En los capítulos de historia del Trial hemos hablado de pilotos que hicieron historia y se convirtieron en leyendas del trial, pero quizás el primero de todo de ellos fue Sammy Miller. Sammy Miller no tiene el título de Campeón del Mundo, pero esto no significa que no sea un gran campeón, sino todo lo contrario, es considerado uno de los más grandes e importantes pilotos de la historia del trial. De hecho el que no ostente ningún título mundial se debe a una sencilla razón, en su época aún no existía el Mundial... Sin embargo su palmarés es probablemente uno de los más importantes de la historia, pues en él constan más de 1150 victorias, un record al que no se pueden acercar ni Jordi Tarrés ni Dougie Lampkin. Samuel Hamilton Miller nació en Belfast, Irlanda, el 11 de noviembre de 1933 en la Avenida Inver. Es el menor de 3 hermanos, el mayor Helder, es padre de la Iglesia en Canadá, y su hermana Mabel aún reside en Irlanda del Norte, casada con un granjero. El padre de Sammy tenía un negocio de pinturas y decoración y era amante del deporte, especialmente de los vinculados con el motor. Tan pronto como Sammy tuvo la edad suficiente, acompañó a su padre a ver numerosas competiciones, tanto de coches como de motos, tanto de velocidad pura como de grass track y de trial. La irrupción de la Segunda Guerra Muncial en 1939 obligó a la familia Miller a trasladarse hasta Templepatrick, un pequeño pueblecito 8 millas al noroeste de Belfast, para así escapar de los bombardeos aéreos. Eran tiempos duros, Sammy tenía seis años e iba caminando a la escuela situada a milla y media, en la que se apiñaban los 100 alumnos en una única aula y con sólo dos profesores. Los fines de semana hacían excursiones en las que la máxima atracción era ver los aviones derribados en los combates aéreos y sacarles algunas piezas.
Entusiasta y virtuoso desde la infancia En esta época tener una bicicleta era casi un lujo, y Sammy tenía la suerte de disfrutar con una, siendo su mayor diversión. Pronto las superficies resbaladizas, el barro, o los saltos eran cosas que él dominaba más facilmente que los otros chicos. Pero no todos los recuerdos de la época bélica eran tan buenos, claro está. Especialmente tristes eran los viajes al hogar familiar en Belfast, pues se encontraban una ciudad totalmente destruida y saqueada en la que la gente podía volver y ver que ya no les quedaba nada o su casa se había convertido en un montón de escombros. Alguna vez a Sammy y su familia les pilló de lleno algún bombardeo, teniendo que salir corriendo a refugiarse. Aún en la memoria de Sammy está el recuerdo de las esplosiones y de un bombardero alemán que pasó tan bajo que pudo ver incluso la caras de algunos de sus ocupantes. Tras la guerra los Miller volvieron a Belfast, pero esta vez a una nueva dirección, en la Avenida Thorndale. Muchos chicos se conocieron en este retorno y no tardaron en llegar las carreras de bicis entre ellos, a veces organizadas con 15 chavales participantes y en un recorrido de 2 millas. Incluso había controles en algunos cruces para avisar de posibles peligros por si algún coche o tractor aparecía de repente, ¡desde luego era una organización muy eficiente! Entonces Sammy ya tenía claro que quería ser piloto de carreras de coches. Pero el deporte del motor era muy caro y solo al alcance de los más pudiantes, así que había otra opción más económica, ser piloto de motos, que eran más baratas...
Sammy devoraba revistas sobre todo lo que hiciese referencia a las motos, y pronto contaba con conocimientos casi "enciclopédicos." Pero aún debía esperar a cumplir los 15 y poder sacar la licencia de conducir. Ya entonces recortaba fotos de periódicos, revistas y cajetillas de tabaco, con las historias de los pilotos que eran sus héroes. Aún hoy conserva estos recortes y son unas de sus más preciadas posesiones. Tal era su pasión que una vez con sus dos mejores amigos decidieron ir en autobús a la tienda de motos que tenían dos conocidos pilotos de la época, uno de ellos oficial de Norton, Artie Bell. Al llegar, la conversación de los dos pilotos se interrumpió por la atónita mirada de los tres chavales. Cuando Bell les preguntó si deseaban algo, Sammy preguntó ¿Que es lo que usted considera más importante para el éxito de un piloto de carreras? A lo que Bell contestó "entusiasmo". Una respuesta que en principio decepcionó a Sammy, pero con el paso de los años descubrió su gran significado, y de hecho es utilizada por él mismo en numerosas ocasiones. Primeras motos y primeras carreras El gran día llegó en 1948, cuando Sammy cumplió 15 años y pudo sacar el carnet de conducir motos. Él mismo ahorró lo suficiente para comprar por 10 libras una Francis Barnett 197cc usada de 1929.
