viernes, julio 5, 2024

Entrevista a Alfredo Gómez, campeón mundial de Trial pasado al enduro

 

Tras varios intentos y después de cuadrar agendas, por fin pudimos encontrarnos con uno de los nombres patrios más queridos por la afición española. Nos referimos, como no, al madrileño Alfredo Gómez Cantero, piloto de trial y enduro extremo, quien nos cuenta en esta entrevista detalles sobre su etapa en el trial y su posterior cambio de especialidad.


“Cambié de especialidad porque no me quedó más”

Afincado en Andorra, Alfredo Gómez es uno de nuestros pilotos más polifacéticos y exitosos, con victorias y títulos en más de una especialidad off road, así como al manillar de una moto moderna y clásica. Su currículum trialero es extenso: Campeón del Mundo Juvenil y Júnior de Trial en 2007 y 2011, Campeón de Europa absoluto (2011), vencedor del Trofeo Nacional de Trial en Cadete (2003), Júnior (2005) y Sénior B (2007) y de la Copa de España de Trial de Clásicas en la categoría Máster (2005 y 2006), y más extenso aún es el logrado en el enduro.

Hasta tierras andorranas y no hasta su Cercedilla natal nos desplazamos para charlar largo y tendido con el actual responsable del Campeonato de España de Hard Enduro, quien, aunque desde 2012 se ha convertido en uno de los hombres más exitosos de dicha modalidad después de ganar dos mundiales de trial en categorías inferiores y coronarse Campeón de Europa absoluto, a día de hoy todavía sigue haciendo sus pinitos como piloto de trial en el certamen de andorra.

– Muchos aficionados en la actualidad solo te conocen por tu actual carrera deportiva en Hard Enduro. Pero en su día fuiste uno de los pilotos más prometedores de nuestro país al manillar de una moto de trial. ¿Sigues firmando autógrafos como Campeón de Europa y del Mundo de Trial Júnior?

– Sí, es verdad que mucha gente me conoce por mi etapa en el trial. Sobretodo aquí, en España. Y fuera, también, incluso más. Pero no, no firmo autógrafos por dichos campeonatos. Más que nada porque hace ya mucho tiempo de ello. (Sonríe).

– De hecho, este 2024 se cumplen 14 años de tu segundo título mundial de trial. El primero fue en categoría Juvenil (Youth). Tras casi década y media, ¿qué corona te hizo más ilusión conquistar: la de 2007 o 2011?

– Ganar en 2011 con la Montesa me gustó mucho, pero mucho más hacerlo en 2007 con la GasGas 125. Por mí, por mis padres, por todos los que me habían ayudado… La temporada de ese primer título viajaba con el equipo de la RFME y si no iba con ellos en furgoneta, lo hacía en una FIAT Ducato con mis padres y mi hermana. Esos viajes no se me van a olvidar nunca. (Sonríe nuevamente).

– En la primera de ellas, sólo te bajaste del podio en una de las once citas programadas, imponiéndote además en ocho de ellas. Un dominio casi absoluto con tu GasGas, ¿no?

– La verdad es que se me dio muy bien. Y, como bien dices, gané muchas carreras, además de no faltar a mi cita con el podio en casi ninguna. Pero yo lo recuerdo bastante apretado. Recuerdo con Patrick Smage ganarle una carrera por tiempo. Ambos empatamos a puntos, por lo que la victoria se dirimió por tiempo. El primero que llegó, ganó. También recuerdo otra con Ross Danby igual de ajustada.

– Cuatro años después conquistaste el Mundial Júnior con Montesa. Pero lo hiciste imponiéndote en las cuatro primeras carreras de las once celebradas, perdiéndote las dos de Japón y la última en tierras francesas cuando ya eras campeón al vencer el día anterior. ¿Tan difícil te lo pusieron Pol Tarrés y Francesc Moret, tus compañeros de podio aquel año?

– Ya llevaba un par de años estando cerca de ganar. Pero por una cosa u otra no lo había conseguido. Contra Jack Challoner o Alexz Wigg, por ejemplo, estuve ahí, pero al final me acabaron superando. Ese 2018 Francesc Moret y Pol Tarrés también fueron rivales formidables. Francesc estaba fuerte y Pol, aunque era un poco más joven, también. Pero lo supe manejar y al final gané el título. (Sonríe).

