Repasamos con Antonio Trueba, importador de Betamotor en nuestro país, su relación con seis de los últimos siete campeones del Campeonato de España de Trial.
«Cuando Jordi Tarrés no siguió con nosotros estuve una semana entera sin dormir»
Nos desplazamos hasta la localidad barcelonesa de Esparraguera, sede de la fábrica Beta Trueba, para conversar con su fundador sobre el legado deportivo del distribuidor español de la firma italiana. Desde Pere Ollé hasta Gerard Trueba, pasando por Jordi Tarrés, Dougie Lampkin, Albert Cabestany o Toni Bou, entre otros.
– Te vimos en Becerril de la Sierra, en la charla-coloquio con el que la RFME rindió tributo a todos los Campeones de España habidos hasta la fecha. ¿Qué te pareció el acto?
– El acto me pareció muy interesante por los personajes allí presentes del mundo del trial.
– Muchos nos quedamos con ganas de saber más. Más que nada porque de los últimos siete campeones, seis han pasado por tus manos. ¿Cuál es tu secreto para detectar tanto campeón?
– Son coincidencias de la vida. Yo siempre digo que he sido muy afortunado por haber conocido y tenido conmigo a personas tan singulares y únicas en el mundo del trial. Quizás en nuestro pequeño negocio; en una población pequeña como Abrera, llevamos a cabo una serie de ilusiones deportivas que propiciaron el surgimiento de estos campeones. Nosotros empezamos desde muy abajo. Nuestro primer piloto fue Pere Ollé. Cuando logramos con él un Campeonato de España Sénior nos sentimos muy recompensados, ya que como decía, Abrera es una localidad barcelonesa muy pequeña y nuestros medios fueron muy escasos y limitados. Con coche, remolque, furgoneta Sava… ¡¡Muchos quilómetros!! Y siempre habría la tienda tras cada carrera. Llegara a la hora que llegara no fallaba. Nuestros inicios fueron muy humildes. Mira, Montesa tenía en aquellos tiempos un trofeo en motocross y nosotros logramos el título en dos consecutivos. En aquella época querían participar 70 pilotos y sólo podían salir 40. ¡¡Había mangas por doquier!! El primer año lo ganamos con Joan Clop y el segundo con Joaquim Esteve; un aprendiz del taller. Pero esta es otra historia. (Sonríe).
– Si te parece, empecemos por el primero: Jordi Tarrés. ¿Cómo lo descubriste y qué te llevo a ficharlo?
– Fue con una bicicleta. Me lo presentó su hermano, Francesc, y me hizo una demostración con unos taburetes, y enseguida dije ¡¡fichado!! Le llevamos al Campeonato de Europa y lo ganó.
– Cuando lo incorporaste, ¿ya veías que iba a marcar un antes y un después en nuestro deporte?
– La verdad que sí. En sus inicios con moto, hablé con Pere Ollé y le comenté que había algo especial en ese piloto, que crearía un antes y un después. Desde el primer momento estuvimos de acuerdo con Pere en que teníamos que dejar que hiciera su trial, y lo dejamos hacer. El resto, como se suele decir, ya es historia. Aunque por muchos era criticado por la forma en que hacía trial, en cuanto lo aplicó con seguridad todos los pilotos del momento pasaron a imitarlo para poder hacerle frente. Podemos decir que aplicó la técnica que había aprendido haciendo trial en bici a la moto. Hasta su llegada, sólo Toni Gorgot y Bernie Schreiber movían ligeramente la moto. A partir de Jordi todos lo empezaron a hacerlo.
– Por cierto, tienes el mérito de ser el único al que Tarrés le ha comprado una moto. ¿Cómo lo lograste?
– (Risas). Fue una 349 de mi mecánico, Joan Cuberó. Era su moto. ¡¡Siempre es difícil cobrar de un piloto!! (Más risas).
