SCOTTISH PRE-65		3-4 y 6-11 de mayo, 2002
Kinlochleven, Escocia, Gran Bretaña		La esencia del trial clásico	Texto: Ramón Sallés Fotos: H. San Martín, R. Sallés

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   SILKOLENE SCOTTISH PRE 65 TWO DAY TRIAL 2002 (5ª parte)

   Último bucle y fin...

   Esta vez tengo tiempo suficiente para repostar a la BSA y a mi mismo, y además el bueno de Jaume me está esperando con las herramientas preparadas. Todo un detalle por su parte.

   Lleno el depósito y me tomo un par de barritas energéticas y un poco de agua, me han dicho que solo quedan nueve zonas por la tarde y once millas de recorrido. En principio son casi las mismas de ayer, pero para mi no va a ser ninguna ventaja ya que las pasé a toda velocidad y casi ni me acuerdo de como eran.

   La carretera es la misma, la que va de Kinlochleven a Glencoe, y en el mismo sitio de ayer el recorrido tuerce a la izquierda y empieza el off road hasta llegar a Cnoc a Linnhe, son dos zonas, las mismas de ayer, pero hoy puedo inspeccionarlas y además recuerdo el "leñazo", nunca mejor dicho, que me llevé contra los troncos. Las paso sin problemas a cero y sigo el recorrido, que ahora es un poco diferente al del viernes, bajamos otra vez hasta la carretera y después de casi tres millas la dejamos y nos metemos otra vez por un estrecho sendero hasta llegar a Cameron Hill, dos zonas que son nuevas absolutamente. Están marcadas en un pequeño riachuelo que baja por la ladera, con muy poco desnivel, pero es muy estrecho y hay un par de piedras grandotas a la entrada, con un giro cerrado lleno de barro al final de la segunda. Como siempre no puedes parar entre zona y zona. La primera me sale muy bien y tengo otro "clean" en mi casillero, pero en la segunda no puedo evitar un pié a la salida, aunque he tenido que dar gas a fondo a la moto para no quedarme atrapado, pero estoy contento ya que por lo que me dice el control he supuesto que no hay demasiados unos.

David Thorpe, otro piloto mítico de los Scottish, fue finalmente sexto

   El recorrido vuelve otra vez hacia la carretera, aunque a media milla volvemos a subirnos por los pastos hasta llegar el grupo de Caolasnacoan, que ya hicimos ayer. Tres zonas, hay tiempo de sobra y aprovecho para examinarlas a fondo, aunque me acuerdo bastante de como eran, ya que solo la primera tiene problemas. Estoy bastante cansado y me cuesta subir por las piedras resbaladizas, pero lo peor es que cuando estoy bajando a por la moto me entra rampa en la pierna derecha y me quedo casi "tirado" en medio de la zona. Duele un montón, y entiendo la cara de sufrimiento de algunos futbolistas cuando en las prórrogas de los partidos tienen un tirón muscular. Poco a poco me repongo, me subo a la moto y paso a cero la primera zona, la más difícil (ayer un varios), pero dejo un pié en la segunda y otro en la tercera. Buffff, me estoy desmoronando físicamente.

   Esto casi se ha acabado, el recorrido baja a la carretera y las flechas señalan dirección Kinlochleven, la llegada, y es todo asfalto. Pasan tres millas hasta Camas na Muic, dos zonas en el mismo sitio que ayer, pero de diferente trazado. Los casi cinco kilómetros de carretera los hago sentado en el pequeño asiento de la BSA y me recupero un poco, además las dos zonas que quedan son de agua, en un riachuelo, sin subidas largas. Un espectador me da un poco de zumo de frutas y me siento mucho mejor, esto se acaba, pero no me alegro nada, porque me queda poco tiempo de sentirme en el mejor trial que he corrido en mi vida.

   Las zonas son fáciles, pero en la entrada de la primera se ha formado un barrizal impresionante donde casi todos dejan puntos, y es que hay casi diez metros de barro negro justo antes del inicio de la zona que te descolocan cuando te metes en ella. El control de entrada es un señor bajito que me encontré ayer en otra zona cuando por la tarde las hacía a ojo. Educadamente me pide perdón por el agujero de barro del inicio y me dice que no han podido evitarlo, increíble lo atentos que son esta gente. Me meto en el barro y la moto casi se para, pero la BSA cubica 350 cc y tiene potencia suficiente para salir sin apuros, ya estoy dentro de la zona y el resto no tiene complicaciones, la segunda también es fácil, solo un escalón en plena curva que me he mirado con atención cuando la inspeccionaba, pero justo cuando ya lo he subido mi hombro le da a un árbol que me había parecido suficientemente alejado, pero que realmente no lo era, aguanto el equilibrio y no pongo el pié en el suelo pero la moto deja de avanzar durante un momento y el control me mira con cara de "chaval, te acaba de caer un cinco". Tiene toda la razón, no se lo voy a discutir, y he acabado el trial de la misma forma como lo empecé, con un fiasco absurdo, pero me da igual, no estoy triste por ello, siento satisfacción y al mismo tiempo pena porque se está acabando el sueño.

   Dos millas por carretera y entro en Kinlochleven, hay mucha gente en las aceras viendo pasar a los pilotos, la BSA vibra como siempre cuando anda por asfalto, pero esta vez diría que no siento las vibraciones, sino que casi diría que son latidos, sí, son latidos de alegría de un corazón inglés que ha vuelto por unos días a su casa.

