El Trial de Sorauren se retomó tras seis años de ausencia, de la mano del Moto Club Kabras, siendo puntuable para los campeonatos de Navarra, Euskadi y La Rioja.
Texto y fotos: Jorge Artajo de No
Seis años han pasado desde que el moto club Kabras organizase su último trial en esta localidad de Sorauren, pequeño y encantador pueblecito al norte de la capital navarra. Gracias a que el trial era puntuable para los tres campeonatos de esta zona – vasco, navarro y riojano -, 54 pilotos tomaron la salida el pasado domingo 23 de marzo.
Este año 2025 viene definido por unas nuevas normas que localmente han acordado los organizadores de los tres campeonatos mencionados. Se decidió seguir el rumbo que los vascos habían iniciado algún tiempo atrás y, así, esta nueva temporada puede decirse que ha comenzado con éxito.
Las nuevas normas acordadas tenían un problema de base que había que analizar, y era que, por diversas causas, cada vez competían menos pilotos, con algunas categorías sin apenas participantes. Una era la falta de motivación de algunos pilotos ante la dificultad habitual de las zonas, por ejemplo, en la categoría inferior TR4 para aquellos pilotos que comenzaban a competir por primera vez, jóvenes y niños incluidos. Y lo mismo con la más difícil, la TR1.
Así que los vascos, con Aitor Martínez, de Amurrio, al frente de la idea, se decidió crear una súper categoría para la élite, que sería llamada TR1 plus. Luego continuarían las demás con su misma denominación, pero con un nivel de dificultad inferior. De esta manera se ha producido un ascenso voluntario a categorías superiores de los pilotos que mejor se estaban clasificando estos últimos años, a la vez que empiezan a aparecer caras nuevas, lo cual es un magnífico síntoma.
Así, se reserva la categoría TR4 – amarillos – para niños y los que empiezan, una categoría con la mínima dificultad. Luego está TR3 – verdes -, donde el criterio es que se marquen sus pasos sin que haya necesidad de botar para colocar la moto. Esto ha hecho que varios pilotos amarillos del año pasado estén compitiendo ahora en la categoría inmediatamente superior, la verde.
Y lo mismo con los buenos pilotos verdes de antes, que ahora pasan a competir en azules – TR2 -, y los buenos antiguos azules que ahora compiten en rojos – TR1 -. La medida está resultando, por el momento, tan adecuada, que durante estos últimos años competían tres o cuatro pilotos nada más por rojos, y aquí en Sorauren han tomado la salida 14 pilotos.
Un caso particular es el piloto local navarro Miguel Ángel Jiménez Guerra, ganador de casi todos los triales de esta zona en los que participa. Miguel Ángel tomó parte en TR1 plus hace siete días en la localidad navarra de Caparroso. Pero fue el único participante, así que, para tener competencia, se ha inscrito en TR1 en Sorauren, resultando ganador de la categoría, algo muy lógico y esperable, dada su innegable calidad pilotando.
También ha habido alguna pequeña modificación de las reglas de puntuación. Así, ahora aquí ya no hay tiempo extra para realizar la zona. Este tiempo se limita a un minuto y medio; si se supera, la penalización es de cinco puntos. También, siguiendo la norma ya habitual en el resto de España, si una moto se cala se le da el mismo tratamiento que a las eléctricas. Es decir, los puntos que se le adjudiquen serían los necesarios que el piloto utilice para ponerla de nuevo en marcha.
Bravo, pues, por los que idearon estos cambios que tan buen resultado están dando.
Organizar este trial no ha sido fácil para el moto club Kabras, pues la fecha escogida – no había muchas más disponibles – podía implicar la presencia de la lluvia más o menos intensa por toda esta zona. Esto presentaba un doble problema. El primero es el habitual del permiso de Medio Ambiente, quien autorizó la prueba a condición de estudiar el estado del terreno en caso de lluvia. Con esa duda y esa amenaza en mente, el club siguió adelante y marcó siete largas zonas el sábado anterior, sin lluvia por la mañana y con un estado del terreno muy aceptable para lo erosionado que está.
El otro problema es que el terreno de Sorauren, si se embarra, ofrece muy poco agarre, y, dado que las zonas son en cuesta y en ladera, el trial podía resultar prácticamente impracticable.
El sábado llovió ligeramente por la tarde, pero no afectó demasiado al terreno. Pero llovió por la noche y el mismo domingo chispeaba a la hora de comenzar la prueba. Entonces los miembros del moto club Kabras Rubén Ortega y Mikel González Narcue realizaron un enorme esfuerzo por modificar todas las zonas antes de la salida, intentando – y consiguiendo – reducir la dificultad de la mayoría de los pasos, pues el terreno estaba bastante embarrado. Incluso también modificaron algún par de puntos conflictivos acabada la primera vuelta. Y encima compitieron en rojos, así que ambos son los héroes de la jornada.