– Cuatro Campeonatos del Mundo (1987, 1989-1991), siete Campeonatos de España absoluto (1986-1992) y los Seis Días de Escocia (1987) ganó Tarrés al manillar de una Beta. ¿Es el piloto más completo que jamás hayas firmado?
– Seguramente que sí. Fue una época única y como te puedes imaginar jamás habría pensado que tendría a mi cargo y en mi marca a un campeón tan excepcional como lo fue Jordi. Dougie Lampkin también ha sido un piloto extraordinario, pero ya no pasó directamente por nosotros; venía de Italia.
– Pero un día Tarrés y Beta separan sus caminos. ¿Por qué?
– Mira. Se puede explicar, y al principio no siempre es fácil de entender. Llega un momento en el que todo gran deportista, sea de la disciplina que sea, necesita un cambio de aires tras pasar un periodo largo y exitoso en un mismo sitio. ¿Por qué? Tarde o temprano llega la falta de motivación. Por eso, en muchas ocasiones lo mejor para el piloto es un cambio de marca. Tengo que decir que cuando Beta Italia tomó la decisión de no continuar con el proyecto Tarrés para mí fue muy duro; lo más duro que jamás haya podido vivir a lo largo de toda mi trayectoria. Mira si fue duro que cuando Tarrés no siguió con nosotros estuve una semana entera sin dormir. Sé que en su día se comentó que quizás yo, Antonio Trueba, no ejercí toda la presión necesaria como para que se quedara, pero no fue así. Beta Trueba presionó hasta donde pudo. Además, no hay que olvidar que yo tenía por aquellos entonces 30 trabajadores que dependían de mis decisiones, y esto nunca es fácil. Yo sabía que Jordi en aquel momento no lo podría entender, pero tenía la esperanza de que con el paso del tiempo lo entendería mejor. Sin duda, he sido muy afortunado de poder compartir con él todo lo que vivimos; de poder asistir y ver en primera persona y en primera línea cómo revolucionaba nuestro deporte. Pues bien, creo que todo lo que sucedió y sufrí con su adiós fue por desgracia lo que me tocaba pagar por haberle tenido conmigo.
– Y llegó a Beta Trueba un tal Marc Colomer. ¿Cómo reparaste en él?
– Vino de la mano de Pere Ollé. Yo no hice nada. (Sonríe).
– Muchos vieron en Colomer al sucesor natural de Tarrés. ¿Tú también?
– Yo veía a un gran piloto, pero con Tarrés aún en activo no era fácil ver en nadie a su posible sucesor.
– El binomio Colomer-Beta logró distintos títulos nacionales en categorías inferiores, aunque sus triunfos más destacados fueron, sin duda, los dos primeros Campeonatos del Mundo de Trial Indoor (1994-95) para la firma italiana. ¿Eran las zonas artificiales su hábitat natural?
– Sinceramente, creo que Marc era un buen piloto de todas las modalidades, aunque sí que es cierto que en los indoors brilló especialmente.
– Muchos afirman que Colomer tenía una sensibilidad especial para con la moto. ¿Es verdad?
– Eso lo contestaría mejor Pere Ollé, ya que fue él quien trabajó más y muy de cerca con Colomer. Pero seguramente… sí.
– Colomer se convertiría en Campeón del Mundo en 1996, pero ya con otra marca. ¿Por qué no siguieron juntos Colomer y Beta?
– Quizás fue porque no se estableció ese ‘feeling’ que a veces es necesario para seguir caminando juntos.
– Ese año, Amós Bilbao, ganó el Campeonato de España absoluto. Sin embargo, sus inicios fueron precisamente con Beta. ¿Cómo te fijaste en él?
