Desde hace un tiempo en el mundo del trial se está hablando más que nunca de dos palabras "Non Stop", no sólo en nuestro país sino en otros muchos, como posible reglamento para tratar de mejorar la actual crisis deportiva que desde hace ya años viene padeciendo el mundo del trial a todos sus niveles. A ello dedicamos este reportaje dividido en tres partes, primero analizaremos la situación de crisis que vive el trial actualmente y después hablaremos del Non Stop con uno de sus mejores conocedores en el mundo, John Moffat, delegado de trial de la SACU (Scottish Auto Cycle Union). En la tercera parte hablaremos con el delegado de trial de la Federación Británica (ACU) John Collins. Antes de hablar con los dos John, nos tenemos que preguntar algo. ¿Porqué se habla tanto del Non Stop últimamente? Triales internacionales de gran prestigio como los Scottish Six Days Trial o este año los 3 Días Trial Santigosa han optado por volver a este reglamento y el último en unirse será los 2 Días de Arinsal. En el foro de Todotrial hay ríos de tinta sobre esta temática, y también en otros países. Incluso algunos pilotos de renombre han declarado en los últimos tiempos que apoyarían un retorno a un sistema Non Stop o Dynamic Trial, como Dougie Lampkin, Takahisa Fujinami, Diego Bosis, Amós Bilbao, Malcolm Rathmell, Thierry Michaud, Mick Andrews... Evidentemente tratamos el tema del Non Stop analizándolo como posible solución a una parte del problema, pero sabiendo que hay otros muchos temas a solucionar. Veamos primero los antecedentes que nos llevan a formular esta pregunta... Crisis global en el trial Que el mundo del trial está en grave crisis es algo que nadie puede discutir, viene sucediendo desde hace muchos años a nivel global, independientemente de las restricciones legales de cada país, y se deja notar a todos los niveles. El mercado del trial mueve mucho menos volumen de negocio que en los años 80, cada vez hay menos tiendas dedicadas al trial, las pocas marcas que subsisten venden muchas menos motos y tienen que hacer importantes recortes en sus presupuestos de competición.
Esto hace que a nivel de la élite deportiva, el mundial de trial, sean cada vez menos los pilotos oficiales que pueden vivir del trial y lo que es peor, que el resto permanece muy alejado de ellos y a duras penas pueden plantarles cara, ya no sólo deportivamente sino a nivel de estructura y equipo. Esto se traduce en la menor participación de la historia en la máxima categoría del Mundial de trial. La menor participación conlleva que los pocos pilotos que hay en la élite representen a sólo cuatro países, lo que a su vez conlleva el poco interés mediatico por este deporte, ya no sólo en el resto de países sino incluso en esos cuatro. Esto conlleva a su vez una gran escasez de sponsors en el mundial de trial, ya sea para organizadores, equipos o pilotos. Un círculo vicioso cada vez más grave y preocupante. Esto a nivel de la élite, pero a nivel de base es aún peor... Apenas hay nuevos aficionados a este deporte, la edad media de los practicantes es demasiado elevada y parece no existir un relevo generacional lo suficientemente fuerte. En este sentido las categorías inferiores en el mundial o europeo están mejor nutridas, pero los jóvenes antes o después acaban abandonando este deporte desmotivados por muy diversos factores. Los triales para niños son cada vez más escasos y tienen menos inscritos, pero lo que es peor, en los triales regionales apenas hay unos pocos pilotos veinteañeros, la mayoría de ellos son practicantes del trial porque han sido inculcados por sus padres, también trialeros, lo que hace que sean sólo unos pocos privilegiados. Ya apenas hay nuevos aficionados que por sí mismos se interesen por el trial, que se sientan atraidos por la belleza de este deporte y decidan practicarlo. Por suerte últimamente hay un pequeño aumento gracias a los que proceden del enduro, que han visto en el trial una manera de mejorar su técnica endurera al ver los éxitos de expilotos de trial ya semi-retirados, como Jarvis o Lampkin o de jóvenes que, como antes comentábamos, no han podido dedicarse al trial por falta de apoyo pese a ser su pasión, como Taddy Blazusiak o Mario Román. El caso español, aún peor
