Ripoll
11 de marzo 2012
1ª de 6
Girona 
Campeonato de Catalunya

Texto y fotos: Joan Comas

   Nueva etapa del campeonato catalàn, el trial de Ripoll marca las bases del futuro del trial

Existía una gran expectación ante esta primera prueba puntuable para el Campionat de Catalunya de Trial Open organizada por el Ripoll Motor Club, a la vista de las noticias que llegaban de la Federación Catalana de Motociclismo que había reinventado totalmente el formato de la competición.

El abandono del openfree y la inclusión de nuevas categorías con una reducción en los niveles de dificultad de los niveles amarillos, verdes y azules así como la descripción que se efectuaba por parte de los responsables de la FCM de los niveles de dificultad animaron a muchos trialeros a testar esta primera prueba del calendario. Y en absoluto se sintieron defraudados con el resultado !!!

Hasta 103 participantes en esta primera prueba en la que debían superarse 10 zonas para amarillos y verdes y 12 para azules y rojos a dos vueltas y con una interzona lo suficientemente larga para que las colas en las zonas no fueran excesivas.


En cualquier caso, la elevada participación no hace sino dar la razón a aquellos que, desde dentro de la FCM, y con total conocimiento del mundo del trial de modernas y clásicas, lucharon para conseguir este cambio radical de concepto de competición, abriendo un Campeonato de Catalunya a muchos más pilotos de nivel bajo.

Y es que nuestro deporte no está ni para tirar cohetes ni para organizar competiciones que por su nivel de dificultad se conviertan en elitistas de los más avezados trialeros. Al contrario, nuestro deporte debe volver a empezar, cuidando al aficionado de base que es el que siempre le fue fiel y que en los últimos años se había "refugiado" en los triales de clásicas donde encontraba un nivel más acorde con sus pretensiones.

Y eso lo comprendieron perfectamente los delegados de trial de la FCM Sres. Josep Soldevila, Josep Serra y Salvador Cabana que tuvieron el valor y fuerza suficientes para convencer a los indecisos de la federación para que se lanzaran a este nuevo reto.


Y sólo por el valor de atreverse a innovar para progresar y mejorar ya merecen nuestro reconocimiento. Porque primero hay que tener una idea, después ponerla blanco sobre negro para convertirla en un proyecto, y finalmente llevarla a cabo. E ideas ha habido muchas, y proyectos algunos, pero que quedaron en eso. Los únicos que lo han llevado hasta el final, con todas sus consecuencias, arriesgándose a sufrir el fracaso, han sido estas tres personas y sólo por eso merecen que les sea reconocido el éxito. Ello sin hablar del hecho que su dedicación a la organización de triales les impide participar en los mismos, lo cual es un grave hándicap que muchos no estaríamos dispuestos a sufrir.

Y es que la inmensa mayoría lo que queremos es salir un domingo o un fin de semana, encontrarnos con amigos y conocidos y compartir con todos ellos una serie de zonas y una interzona marcadas por un tercero que nos ponga complicaciones hasta un nivel máximo elegido por nosotros. Y eso es lo que se vivió en Ripoll el pasado domingo, pero con el plus añadido de la sana competencia, de gozar de una buena organización, y de poder practicar trial sin temor alguno a ser perseguidos por nadie.


Este primer éxito en la prueba inaugural es muy importante, pues abrirá las puertas a la participación de muchos otros pilotos porque ya se sabe que las noticias entre los trialeros corren como la pólvora y de momento sólo se han oído comentarios positivos de este trial.

Y prueba de ello es que en el nivel amarillo hubo 20 participantes, por 21 en rojos y 39 en azules, cuando esto no es lo habitual. El motivo de ello es que los asiduos del Campeonato de Catalunya de años anteriores siguieron asistiendo, y los recién llegados lo hicieron en menor número, seguramente por las prevenciones de muchos ante algo nuevo. Pero realmente creemos que en las próximas pruebas esto cambiará radicalmente y el número de participantes en amarillos y verdes se incrementará mucho, por lo que los organizadores deberán estar atentos al número de participantes para que el diseño de las pruebas y especialmente de las interzonas sea el adecuado para evitar las colas que con mayor masificación de pilotos se podrían producir y que deslucen mucho un trial para los participantes.


