Inolvidable Dakar para Laia Sanz, no solo por terminar una de las pruebas más duras del mundo off-road, sino por todo lo que ha supuesto para ella a nivel personal. Sacrificio incontenible de la piloto catalana que ya lleva 8 Dakar en su palmerés terminados.
La leyenda catalana de Trial comenzó en Arabia Saudí su undécimo Dakar. Con unas altas expectativas, como suele ser habitual en Laia, pero teniendo en cuenta la enfermedad que hizo que entrenara mucho menos para esta cita. La etapa de prólogo del Dakar fue bastante dura para ella y se asentó en la posición 32. Aún así, la piloto de GasGas se mostraba optimista ante la prueba y con la sensación de que podía mejorar a lo largo de las etapas.
«Me lo he tomado con calma. Estos primeros días tengo que ir viendo cómo me voy encontrando y reservando energía para las etapas largas. La prólogo ha sido un poco rara, porque estamos muchos en muy poco tiempo y hay pilotos top en posiciones muy poco habituales, así que no hay que fijarse en los resultados de hoy«, opinaba.
En la primera etapa completó los 623 kilómetros de recorrido con la intención de ir cogiendo soltura sobre la GasGas RC 450F. Laia rodó a menos de cinco minutos de la cabeza de carrera durante más de cien kilómetros, pero en el tramo final no encontró un punto de paso y cedió tiempo. Un ejemplo de los detalles que deciden este tipo de pruebas.
La segunda etapa transcurrió de una forma más plácida. Sanz pudo dar lo mejor de sí y demostrar por qué está ahí. Acabó en una 23ª posición que le supo a mucho más. «Hoy estoy muy contenta, no tanto por el resultado, sino más bien por las sensaciones. Podría haber acabado la 19 como la 30, porque estamos muchos pilotos metidos en muy pocos minutos de diferencia».
Esas buenas sensaciones se repitieron en el tercer acto donde la piloto de GasGas se quedó a solo 20 minutos del primer clasificado a base de velocidad y constancia. «Ahora es cuando me hubiera gustado tener la primera etapa, que era difícil de navegación, porque lo hubiera hecho mucho mejor. Voy con más ritmo y con más confianza en los sitios rápidos», afirmó.
En la cuarta etapa Laia domó de la mejor manera su moto y demostró estar a un nivel muy por encima de lo que mostraba la clasificación, a tan solo 17 minutos del primer clasificado.
Todas estas buenas sensaciones se tornaron en la etapa 5, una de las más duras para Laia en las dunas de Arabia. A pesar de llevar bastantes kilómetros a buen ritmo, la piloto notaba la falta de físico propiciado por la enfermedad de Lyme. Nada más y nada menos que 456 kilómetros con un terreno variado en el que se alternaron pistas de arena y tierra, lagos secos, zonas de piedra y una parte final de dunas que la obligaba a echar el resto.
El cansancio se seguía acumulando en Laia en la etapa 6, previa a la jornada de descanso. Volvió a ser un trance complicado, muy físico, donde más carencias estaba teniendo Laia. Aún así, estoicamente aguantó todos los kilómetros.
El día de descanso no fue suficiente para Laia, la cual confesó que la etapa 7 había vuelto a ser de una dureza extrema. «Hoy se me ha hecho muy duro. Me sentía muy baja de energía y he salido con un ritmo muy tranquilo. La parte positiva es que la moto está entera. Espero que mañana vaya mejor y no estar tan cansada». Ante estos problemas se recompuso estoicamente para la siguiente etapa que comenzaba con molestias fuertes en la muñeca y todos los problemas derivados de llevar ya más de una semana compitiendo en unas de las pruebas más duras del mundo off-road. Al final se hacía con la 27ª posición y sensaciones renovadas.
Por suerte para ella, en la siguiente etapa, protagonizada por innumerables caídas y abandonos, Sanz salió ilesa. La piloto confesó que era un recorrido bastante difícil, donde te exponías a muchas piedras en zonas aparentemente rápidas. Afortunadamente pasó esa zona sin caídas, pero sí toco la arena más adelante pero a una menor velocidad y sin problemas para ella o su moto. Encaminando las últimas etapas, Laia se encontró con la impotencia característica de este tipo de pruebas. Un grupo de pilotos de motos y quads levantó una tremenda nube de polvo que se tuvo que «tragar». «He tragado el polvo de un grupo de motos y quads durante casi 200 kilómetros. Se siente mucha impotencia al saber que llevas a pilotos mucho más lentos delante que no se dejan adelantar de ningún modo, así que ha tocado ser paciente».
En la penúltima etapa se encontró con problemas similares a los del día anterior. Laia con buen ritmo y dejando atrás a pilotos que estaban por encima en la clasificación, se vio retrasada por bancos de arena. A pesar de esto, lograba una meritoria 18ª posición para encaminarse al último envite.
La última etapa llenó de gloria a la piloto catalana que deja marcado el récord de participaciones dentro de los pilotos de motos españoles en 8. Emocionada por la gesta heroica de este Dakar, Laia no podía contener las lágrimas al llegar a meta donde, todavía recortó una posición más para terminar 17ª y seguir alargando su leyenda. «Estoy muy feliz de haber terminado once de once, porque es súper difícil y, además, los últimos ocho años entre los 20 primeros. Es algo que para mí tiene mucho valor, y más después de haber pasado un 2020 tan malo. Estoy que no me lo creo porque, incluso bien preparada, un 17º puesto no es fácil y, según cómo, es hasta un buen resultado»