– Lo cierto es que en tus cuatro campañas en dicho campeonato lograste un tercero, dos subcampeonatos y finalmente el título. Según tu parecer, ¿qué impidió que lo ganaras antes?

– Me costó bastante adaptarme a la Montesa, la verdad. Cuando empecé con ella, el modelo estaba muy en desarrollo. Piensa que me subí a ella en 2008. Era una moto muy pesada, y costaba bastante. Tardé más de un año en aprender a subir escalones. Pero como te decía antes, al final, tras mucho trabajo y esfuerzo, lo logramos. También me mudé a Barcelona, al CAR de Sant Cugat, para estar más cerca de fábrica, de Santa Perpetua de Mogoda. Estuve año y medio viviendo allí. Y, además, entrené más indoor para entender más la moto.

– ¿Te resultó fácil o más bien difícil pasar de una moto de 2T a una de 4T? Te lo preguntamos porque aquella primera Montesa Cota 4RT no tiene nada que ver con la actual gama 4RT que podemos encontrar a día de hoy en cualquier concesionario.

– Me costó bastante. No fue nada fácil, la verdad. No sé si fue por el peso propiamente del modelo o porque venía de una moto de 125cc. De chasis, la Cota muy bien. De frenos, también. Pero las reacciones de la moto, el motor, las inercias… no fue nada fácil hacerme a ellas.

– En 2011 también fue cuando te estrenaste en el Mundial absoluto. Fue en Isola 2000, en la última carrera del año. Y lograste una muy prometedora séptima plaza, por delante de nombres como Matteo Grattarola o Jeroni Fajardo. ¿Qué recuerdas de aquel día?

– Se me dio muy bien. Corrí con una GasGas 250 y lo ciertio es que me lo pasé muy bien. Hice zonas muy buenas. Y algunas mejor incluso en mi primer paso por ellas que cuando me tocó volverlas a hacer. ¿La razón? Ni idea. (Sonríe). Me pondría nervioso, supongo. La verdad es que Isola 2000 tiene un tipo de terreno que se parece mucho al que hay en Cercedilla, en mi casa, así de alta montaña. Había muchas zonas de río y yo, por suerte, entrenaba mucho también en agua, y se me daban bien.

– Mucha gente tampoco recuerda que en 2003, 2005 y 2007 también te adjudicaste el Trofeo Nacional de Trial en Cadete, Júnior y Sénior B…

– Sí, sí. En todas esas categorías también hay muy buenos recuerdos. Entre Cadete y Júnior la RFME se sacó de la manga Júnior 125, y esta no la gané porque me rompí un dedo o una mano, ahora no recuerdo exactamente el qué, en una carrera en Valencia. Y a partir de ahí ya no pude disputar más carreras aquella temporada. Creo recordar que el título se lo llevó al final Adrián Pastoriza, que era compañero mío en el equipo de la RFME. Por cierto, en Sénior B, participé con una 125. ¡Y era todo un reto hacerlo! Corríamos Antonio Alfonso y yo. Estuve un par de años hasta que lo conseguí y aprendí mucho, la verdad. La gente tiene más experiencia y se corre también de forma diferente a como se hace en Júnior.

– Y aún menos saben que en 2005 y 2006 fuiste campeón en la Copa de España de Trial Clásicas en Máster. ¡¡Campeón de España con moto moderna y clásica!!

– ¡Así es! El Nacional de clásicas arrancó con mi club, el Moto Club Sotobike. Para ser exactos, era el promotor de la Copa de España en aquel año. Mi participación fue en parte gracias a Gunter, padre de Yannick Gunter Diedrich Franco, amigo mío de Cercedilla que sería mecánico de Takahisa Fujinami y con quien compartí piso en Barcelona. Pues bien, Gunter nos regaló una Honda TL 125 a cada uno. Eso sí, ¡no arrancaban! (Risas). Las tuvimos que arreglar para poder competir con ellas. Y así fue como comenzó mi aventura con las clásicas y, encima, aprendí a reparar motos. Ya tenía algunas nociones de ello, pero la verdad es que fue a raíz de tener la TL 125 que tuve que investigar más para aprender cómo funcionaba un motor. (Sonríe).