Pero el principal escollo sería su madre, que no era precisamente una enamorada de las motos. Aunque a su padre le gustaban, el mero hecho de mencionar la palabra moto ante mamá... podía ser peligroso... Así Sammy tuvo que guardar la moto en casa de su tío, a medio camino entre Belfast y Templepatrick, por lo que cada vez que quería usarla tenía que darse un paseo de 5 millas a buscarla. Aún así era un chico afortunado, pues pocos de su edad podían tener su propia moto. Con ella también tuvo que aprender, por fuerza, a hacer las primeras reparaciones mecánicas. A pesar de ser muy cuidadoso de no caerse para no dar ningún disgusto a su madre, en la mente de Sammy aún estaba la idea de convertirse en piloto de carreras. Con la Francis Barnet poco podía hacer así que decidió cambiarla por una New Imperial 150. Con ella se apuntó en su primera carrera, un grass track (carrera sobre hierba) en Mullusk. Pero su inexperiencia le jugó una mala pasada, y es que las bujías de serie no aguantaron ninguna de las dos mangas de la prueba. Al menos había aprendido una lección para la próxima vez, y llevaría unas bujías apropiadas. Al año siguiente, 1951, en Downpatrick se celebraba otro grass track. El terreno estaba totalmente embarrado y Sammy ganó en la categoría hasta 200cc. A la alegría siguió el terror de tener que llegar a casa diciendo que había participado y ganado en una carrera!!! El grass track estaba bien, pero lo que Sammy quería era competir en pruebas de velocidad. Una curiosa anécdota fue que un profesor de la High School de Belfast, donde estudiaba Sammy entonces se interesó por las ambiciones profesionales de su alumno. Cuando vio que el único objetivo de Sammy eran las motos, le tomó por un loco y un auténtico vago... Por aquel entonces Sammy aún utilizaba la bici para ir al cole, y siempre llegaba tarde a casa porque después de clase se iba con ella a pasar por los más complicados y resbaladizos obstáculos. Incluso a menudo iba a un lugar en el que practicaba los derrapajes sobre un resbaladizo suelo de terrazo. A veces se agrupaban un buen número de chavales como espectadores, entre ellos numerosas chicas, lo que le hacía especial ilusión.
En invierno de 1952 llegó la oportunidad de comprar una Moto Guzzi Airone 250cc de 1937, pero medio desmontada. Esto significaba poder apuntarse en carreras de velocidad con oportunidades de éxito. En estos momentos ya había terminado la escuela y tenía su primer empleo como encargado del diseño en una fábrica de ventanas y vidrieras para iglesias, por lo que tenía algunos ahorrillos con los que pudo comprar la moto, que aún conserva. Tras numerosos problemas y averías consiguió que funcionase tras pedir las piezas directamente a la fábrica por medio de una carta. Su siguiente proyecto era construir su propia moto para correr en triales. Para ello compró una Matchless 250 de 1933 por 3 libras, estaba echa polvo. El motor, que estaba destrozado fue sustituido por un Villiers 8E (2 tiempos 197cc) nuevo, que le costó 32,10 libras, pero claro, el problema era como meter el motor Villiers en el chasis Matchless... Tras muchas pruebas y quebraderos de cabeza, consiguió la ayuda de Bill Spence, un aficionado más experto que él y por fin terminó su SHS "Samuel Hamilton Special". Mamá Miller ya estaba más acostumbrada a ver motos rondando por la casa, así que todo resultaba más fácil. Primeros triales y primeras victorias En aquella época las temporadas de velocidad en carretera y de trial estaban claramente diferenciadas. La de trial comenzaba el 1 de Octubre, con el otoño y la lluvia, para finalizar con la llegada de la primavera, mientras la de velocidad justo comenzaba entonces. De este modo Sammy podía dedicarse a las dos cosas sin complicarse demasiado.
La SHS se mostró muy competitiva en las buenas manos de Sammy, a pesar de su chasis rígido (sin suspensión trasera). La temporada trialera comenzaba con el Shane Trial, Sammy se presentó y ganó el premio en categoría novatos. Poco después en el McCrum Cup Trial, en Wolfhill, sorprendió a todos realizando los mejores pasos por las zonas... nadie podía creer lo que estaba haciendo este novato sobre una moto que él mismo había hecho... por supuesto ganó. En febrero se celebraba uno de los triales más importantes del calendario irlandés, el Hurst Cup Trial. Había estado toda la semana entrenando, y al llegar al trial tanto la moto como él estaban ya demasiado cansados. Realizó los mejores puntos en las zonas pero penalizó mucho por tiempo, así aprendió que para llegar a un trial hay que hacerlo con la moto, la mente y el cuerpo bien preparados. La primera participación de Sammy en los Scottish Six Days Trial, la prueba más importante y famosa del mundo, fue en 1954. Nuestro protagonista siempre había tenido la ilusión de competir en esta prueba, y la SHS estaba funcionando bien, así que ¿porque no? Montó una nueva horquilla telescópica MP y preparó la moto para la prueba siguiendo las recomendaciones que había leido en algunas revistas. Entonces fue sobre su SHS hasta el puerto, donde embarcó destino a Glasgow, atando su equipaje al depósito de gasolina. Al desembarcar fue rodando en la moto hasta Edimburgo, donde se iniciaba la prueba. En aquel entonces lo de ir en coche con remolque o furgón era una sofisticación de los más pudientes.
