Sant Pere de Torelló	16 de mayo, 2004
5ª de 9
XX CAMPIONAT D'OSONA DE TRIALERS AFICIONATS     C.O.T.A.			Información: Pere Vilageliu Texto: Ismael Lobato Fotos: Carles Requena

Unos de los pueblos más trialeros de la comarca de Osona, Sant Pere de Torelló, acogió este fin de semana la quinta prueba del COTA bajo un espléndido día primaveral, con un buen ambiente trialero y un trial con unas secciones muy bonitas, diseñadas en esta ocasión por Severí Amat, corredor habitual en la categoría Experts, y el polifacético Pere Vilageliu, director de carrera y en este caso, organizador de una prueba realmente bonita.

Esta bonita localidad, pueblo natal de Marc Freixa, y donde se encuentra unos de los talleres mas importantes de nuestra especialidad (PXC, Paxau Competición) acogió este fin de semana a todos los corredores que se acercaron hasta allí para disputar la quinta carrera, justo en el ecuador del campeonato.

Los organizadores se mostraban un tanto preocupados para que el diseño de las secciones estuviera totalmente a punto, y es que justo el día de antes una tromba de agua no permitió a los organizadores trabajar duro durante todo el día. Hubo algunas de las secciones que un madrugador Severí acabó de ajustar para que todo saliera a la perfección, como así fue.

Pim Terricabras en una de las zonas de piedra	David Darnés lograba la victoria en Experts

La lluvia caída marcaría la primera vuelta reflejando altas puntuaciones en todas las categorías, y después cuando el sol ya brillaba, ya hacia la segunda vuelta, estas se redujeron considerablemente. Además, el terreno, muy variado en las secciones, hacía que zonas sencillas en la primera vuelta, como las de barro, se complicaran en las vueltas 2 y 3, y las de piedra grisácea (la tan mítica ladera de la comarca), sufrieran justo el proceso contrario, y si bien en la primera vuelta eran realmente complicadas, hacia el final de la mañana eran todas de cero, máximo algún pie suelto.

Centrándonos ya en la carrera, de nuevo se aplicó el sistema de división de categorías para que unos empezaran por la sección número 5, y el resto desde la 1. Un sistema que ya se puso en práctica en Tona, y donde se vio que el número de colas se redujo considerablemente, y en esta ocasión, las colas también fueron mínimas.

Con un día primaveral, y hacia las 9 de la mañana, arrancábamos hacia la zona 1, en el mismo recodo de una cantera, donde unos bloques de piedra confeccionarían una sección uno muy "indoor". No era excesivamente difícil, pero varios pasos comprometidos entre piedras muy cuadradas dificultaba pasarla sin dejar ningún pie tonto a lo largo de la misma.

Las zonas combinaron la roca y el agua	Santi Serra esta vez era quinto en Experts

Ismael Lobato. de Todotrial-OF3, era cuarto pese a problemas mecánicos

La 2, fue para mi gusto una de las secciones más bonitas de todo el trial. Estaba en un pequeño bosque frondoso, atravesado este por un pequeño riachuelo por el que no dejaba de transcurrir agua, que hizo que el paso de los corredores fuera embarrando la zona. Todos arrancaban desde el mismo punto, y la sección se basaba en bajar hacia el riachuelo, atravesarlo, y remontar hacia la otra orilla, girar, y de nuevo atravesar el río. Así hasta casi cuatro veces se tenían que realizar unos bonitos giros muy técnicos. Para Experts, junto con la 3, una de las secciones que marcarían la diferencia. Los corredores de esta categoría deberían superar, después de vadear el riachuelo, un escalón doble, arrancando totalmente parados. Todos conseguían subir, pero en el segundo escalón muchos dejaron el tres, en un espacio muy pequeño, donde casi no cabía la moto, debían subir y girar hacia la derecha para buscar el fin de zona. Las prisas por girar, hicieron que más de uno todavía no había acabado de subir el doble escalón y veían como poner un pie era la única opción para evitar el retroceso de la moto.

La 3, estaba a unos 100 metros. Allí, otros de los habituales del COTA, Marc Valverde y su novia, estaban realizando las tareas de control (ya sabéis, que una prueba al año, los corredores han de ser buenos con sus compañeros y hacer de control).

Una sección, que fue mejorando a medida que avanzaba la carrera, pero que para todas las categorías era difícil abordar en los primeros compases de la prueba. La máxima categoría, después de realizar una serie de giros vadeando un riachuelo, muy similar al resto de categorías, tenían una salida realmente espectacular, con una fuerte rampa que acaba en un escalón de aproximadamente un metro y medio, cuando los motores ya estaban al máximo de su potencial, y los pilotos ya sólo podían confiar en su habilidad y técnica para llevar sus máquinas a lo más alto del obstáculo.

La 4, fue una zona sencilla en su base, bonita en sus trazados, y técnica en una serie de giros muy cerrados, remontando en cada uno de sus pasos, a lo más alto en un pequeño montículo de piedra grisácea.

La 5, ( accedíamos a ella después de atravesar un río de casi 100 metros de ancho), era, junto con la 2, una sección muy técnica y agotadora. No sólo se basaba en una serie de giros comprometidos, sino que además estos combinaban arena y piedra en uno y otro sentido. Para todas las categorías era una zona muy trabajada, que se tenía que hacer por partes para ir cogiendo aire en cada uno de sus tramos.

Milós Sánchez ea la única chica en Sant Pere de Torelló	Jordi Vinyoles, séptimo en Experts

Muchos dejaron aquí gran parte de su puntuación en la primera vuelta, como David Darnés que cometió, en un pequeño error de cálculo un fiasco. Echo, no obstante, que no hizo decaer a un Darnés que fue capaz de ganar a un César Panicot, incontestable hasta la fecha en todas las carreras en las que ha tomado parte.

La 6, era una de esas secciones de tierra, que empeoró con el paso de corredores, y unos giros muy cerrados, marcaron la diferencia sobretodo en las categorías no Experts. Unos giros para ellos realmente técnicos, donde la pericia de los pilotos punteros conseguían arañar unos buenos puntos que servirían a la postre para la clasificación final de la prueba.

La 7 y la 8, las englobaremos juntas, ya que eran zonas que se encontraban una al lado de la otra, y que además era muy similares. Basadas las dos en la ladera de la montaña, tenían como principal escollo conseguir remontar en sus diferentes tramos, esta ladera gris después de conseguir superar una serie de giros muy técnicos y cerrados, que hacían que los corredores empezaran a abrir gas cuando la moto todavía no estaba del todo encarada para iniciar la ascensión.

El balance de la carrera no podía ser mejor. Con un gran día para los corredores, y con un diseño de las secciones fantástico, con un buen marcaje de las secciones y de los diferentes pasos, y una interzona larga que ayudó a estirar la carrera y evitar así las posibles colas que pudieran ocasionarse. Nos vemos en Moiá.