Dani del Valle, el hombre que reactivó hace ahora dos campañas la Sherco Academy en nuestro país y que en su día acabó de forjar y pulir al piloto que ha dominado este deporte la última década con mano de hierro, nos revela en exclusiva el próximo gran proyecto de Vértigo: su propia escuela de formación de jóvenes talentos.
«Estamos trabajando en una Vertigo Academy»
A caballo entre Viladecavalls, su casa; Terrassa, donde viven sus padres y guarda sus trofeos y recuerdos de juventud; y Santa Perpetua de Moguda, lugar de su nueva oficina, vive Dani del Valle, el nuevo rostro amable del fabricante de motocicletas de trial Vértigo Motors.
– ¿Cómo se fraguó tu incorporación a Vértigo Motors?
– Por la gran amistad que tengo desde hace años con Manel Jané y porque me gustan los nuevos retos. Y también porque creo en el futuro proyecto de Vértigo como marca.
– ¿Cuál es tu cometido?
– Soy el nuevo comercial y RRPP de Vértigo. Es la responsabilidad que tengo en el Departamento Comercial de la marca.
– Jeroni Fajardo será este año más que nunca el buque insignia de Vértigo. ¿Te veremos junto a él?
– En algunas carreras colaboraré con el equipo a modo de apoyo.
– Desde 2010 y hasta el año pasado te asociábamos a Sherco, como comercial y relaciones públicas. ¿Qué valoración haces de tu etapa en la firma francesa?
– Ha sido una etapa de experiencia y dedicación a esta marca.
– En 2015 fuiste uno de los promotores de la Sherco Academy. ¿Qué tal la experiencia?
– Para mí, volver a reflotar la Academy Sherco fue una gran experiencia y desafío, así como el poder ayudar nuevamente a jóvenes pilotos.
– Dado tu currículum, ¿podríamos ver más pronto que tarde una Vértigo Academy bajo tu tutela?
– (Risas). Sí, probablemente. (Más risas). De hecho, estamos trabajando en ello. (Sonríe).
– ¿O prefieres trabajar con menos pilotos? Lo digo porque en el pasado formaste a un tal Toni Bou.
– Creo que es importante el tema de la Academy para que surjan nuevos pilotos y puedan tomar el relevo en el futuro de los pilotos que a día de hoy copan las primeras plazas.
– Por cierto, ¿cómo fue tu primer día con él?
– Toni era un niño que empezaba a dar sus primeros pasos en moto. Nos conocimos en la escuela de Trial que fundé en Terrassa, Barcelona, y ahí empezó nuestra amistad. Y un poco más adelante empecé a trabajar con él.
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– ¿Llegaste a pensar en algún momento que se convertiría en supercampeón que es hoy?
– Sí, porque creí en él, y su manera de pilotar ya apuntaba maneras de que iba a llegar muy lejos en este deporte.
– ¿Qué es lo que le hace diferente al resto de pilotos?
– Sus condiciones innatas de pilotar. También la ambición que tiene de siempre estar delante y, sobre todo, el esfuerzo y trabajo que le dedica. ¡Ah! y cómo no: lo difícil lo hace fácil.
– ¿Hasta cuándo crees que seguirá ganando títulos y carreras?
– Yo creo que, a día de hoy, tiene la misma fuerza y ganas que el primer día, así que, a mi parecer, no tiene límite.
– ¿Qué hay de Dani del Valle en Toni Bou?
– Humildad, esfuerzo, dedicación…
– ¿Y de Bou en tí?
– Amistad, lucha y no dar nada por perdido.
– Antes de ejercer de mochilero de Bou en Beta Trueba acompañaste a Amós Bilbao en el equipo oficial Montesa Honda. ¿Cómo llegaste a convertirte en su asistente?
– Porque Amós y yo, a parte de una gran amistad, habíamos sido compañeros de equipo en la categoría Júnior con Beta Trueba.
– Por cierto, cuando en 2007 Montesa fichó a Toni Bou, ¿pudiste irte con él? ¿Por qué no lo hiciste?
– En aquella época estaba muy unido a Beta Trueba. Me lo pensé, la verdad, pero creo que no era el momento. Además, aposté y me decidí por la tranquilidad ante la llegada de mi hijo, Axel.