Entre los participantes en Ripoll, muchos habituales de la Copa Catalana de Clàssiques que se decidieron a salir con la moto moderna para probar este nuevo campeonato y también probar con ellas las zonas de Ripoll que tantas veces han podido hacer con las clásicas. Y es que varias de las zonas del domingo ya lo habían sido de anteriores Copas Catalanas y de España de clásicas con algunas variaciones, por lo que se sumaba el atractivo de superar los mismos obstáculos con motos distintas. Esta es una de las cláves del éxito que augura el nuevo Campeonato de Catalunya, zonas mucho más dinámicas y marcadas al estilo de los triales de clásicas para los niveles amarillo, verde y azul, y más exigentes, con más paradas y exigencia de cambios y fuertes escalones en rojos.

Así, en cuanto al nivel de las zonas, simplemente decir que la nota que publicó la FCM era totalmente exacta, pudiendo compararse las zonas de colores amarillo y verde con el mismo color en clásicas, subiendo el nivel de forma sustancial en azules y aún más en las zonas marcadas en rojo.


En lo referente a los resultados simplemente destacar la evidencia de que cuando el primer clasificado de cada nivel no se queda con el marcador a cero puntos, ello significa que el nivel ha sido el correcto, ni demasiado alto ni demasiado poco. Y esto es lo que sucedió en Ripoll como puede verse en las clasificaciones.

A destacar la participación de Pere Borrellas en la máxima categoría, que completó los dos giros con 1 solo punto de penalización.

De lo que pudimos ver en Ripoll destacaremos un par de aspectos. En primer lugar, volver a ver en un trial un padre con sus hijos compitiendo juntos es un placer. Y no me refiero a aquellos niños con un gran nivel de trial pese a su edad y que se prevé que llegaran a ser pilotos top, no. Me refiero a jóvenes de 14 a 16 años con un nivel bajo, acompañados por su padre con un nivel no tan bajo, que en lugar de salir a pasear un domingo decidieron ir a competir juntos a Ripoll. Ni pretenden ganar un campeonato de Catalunya ni de España, sino simplemente practicar trial juntos. Y que una Federación les ofrezca la oportunidad de hacerlo significa el inicio de la recuperación del trial.


Y en segundo lugar el ambiente que se respiró muy parecido al de los triales de clásicas, lo cual solo puede comportar un gran futuro a esta competición.

Para destacar algún aspecto no tan positivo: los precios de las inscripciones, que no son baratas y que para aquellos que quieran seguir ambos campeonatos (clásicas y modernas) el coste de la temporada sólo en inscripciones será de (50 Euros trial de modernas, 45 Euros trial de clásicas) 660 Euros, licencia a parte.

Tal vez la FCM podría ofrecer precios reducidos a quienes se inscriban a todas las pruebas de una especialidad y precios más competitivos aún a quienes participen en todas las pruebas de ambas especialidades. Y seguro que con ello se incrementaría la participación, siempre en beneficio del trial, que debe preferir 200 pilotos que paguen 30   de inscripción por cada prueba que 120 pilotos pagando 50 Euros cada uno. Aun cuando el resultado económico sea el mismo, el resultado deportivo no, y eso es lo que debe primar en las decisiones de una Federación.


En lo deportivo, el mundialista Pere Borrellas se llevaba el triunfo en la categoría máxima, rojo, con sólo un punto, seguido del joven vasco Jaime Busto con 4 y de Marc Prat con 11. En azul el vencedor era Joan Miquel Llorach con 8 penelizaciones, seguido de una cada vez mejor Mireia Conde con 14 y Ramón Plana con 15. En verde, el vencedor era el ex-mochilero del team Montesa Aitor Lafoz con 14 penalizaciones, segundo puesto para Francesc Estrada con 21 y tercero para Moisés Maestre con 22, destacando que estos dos últimos son habituales en los triales de clásicas. Precisamente otro ilustre clásico era el ganador en el nivel amarillo, Francesc Infante, tras una apretada lucha con Alfredo Fernández, finalizando con 9 y 10 puntos respectivamente. Completava el podio otro clásico, Marco Alvarez.

En definitiva, gran estreno de esta competición reinventada, que tendrá su segunda prueba el próximo 20 de mayo en Rocafort (Barcelona), a cargo del Moto Club Terrassa y donde esperemos se ratifique este gran inicio que pudimos vivir en Ripoll.


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