Así, con la alegría de ver a viejos amigos habituales de nuestros triales y la aparición de nuevos pilotos, y sin que nadie de Medio Ambiente apareciese por allí, se dio la salida a las nueve y media para cubrir tres veces un recorrido de unos 3 kilómetros, con siete zonas puntuables y un tiempo de cuatro horas.
El terreno estaba muy delicado en la primera vuelta. De hecho había alguna bajada que imponía mucho respeto; se temía que, con el paso de las vueltas, esto empeorase. Pero afortunadamente no fue así. Dejó de llover y el terreno, aunque resbaladizo en muchos puntos, se mostró más practicable conforme avanzaba la mañana, lo cual hizo que el trial, en su conjunto, resultase muy selectivo.
Basta mirar las puntuaciones de todas las categorías para ver quién se defendió admirablemente de este barro que cegaba los tacos de las ruedas frente a quien sufría la realidad de unas ruedas casi como lisas. Y, así, pese a todo, las puntuaciones en todas las categorías en general bajaron en la segunda y tercera vuelta.
El barro no es algo muy habitual en los triales de estas tierras de por aquí, así que su presencia supuso un punto de dificultad extra y un reto a superar como mejor se supiese.
Comentemos, entonces, cada categoría.
TR1: Miguel Ángel Jiménez arrolla, pero con Diego Urreta al acecho
Era de esperar. Miguel Ángel tiene un nivel de pilotaje superior al de la competencia, así que todos esperaban que acabase el trial con uno o dos puntos, como suele ser su norma. Sin embargo, en esta ocasión cometió en total dos fiascos – uno de ellos por saltarse un paso -, realizando limpiamente a cero su tercera vuelta (9+6+0=15).
Esta puntuación anormalmente alta para él le hizo dudar de quedar primero, pues el gran Diego Urreta había realizado una gran segunda vuelta con tan solo un pie (13+1+6=20). Diego, que confesó que estaba realmente cansado a medio trial, supo permanecer fuerte y así ganarse el premio al mejor tras el navarro Miguel Ángel Jiménez.
Por detrás de ellos había dos clanes familiares que siempre dan mucha guerra. El primero es el de los Bermejo, Miguel Ángel y Marcos, padre e hijo respectivamente, quienes, a lomos de sus Sherco, son habituales en los puestos más altos de los podios allá donde compiten. Hoy el padre le ganó al hijo (25 frente a 35 puntos) y ambos lucharon muy bien en este difícil terreno, subiendo el padre al tercer lugar del podio.
El otro clan familiar está formado por Mikel y Haitz Lertxundi, padre e hijo respectivamente, quienes siempre son rivales picados entre ellos y que, en cualquier momento, le pueden ganar a cualquiera. Esta vez el barro se les atragantó y tan solo pudieron quedarse a media tabla, con 68 y 72 puntos respectivamente.
Y entre ambos clanes familiares aparecieron Xuban Iragorri, viejo conocido de por aquí, y el local Rubén Ortega, de quienes podemos decir que batir a los Lertxundi tiene mucho mérito. Xuban realizó una muy buena tercera vuelta, con tan solo 4 puntos, que fue la tercera mejor de la mañana.
Finalmente acabaron doce pilotos y hubo dos retirados, Íñigo Lázaro, disgustado, nada más comenzar, por el estado de las zonas, y Roberto Polvorosa, que dejó el trial en la tercera vuelta, casi a punto de finalizar la carrera.
TR2: igualdad y varios empates, como los de Javier Sáez Argomániz y Aner Laneta
Esta categoría resultó ser la más concurrida de las cuatro, en la que vimos a varios antiguos TR3 que se han animado a buscar un reto mayor que el que tenían la temporada pasada. Y, como ya hemos comentado, la mejoría del terreno hizo que las dificultades que todos sufrieron en la primera vuelta fueron inferiores en las dos siguientes, lo que se tradujo en puntuaciones más bajas en general para la mayoría.
Hubo mucha igualdad entre los participantes. Así, la lucha entre Javier Sáez y el jovencísimo Aner Landeta (14 años) fue total durante todo el trial, pues ambos acabaron con tan solo trece puntos. Ambos marcaron los mismos ceros, catorce, por lo que hubo que fijarse en los unos. Y allí Javier (9+3+1) se llevó la copa por tener cinco unos frente a los tres de Aner (9+2+2). Mucho ojo, pues, a este chaval.
Por el tercer puesto del podio hubo otro empate entre el veterano Patxi Sustatxa (13+2+4) y Rubén Izquierdo (5+9+5), quienes empataron también a 19 puntos. Revisando los ceros, el podio fue para Patxi, 12 ceros frente a nueve de Rubén.
Algunos pasos marcados eran realmente difíciles y resbaladizos; pese a todo, hubo varios pilotos que realizaron las dos vueltas finales con muy poca puntuación, estando al nivel de los dos mejores. Por ejemplo, es el caso del joven de dieciséis años Enaut Korta (1 punto en la tercera), quien acabó quinto en la general.