– ¿Te resultaba fácil o difícil cambiar de moto –de Gas Gas 2T a Honda 4T– y modalidad –de modernas a clásicas–?

– Una pesa más que la otra. (Risas). En cuanto al reglamento, cuando yo competía, no podías ir para atrás, pero sí parar. La verdad es que a mí me gustaba ese stop, creo que es más fácil, sinceramente. Con el non stop se te acumula más el trabajo, en cambio, parando, te puedes dar un aire de vez en cuando. Afortunadamente, este 2024 el Mundial de TrialGP también permite parar.

– ¿Recomendarías a los pilotos de ahora competir también con una moto clásica?

– Para mí las clásicas fueron más diversión que otra cosa. Yo me lo pasaba super bien participando en ellas. El ambiente es genial. Competía con gente bastante más mayor que yo. Creo que la media rondaba los 50 años por participante y yo… era un niño, como aquel que dice. Recuerdo una zona en la que tu única misión era… ¡almorzar! Si querías el cero, tenías que hacerlo allí. Como te puedes imaginar, era la mejor zona de la carrera para muchos. (Risas). Eran buenas carreras. Yo creo que es una muy buena opción para pasarlo bien y echarse unas risas.

– En aquella época compartías zonas con tu padre, Mariano, o éste esperó a que te pasaras al enduro para comerle la tostada a sus rivales en Trialeros?

– (Risas). Pues no sé qué decirte. (Sonríe). La verdad es que mi padre me estuvo dando caña en moto hasta que fui con la 125. Recuerdo que al principio de llevarla, yo competía en Cadete y él en Veteranos, y hacíamos las mismas zonas. En más de una carrera compartimos zonas. Pero a partir de ahí el dinero no nos llegaba para que corriéramos los dos, por lo que el hombre se sacrificó para que yo sí lo hiciera. Como buen padre, yo creo que le hacía más ilusión que corriero yo y ganara que no hacerlo él. Y gracias a su sacrificio he seguido yo y ahí sigo, aunque ahora sea como piloto de hard enduro. (Sonríe).

– Tu padre ha ganado ya tres títulos en la categoría Trialeros de la Copa de Clásicas, en 2017 y en 2022 y 2023. ¿Hay ‘pique’ por ver quién gana más campeonatos en casa? Lo decimos también porque tu hermana Sandra tampoco se cansa de ganar cosas, tanto en el trial como en otras disciplinas off-road…

– En casa de mis padres hay dos cuadros con medallas nacionales e internacionales de Sandra y de mí. Mi padre, no lo tiene. Y la verdad es que ella tiene muchas más que yo. ¡La que más gana en casa es ella! (Risas).

– ¿Te piden consejo ambos cuando tienen dudas? ¿O eres tú quien busca y confía en su buen hacer al manillar de una moto?

– Todos en casa nos ayudamos los unos a los otros. Ahora, por ejemplo, Sandra está focalizada en el mundo de los rally-raids y yo no es que sea una especialidad que domine, la verdad. No tengo ni idea. Poco o nada la puedo ayudar. Por suerte, contamos con nuestro ‘otro’ hermano: Lorenzo Santolino. Él sí puede echarle una mano. De hecho, yo empecé a hacer enduro y superenduro por él. Y él, por su parte, ha hecho mucho trial gracias a nosotros. Antes, no había hecho nada. Nos conocemos desde que yo tenía 17 ó 18 años. Ahora, al igual que yo, también reside en Andorra, somos vecinos y siempre que podemos salimos en moto. Cuando Sandra y yo competimos en Hard Enduro nos ayudamos mútuamente. Si ella acaba antes o no compite me echa un cable. Y si es a la inversa, lo mismo. Y mi padre hace igual. En mi caso, me ayuda a ver trazadas, hace de mecánico en el equipo júnior que tengo… Es otra manera de venir a las carreras para él. En definitiva, somos un equipo. (Sonríe).

– Por cierto, ¿es verdad que eres Campeón de Madrid de Trial en todas las categorías?

– Creo que sí, pero tendría que repasar las clasificaciones de la época. (Sonríe). Mi primera categoría fue en Aficionados B, con una Clípic automática, y luego ya llegaron Aficionados A, Sénior C, Sénior B y Sénior A.

