G.P. de Europa
13, 14 de septiembre, 2003
9ª de 9
La Cabrera Valdemanco
  Texto y fotos: H. San Martín

Primer día, Lampkin asegura el título, Raga vence

Lampkin optaba a su s´ptimo título mundial consecutivo

   El Gran Premio de Europa llegaba de nuevo a España, y además se presentaba como el más interesante de la temporada por el duelo entre Lampkin y Fujinami para hacerse con el título mundial. Fujinami pinchaba el sábado por culpa de los nervios y Lampkin aprovechaba para dejar prácticamente sentenciado el título en el trial más duro de la temporada.

Se acabaron las vacaciones

   Tras el descanso veraniego el Mundial de Trial se volvía aponer en marcha más tarde de lo previsto, a causa de la suspensión de la prueba que se debía haber celebrado en la República Checa los días 6 y 7 de septiembre, con lo que el mundial quedaba reducido a 9 Grandes Premios de dos jornadas cada uno, como viene siendo habitual en los últimos años.

   La gran cita al estilo Gran Premio de Japón que estaba prevista celebrarse con las infraestructuras del Circuito del Jarama tampoco se podía llevar a cabo por diversos intereses políticos, por lo que al final el escenario escogido para este Gran Premio de Japón eran las localidades madrileñas de La Cabrera y Valdemanco, ya conocidas en los ambientes trialeros del Campeonato de España.

   El fin de fiesta se preveía a lo grande, con la atención centrada en la apretada lucha por el título mundial entre el británico de Montesa HRC Dougie Lampkin y su compañero de equipo el japonés Takahisha Fujinami. Pero a Madrid llegaba Lampkin con las cosas a su favor, y con una ventaja de 6 puntos que le daban una comodidad extra, y es que pese a contar con menos victorias que el japonés (4 frente a 6) sigue siendo el piloto más regular y sólo se ha bajado del podio en la primera jornada del Gran Premio de Alemania. Además este título de Lampkin sería muy especial, el séptimo, igualando por tanto el record histórico que ostenta Jordi Tarrés.

Dougie y Martin Lampkin paseando por el padock

   Para otros más que el fin de fiesta se trataba del fin de la pesadilla, y es que este ha sido el año más polémico del mundial, a causa de la grave sanción impuesta a la mayoría de los pilotos españoles por la Federación Española tras el famoso plante de Mancha Real. Esto supuso la no participación en el Gran Premio de Luxemburgo, en el que pilotos como Raga, Cabestany, Colomer, Manzano, Fajardo, Bou o Alcaraz se tuvieron que conformar con mirar los toros desde la barrera. Con toda opción al título perdida ya nada podían hacer, y marcas como Gas Gas o Beta decidían no acudir a la cita de Japón. Todo estuvo muy revuelto durante una temporada pero finalmente se resolvió amistosamente y la sanción fue retirada. Al final sólo quedaba esperar a una nueva temporada y acabar lo mejor posible la presente, por lo que la cita de Madrid sería un buen indicativo para el futuro.

   Con este panorama sólo Marc Freixa quedaba con opciones al título, y encuadrado en su nuevo equipo Montesa aprovechaba para realizar una magnífica temporada que le consolidaba en el tercer puesto final tras lograr tres victorias, tres segundos puestos y dos terceros.


La mayoría de las zonas estaban en Valdemanco, predominando la roca granítica de gran adherencia

El trial más duro del año

Las zonas fueron muy complicadas y exigentes

   La última cita de la temporada sería también la más dura y difícil de las celebradas hasta el momento. Los Motoclubes Sotobike y Valdemanco eran los encargados de la organización y marcaje de las zonas, junto con la FMM y Octagon Esedos. El característico terreno de La Cabrera y Valdemanco, repleto de rocas graníticas de gran adherencia, propiciaba un trial con zonas realmente espectaculares pero también difíciles.

   Fuertes escalones, algunos de ellos dobles o triples, impresionantes saltos de una piedra a otra, increibles subidas interminables que parecían más escalada que trial, y un sinfín de pasos que ponían los pelos de punta o causaban gritos de admiración entre el público. Este quedaba sorprendido y admirado por la gran belleza de este deporte, su espectacularidad, las posibilidades de las motos y el grandísimo nivel de los pilotos participantes. Además todos los asistentes podían comprobar que el paso de las motos no causaba ningún daño, erosión ni deterioro a la naturaleza, y es que sería ridículo que alguien se quejase del paso de las motos siendo la cantería una de las principales industrias de la zona.

   Pero las zonas del G.P. de Europa fueron además de espectaculares muy difíciles, exigentes y además largas, algunas de ellas casi imposibles de terminar en el minuto y medio reglamentario, por lo que muchos fueron los cincos marcados por este motivo.

Impresionantes subidas de piedra...
... fuertes saltos y "trancos" escalando por las montañas de Valdemanco...
... y muchos fiascos se vieron en este trial

   Marcar un cero no era fácil, se vieron muy pocos, los fiascos eran mucho más abundantes, además no había zonas más sencillas que sirviesen para tomar un pequeño respiro a los pilotos. El nivel del trial fue demasiado alto, y quizás demasiadas las zonas "selectivas" lo que causaba una selección entre los pilotos de primera fila y el resto, pero no "selecciones" o puntos donde marcar diferencias entre estos últimos.