Con todo esto encima, el caso español es aún peor, ya que tenemos que añadir unas leyes absurdas que tratan a los deportistas como delincuentes, y además montones de trabas administrativas para poder legalizar áreas de trial como existen en Francia, Italia, Japón y muchos otros paíse. Por no hablar de los problemas burocráticos muchas veces por motivos estrictamente políticos, que dificultan la organización de competiciones. Por suerte esto no es siempre así y aún hay regiones en las que no hay tantos problemas, o lugares como Catalunya donde se está trabajando por mejorar la situación. En España al menos se ha tenido la valentía de intentar probar una solución tan radical como polémica, el reglamento Openfree, al menos para resucitar un Campeonato de España que estaba muy deteriorado y en el que había gran escasez de participantes. En líneas generales no se ha logrado lo esperado y todo apunta a que tras dos temporadas el Openfree sea abandonado, quedando como una anécdota. Al menos se intentó. Lo que sí es cierto es que de toda experiencia se aprende, y con el Openfree se han logrado algunas cosas. Por un lado mejorar la participación en el Campeonato de España, aunque haya sido sólo un poco y más que nada como curiosidad inicial por probarlo. Por otro lado y más importante, para que muchos se den cuenta de que, efectivamente, la gente demandaba un cambio para hacer el trial más accesible y menos aburrido. Lamentablemente las zonas han seguido mostrando un trazado prácticamente igual, y aunque cada uno pudiera escoger los colores de los obstáculos a superar, el marcaje en sí de las zonas no ha sido apenas atractivo para la mayoría.
Esto se demuestra porque apenas ha habido participantes en la categoría con más aficionados en el país, la de veteranos, que por el contrario llenan las listas de inscritos en el caso de triales de larga duración, por poner un ejemplo. Cierto que un Campeonato de España, debe ser el máximo en cuanto a nivel, pero si el objetivo era acercarlo a una participación mayor en todos los sentidos, no se ha logrado. Muchos son los inconvenientes del Openfree y entre ellos la complejidad para entenderlo tanto por el público (el gran olvidado siempre) como por los propios aficionados. El trial ha de ser un deporte, como todos los de éxito, sencillo y fácil de comprender. Definitivamente el Openfree ha fracasado. Se necesitan aficionados, elejir el trial como deporte Pero volviendo al ámbito global, está claro que el éxito de un deporte se mide por el número de practicantes, independientemente de si se federan o no, de si participan en competiciones o no, y este número sólo puede ser saludable si hay motivos suficientes como para que los jóvenes o no tan jóvenes, opten por el trial como deporte a practicar por su propio interés y atractivo, de modo que no quede limitado a una minoría que lo adopta por "herencia". En este sentido cabe preguntarse el por qué el trial no es una opción elegida por más personas, cuando reune condiciones suficientes para tener éxito: es el deporte del motor más económico y menos peligroso, es muy completo para mantenerse físicamente, a la vez no es tan exigente como otros y se puede practicar en un amplísimo rango de edades, se disfruta de manera individual o colectiva, exalta la convivencia y el respeto por la naturaleza, ofrece emoción y adrenalina sin tener que acudir al riesgo de la velocidad, requiere más técnica que fuerza siendo por tanto muy accesible para hombres y mujeres, aporta grandes satisfacciones al evolucionar técnicamente, se puede dar el salto a la competición en pruebas regionales fácilmente. Todo esto es así, el hecho de que casi todo el que lo prueba se engancha, lo certifica...