– Las crónicas de la época hablan de ti como uno de los pilotos más talentosos y luchadores del momento. ¿Tú también te definirías así?

– No sé si tenía mucho o poco talento, la verdad. Piensa que de eso hace ya 20 años. Me gustaría pensar que sí. Llevo federado desde 1994 y yo nací en 1989. Con 5 años ya estaba federado. Por suerte, llevo viviendo de las motos toda mi vida. Al principio, viví gracias a mis padres, como todo buen hijo. También gracias a mi tío, a unos cuantos amigos… Y cuando llegó el momento supe buscarme la vida, hacer buenos resultados, mantenerme, entrenar… Y así llegamos a mis 34 años, en donde desde los 16 ó 17 años no les cuesto dinero a mis padres. Te diría que desde que gané mi primer título mundial.

– Por cierto, eres uno de los tres únicos pilotos que posee en su palmarés una edición de la Copa de España de Trial Indoor Junior Challenge. ¿Qué recuedas de tu título nacional indoor de 2009?

– Pues no mucho, por desgracia. Sí que recuerdo, en cambio, algunas de las ciudades en las que competimos, como Zaragoza, Girona o Santander.

– ¿Crees que dicha competición habría que recuperarla?

– Creo que el CETI Júnior era una muy buena iniciativa que debería de recuperarse ya que el cambio de outdoor a indoor es muy radical. Para un piloto sin demasiados recursos como era yo en ese momento era muy difícil poder entrenar esa modalidad. Volado, una empresa de contenedores cercana a mi pueblo, me montaba pirámides de containers de estos de obra y aquella era mi zona indoor de entrenamiento. Recuerdo que al principio los containers tenían mucho aceite, para que no se oxidaran, y la verdad es que patinaban un montón. (Sonríe).

– Llegaste a competir en el Trial Indoor de Madrid. ¿Te hubiera gustado también estar en el Trial Indoor de Barcelona?

– Madrid fue una experiencia brutal, al lado de casa y con muchos amigos y familiares viniéndome a ver. En Barcelona, por desgracia, no. Pero claro que me hubiera gustado competir allí. Es la cita con más historia de la modalidad. Pero en cierto modo, años después, me pude sacar esa espinita al competir y ganar allí en super enduro. Sinceramente, en trial creo que hubiera sido muy difícil alzarme con el triunfo. Más que nada porque en los últimos años ha sido el coto privado de un tal Toni Bou. (Sonríe).

– Años más tarde sí que pisarías el Palau Sant Jordi de la Ciudad Condal, pero como piloto de Enduro. ¿Por qué en 2012 cambiste de especialidad?

– Porque no me quedó más. En septiembre de 2011 yo estaba en Montesa y en principio iba a seguir con ellos. Pero por desgracia, unas semanas después, el 13 de diciembre, Óscar Giró (General Manager del Repsol Honda Team de Trial), me llamaba y comunicaba que lamentablemente ya no podrían seguir apoyándome para el año siguiente, que pusiera todo en un transporte y que me recogían las dos motos y lo que tuviera en casa. Y así pasó. Al parecer, se les había caído un patrocinador, Santiveri, y que por desgracia ya no podían ayudarme.

– ¿Y qué hiciste?

– Llamé a todas las restantes marcas de trial y aunque era Campeón del Mundo Júnior todas me respondieron que era muy tarde y que no podían apostar por mí. Todo el mundo lo tenía todo cerrado. Más que nada porque estábamos a una semana de Navidad. En ese momento, ya conocía a Santolino, que hacía super enduro, y tras hablar con él, llamé a César Rojo, Director General de la filial de KTM AG en España. Le expliqué la situación. César me respondió que no me podía pagar nada, pero que sí podía dejarme una Husaberg 250 para correr el Campeonato de España de Enduro en Júnior Open. Si ganaba el título, iría a más y si terminaba segundo o tercero mantendríamos el trato.

– ¿Y si te quedabas fuera del podio?

– Pues iríamos a menos. Y así fue como empecé. Por suerte, gané cuatro carreras, en otra acabé tercero y solo no acabé una. Tuve una caída fuerte y me vi obligado a retirarme, pero afortunadamente me alcé con el campeonato.

