Dos Días de Cabrianes 2011, recuperando el espíritu clásico "Trial a la antigua" era el slogan de este año para la décimo quinta edición de los 2 Días de Cabrianes, segundo año consecutivo en que este trial se limitaba a las motos fabricadas en 1972 y anteriores. Desde que retornaron los 2 Días de Cabrianes el año pasado el cambio de rumbo de este trial ha echo que de un vuelco ofreciéndonos un trial muy distinto a lo que estábamos acostumbrados y también tratando de transmitirnos una filosofía diferente de lo que deberían ser los triales de clásicas, al menos algunos de ellos. La evolución es quizás una palabra que no tiene sentido cuando de lo que estamos hablando es precisamente de trial de clásicas, y cuando de lo que se trata es de rememorar las épocas anteriores que dieron origen al trial en España, a finales de los 60 y durante la década de los 70. Pero la "evolución" ha infectado incluso al trial de clásicas, haciendo que este siga tendencias que quizás no son del todo saludables o al menos que no siguen la idea inicial con la que se iniciaron los primeros triales de clásicas en Europa y se empezaron a restaurar las motos que estaban abandonadas en los garajes.
Toda esta "evolución" fue quizás demasiado rápida cuando en muy poco tiempo los triales de clásicas se convirtieron en un auténtico "boom", con un notable éxito de participación, mucha diversión, buen ambiente, zonas accesibles para todos y mucha ilusión. Pero igual que llegaron todas esas notas positivas apareció la inevitable tendencia hacia la máxima competitividad, igualmente sana siempre y cuando se hiciese dentro de los objetivos e ideas iniciales. Pero como todo en esta vida, cuando no se ponen límites y cuando no hay normas, el ser humano tiende a sobrepasar las "normas no escritas" de lo razonable, y cuando llegan las normas escritas, a buscar los huecos para saltárselas, a veces sin darse cuenta de que con ello podríamos estar desvirtuando el origen de todo esto y hasta cargárnoslo, perjudicándonos a todos. Precisamente esto es lo que está sucediendo en el trial de clásicas, los bonitos ideales iniciales fueron dejándose de lado en favor de otros objetivos, como lograr grandes cuotas de participación u obtener la moto más competitiva de cualquier modo.
A veces incluso se olvidaron esos orígenes, o se contagiaron las nuevas tendencias de aquellos que llegaban de nuevas y sin saber nada de lo que estamos hablando ni importarles lo más mínimo. Su objetivo simplemente era lograr la máxima competitividad fuese o no a los mandos de una moto clásica... sólo tenía que parecerlo. Todo esto llevó a uno de los principales pioneros del trial de clásicas en España, creador del primer trial de clásicas de larga duración, los Dos Días de Cabrianes, a replantearse por completo este trial y cambiarlo totalmente en la edición de 2010, pero esto es algo que ya sabéis. A Jaume Casadesús no le importa tener una participación multitudinaria, ni que su trial sea una gran competición, lo que busca es recuperar ese espíritu originario que llevó a unos pocos aficionados a organizar triales para motos clásicas, como ya se hacía en Inglaterra desde los años 80, y al igual que ellos, con el objetivo de rememorar sus orígenes en el trial y dar vida nuevamente a aquellas maravillosas motos con las que algunos tanto habían disfrutado y otros tanto habían soñado. Los triales de clásicas y las motos clásicas deberían ser casi iguales que en aquella época y no un sucedáneo modernizado.
Aquí da igual el aspecto competitivo, aunque este siga formando parte importante del trial. Las motos debe seguir siendo clásicas, competitivas y preparadas como en la época si se quiere, pero no modernizadas o "tuneadas". Aquí debe reinar el ambiente amigable y sano por encima de la rivalidad. Por eso y mucho más se tomó la iniciativa de limitar los 2 Días de Cabrianes a dos categorías Pre 65 y Up to 72 (pre 72 incluyendo las fabricadas en 1972) con 2 niveles de zona (amarillo y verde) y con grupos de pilotos acompañados de un par de jueces de zona que realizarán juntos cada zona. Este cambio tan radical no fue comprendido por muchos, tampoco se esperaba que fuese así, pero estas dos ediciones han servido para que muchos hayan reencontrado ese origen del trial de clásicas o lo hayan comprendido. Quizás es el momento de transmitirlo a más gente o de ampliar este nuevo rumbo, y por ello Jaume Casadesús ya está planteándose si abrir el trial a motos Pre 77.