   Además a la exigencia de las zonas se unía el fuerte calor y un sol que pegaba cada vez más a medida que pasaban las horas, llegando casi a los 40 grados. Tampoco ayudaba la interzona, que constaba de algo más de 12 kilómetros, ya que se salía de La Cabrera, donde estaba la primera zona y se llegaba por caminos a Valdemanco, donde estaba el grueso del recorrido, para después volver a La Cabrera donde se encontraban las tres últimas, siendo la 14 y la 15 de tipo indoor. El terreno totalmente seco y polvoriento hacía que pilotos y mochileros llegasen exhaustos y llenos de polvo.

   Algunos pilotos de nivel, como Jordi Pascuet, optaban por picarse numerosas zonas al ver que la mayoría hacía fiasco en algún paso o por tiempo, y así evitaba penalizar por tiempo. Y todos, incluidos pilotos como Lampkin, Fujinami, Freixa, Colomer, etc, mostraban signos de evidente cansancio en las últimas zonas de la primera jornada. Sin duda el Gran Premio de Europa ha sido el más duro de la temporada.

En el Centro Comarcal estaban las oficinas de carrera

El recorrido

   El Gran Premio de Europa tenía la peculiaridad de celebrarse en dos municipios de la sierra norte madrileña separados por una distancia en torno a los 6 kilómetros. El grueso de las zonas se situaba en Valdemanco pero la sede central era en La Cabrera. Así en esta última población se encontraban las oficinas de carrera, puesto de información, sala de prensa, dirección de carrera, verificaciones técnicas y administrativas e incluso la exposición de motos clásicas de la que ya os hablamos en el previo y en Todotrial Clásico y de la que os ofreceremos un reportaje en Todotrial Clásico. Todo ello estaba centralizado en el mismo edificio, el Centro Comarcal de Humanidades.

El paddock estaba en la calle principal de La Cabrera

   En la calle principal de La Cabrera, se situaba el paddock, siendo éste uno de los más correctos de todo el año, al estar en asfalto y disponer de los habituales servicios de agua y luz, estando además vallado y vigilado, cerrándose por la noche. En general la organización fue bastante buena, y el ambiente que se vivía, sobretodo en el paddock, era excepcional.

   Los camiones de los equipos oficiales se disponían en la parte más cercana a las oficinas, y más alejados quedaban los motorhomes y carabanas de los pilotos, conformando un paddock realmente largo.

   Junto a éste un patio de tierra acogía la pista de pruebas de Motos Difrenos, en la que los niños y mayores pudieron probar quads en el circuito creado para la ocasión, que también estaba adornado por las pancartas de Todotrial, con lo cual tenemos que dar nuestro máximo agradecimiento a la gente de Difrenos.


La Cabrera era la sede central de este Gran Premio de Europa

Las zonas indoor y la rampa de salida estaban junto al paddock

   También junto al paddock y el Centro Comarcal de Humanidades estaba el camión de la organización, con la rampa de salida, el panel de clasificaciones, el podio, y junto a este las dos últimas zonas de tipo indoor, que contaban con gradas para público y una zona Vip con su correspondiente bar. En la parte final del paddock se encontraba la zona uno, por lo que tres de las secciones estaban en el mismo casco urbano de La Cabrera.

   Así el recorrido se dividía en tres grandes grupos, las zonas de la Cabrera: la primera y las dos últimas situadas junto al paddock, y la 13 a un kilómetro de éste, las de "la cantera" en la carretera que une Cabanillas con Valdemanco (zonas 2 a 4) y Valdemanco donde estaban las zonas 5 a 12. La mayoría de ellas estaban pensadas para que el público tuviera un buen acceso, contando con aparcamientos libres cercanos, por lo que seguir el trial en coche o en moto de carretera se hacía incluso más cómodo que seguirlo en moto de trial. Por eso muchos optaron por dejar la trialera en casa y acudir a pie, con la grata sorpresa de que el recorrido se podía seguir a la perfección, y aunque había que andar y tomar el coche para enlazar los diversos grupos, después las zonas se podían ver cómodamente.

En Valdemanco estaban el grueso de las zonas

   Destacaban especialmente las zonas de Valdemanco, pues situadas en las rocosas laderas de las montañas, muchas podían ser vistas desde abajo como si de una pantalla de cine gigante se tratase, a lo que también ayudaba el sistema de megafonía en el que se comentaban las incidencias de algunas zonas.

   El punto negativo fueron algunas restricciones a la hora de seguir el recorrido en moto por la interzona para quienes no iban acreditados, y algunas amenazas de denuncia a seguidores por parte de algunos agentes forestales, que sólo quedaron en toques de atención.

    Pero pasemos ya a ver lo que pasó en la competición y las peculiaridades de cada una de las zonas...

     Continuación... zona a zona, primera vuelta