– Ese mismo año, sin embargo, aún te disfrutamos como piloto de trial en los 3 Días de Trial de Santigosa, edición en la que acabaste segundo. ¿Tu último baile?

– Santigosa es una carrera que me gusta mucho y mi padre estaba empeñado en que no abandonara el trial. Supongo que buscaba que yo mantuviera abierta la puerta del trial para ver si al final de temporada alguna marca se lo pensaba y me repescaba. Pero no pasó y tuve que buscarme la vida. Recuerdo que en su día ya le dije que en el momento en el que ir en moto nos costara dinero me dedicaría a otra cosa. Mis padres trabajan y en casa nunca ha sobrado el dinero, la verdad. De hecho, nunca nos hemos ido de vacaciones propiamente dichas. Esos días lo han invertido siempre en las carreras. A día de hoy sigo practicando trial cada semana. De hecho, participo en el Campeonato de Andorra de Trial y allí coincido con Pere Borrellas, Pol Tarrés, el propio Mario Román… y por supuesto con los pilotos locales que están en Trial2, como Jordi Lestang o Gaudi Vall. Y bueno, ¡aún estoy en forma! (Risas) ¡Si no gano, me ves en el podio! (Más risas).

– Como bien dices, lo tuyo fue llegar y besar el santo, pues ese mismo 2012 ganas el Campeonato de España de Enduro en Júnior (Open). ¿Esa victoria ratificó aún más tu decisión de cambiar el trial por el enduro?

– Sin duda. Los cuatro triunfos, el podio en mi categoría, y el rondar las plazas delanteras también en la Scratch –entre el 5º y 15º–, contribuyeron a que César y KTM siguieran apostando por mí. De hecho, he sido 14 años piloto oficial de la marca. He estado en Husaberg, Husqvarna, KTM y de vuelta a Husqvarna. Toda mi carrera deportiva en enduro ha estado ligada a ese grupo. Con ellos he logrado mis mejores logros hasta la fecha.

– Sin embargo, ha sido en la modalidad de Hard Enduro en la que has brillado desde entonces, con triunfos en citas como la 24MX Hixpania Hard Enduro y siendo uno de los outsiders más destacados del Campeonato del Mundo. ¿Crees que gran parte de tu éxito como piloto de hard enduro radica en tu base como piloto de trial de élite?

– Cuando empecé a hacer enduro mi base era toda de trial. He hecho trial gran parte de mi vida. Pero a día de hoy, a nivel profesional, te diría que trial y enduro se reparten prácticamente el mismo tiempo. Eso sí, creo que me he especializado mucho más en el enduro que en el trial. Yo empecé en el equipo de la RFME y en el enduro muy rápidamente hice resultados. Además, toda mi vida he hecho motocross y también he participado en el Nacional de Cross Country. Este último se disputa en invierno y recuerdo haberlo corrido con GasGas hasta 2008 y después con una CRF 450. Por ejemplo, mi actual jefe en Rieju, Miquel Garcia, había corrido conmigo. Yo era un chavalín y él todo un Sénior A.

– Dani Gibert, Pol Tarrés, los hermanos León, Xavi y Sergi, Graham Jarvis, Billy Bolt o Tadeusz Blazusiak también cambiaron en su día la moto de trial por la de enduro. ¿Por qué crees que se dio en su día ese trasvase de pilotos de una a otra modalidad?

– Lo cierto es que en el enduro se abren muchas más ramas. El trial, por desgracia, es muy minoritario; mucho más que el enduro. Se venden pocas motos y material y las marcas están un poco más limitadas. Por el contrario, en el enduro hay más marcas que compiten y el mercado es más grande. Sigue siendo difícil también ahí. Es cierto que algunos pilotos nos hemos podido ganar bien la vida, pero también es verdad que muchos otros no lo han conseguido. ¿Es más fácil que en el trial? Sí. Es más fácil si me lo preguntas a mí, que me ha ido bien. Pero si se lo preguntas, por ejemplo, a Dani Gibert, que logró lo que logró en el trial y que también se pasó al enduro y que ahora no sé qué es de su vida, pero no es piloto de motos, la respuesta problamente sea distinta. Yo ahora mismo tengo un equipo, AG Racing Team, con cuatro chavales, y me cuesta lo suyo encontrar patrocinadores que nos ayuden con, por ejemplo, material. Por suerte, tengo a GRO, que nos proporciona aceite y que conozco desde mi etapa en el trial. Cuesta mucho tener marcas que te ayuden. Mira, tengo en el equipo a un piloto, Marc Fernández, Campeón de España de Hard Enduro Júnior, y la verdad es que nos ayudan muy poco. Su mayor patrocinador es su familia.