   Llegamos por segunda vez al School Finish, como pone el libro de ruta que me han dado por la mañana, entrego la tarjeta en la mesa y otra vez está Sammy Miller al lado hablando con los pilotos, llega un miembro de la Organización con unos alicates y corta las bridas que sujetan la placa negra con el número diecinueve. Definitivamente por esta vez el sueño ha terminado, pero pienso en todo lo que he disfrutado, en los fantásticos recuerdos que me llevo y me siento totalmente feliz.

   En la furgo hay buen ambiente, Stuart ya ha llegado, y también están Jaume, Mick Wilkinson y Mick Andrews. Andrews ha vencido, no ha puesto ni un solo pié en los dos días, le felicito y se le nota especialmente contento, y es que ganar los Pre-65 tiene mucho prestigio en su país. Llegan Enrique y Manuel, malas noticias para el segundo y es que los problemas de arranque en su Tiger Cub le han dejado fuera de la clasificación. Mierda, con lo que había luchado ayer.

   Poco a poco el paddock se va vaciando, y es que hay que ir a ducharse para estar en Fort William en la entrega de premios dentro de un par de horas largas. Cargamos de nuevo la furgo y nos vamos al hotel, ducha, cena y carretera dirección Fort William. Yo no había estado nunca allí, la ciudad es realmente bonita, justo al lado del mar, con grandes avenidas y muchos hoteles, aunque la mayoría tienen el cartel de completo, porque ya han llegado casi todos los participantes de los Seis Días.

Mick Andrews volvía a vencer en Escocia, ¡con cero puntos!

   Fiesta y final...

   El Milton Hotel es el centro neurálgico de casi todo lo relacionado tanto con los 6 Días y es allí donde se entregan los premios de los Dos Días Pre-65, es muy bonito, lujoso y bastante grande. Cuando llegamos el "ballroom" está atestado de gente, y apenas hay sitio libre en la sala donde se llevará a cabo el reparto de premios. Hay bebida gratis para todo el mundo, y las grandes pintas de cerveza van de un lado a otro de la sala a tanta velocidad como la que tardan en vaciarse.

   Está previsto que todo el jaleo empiece a las diez, pero son ya y media y parece que se están retrasando por algún problema con las clasificaciones, mientras tanto los miembros del Edinburgh&District Motor Club intentan hacernos la espera más llevadera entrevistando a algunos pilotos de renombre que han participado en la edición, entre los que Mick Wilkinson es uno de los más aplaudidos. Mick Andrews no va a poder estar presente porque aún es un piloto profesional, y al día siguiente tiene un moto-cross de clásicas al que no puede faltar.

   Me encuentro con Pim Terricabras y Joan Cañellas, que van a competir en los Seis Días con sus Montesa, comentamos un poco como ha ido todo y quedamos en vernos al día siguiente en el paddock de Fort William.

   Casi a las once aparece Andrew Johnstone con los resultados y nos dan las listas. Andrews y su James a cero, Tony Calvert con una Triumph 500 es segundo con solo tres puntos y Stig Carlsson y es tercero con nueve, por delante de la Ariel de Joel Corroy, la Royal Enfield de Angus Jenkinson y del ex-piloto oficial de Bultaco Dave Thorpe, sobre una pequeña Triumph Tiger Cub de solo 200 cc.

Se acabó el sueño, hasta otro año, Scottish...

   Me busco en la lista y estoy el sesenta y dos, he remontado veintitres posiciones con respecto al primer día y estoy entre los treinta primeros en el parcial del sábado, no está mal, pero podía haber sido mejor. Enrique está el noventa y tres, mientras que Jaume y Manuel figuran como no clasificados.
La entrega de premios es rápida, por suerte, pero los educados ingleses aplauden absolutamente a todos los pilotos que salen a recoger su trofeo, el clásico platillo de peltre (una aleación de zinc, cobre y estaño), con la inscripción Scotish Pre 65 Two Days Trial y el emblema del Edinburgh & District Motor Club.

   Acabamos, nos despedimos de los amigos y casi a las doce y media salimos nuevamente hacia Kinlochleven, al hotel, aunque tenemos que volver mañana para estar en las verificaciones y el desfile de los Seis Días, pero eso ya es cosa de Yoyi que os lo contará en primera persona.

   Aquí acaba el relato de lo que han sido para un novato como yo los Dos Días de Escocia Pre-65. No quisiera de ninguna de las maneras que alguno de vosotros interpretara mi escrito como un "compendio" de ceros, nada más lejos de mi intención. En los Pre-65 cualquiera de vosotros puede hacer y hará, si tiene la suerte de poder ir, un montón de zonas sin poner un solo pié.

   Únicamente he intentado transmitir de la forma más directa posible un montón de "sensaciones" que se han acumulado en seis maravillosos días de viaje, compañerismo y trial. Quienes os digan que Escocia es especial, mágica y que aquí se ve todo desde una óptica diferente, especialmente en los Pre-65, tienen toda la razón, y es que por algo cuentan los más viejos que entre estas montañas, en medio de los páramos, nació el mejor deporte del mundo, el TRIAL.

   Clasificación final

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