cursillos de trial?
– Sí. Me gusta entrenar en sitios nuevos y compartir entrenamientos con otras chicas. Estos últimos cursillos femeninos, los he disfrutado mucho. ¡Ojalá se sigan haciendo muchos más!
– Para acabar, ¿qué retos te marcas para este 2024?
– Disfrutar de un año más en el CET, si tengo la oportunidad, y seguir aprendiendo.
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