– En su momento, en el Mundial de TrialGP e incluso en el CET se implantó una Zona de Calificación que muchos aficionados vieron como una mini crono de enduro. ¿Crees que habría que recuperarla? Se comenta que la RFME tenía dicha idea sobre la mesa…

– Yo creo que es un estilo de zona que está bien. En el Enduro, por ejemplo, tenemos el Super Test que es una manera de tener a la gente activa y de hacer más cosas. Desde hace tres temporadas coorganizo el Nacional de Hard Enduro junto a la RFME. He hecho el reglamento y con la ayuda y supervisión de la Comisión de Enduro lo hemos acabado puliendo a como está a día de hoy. En las carreras yo soy la cara más visible del campeonato. Bueno pues como los sábados por la tarde no había actividad, decidimos desde hace un año hacer unas carreras en pararlelo. Es una zona espectáculo similar a esta Zona de Calificación. Yo creo que de cara al público como para los pilotos está muy bien. No nos pòdemos olvidar de que compiten tres profesionales y el resto son pilotos amateurs. Y la gente lo que quiere es montar en moto y pasar un buen rato. Por eso, yo creo que cuando hacemos las carreras debemos de pensar en esta inmensa mayoría, no para los tres profesionales.

– ¿Te hubiera gustado disputarla en tu época como piloto de trial?

– ¡¡Por supuesto!! Todo lo que implique subirme a una moto me gusta. (Sonríe).

– Tienes triunfos y podios en citas icónicas de la especialidad como el Erzberg Rodeo Red Bull Hare Scramble, el prólogo del Red Bull Romaniacs, la Extreme Lagares XL, el Enduro Ukupacha, la Machete Hard Enduro o la Red Bull Minas Riders. Sin embargo, creo que tu mayor victoria es la creación de tu propio equipo, el AGR en 2022. ¿Es así?

– Tener tu propio equipo es una pasada. Lo arranqué con la ayuda de KTM, compitiendo con una GasGas. Ahora, yo soy piloto oficial Rieju, pero mis chavales en el AG Racing corren con KTM. Este 2024 la firma austriaca ha reducido presupuesto, ya no apoyan directamente a equipos extrenos, por lo que la ayuda nos la proporciona Zona Paddock. Y gracias a ellos y a otras firmas que han estado a mi lado desde hace mucho tiempo y que nos dan material el AG Racing sigue en la brecha. Como piloto, después de ganar carreras o títulos, tener tu propio equipo es lo más, aunque ello cueste lo que bien sabe Dios. Pero es muy grafificante y bonito.

– ¿Cómo y cuando decidiste ‘independizarte’?

– Es un poco como cuando te haces mayor y un buen día decides marcharte de casa de tus padres. Yo he estado 14 años con KTM y la verdad es que durante mi última etapa ví que faltaba un proyecto, un buen equipo, para ayudar a chavales jóvenes. Los pilotos del AG Racing entrenan conmigo y con mi hermana, dos y dos. Y luego vamos a las carreras juntos. Creo que con proyectos deportivos de este tipo se fomenta que los chavales suban de nivel. En nuestro país, por desgracia, hay poca tradición de Hard Enduro. Y supongo que por eso también me he acabado liando con lo del Nacional. De hecho, hasta hace nada ni tan siquiera existía. (Sonríe). En estos momentos estamos un poquito a la cola en relación a otros países, pero yo creo que estamos cogiendo nivel poco a poco. Solo llevamos tres años, pero claramente estamos creciendo y mejorando. Y seguro que en el futuro será mucho mejor.

– ¿Quiénes formarán parte del AG Racing este 2024? ¿Algún extrialero?

– Tenemos a Suff Sella, de Israel, con 20 años, Niko Piazza, de Estados Unidos y de apenas 15 años, Marc Fernández, de Barcelona y también de 20 años, y Felix Bacher, con 18 y de Alemania.