– Amós fue, y es, ¡¡la sal y la pimienta del trial!! (Risas). Si no hubiese existido, nos tendríamos que haber inventado a Amós. Era el típico piloto que quitaba presión a la gran competición. Siempre estaba de buen humor y haciendo bromas. Con Amós pasamos momentos muy buenos. Con Joan Cuberó le hicimos una moto más ligera, debido a su corta edad y estatura. Y la verdad es que se impuso en distintas categorías del Campeonato de España. Sólo había de abastecerle de ¡¡muchos manillares!!, como él mismo reconoce.
– De hecho, Bilbao estuvo viviendo en tu casa. ¿Qué tal se le daban las tareas de la misma?
– Pasamos palabra. (Sonríe).
– ¿Qué hacía especial a Bilbao?
– Sobre todo su carácter. Era, sin lugar a dudas, el tipo más simpático del trial.
– Con Colomer no, pero con su sustituto, un tal Dougie Lampkin, sí que Beta volvió a reinar: tres Mundiales Outdoor y otros tres Indoor (1997-1999). ¿Cómo llegó Lampkin a vuestras vidas?
– Lampkin es familiar del importador de Beta UK. Y de la mano de su padre, Martin, comenzó a competir con Beta y su primera gran victoria la logró en el Europeo. A partir de ese momento su ascensión fue meteórica e imparable. Creo que se hizo un muy buen equipo: con su padre Martín Lampkin y Ricardo Bosis, mecánico de Beta Italia. Se unieron un gran piloto con un gran mecánico; ex mecánico de Tarrés para más inri.
– Tarrés cambió la forma de hacer trial al importar parte de las técnicas del trialsín al trial en moto. ¿Cuál crees que es el legado de Lampkin?
– En este caso en concreto, creo que mucho mérito fue, como decía antes, del buen equipo que formaron junto a su padre Martin, así como con Ricardo, su mecánico. Fue un equipo muy profesional. Y ahí están los resultados logrados por Lampkin. Dougie fue muy trabajador. A parte de sus cualidades innatas fue muy currante.
– ¿Lampkin es el piloto más profesional con el que nunca te has topado?
– Yo diría que muy parecido a Jordi.
– Como aficionado, qué título mundial crees tú que tiene más mérito: el logrado por Tommi Ahvala en 1992 o el de Colomer en 1996?
– Sin lugar a dudas, el de Colomer en 1996. Quizás porque Marc en ese momento contaba con menos experiencia; era más joven.
– Y a principios de siglo XXI, un jovencísimo Albert Cabestany gana el CET (2002), el CETI (2002-03) y el Mundial Indoor (2002) con Beta. ¿Quién te puso sobre la pista de ‘Cabes’?
– Lo vi competir en Júnior al manillar de una 125. Quizás ‘Cisco’ Ciurana, que tenía una tienda cerca de Tarragona, me puso sobre la pista. ‘Cabes’ marcó, sin duda, época con Beta Trueba en el Campeonato de España, pero también lo hizo al proclamarse Campeón del Mundo Indoor en Madrid. Yo estuve allí. Fue una noche que nunca olvidaré; un buenísimo recuerdo. (Sonríe).
– ¿Es Cabestany el piloto más dotado técnicamente que jamás hayas visto?
– ‘Cabes’ hace un trial bonito. Es agradable ver cómo conduce. Otro piloto que también estuvo mucho tiempo en Beta fue Marcel Justribó. Ambos practicaban un trial muy parecido. Muy finos, con poco gas pasaban por cualquier lugar. Marcel tenía dotes para llegar muy arriba, pero una serie de circunstancias no le acabaron de ayudar a que explotara. El CET logrado con Albert fue muy singular. ¿Por qué? Pues porque nada más iniciarlo le penalizaron injustamente y a pesar de ello lo acabó ganando.También recuerdo con cariño un GP de Italia a doble jornada en el que Albert ganó uno de los dos días y terminó segundo el otro. Y era con Lampkin todavía en su mejor momento.
– En 2018 ‘Cabes’ regresó a casa, ¿crees que su palmarés hace justicia a su descomunal talento natural?
– No. Cabestany podría, con su potencial, tener un mayor palmarés.