– Mochilero de Bilbao y Bou, embajador de Beta Trueba y Sherco… ¿sigues firmando autógrafos como Campeón del Mundo y de Europa de trialsín?
– Tanto como firmar autógrafos… no. (Risas) Pero sí que he de decir que hay mucha gente que se acuerda de aquella época y de aquellos momentos. Y es de agradecer. (Sonríe).
– ¿Cómo te iniciaste en el mundo del trial en bici?
– Desde muy pequeño, ya me gustaban las bicis y motos, y gracias al esfuerzo de mis padres pude dedicarme a ambas.
– ¿Qué recuerdas de aquellos primeros años?
– El ambiente, los amigos y el dedicarme al deporte que siempre me gustó.
– Tu primera gran hazaña internacional llegó en 1984 con el título europeo en Cadete. ¿Qué es lo primero que te viene a la memoria de aquella temporada?
– La alegría de un chaval que obtuvo su recompensa después de tanto esfuerzo. Y también el formar parte de la familia del trialsín.
– … Y dos años más tarde: Campeón del Mundo en Juvenil.
– Pues imagínate. Si ya flipaba siendo campeón de Europa, con un Mundial… ¡estaba súper feliz! Y es un recuerdo para toda la vida.
– Sin embargo, en 1988 cambiaste la bici por la moto. ¿Por qué?
– En aquella época, el trialsín era la cuna del aprendizaje para iniciarte en la moto. Fue un paso natural.
– ¿Te resultó fácil la transición?
– No era fácil, la verdad. Pero con la experiencia y la base de la bicicleta, no me supuso un gran esfuerzo.
– ¿Recomiendas iniciarse con la bici o directamente sobre una moto?
– Yo creo que la bicicleta es una gran base para la moto. De ahí que la mayoría de pilotos punteros, utilicen la bici para entrenarse.
– Apenas un año después de pasarte al trial en moto vas y logras ser segundo en el Campeonato de España de Trial en Júnior tras un tal Marc Puigdemont. ¿Te sorprendió dicho resultado?
– Lo cierto es que sí. No me esperaba hacer segundo. Pero era una época en la que estábamos casi todos los que salíamos de la bici. Luego ya sabemos dónde se hizo grande el bueno de Marc –NdR: Campeón de España (1997, 1998 y 2007) y de Europa de Enduro en 125cc (1995) y ganador de 4 medallas de oro en los ISDE, entre otros éxitos–.
– Entre 1988 y 1994 compartiste zonas con pilotos como Jordi Tarrés, Marc Colomer, Amós Bilbao, Lluís Gallach, Joan Pons, Andreu Codina… ¿alguno de ellos era o llegó a ser tu ejemplo a seguir?
– Para mí, todos eran un ejemplo, ya que algunos salieron de la bici, y otros, como Lluis Gallach, eran los pilotos consagrados y de referencia en aquellos momentos en el mundo del Trial.
– ¿Quién te sorprendió más como piloto?
– En mi época: Jordi Tarrés. ¿Ahora? Toni Bou, sin duda.
– El GP de España lo tuviste marcado en tu calendario como día D durante muchos años. ¿Por qué era la cita de casa o porque sumar puntos en categoría absoluta –NdR: la media era de 65 participantes– costaba tanto o más que clasificarte entre los cinco primeros del CET?
– En aquella época, en el Campeonato del Mundo, estar entre los 20 primeros ya era un gran resultado, porque como bien has dicho habían muchos participantes. Así que si tengo que escoger te diría que era por lo segundo. Lógicamente, el ser la cita más cercana a casa también era importante.
– ¿Crees que un punto de antes tiene el mismo valor que un punto de ahora?
– No, no. Para nada. Antes habían muchos más pilotos, tanto a nivel nacional como internacional. Ahora, por desgracia, tanto en el Mundial de TrialGP como en el CET de TR1, apenas hay 15 pilotos.
– ¿Parabas o lo hacías todo del tirón?
– Pues mira, se podía parar, pero yo era de hacerlo todo más seguido.
– ¿Stop o non stop?
– Mi pensamiento es Stop, ya que, para mí, es la evolución natural del Trial como deporte.
– Para acabar, ¿con quién y por qué de estos tres pilotos te quedas como el mejor de la historia: Jordi tarrés, Dougie Lampkin o Toni Bou?
– A todos les tengo una gran estima. Pero… hoy por hoy me quedo con Toni.