Lo que es indudable es que aunque las inscripciones en estas dos ediciones hayan sido mucho menos numerosas que en la etapa anterior, rondando los 50 ó 60 participantes, todos ellos finalizan encantados y siguen siendo fieles a este trial, incluso algunos de ellos únicamente participan en esta prueba durante todo el año. Pero no todo el mundo tiene una moto Pre 72 en casa y aún así comparten las ideas y la forma de ver el trial de clásicas con los fieles a Cabrianes y con los orígenes del trial clásico. Todos ellos seguro que están deseando poder volver a Cabrianes próximamente, quizás cuando consigan una nueva moto o quizás antes de lo previsto si Jaume se decide a abrir el trial a Pre 77. Lo que sí está claro es que si se da este paso, tendrá que ser en estas condiciones, con un auténtico trial de clásicas, con motos clásicas y con preparaciones clásicas, para vivir un trial como los de la época y bajo ningún concepto un sucedáneo modernizado.
Con objetivos muy parecidos cuenta la Challenge Pre 65, para la que este trial suponía la sexta y séptima pruebas puntuables, y que trata de potenciar el interés y conocimiento de las motos de trial fabricadas antes de 1965, aquellas con las que los británicos fueron moldeando los orígenes de este deporte y que son las más numerosas y veneradas en los triales de clásicas celebrados no sólo en el Reino Unido sino en gran parte de Europa. Tras esta introducción en la que trato de explicar lo que significa Cabrianes y el porqué de las dos últimas ediciones, os dejo con la crónica de esta edición escrita por Hug Alemany, haciendo especial incapié en la citada Challenge. Dos Días de "Trial a la antigua" Medio año después de haberse estrenado por San Isidro, la Challenge Pre 65 de trial clásico, volvía, por Todos los Santos, a uno de los lugares con más tradición del trial clásico del país: Cabrianes.
Hace una década y media que esta pequeña localidad catalana celebra una de las pruebas mejor organizadas del calendario internacional de trial de clásicas del continente, una competición de dos días que en sus últimas ocasiones ha sido reservada a las motos más antiguas donde, aparte de las pre 65 que participan paralelamente en la Challenge, también se permite las máquinas construidas hasta el año 1972 incluído. El sábado, el primero de los dos días, hacía sol por muy poco, ya que las nubes que se iban de la fuerte lluvia de los días anteriores se confundían con las que llegarían para volver a llover pasado el fin de semana. Eso si, la arcilla del Bagès la encontramos mojada, tan divertida y a ratos tan cabrona como nos había recibido unos meses antes en primavera. Nada menos que 30 zonas -todas diferentes y perfectamente marcadas en dos niveles de dificultad- nos esperaban este primer día, que a lomos de estos trastos viejos hicieron imaginar a más de uno como debe ser el cansancio de un sexto día de Escocia.
De hecho, algunos pilotos (el trial se hacía en modalidad de grupos) llegaron al parque cerrado al anochecer, aunque el reloj se retrasaba -para acortar las tardes- la madrugada siguiente. Pasar la última tarde larga de otoño haciendo zonas es un plan fantástico si te gusta este deporte; comentarlo a posteriori con los colegas en la mesa con un delicioso plato de macarrones, es aún mejor. En Cabrianes los pilotos comen todos juntos una vez terminada la jornada. ¡Brutal! A nivel deportivo y en cuanto a la Challenge Pre '65, la primera jornada se concretó con una victoria de Joan Figols y su Bultaco 200 con 8 pies seguido por Pepe Buixó (BSA) con 12 y Joan Rovira (BSA) con 15. En cuanto a amarillos, destacar la contundente victoria de Xavier Miravet y su James que marcaban sólo cinco pies en las treinta zonas del sábado, seguido por Ramón Palau y Soler (BSA) con 16 y Hug Alemany (Bultaco) con 26.