– ¿Por qué se ha retirado Albert?
– Tiene mucho mérito su larga y dilatada carrera. Y el estar todavía en la élite a su edad. Yo creo que podría seguir un año o dos más. Pero para ello hace falta mucha ayuda por parte de fábrica. Y hay que comprender que las fábricas apuestan a un futuro a medio y largo plazo.
– Pero TRRS sigue apostando por Adam Raga. ¿Por que Beta Italia no hace lo mismo con Albert?
– Las fábricas invierten para conseguir mínimo el podio. Y en estos momentos es una tarea nada fácil de conseguir. Adam, de momento, está en el podio.
– En su primera etapa con Beta, Cabestany brilló como nunca, pero además de eso ayudó a forjar a dos de los nombres que con el tiempo se convertirían en referentes del motociclismo off road: Laia Sanz y Toni Bou. ¿Cómo y cuándo decides apostar por ambos?
– Me fijé en ellos a través de Joan Pons, que fue Campeón de Europa con Beta, y así empezó todo. Fíjate Laia y Bou en qué nivel están ahora mismo. ¡¡Son increíbles!!
– Sanz logró con Beta sus primeros títulos mundiales, europeos y nacionales. ¿La idea de que compitiera con chicos fue tuya?
– No, eso ya venía de serie con ella; con su carácter tan competitivo. (Sonríe).
– ¿Qué te parece que las chicas disputen su propio campeonato? ¿Eso es bueno o malo para ellas?
– Como ya sucede en otros deportes… me parece normal.
– De un tiempo a esta parte, Laia Sanz está brillando en el mundo del Enduro y de los Raids. ¿Qué modelo de la nueva gama RR Racing 2T-4T MY 2019 le recomendarías para seguir ganando?
– (Risas). Mira. Laia… yo creo que ya hace las cosas bien. Por eso ahí están sus resultados. Si algún día quiere y podemos hacer que vuelva… ya lo miraremos. (Sonríe). De todos modos, cualquiera de las 4T nuestras le iría bien. (Más risas).
– ¿Crees que si regresara al trial ganaría a Emma Bristow?
– Creo que tendría posibilidades. Laia es Laia.
– Y llegamos al gran dominador del Campeonato de España de Trial en la última década: Toni Bou. ¿Recuerdas dónde lo viste por primera vez?
– No exactamente, pero sí que vi que podía llegar donde está actualmente.
– Confiaste su evolución a ‘Cabes’, Joan Pons y, sobretodo, a Dani Del Valle. ¿Qué crees que hay de cada uno de ellos en él?
– Toni cogió lo mejor de todos y así le va. La mayor virtud de Toni es que le gusta mucho el trial. Yo lo compararía un poco con el ciclista Alejandro Valverde. Para aguantar tanta presión tiene que gustarte mucho lo que haces, y a ambos les encanta. De ‘Cabes’ yo creo que es de quien más tiene. Sobre todo su seriedad para con el trabajo. Se lo toma todo muy enserio, porque no le gusta perder.
– En 2006, el año que Bou eclosionaba y ganaba su primer CET, va y tienes que despedirte de él. ¿Por qué no pudisteis retenerlo?
– Hubiéramos podido retenerlo dos o tres años más. Pero no supimos negociar. No lo hicimos lo suficientemente bien.
– ¿Es Bou el mejor piloto de la historia de nuestro deporte?
– Sin duda. Los resultados hablan por sí solos.
– ¿Crees que es batible?
– Difícil, muy difícil. Dificilísimo.
– La meta que se ha marcado es alcanzar los 30 títulos mundiales. ¿Crees que lo puede conseguir?
– Si las lesiones le respetan, sí. Y si sigue con la misma ilusión y motivación.
– Tras Bou han pasado por tus manos otros nombres que a día de hoy son bien conocidos por todos nosotros, como Jaime Busto, Marc Riba, Berta Abellán, Neus Murcia… ¿Quién de todos ellos crees que puede llegar más lejos?