Tras Enaut, Gaizka Mendibil quedó sexto (13+7+4+1=25), quien se impuso por un solo punto a José Luis Fernández Martínez (15+7+4=26). Al final 16 clasificados y un retirado, Josu Garmendia.
TR3: pronóstico cumplido, vence Fernando Ruiz Ripa
Doce participantes tomaron la salida. Entre ellos, varias caras conocidas provenientes de la clase amarilla, algunos de los cuales han ganado en su antigua categoría en varias ocasiones. La categoría, pues, se presentaba muy animada.
A destacar, antes de nada, la ausencia de Chuma Vicuña, ganador del trial de Caparroso siete días atrás, por lesión entrenando unos días antes de este trial. Nuestros mejores deseos para este gran piloto y mejor persona.
Y se cumplió el pronóstico que flotaba en el ambiente. Fernando fue rebajando su puntuación conforme avanzaba el trial (8+5+0=13), logrando ser el único en la categoría en presentar una vuelta sin penalización.
Detrás de Fernando hubo una lucha muy interesante y ajustada entre Jaime Blasco (5+11+2=18 puntos), Javier Albero (10+5+4=19) y Gaizka Sáez de Vicuña (14+2+4=20). Como ninguno penalizó por tiempo, fue, como se ve, mínima la diferencia entre ellos.
Acabaron diez pilotos, registrándose dos retiradas: la de Andrea Sáez del Burgo y la del fornido Raúl Gutiérrez Ladrón, a quien no le gustaron nada las bajadas con barro de las primeras zonas, y que por ello decidió que era mejor no desafiar las leyes de la gravedad, retirándose al comienzo del mismo.
TR4: Alfredo Jiménez Izquierdo, sin oposición
Esta categoría, en su día, presentaba normalmente muchos participantes. Pero, como ya hemos dicho, los mejores compiten ahora por verdes y el nivel de dificultad se ha rebajado. En esta ocasión compitieron siete, y la verdad es que hubo muchas diferencias entre ellos, siendo sus puntuaciones muy distantes unas de otras.
Alfredo, con un 4+1+2=7 puntos, barrió. Quedó segundo Aitor Jorge, con 23, y tercero la valiente Zuriñe Sáenz, con 41. En cuarto lugar el bravísimo y veterano francés Daniel Guelot (46 puntos) y en quinto lugar el incombustible Mark Ochoa Whittington, otro veterano también lleno de afición. Tras ellos cerraron la clasificación Enrique Cuesta Palacio y Asier San Andrés Fernández, quien se inicia bravamente en las competiciones de trial. Ánimo, Asier.
Clásicas, el mejor queda segundo
Lo de esta categoría merece ser contado aparte. Cuatro pilotos tomaron la salida: los bultaquistas José Ignacio Urmeneta y Roberto Mendibil, Raúl Agirre, con OSSA, y Luis Castellanos, quien claramente disfruta más con su Fantic que con las modernas.
Habitualmente se les indica a los participantes que el color por el que quieren competir sea acordado entre ellos y acatado por todos, pues solo así tiene sentido elaborar una clasificación con sentido. Así, habida cuenta del estado del terreno, la organización les sugirió que los cuatro inscritos compitiesen por amarillos. Pero resulta que Roberto Mendibil, que tiene claramente un nivel de pilotaje superior al de sus compañeros, dijo que quería ir por verdes, y que luego, a la hora de la clasificación, le incluyesen con su puntuación de verdes frente a los tres restantes, que optaban por el amarillo. Y así se hizo.
José Ignacio Urmeneta tan solo puso un pie en su segunda vuelta, por lo que, con ese solitario punto, fue el ganador de la categoría, si bien todos admitieron que el nivel de Roberto (3+1+0=4 puntos, yendo por verdes) es superior al de ellos y que el hecho de que aparezca segundo en el podio es una muestra de buen humor y del buen ambiente que hay entre ellos. Tercero fue Raúl Agirre y cuarto Luis Castellanos.
Juveniles: buen papel de Ander Ruiz Martínez y Arkaitz Urdánoz
En esta categoría de Juveniles hubo dos representantes, Ander (quince años) y Arkaitz (trece años).
Cada uno optó por un color diferente. Arkaitz fue por verdes y logró un magnífico quinto puesto en esa categoría, con 27 puntos, mientras que Ander fue por azules, marcando 32 puntos y quedando décimo quinto. Bravo por ellos.
En resumen, un trial difícil, selectivo y exigente, que ha gustado a los participantes, el cual ha mostrado el acierto que las nuevas disposiciones acordadas entre los tres organizadores suponen: más participaciones, más diversión, menos riesgo y más competencia, todo ello a añadir al magnífico ambiente que hay entre todos ellos.
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