– ¿Te ha pasado por la cabeza un AG Racing Team para el CET o Mundial de TrialGP?

– Pues no, la verdad. Pero sí que en algún momento he pensado que estaría bonito hacer los 3 Días de Santigosa, partipar en el Scott Trial o incluso tomar parte todos en los Scottish. En cuanto al Mundial de TrialGP… por ahora no.

– …¿y para el Dakar 2025?

– Pues no con mi equipo propio, con el AG Racing, pero sí que como en donde estoy ahora, Rieju, hace un par de años que toman parte, le he dicho a mi jefe que si hay un hueco libre… ¡qué cuente conmigo! (Sonríe).

– Por cierto, ¿primer triunfo en ‘The Romaniacs’ o tercer Erzberg Rodeo?

– Vencer The Romaniacs lo tengo ahí pendiente, y hacerlo con Rieju, marca española, yo creo que sería lo más. Pero lograr mi tercer Erzberg Rodeo tampoco estaría mal. Hay muchos pilotos y es muy difícil, pero por horas entrenando y ganas no quedará. Habrá que estar ahí delante para cuando se presente la oportunidad saber aprovecharla. (Sonríe).

– Tras ser oficial de KTM y Husqvarna, y competir en 2022 con GasGas en tu propia estructura, fichaste el año pasado por Rieju para competir en el Mundial de Hard Enduro. ¿Cómo te convencieron?

– Todo fue muy fácil y estoy muy contento con todo. Y, por supuesto, con la moto, aunque con calor nos cuesta un poco. Están al lado de mi casa, me permiten tener mi propia estructura, además de ser piloto oficial… Ellos me ofrecen todas las ventajas de correr para una marca como oficial y yo, en contrapartida, les ayudo a ser mejores. Tengo mucha experiencia tras mi larga etapa en KTM y este pasado 2023 hemos trabajo mucho para elevar la competitividad de la MR300. Estamos delante en el SuperEnduro, han fichado al Campeón del Mundo Júnior de SuperEnduro 2022, a Dominik Olszowy… también al joven británico Will Hoare… Estos pilotos, estando yo en la marca, a mi me daría confianza subirme a la MR300 sabiendo que un piloto como Alfredo Gómez también la lleva. Es un win-win.

–  A todo esto, ¿cómo vés el nuevo Campeonato del Mundo FIM de Hard Enduro?

– Lo veo bien. Ahora los ‘veteranos’ del campeonato estamos luchando con el organizador para que tengamos mejores condiciones, nosotros y los júniors. Los que más le damos al ‘coco’ somos Graham Jarvis y yo. Estamos mirando a ver qué podemos conseguir con Red Bull TV y con los organizadores.

– En tu estructura cuentas con Miguel Ángel Rodríguez, ‘Suca’, ex mecánico de Dougie Lampkin, entre otros, como preparador de tu moto de enduro. ¿Desde cuándo vuestra relación y por qué él y no un mecánico de fábrica de Rieju?

– A ‘Suca’ lo conozco de mis tiempos en el trial, de cuando competía con Gas Gas y él trabajaba allí. Hablamos de 2005 o así. Él estaba con Iván Cervantes. Y en el Hard Enduro nos hemos seguido viendo por el paddock. ‘Suca’ con Dougie Lampkin y yo con Eric Augé, un mecánico austriaco y luego con los italianos. Siempre he tenido buena relación con él. Hablábamos de vez en cuando, dos o tres veces al año, y este año, con Rieju, yo ví que tenían buenos mecánicos, pero que faltaba alguien con un perfil más de carreras. Y creo que ‘Suca’ es esa persona. Contar con alguien como él, de su experiencia en competición, es perfecto para poder avanzar más en el desarrollo de la moto. Prepara mis motos, motores… hace bastantes más cosas en Rieju.

– Hasta hace nada compartías marca con otro extrialero, Francesc Moret, en Sherco para 2024. Con él ya te batiste el cobre en el Mundial Júnior. ¿Reviviremos rivalidad?