Entonces, ¿que es lo que falla? Echando la vista atrás, analizando cada época de la historia del trial y su entorno, acudiendo a la experiencia de los más expertos y comparando los cambios que se han ido sucediendo, podemos averiguar muchas cosas. Una de ellas es que quizás el trial ha perdido gran parte de su atractivo desde el momento en que se ha especializado demasiado técnicamente, haciéndose cada vez menos accesible e interesante a los ojos del profano, aquel al que nunca prestamos atención y que realmente es el más importante como potencial "cliente" o practicante del trial. Evolución e involución El trial ha ganado muchos enteros como espectáculo, como evento de interés para presenciar a los mejores del mundo superando obstáculos impresionantes y realizando acrobacias espectaculares. Pero mientras el interés como espectáculo ha ido aumentando, el interés como deporte ha ido disminuyendo, ya que ese deporte ya no se ve como tal sino como espectáculo sólo al alcance de unos pocos virtuosos y por tanto lo que suscita es admiración por esos figuras del trial, pero no interés por el deporte en sí como para sentirse atraido hasta el punto de interesarse en practicarlo. Tan sólo mantienen esta ilusión unos pocos afortunados que lo practican desde niños, en su mayoría de manera hereditaria. Quizás es el momento de separar aún más el camino entre trial como espectáculo y trial como deporte capaz de atraer nuevos practicantes, entre el espectáculo indoor y el trial natural de toda la vida, el originario y el que al final es quien mueve el mercado del trial. Por otro lado la excesiva tecnificación del trial no ha traido sólo ventajas, también algunos inconvenientes importantes, como es el ralentizar la emoción del trial a causa de cada vez más paradas en las zonas. Cuando el trial cambió y pasó a ser más estático, con paradas y cambios laterales, no se le dio importancia ya que eran evoluciones de la técnica que se aplicaban ocasionalmente en determinados obstáculos. Tan lógico como admirable.
Estas técnicas fueron evolucionando cada vez más, lo que no es malo, el problema es que esta "ocasionalidad" se fue tornando en "habitualidad" y lo que antes era una maniobra ocasional fue convirtiéndose en la técnica indispensable a utilizar ya no ante algunos obstáculos concretos de un trial sino prácticamente ante todos y cada uno de los obstáculos, lo que llevó a modificar totalmente el estilo de marcaje de las zonas y por tanto el deporte en sí, al menos al nivel de la élite, en el mundial, el certamen con mayor poder de convocatoria y cuyo objetivo en teoría es la promoción de este deporte entre la multitud, algo que quizás ha quedado en el olvido. Después esto se trasladó a niveles inferiores, y vivimos los peores años en la belleza de este deporte en la época en la que un piloto se podía parar en una zona veinte veces y tardar en terminarlas demasiados minutos. El trial había pasado de ser un deporte dinámico y atractivo a un deporte muy lento, aburrido y demasiado técnico, lo que conllevaba el cada vez menor interés del público por practicarlo. Aquí comenzó el declive del trial y del número de sus practicantes. La historia lo demuestra y son muchos los números de los que se pueden sacar conclusiones, como fábricas de motos, ventas, nuevos aficionados... Una situación insostenible que dio paso a una normativa no suficientemente pensada, que penalizaba las paradas con un punto, dando lugar a una época en que los jueces de zona se volvían locos para aplicar el reglamento mientras los pilotos apuraban al máximo intentando afrontar obstáculos para los que muchas veces era necesario parar y/o colocar sus motos, ya que el reglamento había cambiado pero las zonas se seguían marcando prácticamente como antes. Por suerte esto cambió y se establecieron los límites de tiempo en zona, de manera que el trial no fuese tan lento y aburrido, pero a la vez se perjudicaba a los pilotos con menos recursos y menor técnica, ampliándose aún más la diferencia entre los de arriba y el resto. Pese a la mejora visual y estética del trial con los límites de tiempo, sigue teniendo en el público profano, una percepción de deporte demasiado estático y técnico, de deporte muy difícil y quizás también aburrido, por tanto de poco interés para practicar. Esta ha sido la nota característica del deporte al menos en la última década, lo que ha motivado la caída de ventas y la envejecida pirámide de edad. Por tanto una evolución descontrolada de la técnica y sobretodo del marcaje de las zonas, ha provocado una involución en el deporte en sí, llevándolo a su actual crisis global. Casos de éxito
A veces tenemos soluciones interesantes a la vuelta de la esquina y no somos capaces de verlas porque nos cerramos en banda a lo que tenemos o no queremos ver más allá. Un ejemplo significativo es el de los triales de clásicas, que a pesar de todo esto están en claro auge en España y en aumento. ¿Tantos aficionados hay por lo retro? No, es mucho más sencillo, la gente quiere practicar trial accesible, y el trial clásico proporciona lo que busca mucha gente... El éxito de los triales de clásicas no se basa en que haya muchos nostálgicos, ni mucho menos, sino en que hay muchos que ven más atractivo e interesante este tipo de trial y este tipo de zonas, con independencia de las motos con las que se practica. Se distingue cláramente entre los verdaderos apasionados de las motos clásicas y el resto, ya que los primeros tratan de llevar sus motos impecablemente restauradas, estéticamente lo más originales posible y muchos hasta prefieren participar con las motos más antiguas antes que con las modernas. Por otro lado están los que buscan la moto más moderna posible y la modifican o "tunean" al máximo dándoles un aspecto de total modernidad que los anteriores pueden ver como un "sacrilegio", aunque por suerte impera el respeto mutuo. Pero hay más, los que llegan al trial de clásicas animados por su accesibilidad, personas de muy diferentes edades que llegan por primera vez al mundillo del trial clásico y se atreven a introducirse en la competición animados por su atractivo y por las zonas sencillas en el nivel inferior. El trial de clásico no hubiese sido exitoso en el caso de que las zonas hubiesen sido marcadas basándose en las técnicas de la parada y los cambios constantes. Su principal éxito radica en unas zonas que se pueden realizar sin parar, y con ello atrayendo la atención de muchos trialeros de siempre o nuevos.