– De todos ellos Jaime es quien tiene dotes para llegar, pero tendrá que hacer todo lo que corresponda para poder llegar y quedarse.
– Por cierto, ¿qué tal está la relación Beta Trueba-Jaime Busto? ¿Y la relación Beta Trueba-Montesa?
– La relación es normal; con Jaime y con Montesa, así como con todas las marcas. Tenemos una relación correcta con todo el mundo.
– Visto el currículo de pilotos que han pasado por Beta no cabe duda de que sois una marca claramente forjadora de campeones. ¿Te gusta esta filosofía de descubrir, ayudar y pulir a los campeones del mañana o la cambiarías por hacerte con pilotos ya consolidados?
– Nuestra marca siempre ha apoyado a los jóvenes. Por eso, cuando uno de ellos se convierte en campeón la satisfacción es algo que compensa mucho.
– Por cierto, 80 títulos nacionales y mundiales de Beta Trueba de 1986 a 2018. ¿Satisfecho?
– Conseguir títulos es muy difícil, ya que todas las marcas lo intentamos, pero todavía lo es más el mantenerse en el mercado durante todos estos años. La otra gran suerte que he tenido es que Beta Italia ha sido una pequeña empresa, pero con paso firme y proyección de futuro. Y debo reconocer que en los últimos quince años su nivel tecnológico ha sido exponencial. Y ahí están los resultados a nivel de ventas y también deportivos. Y nosotros hemos aportado nuestro granito de arena. Era algo impensable en nuestros inicios. Corríamos el Campeonato de España con Pere Ollé, y cuando conseguíamos un Campeonato de España en Sénior, ya te puedes imaginar lo que ello suponía: era una alegría inmensa. Siempre hemos sido una empresa modesta.
– En los últimos tiempos, en el CET disfrutamos del Beta Trueba Factory Trial Team. ¿Cómo surgió el proyecto?
– Siguiendo con nuestra filosofía era un paso más que natural. Además, Gerard, mi nieto, me decía: ‘abuelo, tenemos que organizar un equipo de jóvenes’. Y la verdad es que me pareció una muy buena idea. Así que junto con mis hijos lo pusimos en marcha. Y creo que transmitimos una muy buena imagen; de compañerismo y estima por los chicos y el deporte. Nuestro equipo está encarado a solucionar los pequeños problemas mecánicos que puedan surgir a última hora y a dar apoyo logístico y también de ‘catering’ a los pilotos y mochileros.
– Es un proyecto formativo con chicos y chicas. De todos los que forman parte del mismo, hay algún nombre que debamos apuntar en la agenda para los próximos años?
– En los próximos años yo creo que se destaparán los que tengan que hacerlo. ¡¡Estad atentos!!
– Tu nieto Gerard forma parte del mismo. En su día, nos dijo que ni por todo el dinero del mundo dejará Beta. Si llegara una oferta deportiva y económica muy buena por él, ¿qué le aconsejarías?
– Hombre, si la oferta fuese tan buena… aquí ya entraría yo para negociar qué tanto por ciento me tocaría. (Risas). Para mí, lo más importante es que a Gerard le guste el trial y que lo compagine con los estudios, ya que le van bien de momento. Y lo que tenga que venir ya vendrá. Creo que con mi edad, ya no soy tan joven, tendré que hacer todavía muchos quilómetros para ver en acción a mi nieto. (Sonríe).
– ¿Qué te parece que en 2019 Gerard suba a TR1 en el CET?
– En agosto de 2019 Gerard cumplirá los 18. Él empezó algo tarde a hacer trial con la moto, y quiere recuperar parte del tiempo perdido subiendo de categoría. No quiere que sus rivales se le escapen de nivel. Será un año para adquirir experiencia, y ya de cara a 2020 la intención sería que comenzara a lograr algún resultado.