– Moret estuvo con nosotros en 2023 y ahora es piloto de Sherco en el Nacional. Ojalá que se pudiera repetir la bonita rivalidad que vivimos en el trial. Yo tengo 34 años y él 33. ¡El tiempo pasa para todos!

– De un tiempo a esta parte también te encargas de la supervisión de las pruebas y promoción del Nacional de Hard Enduro. ¿De dónde sacas el tiempo?

– Desde hace tres años lo organizo. Surgió durante la pandemia. Estaba aburrido en casa, una casa que hacía poco que me había comprado y en la que estaba trabajando como paleta, electricista, carpintero, lampista… Cuando pudimos salir a hacer los primeros entrenamientos, me encontré con Manuel Casado, Presidente de la RFME y en su día de mi motoclub, y me ofrecí a organizar en el Pascuet Off Road la última cita del Nacional de Hard Enduro en un mismo fin de semana. En sábado y domingo. Las fechas, el primer fin de semana de diciembre. Manuel me dijo que se lo pensaría y dos días después me hizo una contraoferta: ‘Hazme la primera del año siguiente y ayudame a hacer dos más’. Yo le dije que en lugar de ser tres, mejor cinco carreras para que el campeonato tuviera más empaque. Como sede confirmada solo tenía el Pascuet Off Road, la primera, el resto… dependía del éxito o fracaso de la carrera ilerdense. Eso sí, no dudé en coger el teléfono y llamar a federaciones y amigos hasta poder cerrar el campeonato tal y como lo habéis conocido. Por suerte, entre todos lo hemos logrado, y a día de hoy hay clubes que nos solicitan organizar carreras del Nacional de Hard Enduro a pesar de su poca y corta longevidad. ¿El reglamento? Está hecho a partir de las cosas buenas de las distintas competiciones en las que he participado.

– ¿Has modernizado y potenciado el espectáculo en el Nacional de Hard Enduro con, por ejemplo, la inclusión de las carreras en paralelo. ¿Sería posible algo similar en el trial al aire libre?

– Las Street Rhythm, carreras en paralelo, es una cosa que se hacía en algunas carreras del Mundial de Hard Enduro. En el Red Bull Tennessee Knockout Enduro, que se disputa en Nashville, por ejemplo, se hacen en el mismo centro de la capital del estado de Tennessee, en los Estados Unidos. Mientras realizaba el reconocimiento al recorrido pensaba: ‘¡qué chulo!, pero a ver cómo va’. Mira, fue ganar y ver el espectacular ambiente en las calles, repletas de gente y que las TV no se cansaban de poner cortes de las mismas, que me dije a mí mismo: ‘hay que llervarlo a España’. Y en cuanto he podido las hemos implantado aquí. La verdad es que en la RFME confían en mí y en mi criterio y cuando se lo propuse solo me dijeron: ‘no sabemos lo que dices, pero si lo ves bien, hazlo y lo vemos’. Y hasta ahora. Creo que es una cosa simple, pero muy vistosa, que, además es muy divertida de correr. ¿Para el trial? Yo creo que sería una buena cosa también. (Sonríe).

– Como organizador, ¿cómo podemos mejorar el CET o el Mundial de TrialGP?

– Estoy bastante desconectado del trial, la verdad. Pero como organizador, un consejo que doy y que a mí me ha servido, es que hago las carreras para los pilotos amateurs. No lo hago para los ‘pros’. En el Nacional de Hard Enduro si tenemos 130 pilotos, unos 70 son aficionados. Pues bien, estos hacen un recorrido que yo mismo elaboro. Y una vez lo tengo listo, marco tres, cinco o seis anillos adheridos a este mismo recorrido base, que es Copa de España, para el Campeonato de España. Las carreras de este último hay veces que son bonitas y otras un poco menos, nunca llueve al gusto de todos. Pero creo que el éxito de la competición es este recorrido base pensado para estos 70 pilotos amateurs. Si marcara recorrido pensando en los 40 ‘pros’ estoy seguro que perdería a los otros 70. Y mi intención es que aumenten los aficionados, que se ‘enganchen’ a la modalidad. Para los ‘pros’ siempre es más sencillo marcar una carrera.

– ¿Qué le pides a 2024?

– Que no haya lesiones para mi ni mis chicos. Que estemos todos enteros y que podamos dar ¡mucha caña! (Sonríe).

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