Las zonas en el nivel inferior son muy accesibles, pero en un trial de clásicas también hay zonas difíciles en los niveles superiores, aunque el máximo nivel o Master desapareció al complicarse demasiado y hacerse sólo accesible a un puñado de pilotos. El reglamento no es Non Stop, se puede parar pero no se permiten los movimientos laterales, que se puntúan como fiasco. Podemos afirmar que el trial de clásicas ha contribuido bastante a la aparición de nuevos aficionados en el mundo del trial, al retorno de otros que ya lo habían dejado y al aumento de licencias federativas. Asímismo si hubiese más triales con este tipo de concepto pero para modernas, seguramente aumentaría la participación. Dentro de los siempre exitosos triales de larga duración encontramos un caso excepcional y de gran importancia, sobretodo por tratarse del trial más famoso y antiguo del mundo, los SSDT. Su importancia viene motivada principalmente por el poder mediático que conlleva, apareciendo en numerosa prensa, radio y televisión británica, revistas especializadas de todo el mundo, seguimiento masivo a través de internet y gran seguimiento de público, superior al de una prueba del mundial, además del notable éxito de participación. Además los SSDT comportan un importantísimo volumen de negocio turístico en la región durante esa semana, siendo por tanto un evento auspiciado por las entidades locales y los organismos de Turismo en Escocia.
También los SSDT tienen gran importancia en la historia del trial, ya que fueron el origen de este deporte y el reflejo de su evolución. De hecho antes ganar los SSDT era para las marcas tan importante como ganar el mundial. Pero los SSDT tuvieron un momento de crisis importante coincidiendo con la eclosión de la etapa antes comentada de las constantes paradas en las zonas... Esto llevó al desinterés y el declive, llegando al borde de la desaparición, pero todo dio un cambio radical a partir de que se introdujo de nuevo el sistema Non Stop. ¿Casualidad? Probablemente no, pero de ello nos hablará más adelante John Moffatt. El caso es que el ejemplo de los SSDT y su actual éxito, ha sido determinante a la hora de que otros organizadores hayan decidido seguir sus pasos. Eso es lo que hizo este año el Moto Club Abadesses con los 3 Días Trial Santigosa en la celebración de su 40 edición, implantando el sistema Non Stop y además también un sólo nivel de zonas. El resultado fue un éxito, aunque con detalles a mejorar de cara a próximas ediciones. Ahora otra prueba multitudinaria se une al Non Stop, los 2 Días de Arinsal, en Andorra, aunque en este caso manteniendo los tres niveles de dificultad habituales. ¿Estamos ante un cambio que tiende hacia el Non Stop tratando de recuperar el éxito del trial? Viajando por el mundo, comparando con lo que hacen en otros países, descubrimos más cosas como las que os contamos a continuación, en la segunda parte de este reportaje. Resulta que en Escocia, el trial pasó de sus peores momentos a un gran auje en la actualidad. ¿Como lo han hecho? De la manera más sencilla, volviendo al reglamento originario del trial, también implantando el Non Stop... ¿Pero por qué ha funcionado? Lo veremos en la segunda parte del reportaje, la entrevista con John Moffatt, delegado de trial de la SACU (Scottish Auto Cycle Union), es decir, la Federación de Motociclismo de Escocia. Parte
2: entrevista con John Moffat |