En aquellos años la primera jornada del SSDT consistía en ir desde Edimburgo hasta Fort Willian, realizando algunas zonas durante el trayecto de 294 kilómetros... Pese a ser a primeros de Mayo, como todos los que han ido a los Scottish saben, el frio y la nieve pueden ser muy duros, y esta edición no fue una excepción. Sammy se había preocupado de preparar muy bien su moto... pero no de sí mismo... Sin ropa de abrigo adecuada iba congelado y llorando de frio, pero aguantó y llegó a Fort William junto al resto de participantes. Tres pilotos permanecían sin penalizar, entre ellos el gran Bill Wilkinson, y otros tres habían marcado 6 puntos. Estos cinco pilotos eran renombrados trialeros expertos, pero entre ellos había un nombre desconocido, un tal S.H. Miller, sobre una moto también desconocida (SHS)... Sammy ganó el trofeo al mejor "newcomer" (novato) al sumar un total de 67 puntos, hasta entonces ningún novato había conseguido una puntuación tan baja, y también entró dentro del "first class award". La SHS también se comportaba de modo excelente en pruebas de grass track durante el verano, con la única modificación de cambiar el carburador. Los éxitos seguían y Sammy ya salía habitualmente en los periódicos como el campeón del Ulster. Pero la SHS ya dejaba notar su edad y Sammy la cambió por una Norman, con la que logró el título de campeón de Irlanda de Grass Track en 250. Cuando se dejaron de hacer carreras sobre hierba, Sammy utilizó la Norman para las carreras sobre arena, y también logró el campeonato, era el inicio de años llenos de contínuos éxitos.
También campeón en velocidad Como ya se ha comentado, la verdadera ilusión de Sammy desde pequeño era participar en competiciones de velocidad en carretera, y como podíamos suponer al ir conociéndole, hasta que no lo consiguió no paró... Su debút en velocidad fue el 19 de Mayo de 1954 con una 7R AJS que acababa de adquirir y que había pertenecido al piloto Charlie Gray. Fue en el Cookstown 100, que marcaba el inicio de la temporada de velocidad, justo después de los Scottish, que finalizaban la temporada de trial. Sammy ya había intentado debutar antes, en el North West 200, pero no le dejaron al no poseer licencia internacional, que sólo podía conseguirse acumulando puntos por éxitos obtenidos en pruebas anteriores. Cookstown 100 no era una prueba internacional, por lo que pudo correr, y además en ella se dieron cita grandes figuras internacionales. Pronto Sammy comenzó a aplicar las técnicas de pilotaje aprendidas ya en la bicicleta, como apurar la frenada en las curvas hasta el último momento.
En estas pruebas de velocidad había una clasificación general, y otra para principiantes en la que se aplicaban handicaps que correspondían a ventajas de tiempo en segundos, así según la moto o la experiencia, hasta un novato podría conseguir un buen resultado en esta clasificación. En esta su primera carrera, a Sammy le dieron un handicap de ventaja de 5 minutos y 30 segundos. Con una velocidad media en la carrera de 118 Km/h, Sammy lograba el segundo puesto, no en la clasificacion con handicaps sino en la total!!! Todos se sorprendieron de lo que había hecho ese chico, cuyo nombre les sonaba haber oído poco antes en alguna parte... Sammy confesó que al enterarse de que le habían dado tanta ventaja en el handicap, quiso demostrar que no lo necesitaba y fue a por la clasificación scratch... ¿Vaya, sería esta especialidad tan facil...? En su siguiente prueba, la Skerries 100, todos se preguntaban si lo de Cookstown había sido una casualidad, pero Sammy volvió a ser segundo, y en ambas clasificaciones, la absoluta (scratch) y la de handicaps, impresionante. En la siguiente carrera su moto perdía aceite que caía sobre la rueda... "no problem" Sammy continuó la carrera pilotando como si estuviese en un speedway... hasta que pasó lo que se temía, una caida, aunque sin más consecuencias que heridas y quemaduras varias por el cuerpo. Lo peor sería volver a casa y que su madre se enterase de su primer accidente de moto... ya que como sabéis, no le gustaban nada las motos. Afortunadamente sus padres no estaban en casa, habían salido de vacaciones, y sus amigos le ayudaron a curarse y en la reparación de la moto.