En la categoría Up to 72, Alver Bertrán se colocaba líder el sábado con 12 pies sobre su Ossa MAR, seguido de Miquel Cirera y su Montesa Cota 247 con 15 y de Ricard Monge con 18 (Bultaco) en el nivel verde. En amarillos el italiano Luciano Lentini se destacaba al marcar sólo 18 puntos, dejando algo distanciado a Alfredo Molina (BSA) con 26, mientras con un punto más estaban Luciano Molteni (Triumph) y Toni Buxadé (Bultaco). El segundo día, domingo, estaba todo un poco más seco, se empezaba antes, la mecánica de grupos estaba más rodada y las zonas ya eran conocidas, así que a pesar del cansancio encima del día anterior y la "pájara" del cambio la hora, de lo que se trataba el segundo día era de afinar. ¡Y así fue! Tanto, que Joan Rovira y su BSA cerraban el recorrido de 20 zonas verdes con la marca de 0 pies, y se llevaba los 20 puntos del domingo en verdes, seguido por el Àngel Magrinyà (BSA) con 3 pies y Joan Figols (Bultaco) tercero con 4.
En amarillos, Cesar Vallvé y Hug Alemany puntuaban 4 pies con las respectivas Bultacos Sherpa "Sammy Miller" y Ramón Palau y Xavi Miravet hacían 5, teniendo en cuenta, en esta categoría, la peculiaridad de la zona de la Mina, en la que los amarillos, si la hacían, restaban pies en lugar de sumarlos. En las categorías Pre 72, Miquel Cirera se imponía claramente en esta jornada en el nivel verde, al sumar sólo 3 puntos, aunque su amigo montesista Pim Terricabras se quedaba sólo a uno. Con 8 puntos terminaba la jornada el de Ossa Alvar Bertrán. Y en amarillos de nuevo Lentini firmaba el mejor resultado con 6 puntos, Miquel Aguadé marcaba 8 y Luciano Molteni 10. Durante la sobremesa de la deliciosa paella que había para comer el domingo después del trial, se hizo la entrega de premios de las pre 65 y de las pre 72. Los podios de los dos días de Cabrianes fueron los siguientes:
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PRE65 Amarillo: 1.Xavier Miravet (James) 2.Ramón Palau Soler (BSA) 3.Hug
Alemany (Bultaco) Hubo también un par de premios especiales, entre los que destacó un reconocimiento a José Luis Rodríguez por su larga trayectoria. Una jornada que "El Puma" redondeó firmando otra espectacular tarjeta con 0 pies en categoría amarillos Pre72. Como dice él mismo: "de gatos hay muchos, pero de pumas sólo hay uno."
El trial de Cabrianes es sin duda un trial especial. Pero no lo es por las motos antiguas que participan. Ni por los parajes y las zonas fantásticas de su recorrido. Tampoco porque esté montado en grupos de siete corredores (más un control) en lugar de que haya controles en cada zona, ni porque potencie el trial en grupo por encima del trial competitivo, ni el ir tranquilo sobre las prisas y colas. Tampoco es especial o diferente sólo porque esté incluida la comida en lugar del desayuno, ni porque la placa del dorsal de la moto sea metálica y lleve grabado el nombre del corredor, ni porque te regalen una foto tuya y de tu grupo de recuerdo. Ni siquiera lo es por el excelente diseño de sus dorsales, petos, trofeos, camisetas, y un largo etcétera. El trial de Cabrianes es especial porque la gente que lo organiza es especial y porque tiene tanto cuidado de cada detalle como si lo montaran para ir a correr ellos mismos y sus amigos.
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