Todo esto no pasó desapercibido para Terry Hill, dueño del concesionario NSU en Irlanda del Norte, que ofreció a Sammy pilotar con su NSU 250 Sportmax Racer. Demasiado bueno para ser cierto, pero lo era, así que Sammy vendió su AJS y empezó a llevar la NSU, que llegaba directamente del departamento de competición en Alemania. En su primera carrera con ella, Sammy batió el record de pista y finalizó segundo, nada mal para ser su debut con una moto totalmente nueva. La propia fábrica NSU sugirió que Sammy corriese en el Gran Premio de Alemania. Sammy siempre había querido competir en pruebas internacionales por todo el continente, pero nunca había tenido la oportunidad... hasta ahora. Terry le acompañó en el viaje a Alemania, por lo que ambos fueron en el Ford Zephyr de Terry, con el remolque y la moto detrás. La anécdota es que Terry estaba totalmente loco, y conducía de modo que el acelerador del coche sólo tenía dos posiciones, on-off, es decir, o a tope o nada... Sammy, se agarraba en el asiento trasero como podía, mientras oía chirriar los neumáticos en las curvas y veía como el remolque derrapaba asomando por la ventana derecha... o por la izquierda... Esta fue la anécdota de su primera participación internacional, ya que la carrera fue mal a causa de problemas eléctricos. A parte de las carreras con la NSU, Sammy también participaba en otras con una Norton Manx 350 que había comprado tras vender la 7R AJS... y es que iba a todas las que podía.
El Gran Premio de Ulster 1955 será su estreno con licencia internacional y los pilotos más grandes de la época: John Surtees, Hans Muller, Bill Lomas, Dickie Dale, Luigi Taveri, Umberto Masetti, Arthur Wheeler, Cecil Sandford, Hans Haldeman sobre sus máquinas oficiales NSU, MV Agusta, Moto Guzzi, Gilera, etc. Desde la salida Sammy se puso segundo tras Surtees, y así estuvo hasta el final, incluso el campeón del mundo, Lomas, quedó tras él, un resultado sensacional para el ya héroe local. Similares hazañas siguieron en pruebas locales e internacionales, como el Gran Premio de Italia en Monza, el Grand National en Aintree, etc. En 1956 el principal acontecimiento fue participar en la prueba mítica para todo aficionado a la velocidad, el Tourist Trophy en la Isla de Man, en diferentes carreras dentro del TT... pero sería demasiado largo seguir extendiéndonos sobre esta y otras historias... Muchas victorias, competiciones de gran prestigio, más participaciones en Grandes Premios y en el Tourist Trophy, sobre motos como la NSU, Mondial, CZ, Ducati, MV, con grandes campeones como los comentados y otros como Carlo Ubbiali, Tarquinio Provini, Geoff Duke, Mike Hailwood, por no hablar de innumerbles anécdotas. Pero estamos en Todotrial y el trial es lo que nos interesa, por lo ya debemos ir concluyendo su fase en velocidad.
No sin antes comentar el hecho que marcó la carrera deportiva de Sammy y lo que sería su futuro desde ese momento. Fue en el Gran Premio de Holanda de 1958. En la carrera de 250 gripó la moto en la salida, la llevó al box y resignado se preparó para la carrera de 125, en la que fue séptimo con la Ducati. No llevaba una buena racha, y una vez más no podía estar con los mejores, que contaban con máquinas superiores. Sammy ya no se divertía en las carreras, en ellas había muchos factores externos que uno no podía controlar. En el equipo MV era siempre el número 3, y esto se traducía en material inferior y peores motos que le impedían luchar por la victoria. Además había visto demasiados accidentes graves, muchos a causa de la peligrosidad de los circuitos en aquella época. Estos y otros factores hicieron que se desilusionase totalmente con el mundo de la velocidad. Sammy tenía que coger su moto de trial e ir por los montes para divertirse, además de encontrar calma y soledad que le hacía olvidar los malos momentos. Al final la decisión era clara, disfrutaba mucho más con el trial, donde la victoria dependía mucho más de uno mismo que de la moto o de otros factores externos, donde además del ambiente de la competición, las pruebas discurrían por paisajes naturales de gran belleza, donde el compañerismo y el buen ambiente eran envidiables en otros deportes, y donde el peligro de sufrir accidentes y lesiones era infinitamente inferior a los riesgos de la velocidad. Así dejó el mundo de la velocidad, que sería el único que saldría perdiendo con esta decisión, al dejar escapar un piloto de innegables cualidades que había conseguido ser tercero en un Campeonato del Mundo, en sólo tres temporadas dentro de las carreras de velocidad. Por delante le esperaban sus mejores años... Continuará... © Copyright, Todotrial S.L. Prohibida la reproducción de los contenidos de esta web sin autorización |